Julio Ortega

 

Nota de lectura

Los Jardines Secretos


Con Los jardines secretos de Mogador Alberto Ruy Sánchez (1951) ha escrito su libro más característico, más feliz de prosa y poesía, y más fluido de géneros y formas.

Se lee como el recorrido escénico de una jardinería del relato: entre los cuentos y los cantos, recortados como breves mapas del deseo. Contemplado y recurrente, el deseo discurre entre el gusto de leer y el regusto de celebrar.

Este libro es de por sí una novela de la lectura: el amante debe contar jardines de la seducción; y sus cantos de ritual amatorio, por lo mismo, repasan autores y textos en un comentario que se torna fábula, historia y geografía de la idea del jardín, de su espacio de asedio, conocimiento sensual y poética del Eros. El "jardín de los argumentos", por ejemplo, propone la utopía de que cada grupo, país y oficio postula su propio jardín a la medida de su deseo, en una suerte de identidad paradisíaca.

No menos sugerente es aquí la fusión que el mundo árabe propicia como mediador entre el arte y los sentidos. Ruy Sánchez logra que el artificio y el goce sean una misma fábula encantada.

 

•Fragmento de una columna de Julio Ortega en la revista Milenio: Los Conjurados. Lecturas mexicanas, publicado el 29 de diciembre del 2001.