EL VIAJE INTERIOR
Francisco-Manuel Nácher López
A mi dios interno,
con toda la gratitud
de que soy capaz.
JUSTIFICACIÓN
Todos dedicamos parte de nuestra vida a viajar, para mejor conocer el mundo en que vivimos. Es lógico, pues, que proliferen las guías, los folletos y los itinerarios turísticos, que nos ayuden a llegar hasta los lugares más exóticos y apartados del planeta. Sin embargo, se hecha en falta un itinerario, aunque sea humilde y rudimentario, que nos permita realizar el más insólito viaje posible al lugar que nos es más desconocido y, sin embargo, más próximo : Nuestro propio interior.
Porque, sabemos ya muchísimo sobre todos los países, sobre la ciencia, el comercio, la técnica, el pasado, el presente y hasta el porvenir; hemos pisado la luna y visto y estudiado el fondo de los mares; hemos visitado las cimas más elevadas, podemos comunicarnos instantáneamente con cualquiera en cualquier parte del mundo... Pero, en cambio, ¿qué conocemos sobre nosotros mismos?
Sabemos lo que piensan y sienten y dicen los políticos, los deportistas, los actores, los toreros, los banqueros, los jueces, los procesados, los periodistas, los marginados, los sanos y los enfermos... Nos conocemos de memoria sus vidas y sus vivencias. Pero, ¿qué pensamos y sentimos nosotros?. ¿Qué sabemos de nuestra propia vida y de nuestras propias vivencias?
¿No vamos a ser capaces de tener pensamientos, sentimientos y deseos propios, verdaderamente nuestros, y no polucionados por los de los demás?.
Por otra parte, los centros turísticos, y los paisajes exóticos, están al alcance de cualquiera. Pero, el viaje que te propongo, querido lector, sólo lo puedes realizar tú. Y te aseguro que es el más sugestivo, instructivo y definitivo de todos. Inténtalo y me lo agradecerás.
Lee cada una de estas poesías, que no son sino instantáneas de ese viaje que te sugiero, y trata de sentirlas y de hacerlas tuyas. Todas llevan una vibración especial que apunta directamente a tu corazón y a tu mente. Allí las sentirás y las comprenderás. Y descubrirás con sorpresa que no te resultan nuevas sino muy familiares. Y, a medida que progreses en su lectura, te irás sintiendo subyugado, porque te estarás descubriendo a ti mismo. Y tú eres maravilloso, no lo dudes. Haz la prueba. Y, si quieres seguir mi consejo, realiza luego incursiones por tu cuenta en ese mundo recién descubierto.
Francisco-Manuel Nácher López
Pozuelo de Alarcón, a 7 de julio de 1.996
ÍNDICE
I.- EL DESPERTAR
- Cuándo y dónde y por qué
- ¿Quién soy yo?
- La vida
- La caracola
- Reflexión
- Cuando acabado el plazo…
II.- LA BÚSQUEDA
- Quisiera…
- El niño, hecho hombre
- Los dos polos
- ¿Por qué?
- El valor del alma
III.- LOS HALLAZGOS
- Veo luz
- La amistad y la vida
- ¿Sabes algo más triste que no saber amar?
- Tu huella en el mundo
- La meditación
- Nunca estamos solos
- En el alcorque de mi alma
- ¿Que tendrá la amistad?
- Cuando el tiempo se escurre entre mis manos
- No sé cuándo será, mas no lo temo
- Ha muchos años, me perdí a mí mismo
- Las ofensas
- Cuánto me gustaría
- La vida fingida
- El hoy y el ayer
- La gran niveladora
- El hombre soñado
- El sendero empinado
IV.- EL ENCUENTRO
El pago inmediato
- Sólo uno más…
- El conocimiento de sí mismo
- La envidia
- ¿Y tú no crees en Dios, habiendo flores?
- Me faltabas Tú
- Estar sin Ti
- El Sendero
- La soledad del camino
- Abre tu alma
- La soledad
- ¿Qué es hollar el sendero del conocimiento?
- Dime, Señor
- Si he de ser Tú…
- Ya sé, Señor…
- Consejos
- Yo te amo y te excuso
V.- LA NOCHE OSCURA
- Te perdí, Señor
- La noche oscura del alma
VI.- LA PLENITUD
- El alma a Dios
- No me dejes
- Deja que me sumerja en Ti, Señor
- La plenitud
* * *
I.- EL DESPERTAR
¿CUÁNDO Y DÓNDE Y POR QUÉ?
A veces siento el eco de otras vidas
que susurra secuencias familiares.
A veces estoy cierto de vivir
una escena vivida siglos hace
o de tratar a un ser que ya traté
o de ver un lugar que ya vi antes.
¿Qué se esconde tras esas certidumbres?
¿Cuándo y dónde y por qué?
Y, ¿para qué?
* * *
¿QUIÉN SOY YO?
¿Quién soy yo? Y ¿qué hago en este mundo?
Si yo no lo pedí, ¿a qué vine aquí?
¿No lo pedí o, más bien, no lo recuerdo?
Pero, si lo pedí, ¿para qué fue?
¿Fue para progresar en los negocios
o para distinguirme en sociedad
o para caminar de boca en boca
o fue para hacer algo, de verdad.
* * *
LA VIDA
La vida es como un río,
como una inundación
que nos moja, nos baña, nos arrastra
y acaba matándonos
cuando ya nos habíamos acostumbrado a su contacto.
* * *
LA CARACOLA
¿Cuenta la caracola sus secretos
de un pasado lejano y sin encuadre,
o narra los futuros, aún sin forma,
vaporosos, armónicos y en clave?
¿Se refiere a su vida o a la nuestra?
¿Repite ad infinitum una frase?
¿Sueña en voz alta, o canta o llora o ríe
Su ilusión de vivir, irrenunciable?
¿Se refiere, sin fin, a la tendencia
a lo igual, lo diverso o lo inefable
o, perdida la brújula, repite
sin sentido los ecos de los mares?
¿O nos advierte que la vida es breve
y contiene en su seno inagotable
todas las posibilidades para hacerla
triunfante, o plena o mala o detestable?
* * *
REFLEXIÓN
Cuando era sólo un niño
y debía, sin más, obedecer,
pensaba que, algún día,
liberado, podría
obrar sin cortapisa, a mi placer.
Porque, aunque un inexperto,
que, sin saberlo, todo lo ignoraba,
más sabio me creía,
más firme me sentía
que los hombres con quienes me cruzaba.
¡Oh sublime ignorancia!
Y, cuando he sido adulto y he vivido,
la inocencia perdida,
la ilusión reducida,
me han hecho desear no haber crecido.
Que tal es la existencia:
Nunca contentos con lo que tenemos,
aspiramos sin tino,
andamos el camino,
vivimos sin saber cómo lo hacemos...
y luego, en un momento,
cuando nos encontramos más ufanos,
aparece la muerte
disfrazada de suerte
y todo nos lo arranca de las manos.
* * *
CUANDO, ACABADO EL PLAZO...
Cuando, acabado el plazo, mi vida ya no aliente,
¿que quedará en el mundo de mi paso por él?
¿Quedarán mis riquezas, mis poderes, mis honras,
mis honores, mis triunfos, mis saberes, o qué?
¿En qué se habrán tornado mis esfuerzos continuos,
mis fracasos, mis éxitos, mis temores, mi fe,
mis ensueños, mis prisas, mis trastornos, mis penas...?
Y de lo que fui y tuve, ¿yo qué me llevaré?
* * *
II.- LA BÚSQUEDA
QUISIERA...
Quisiera pasar por la vida sin preguntarme nada,
pero no puedo...
Quisiera emborracharme de materia
y olvidar el espíritu, si es que existe,
pero no puedo...
Oigo una voz, no sé si de dentro o de fuera
o de ambas procedencias a la vez,
que me susurra noche y día al corazón
y a la mente y a los ojos,
que hay muchas preguntas sin respuesta
y que urge encontrar la solución.
Porque, la vida pasa en un suspiro,
¿Y luego, qué?
¿Quién acciona ese pequeño resorte interior
que me obliga a no sentirme satisfecho?
Sea quien sea, ¡Gracias!
* * *
EL NIÑO, HECHO HOMBRE
Dichoso tiempo aquél cuando, en la infancia,
todo hermoso y verdad me parecía
y tocaba la luna con mis dedos
y acompañaba al sol tras su salida;
con pájaros y flores dialogaba
y estrellas amasaba cada día;
y los peces dorados del estanque
me hablaban sin sonido y sonreían,
y las nubes trazaban mil figuras
sólo porque intentase descubrirlas,
y la lluvia jugaba a acariciarme
y la tierra del campo siempre olía
a miles de perfumes deleitosos,
y lavaba mi rostro con la brisa,
y el verde era más verde y más perfecto,
y el azul de los cielos descendía
besando el de los mares con un beso
que de mí al horizonte se extendía;
los hombres eran buenos y sencillos
y amables y sinceros y sin prisas
y llenos de proyectos y de sueños
y ahítos de promesas y de vida;
y el pasado era sólo algo gozoso,
y el futuro, esperanza y alegría...
¿Por qué ha cambiado todo de ese modo?
¿En qué momento fue la sacudida
que rompió la verdad de lo valioso
y puso en su lugar a la mentira?
¿Por qué ya nada es lo que entonces era?
¿Cuándo me transformé? ¿Y en qué medida?
* * *
LOS DOS POLOS
¿Por qué, para pintar una flor blanca
en fondo blanco, habrá que usar el negro?
¿Por qué, para saberte inteligente
necesitas medirte con el necio,
Y, para ser piadoso, bueno o sabio,
con el impío, el malo o el cateto?
¿Por qué, para ser alto o grueso o sano,
con el bajito, el fino o el enfermo?
¿Es que sólo en los polos es posible
ser algo con sentido frente al resto?
¿No será porque nada es absoluto
y todo relativo e imperfecto?
* * *
¿POR QUÉ?
Si estamos hechos de la misma pasta,
¿por qué nos empeñamos en luchar?
Lo suyo es ir cogidos de la mano
y sin mirar atrás.
¿Cuál es la meta de esta lucha estúpida
que todo nos obliga a fomentar?
¿Por qué ha de haber primero y último
y mejor y peor y bien y mal,
si todos somos de la misma pasta
si todos somos uno nada más?
¿Por qué la incomprensión y la miseria?
¿Por qué, si de verdad
no somos más que aspectos incompletos
de una misma Deidad?.
* * *
EL VALOR DEL ALMA
Si, cuando de este mundo me despida
nada me llevaré de cuanto tenga,
¿qué puede haber aquí que me convenga,
salvo los hechos todos de mi vida?
¿Por qué, pues, esa lucha desabrida
con el mundo, para que me mantenga,
sin buscar, ¡inocente!, que sostenga
la lógica una vida así vivida?
Si las cosas no son sino instrumentos
del trabajo del alma en este mundo,
¿por qué he de valorarlas, a momentos,
como bien necesario, en que me hundo,
y, en cambio, no valoro, y vago a tientos,
el alma, que es mi bien el más profundo?
* * *
III.- LOS HALLAZGOS
VEO LUZ
Si miro en lo profundo de mi ser
veo luz, Señor.
Una luz pequeñita, pero luz.
Y yo sé que es Tu luz.
* * *
LA AMISTAD Y LA VIDA
Cada vez que se muere un amigo
parece que algo propio se nos fuese.
Y es que es así:
Se nos va cuanto le hicimos y nos hizo,
se nos van las alegrías y las tristezas que compartimos,
se nos van los sueños que juntos alentamos,
se nos van las realidades que a ambos nos afectaron,
y con todo ello se nos va una parte de nuestra vida.
Y, a medida que ésta pasa, segando inexorable a los amigos,
y cada uno se nos lleva un jirón de nuestra existencia,
aquel sentimiento de soledad que un día nos impulsó,
inconscientemente, a buscarlos,
nos vuelve a embargar lentamente...
Ahora es como al principio:
Estamos solos otra vez. Rodeados de gente, pero solos...
Salvo que hayamos sabido saltar más allá de la amistad
y hayamos llegado al País del Amor.
Entonces, por más años que pasen
y por más amigos que desaparezcan,
la soledad nunca nos reencontrará.
¡Dichosos los que saben dar ese salto a tiempo!
* * *
¿SABES DE ALGO MÁS TRISTE QUE NO SABER AMAR?
¿Sabes de algo más triste que no saber amar,
no sentirte afectado por el dolor ajeno,
caminar por el mundo con el bolsillo lleno
y sordo y ciego y mudo, destilando veneno
que, al final de tu vida, te tendrás que tragar?.
¿Sabes de una desgracia más justa y más cumplida
que la del egoísta, que no conoce amor,
y desprecia y explota y reparte dolor,
para acabar muriendo sin comprender la vida,
solo, olvidado, triste y lleno de temor?
* * *
TU HUELLA EN EL MUNDO
¿Tú crees que, cuando mueras,
no quedará de ti memoria alguna?
¿De aquello que tú eras,
de tu vital fortuna,
de tu decir y tu pensar... ¿ninguna?
¡Estás equivocado!
Todo lo que tú haces queda unido
a lo que has deseado,
a todo lo sentido
y a lo que en tu interior se ha producido.
Y, como parte que eres
de un todo superior, que es más profundo,
aún si tú no lo quieres,
tu aspecto más fecundo
recrea cada instante todo el mundo.
Y todo el mundo tiene
algo de ti, sin que tú lo pretendas;
y, en el tiempo que viene,
en todo habrá las prendas
de lo que, sin saberlo, al mundo ofrendas.
Procura, pues, que el fruto
de tu boca, tus actos y tu mente,
constituya un tributo
positivo y decente
que haga un mundo mejor para la gente.
* * *
LA MEDITACIÓN
Cuando la luz se enciende en mis adentros
y relumbra, radiante, el corazón
y éste crece y aclara mi cerebro
y torna transparente la razón,
¡qué fáciles y lógicos y simples
aparecen a mi vista interior
los problemas más arduos de la vida
que, vistos desde allí, ya no lo son!
¿Qué fuerza o qué energía o qué motivo
logra encender la luz que tanto alumbra?
¿Qué prodigioso ser está conmigo
que convierte en brillante la penumbra?
¿Qué es lo que logra que lo incomprensible
claro y sencillo y diáfano se haga?
¿Y quién soy yo? ¿El brillo o las tinieblas?
¿El que enciende la luz o el que la apaga?
* * *
NUNCA ESTAMOS SOLOS
Mientras, desde los cielos nos contemplan
millones de millones de millones
de ojos de luz que, vigilantes, miran,
y multitud de ángeles y arcángeles,
y billones de nomos y de hadas,
y trillones de espíritus o vedas
nos circundan, nos forman o nos guían,
nosotros, en la más crasa ignorancia,
creyendo estar aislados y hasta solos
en nuestra intimidad imaginada,
odiamos, envidiamos, maltratamos,
robamos, despreciamos y matamos
y fingimos, después, unas virtudes
ridículas, por falsas e infantiles.
De modo que, si no fueran mejores
todos ellos, de lo que imaginamos,
lo apropiado y lo lógico sería
que una imponente carcajada cósmica
llenase el universo cada día.
* * *
EN EL ALCORQUE DE MI ALMA CRECEN...
En el alcorque de mi alma crecen
asilvestradas todas las pasiones,
robándome la savia en los rincones,
quitándome la luz, que no merecen.
Y, en el centro, luchando por su vida,
mi alma se esfuerza por crecer enhiesta,
mientras cobijo, irresponsable, presta
a quienes verla quieren consumida.
¿No tendré la energía suficiente
para, viendo su insidia y su asechanza,
y lo que a mi vivir es conveniente,
torcer el curso, que el peligro alcanza,
de mi debilidad condescendiente,
e inclinar para siempre la balanza?
* * *
¿QUÉ TENDRÁ LA AMISTAD...?
¿Qué tendrá la amistad, que siempre anida
de nuestro corazón en lo profundo,
sin que nada la pueda en este mundo,
de allí arrancar sin verla malherida?
¿Qué misterio la rige y le da vida?
¿Qué sentir la sustenta, tan rotundo?
¿Qué enemigo la ataca, tan inmundo?
¿Qué dicha la alimenta, tan sentida?
¿No será que los hilos del destino
anudan en el éter tiernos lazos
de pasados encuentros, con gran tino,
y preparan así tiernos abrazos,
cobros y pagos, fruto del camino,
y borran y conciben nuevos trazos…?
* * *
CUANDO EL TIEMPO SE ESCURRE ENTRE TUS MANOS
Cuando el tiempo se escurre entre tus manos
y la luz de la vida se te apaga,
y la ilusión de ver ya no te halaga,
y el desafío y el vencer son vanos;
cuando los tuyos no te necesitan,
y ya lo diste todo en cuerpo y alma,
y tu espíritu busca ya la calma,
pues tener y gozar ya no te excitan;
cuando, roto, por fin, el tenue lazo
que te unía a las cosas de la vida,
ya nada te ilusiona o te intimida
e intuyes de la muerte el frío abrazo;
cuando ves ya más luz del otro lado
y la de aquí semeja breve llama,
y de tu vida se acaba la trama,
¿qué te queda por dar, que no hayas dado?
¿Qué queda por hacer que no hayas hecho?
¿Qué queda por sentir, aún no sentido?
¿Qué queda por decir, aún omitido?
¿Y qué vivencia no habitó en tu pecho?
En esa situación, si no tuviste
la fuerza de la fe y de la esperanza
de una vida después, que fin no alcanza,
¿qué será de tu ser, oscuro y triste?
¿No comprendes que, en lo que llamas vida,
que no es sino una bella y breve farsa,
tomaste parte sólo en la comparsa
de una comedia ya preconcebida?
Mira al frente y confía, porque es cierto
que hay un Dios que te espera y que te ama;
búscalo en tu interior que, allí, su llama
ya ardía cuando tú, hacia el mundo abierto,
te aferrabas a todo lo que acaba,
y, ciego y sordo a Él y a su reclamo
y, sin saber que es Él quien es el amo,
lo buscabas, sin ver, donde no estaba.
Búscalo en tu interior y podrás verlo,
y Él te dará todo lo que te falta:
Vida, ilusión... felicidad tan alta,
que sólo desearás poder tenerlo.
Y tu vida tendrá, toda, el sentido
que no hallabas a ver, en tu ceguera,
y la comprenderás toda ella entera,
y te satisfará haberla vivido.
* * *
NO SÉ CUÁNDO SERÁ, MAS NO LO TEMO
Se va acercando el día en que, cumplido
el ciclo de mi vida en este plano,
deba pasar al otro, de la mano
de lo bueno y lo malo producido.
Entonces se acabó lo que he tenido,
lo que fui, sucedido ya lejano,
lo que hice o no hice con mi hermano
y hasta lo que soñé, desprevenido.
Pero sé que, inmediato a esa partida,
me espera un Dios de amor, en el extremo,
abriéndome los brazos a otra vida
más plena, más hermosa, y con baremo
más justo y más sublime: Más cumplida.
No sé cuándo será, mas no lo temo.
* * *
HA MUCHOS AÑOS ME PERDÍ A MÍ MISMO
Ha muchos años, me perdí a mí mismo
y, desde entonces, sin yo darme cuenta,
me he buscado, sin éxito, y en venta,
bordeando, al intentarlo, un gran abismo.
Ahora ya me encontré, y mi mecanismo
funciona ya sabiendo, y no aparenta
papeles o poderes que no ostenta
ni presume de ateo o de nihilismo.
Que así discurre la aventura humana:
Malgasta media vida en vanidades,
presume sin motivo y muy ufana,
amontona basura a cantidades
y, al final, ve la luz y la luz gana
trocando las mentiras en verdades.
* * *
LAS OFENSAS
¿Cómo hasta ahora nunca me di cuenta
de que, lo que yo pienso que me ofende
es algo que, de mí sólo depende,
y que mi indignación no se sustenta?:
El otro su sentir experimenta
y dice o hace o calla o se sorprende.
Y entonces, mi amor propio se me enciende,
e imputo al otro mi reacción violenta.
¡Qué grande sinrazón el ofenderme,
cuando soy yo el origen de la ofensa!
¡Y que fácil, tras de ello convencerme,
caminar por la vida, tan intensa,
sin dejar al orgullo someterme
y disfrutando de una paz inmensa!
* * *
CUÁNTO ME GUSTARÍA...
¡Cuánto me gustaría
poder mirar el mundo desde el cielo!
Que entonces no tendría
dolor ni desconsuelo
ni cegaría mi vista denso velo.
Porque vería las cosas
tal como son: Su causa y sus efectos.
Porque entonces las rosas,
aunque seres perfectos,
me mostrarían todos sus defectos.
Porque, en el alma humana,
de claros y de oscuros conformada,
con la luz meridiana,
vería, en su nonada,
la gran comedia en ella generada.
Y vería la mano
de un Dios de amor, afable y sonriente,
ayudando al humano
a subir la pendiente
que hay en su evolución de ser viviente.
Y, que toda la pena
y la preocupación, dolor y espanto
que cada día nos llena,
no son sino un encanto
disimulando que nos ama tanto.
* * *
LA VIDA FINGIDA
La vida sin vida; la risa sin risa;
la pena sin pena; el amor sin amor...
¡Qué tristes destinos que todo lo igualan
y, por contenido, ven contenedor!
La vida es hermosa, la risa es alegre,
la pena es tristeza y el amor... amor.
Y todos unidos conforman el mundo;
pero hay que vivirlos con el corazón:
Sin trampa, sin muecas, sin gestos, sin trucos,
como son de veras, puros, sin ficción.
Sólo así, sabiendo lo que todo vale,
lo que todo cuesta, lo que es su razón,
podemos ser libres y sabios y buenos
y tener conciencia profunda del Yo.
* * *
EL HOY Y EL AYER
El hoy es consecuencia del ayer
y causa ineludible del mañana.
¡Qué verdad tan sencilla y, a la vez,
qué justicia tan clara!
* * *
LA GRAN NIVELADORA
Todo lo iguala la muerte
sin mirar lo que uno fuera.
En llegando,
a todos su justa suerte,
imparcial y justiciera,
va asignando.
Y al mal rey, tan venerado
por ministros y bufones
y vasallos,
lo pone en el mismo estado
que a sus pajes y peones
y serrallos.
Y al mendigo, despreciado,
pero noble en su pobreza
y devoción,
lo eleva, cual coronado
o miembro de la nobleza,
en su jergón.
Y al rico, ya sin riquezas,
y al noble, ya sin honores,
simples hombres,
los igualan sus larguezas,
sus vicios o sus horrores,
no sus nombres.
Y al honrado y al amable
y al honesto y al paciente,
con fervor,
los hermana, inimitable,
con la luz resplandeciente
del amor.
Porque, lo que a ella le importa,
terminada la función,
no es el traje
sino, en esta vida corta,
cuál fue la interpretación
del personaje.
* * *
EL HOMBRE SOÑADO
Si, pudiendo hacer daño, no lo haces;
si, pudiendo mandar, sólo obedeces;
si, pudiendo arengar, sólo enmudeces
y, pudiendo vengarte, haces las paces;
si al egoísmo el nido le deshaces;
si, olvidado de tí, te compadeces;
si la envidia en tu pecho desvaneces
y tus palabras siempre son veraces,
serás como una luz que, clara, guía
a quien en busca va de la belleza;
serás perpetua fuente de alegría
para enjugar en otros la tristeza;
serás para tu hermano, noche y día,
lo más que puede dar naturaleza.
* * *
EL SENDERO EMPINADO
Para encontrar, no busques;
para tener, no tengas;
para crecer, encoge;
para ser fiel, reniega;
para vivir, no vivas;
para morir, no mueras;
para adquirir, regala;
para avanzar, no temas;
para luchar, no luches;
para vencer, no agredas;
para subir, desciende;
para saber, no sepas;
para alcanzar, aspira;
para sentir, no sientas;
para observar, intuye;
para aprender, observa;
para actuar, discierne;
para pensar, concentra;
para gozar, no goces;
para soñar, no duermas;
para decir, no hables;
para entender, no creas;
para escuchar, no oigas;
para mirar, no veas;
para llegar, no salgas
y para ser, no seas.
* * *
IV.- EL ENCUENTRO
EL PAGO INMEDIATO
¿Cómo puede, Señor, vivir ajena
la gente a Tu respuesta cariñosa
si, al instante de hacer una obra hermosa,
ya el alma de Tu amor se siente llena?
¿Cómo puede olvidar, para su pena,
que esperas una acción nuestra amorosa
para irradiar Tu luz que, presurosa,
paga siempre, al instante, a mano plena?
Que, si no fuera por amor, que obramos,
y, si no fuera porque no pedimos,
y, si no fuera porque no esperamos,
y porque con el alma compartimos,
valiera imaginarse que actuamos
por recibir el bien que recibimos.
* * *
SÓLO UNO MÁS...
Sólo el postrer descenso del termómetro
consigue congelar el bravo río.
Y la balanza, estática y sin vida,
la inclina el último grano de trigo.
Sólo el último paso hace posible
que lleguemos al punto de destino.
Y el último escalón, en la subida,
que ascendamos de un piso hasta otro piso.
El tren lo forman últimos vagones,
mas sólo lo completa el vagón último.
Sólo la última gota de la lluvia
permite al sol lucir en su camino.
Y el último minuto en este mundo
cierra y abre, per se, nuestro destino.
Que, lo último de algo es lo primero
de otro algo más alto y muy distinto.
¿Y, si tu sacrificio en pro de otros
fuera el que colma y rompe el equilibrio?
¿O tu mano, tendida al que te pide,
fuera el último gesto en tu destino?
¿Por qué no has de ser tú la última gota
que haga lucir al sol en su camino,
y el mundo, tras tu acción, se conmocione
y se haga un mundo nuevo y sabio y limpio?
* * *
EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO
Diezma cada mañana la legión de tus vicios,
estúdiate por dentro y mírate al trasluz,
sabe de tus pecados, valora tus servicios,
no sigas el ejemplo, fatal, del avestruz.
Pondera tus virtudes y mide tus defectos
y evalúa tus sombras y valora tu luz,
y verás cómo cambian, hasta hacerse perfectos,
tus deseos, tus sueños, tus esfuerzos dilectos,
más claros y brillantes que las perlas de Ormuz.
* * *
LA LUZ INTERIOR
Utiliza el cedazo de tu mente,
criba los acontecimientos de tu vida
y verás cómo encuentras escondida
tu luz interna, que te orienta al frente.
Y síguela sin miedo, sin dudarlo,
porque ella sabe cómo conducirte
y adónde debes ir, y ha de decirte
cuándo llegas y cómo has de lograrlo.
* * *
LA ENVIDIA
Cuanto más te concentras en tu hermano
para dañarle en beneficio tuyo,
más te alejas de ti, de lo que es sano,
y más te ofuscas en lo que ya es suyo.
Cuanto más miras lo que hay en su mano
y menos lo que tú tienes y vales,
tanto más vives en error y en vano
perdiendo fuerzas para ti vitales.
Cierra los ojos y mira hacia dentro:
Descubrirás un mundo tan grandioso
que, desde entonces, él será tu centro,
cada día más amplio y más hermoso
y en él, sin duda, se dará el encuentro
entre tú y ese hermano tan valioso.
* * *
¿Y TÚ NO CREES EN DIOS, HABIENDO FLORES?
¿Y tú no crees en Dios habiendo flores?
¿Y habiendo nubes y bebés y trinos,
y arroyuelos y estrellas y caminos,
y primavera y prados y colores?
¿Qué es lo que te ha embotado los sensores?
¿Qué te ha hecho sordo a los sones divinos?
¿Qué te ha hecho ciego a los tonos más finos?
¿Y qué te hace no ver tantos amores?
Abre un instante los ojos del alma
sin pensar, sin sentir ningún anhelo,
y deja que, por dentro, todo en calma,
suenen, callados, los ecos del cielo:
Verás cómo esas voces que te llaman
rasgan ante tu vista el tenue velo.
* * *
ME FALTABAS TÚ
Luché por tener mucho.
Tuve mucho pensando ser dichoso,
y no lo fui, pues me faltabas Tú.
Busqué, ansioso de vida, los placeres,
y amistades y cargos; busqué honores,
pero jamás sentíme satisfecho,
pues me faltabas Tú.
Todo me parecía, a fin de cuentas,
carecer de sentido,
pues me faltabas Tú.
Hoy no soy ya ni rico, ni afamado,
ni poderoso... mas ya no lo anhelo.
Ahora sé que mi vida está madura,
porque Te tengo a Tí:
Te encontré o me encontraste,
te aprehendí o me aprehendiste.
Y he comprendido que sin Ti
no hay dicha, aún con triunfos.
Y que contigo es inmensa, aún sin ellos.
* * *
ESTAR SIN TI
¡Qué triste era, Señor, no conocerte
ni saber que el final de mi destino
no era seguir sin rumbo mi camino,
sino orientarme a Ti para tenerte!
¡Qué triste es ver la bruma ensombrecerta,
del vicio, la soberbia, el desatino,
molicie, sinrazón, lujuria y vino,
sin ver la luz y sin reconocerte!.
Y, ¡qué pobre y qué inerme y qué inservible
me siento al intentar, sin conseguirlo,
ayudarte a lograr que lo imposible
se haga verdad: Que, casi sin sentirlo,
se vuelva el hombre a Ti todo sensible
y puedas, con su ayuda, redimirlo!.
* * *
EL SENDERO
Si estás en mí, Señor, mi recorrido
es, tan sólo, en verdad, de mí... hasta mí.
Un más breve sendero nunca vi...
ni más arduo, difícil ni escondido.
* * *
LA SOLEDAD DEL CAMINO
Todos corren, felices, tras sus metas;
todos ríen, disfrutan, se solazan,
cantan, trabajan, se aparean, cazan,
y duermen, las barrigas bien repletas.
¿Qué me ocurre entre tantas cuchufletas?
¿Cómo he de obrar si sé que se disfrazan
de bienes las maldades que reemplazan
y no puedo hacer mías esas tretas?
¿Por qué me siento solo en esta orgía
que no logra ocultar lo verdadero
ni logra subyugar al alma mía?
¿Estoy equivocado? ¿Soy sincero?
¿Yerro yo? ¿Yerran todos? ¡Qué miopía!
¿Qué hacer para salvar al mundo entero?
* * *
ABRE TU ALMA
Abre de par en par, sin ningún miedo,
las puertas y ventanas de tu alma,
que el contacto directo con el cielo
la llene toda de su dulce calma.
Que nunca te limite un credo férreo
ni una fe ciega, irracional y amarga;
que no te asusten con el fuego eterno
ni con penas sin fin, que no se acaban.
No te dejes vencer por quienes dicen,
porque creen ya su gloria asegurada,
que Dios es un ser duro y vengativo
y que Su ira es temible y no se aplaca,
pues Dios es todo amor, todo ternura,
todo cariño y todo bienandanza.
Dios es un padre y, como padre, espera
y ayuda y aconseja y vela, y paga
con comprensión y amor tus veleidades
hasta el punto de dar Su vida en arras.
Tú sé bueno y disfruta de la vida
y de cuanto de hermoso ella regala.
Sé hermano de tu hermano, sin rencores,
cualquiera sea su ofensa o su amenaza,
disculpando, lo mismo que hace el Padre,
que sabe disculpar todas tus faltas.
Porque tu hermano aún no es un ser perfecto
y a ti, para ello, aún sabes que te falta,
y, tanto él como tú tenéis delante
una senda que andar, no transitada.
Y esa senda, que al cielo se encamina,
es mil veces mejor saber hollarla
cogidos de la mano, como hermanos,
que enfrentados y sin avanzar nada.
Pero, insisto, no pienses, que no existen,
limitaciones a tu vida sana;
sueña y realiza todos esos sueños
y sé feliz y vive y goza y canta,
Pues cuanto aquí la Tierra nos ofrece
es, en principio, bueno para el alma
y debes aprender a utilizarlo
para tu bien y el de los que tú amas,
que deben ser el resto de los hombres
que viven sin saber de qué se trata
y se angustian, sin norte y sin certeza
de que valga la pena lo que hagan.
Escucha con deleite los cantares
que bajan de los cielos con el alba
y báñate en sus sones amorosos
y reconforta así toda tu alma.
Goza con la visión de los colores
que, por doquier, saludan la mañana,
y baila con los ángeles del cielo
feliz, como ellos hacen, con confianza.
Impregna con las dulces vibraciones
que el Dios del cielo por doquier derrama
por que todos Sus hijos las reciban,
el cuerpo, el corazón, el ser y el alma.
Da siempre lo mejor que de ti puedas;
no te ocupes de credos ni de dramas;
cree sólo aquello que comprendas
pues sólo si comprendes, luego amas.
Y es mil veces mejor amar sabiendo
que por obligación nunca aclarada
o por fe ciega, vana y egoísta
o por pura ignorancia, nada sana.
Tú estudia, reflexiona y sé tú mismo
sin pretender los bienes ni la fama
y cumple tus deberes con empeño
que lo demás vendrá como una dádiva;
y siente a Dios, que allí siempre se encuentra,
en tu pecho, en tu mente y en tu alma,
y déjate llevar por Su cariño
y deja te acaricie Su mirada.
Mira sólo lo bueno de tu entorno,
piensa sólo lo bueno y lo que sana,
habla sólo lo bueno y positivo
y haz lo bueno sin miedo y sin desgana.
Lo demás es de Dios, que sabe siempre
qué hacer con Sus criaturas a las que ama.
...Y sé feliz, sabiendo que mil manos
se tienden con amor cada mañana
para ayudarte en tu vivir diario
sin exigir, en recompensa, nada,
tan sólo por amor, porque es lo justo,
y, porque amar sin miramiento mana
de cada cosa que en el mundo existe,
porque, en el mundo, cada cosa ama.
Porque Dios es amor y por amor
y sólo por amor, amor que hermana,
a todo lo que existe dio la vida
y todo, sin descanso, al amor canta.
* * *
LA SOLEDAD
Antes, la soledad me acongojaba
y parecía carecer de vida;
era un perder el tiempo, sin sentido,
una ocasión de ser, mal dirigida,
un malgastar tesoros de existencia,
un síntoma de atraso y de desidia,
un no encontrarme en mí debidamente,
un estéril vacío que me hería.
Mas, a medida que fui descubriendo
dentro de mí la vida de mi vida,
la soledad cambió sus prestaciones
y pasó, de terrible, a bienvenida,
y de ahí, a deseada y procurada,
y a feraz compañera en mi crecida,
y al medio que me hacía descubrir
lo que yo, en mi ceguera, no veía.
Ahora, la soledad es mi refugio,
donde nunca estoy solo y donde brilla
una luz especial, no sospechada,
que todo lo hace bello y lo ilumina;
una luz tan brillante y tan profunda
que, en silencio y temblando y de rodillas,
me permite gozar averiguando
lo que yo ya sabía que sabía.
* * *
¿QUÉ ES HOLLAR EL SENDERO
DEL CONOCIMIENTO?
Despertarte, un buen día, preguntando
la causa y el sentido de la vida,
y ver tu alma lógica, transida,
agotarse negando y suspirando.
Escuchar una voz que, susurrando,
musita en tus oídos, convencida,
un ‘’levántate y anda’’ que intimida,
la semilla del cielo en ti sembrando.
Y echar a andar, de brumas rodeado,
por la senda de inmensas soledades,
y subir y bajar, estimulado
por la atracción sutil de eternidades,
y ver la luz, lejana, entimismado,
que, alcanzada, te llena de verdades.
* * *
DIME, SEÑOR
Dime, Señor, ¿por qué con tal porfía
velas por mí, sin tregua, año tras año,
mientras yo, ciego y sordo y a Ti extraño,
vivo una vida mísera y vacía?
¿Por qué, si no merece el alma mía,
por su triste vivir y gesto huraño,
que la alejes más tiempo de su daño,
te afanas por salvarla cada día?
Quiero, Señor, salir de esta bajeza
y borrar del pasado oscuros trazos
y apoyar en Tu pecho mi cabeza
y dejarme abrazar por Tus dos brazos,
sentir de Tu presencia la certeza
y anudar con Tu amor eternos lazos.
* * *
SI HE DE SER TÚ...
Si he de ser Tú, Señor, y Tú ser mío;
si estás en mí, Señor, y yo soy Tuyo;
si nos hemos de unir, Señor, intuyo
que el recorrido a hacer está vacío.
Pero, ¡vana ilusión!, ¡gran desvarío!:
Lo que parece nada es de por sí
la mayor aventura para mí
y la sola aventura que yo ansío.
Dame, Señor, la fuerza de Tu brazo.
Dame, Señor, la fe de Tu presencia.
Dame el calor inmenso de Tu abrazo.
Dame la luz eterna de Tu esencia,
Que pueda sublimar este retazo
de insípida y estéril existencia.
* * *
YA SÉ, SEÑOR...
Ya sé, Señor, que Tú eres mi inquilino.
Ya sé, Señor, que estás dentro de mí
y que debo acercarme tanto a Ti
que acabe convirtiéndome en divino.
¡Qué dulce y milagroso desatino:
Que un ser tan débil, pobre y baladí
descubra a todo un Dios dentro de sí
y tenga Su conquista por destino!
Pero, Señor, ¡qué senda tan estrecha!
¡Qué camino tan arduo y tan fragoso!
¡Qué luchas, qué peligros... qué maltrecha
queda el alma, del miedo y el acoso,
pues esa breve senda aún no está hecha
y yo, Señor, no soy ningún coloso!
* * *
CONSEJOS
Me has pedido, amigo, un verso
que algo te pueda aclarar
del modo en que vivir debes
para vivir de verdad.
¿Qué verso te puedo hacer
que no te pueda extraviar?
Tan sólo soy un amigo
que has encontrado al hollar
el Sendero que conduce
a tratar de mejorar.
Así, pues, amigo mío,
sin pretender enseñar,
y tan sólo a tu demanda
y sólo por amistad,
ahí van unas cuantas cosas
que te pueden ayudar:
No juzgues y no condenes;
procura siempre escuchar;
no ofendas y no desprecies
ni te consideres más;
sonríe; nunca te enfades;
muestra tu parte vital;
habla sólo de las cosas
que al otro han de interesar
y nunca de las que, tuyas,
nada le van a aportar;
haz tuyo siempre el problema
que preocupa a los demás;
y ten presente la idea
de que eres Dios en agraz
y, a ese Dios que da la vida,
a ese Dios que da la paz,
a ese Dios que lo hizo todo
y al cual todo volverá,
a ese Dios que tienes dentro
es el Dios que has de mostrar.
* * *
YO TE AMO Y TE EXCUSO
Terrorista hermano que matas hermanos
por unas ideas que dices tener,
sin caer en la cuenta del daño que haces,
sin remordimientos, sintiendo placer...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, podrás comprender
que tú y el que matas con saña y sin causa,
los dos, en el fondo, sois un mismo ser.
Traficante hermano que, por un dinero
que no vale nada y que gastas sin tasas
destruyes presentes, futuros, personas,
familias, hogares, ciudades y casas...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, mientras que lo amasas,
verás luz y, entonces, llorarás, sabiendo
que, con tus acciones, tan sólo te atrasas.
Hermano que robas los bienes ajenos
creyendo hacer tuyo lo que es de otro hermano,
sin caer en la cuenta de que hay otra vía
para ser dichoso cada ser humano...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, próximo o lejano,
verás luz y, entonces, darás cuanto tengas
y, a quien lo precise, tenderás tu mano.
Hermano que explotas a tus semejantes
sin sentir dolores en tu corazón,
y crees que tú mandas porque eres el dueño
y que tus hermanos sólo esclavos son...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, casi sin razón,
verás luz y, entonces, con dolor del alma,
viéndote por dentro, pedirás perdón.
Político hermano que, aupado por otros,
olvidas promesas, deberes y sueños
y, porque tú mandas y quieres y puedes,
a los que te auparon miras, ya, pequeños...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, todos tus empeños,
cuando la luz brille dentro de tu alma,
verás, insensible, arder como leños.
Militar hermano, que matas a otros
o expones su vida por un ideal
sin ver que una vida vale mil ideas
y tú también eres un pobre mortal...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, en el vendaval
sinfín de tus odios y de tus horrores,
verás luz y todo llegará al final.
Hermano racista que, corto de miras,
a pueblos distintos declaras tabú
sin ver que esas razas fueron ya la tuya
y, gracias a ellas, llegaste a ser tú...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, el día en que veas la luz,
verás tus ideas, torcidas y vanas,
aArder explotando, como el gas grisú.
Hermano que incendias los bosques verdosos
sólo por capricho, descuido o venganza,
sin ver que con ello matas muchas vidas,
matas la riqueza, matas la esperanza...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, quizá en lontananza,
verás que tus actos son actos suicidas
que sólo en tu contra doblan la balanza.
Hermano que, lleno de ambición insana,
polucionas aire, ríos, bosques, mares,
sin saber que ensucias con ello tu historia
y le restas vida a la Tierra Madre...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, más pronto o más tarde,
verás luz y, entonces, al fin convencido,
será tu conciencia la que al fuego arde.
Proxeneta hermano, que tiendes tus lazos
entre gente incauta, por tu beneficio,
sin ver que los llevas, sin darles opciones,
sl dolor, al llanto, al abismo, al vicio...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, todo ese ejercicio
que exiges a otros, te será execrable
y será motivo de tu beneficio.
Científico hermano, que inventas más armas
para que los hombres se maten mejor,
sin ver que, por gloria, dinero u orgullo,
te haces responsable de tanto dolor...
A pesar de todo, yo te amo y te excuso
porque sé que, un día, cuanto antes mejor,
la luz que ilumina los fondos del alma
te hará verlo claro y en todo su horror.
A todos os amo y a todos excuso
pero, ¿es necesaria tanta aberración?
¿No veis que, lo que ahora parece ayudaros,
todo, sin descuento, todo, sin perdón,
tendréis que pagarlo sufriendo lo mismo
que hacéis sufrir a otros sin causa y razón?
Las leyes divinas son claras y justas
y lo que sembrasteis, llegará a sazón.
Tan sólo burbujas habréis perseguido,
haciendo a los otros la vida transida,
sin ver que eran eso... tan sólo burbujas
sin valor, sin peso, sin ente... vacías.
A pesar de todo, yo os amo y excuso
porque sé que todos, aunque aún escondida,
tenéis en el alma la luz del espíritu
que hará enderezarse la senda torcida.
A todos os amo y a todos excuso
porque, en otras vidas, como todos fui
y no vi, cegado, como ahora vosotros,
las monstruosidades que así cometí.
Pero, llegó un día dichoso, bendito,
en que, venturoso, la luz recibí...
y ahora ya comprendo y disculpo y perdono
como, en otros tiempos, me hicieron a mí.
* * *
V.- LA NOCHE OSCURA
TE PERDÍ, SEÑOR
¿Dónde fuiste, Señor, que no te encuentro?
Sin tu amor, sin tu luz, perdí la calma
y, en esta noche oscura de mi alma,
no tengo norte, brújula ni centro.
* * *
LA NOCHE DEL ALMA
¿Dónde fuiste, Señor? ¡Me siento muerto!
Que, avezado a Tu amor y a Tu presencia,
no soporto Tu marcha ni Tu ausencia
pues, sin Ti, nada es bello y nada es cierto.
Vuelve, Señor, a mí, que yazgo yerto,
sin vida, sin calor y sin conciencia;
vuelve, Señor, renueva la vivencia
de sentirte en mi ser, antes desierto.
¡Maravilla sin par, sin par suceso:
Que el Creador de los cielos y la tierra
me convierta de Dios en un poseso
y yo, criatura Suya, siempre en guerra,
por un grandioso y místico proceso,
pueda gozar la dicha que ello encierra!
* * *
VI.- LA PLENITUD
EL ALMA, A DIOS
Ya sé, Señor, lo que es morir de amores.
Ya sé, Señor, lo que es vivir transida.
Pues sin Ti, mi existencia está perdida
y sin Ti los placeres son dolores.
¡Cómo envidio a los pájaros y flores
que, sin cuidarse apenas de la vida,
saben agradecerla sin medida
con cánticos, perfumes y colores!
¿Cómo podré, Señor, agradecerte
Tu amor, Tu entrega a mí, Tu permanencia
si es que no hay mayor dicha que tenerte
ni mayor galardón que Tu presencia?
¿Qué tengo yo, Señor, para ofrecerte
que valga lo que vale mi existencia?
* * *
NO ME DEJES
Sé que Te llevo en mí; no estoy vacío.
Que, con divino amor, a mí Te acoges
y, callado, en mi pecho Te recoges
y, con ser Dios, eres del todo mío.
Sé que, si pienso en Ti, ya no hay hastío
y, aunque no sé en verdad por qué me escoges,
con Tu presencia ya me sobrecoges
y ella es tan sólo todo cuanto ansío.
¡Quédate en mí, Señor, dame Tu aliento,
no me prives de Ti, de Tu alegría,
que, descubierto en mí, yo ya Te siento
como parte de mí, de noche y día
y, privado de Ti sólo un momento,
sé que, al ser Tú la vida, moriría!
* * *
DEJA QUE ME SUMERJA EN TI...
Deja que me sumerja en Ti, Señor;
deja que me zambulla en Tus colores;
deja que me disuelva en Tus olores;
deja que me difunda en Tu calor;
deja que me transforme en Tu conciencia;
deja que sienta cómo el tiempo huye
y pasado y futuro, juntos, fluyen
en un presente lleno de presencia;
deja que, siendo yo, pueda ser todos,
y que todos en mí tengan cobijo;
y que, siendo yo Tú, Te sienta mío,
y Tu son y mi son sean uno solo;
deja que la belleza de Tu obra
me impregne todo de su maravilla,
y que Tu amor transforme mi semilla
y me reparta por la Tierra toda,
y llegue a todas partes, y de todas,
reciba dicha, amor y fe y sosiego
y plenitud y risa y agua y fuego
y en mí se fundan todas esas cosas;
y, unido a todo y difundido en Ti,
sea dios y hombre, absorto y absorbido,
porque, Señor, yo siempre, sólo he sido
una parte de Ti viviendo en mí.
* * *
LA PLENITUD
¿Qué total plenitud, qué suave calma,
qué dulce bienestar, qué fuerza inmensa,
qué visión, qué sentir, qué vida intensa,
qué amor inacabable embarga el alma!
¡Qué verse en todo y todos reflejado,
y sentir como todo está en nosotros,
y saber que no existen ya los otros
por que nada es ni vive separado!
Todo está en Dios y Dios se encuentra en todo;
y nuestro Yo es de Dios sólo una parte;
y todo Su saber es, de otro modo,
nuestro saber y nuestra ciencia y arte;
y nuestra vida encuentra su acomodo
en todo ser, y en todos se reparte.
¡Sublime situación, inconcebible,
imposible y real, inexpresable,
sentida intensamente, incomprensible
mas comprendida, cierta, inolvidable!
FIN