La belleza perfecta





“Los conocedores han establecido un cuadro de lo que debe ser la belleza perfecta y han acordado para cada parte del cuerpo ciertas cualidades, que consideran exquisitas.

A saber: que la piel, los dientes y las uñas sean blancos; las mejillas y la parte de debajo de las uñas, de tinte rosado; los cabellos largos, las manos alargadas y el cuerpo esbelto, que tres cosas sean menudas, breves: los dientes, las orejas y el vientre; que en cambio la frente sea amplia y que las cejas esté suficientemente separadas entre sí; por último, que la cintura sea estrecha y la boca pequeña, y que la vulva esté apenas entreabierta, para recibir el rocío anhelado.”


Nicolas Chorier, “Sátira de Luisa y Sigea”




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