Nancy Friday




El zapato ideal


Un factor común a todas mis fantasías es el calzado de tacón alto. Puedo excitarme con los zapatos de un escaparate o de un cuadro, o cuando los veo en una mujer. Me exalto hasta el delirio si mi pareja accede a usarlos mientras hacemos el amor, sobre todo si me toca el pene con los tacones durante los juegos preliminares. Mis zapatos predilectos son los que se sujetan por medio de una tira en el talón y no tienen puntera. Los tacones de doce centímetros tienen la altura perfecta. Si son más altos, resultan antinaturales y exagerados.

Tuve una relación especialmente feliz con una señora que me ayudó a vivir una fantasía soñada durante mucho tiempo. Después de chuparme el pene hasta dejarlo completamente húmedo, se quitó uno de sus zapatos – de mi estilo favorito – y deslizó mi pene en su interior de modo que la cabeza de éste sobresaliera a través de la puntera abierta. A continuación me chupó la cabeza del pene moviendo el zapato hacia arriba y hacia abajo, con lo que finalmente me llevó a una maravillosa eyaculación en su boca, lo que me proporcionó un placer tanto físico como mental.

Una prolongación de esta misma fantasía consiste en que, en lugar de chuparme el pene, ella se tiende de espaldas y guía su zapato, con mi pene en su interior, hasta los labios de su vagina, y muy lenta y suavemente me permite insertarle el tacón en su interior. En ese momento estamos unidos sólo a través del zapato. Entonces puedo llevarla al orgasmo follándola con el tacón, mientras el impulso ascendente que empuja mi pene a través de la puntera abierta me hace eyacular sobre sus pechos y su cara.

Nancy Friday, “Sexo: Varón”.

Volver