LA IMPRENTA Y EL PERIÓDICO OFICIAL EN HONDURAS
Por: Augusto C. Coello
La primera imprenta fue traída a Tegucigalpa en el mes de marzo de 1829, comprada al señor don Santiago Machado, por la suma de 1,000 pesos plata, por el General Francisco Morazán, recomendado por el gobierno de Honduras. Al traer la imprenta se trajo también el personal respectivo para su instalación y funcionamiento, compuesto de los impresores con el sueldo de 40 pesos el uno y de 20 pesos el otro.
Esta imprenta fue instalada en uno de los apartamentos del antiguo convento, del Cuartel San Francisco bajo la dirección del señor Cayetano Castro, nicaragüense, natural de León. La primera publicación editada en dicha imprenta que se conserva en el Archivo Nacional, pero que no he encontrado últimamente, fue una proclama del General Francisco Morazán, fechada el 4 de diciembre de 1829, antes de su expedición a Olancho para la pacificación de este Departamento que obtuvo mediante la celebración de un convenio firmado el 21 de enero de 1830, en el lugar llamado "Las Vueltas del Ocote", por medio del cual los olanchanos se comprometieron a reconocer y prestar obediencia al gobierno de Honduras.
El periódico oficial del gobierno, con el nombre de Gaceta del Gobierno, apareció por primera vez el 25 de mayo de 1830, publicándose hasta el número 13, siendo suspendida a consecuencia de la revolución reaccionaria que apareció en la costa norte y que encabezaba el General Vicente Domínguez, quien logró apoderarse del castillo de San Fernando de Omoa, donde tremoló de nuevo, por algunos días el pabellón español.
El órgano del gobierno continuó su publicación en diciembre de 1831 con el nombre de Conocimiento Oficial, editándose hasta el número 7, siendo igualmente suspendida en marzo, por la revolución de ese año, acaudillada por el propio Domínguez que terminó con la fusilación de éste en Comayagua el 12 de septiembre de 1832. Durante estos sucesos el órgano oficial se publicó con el nombre de Boletín oficial desde junio de 1832 hasta el número 38 en marzo de 1834.
En 1836 continuó con el nombre de Gaceta del Gobierno Supremo del Estado de Honduras, hasta el 28 de enero de 1837 que sigue con el nombre de Semanario Oficial de Honduras a marzo de 1838; y con el nombre de Termómetro Político oficial al 20 de julio de 1839, siendo sustituido desde el mes de agosto de 1840 por el Redactor Oficial de Honduras. que se publicó desde esa fecha al 15 de octubre de 1848 en que cambió por la Gaceta Oficial del Gobierno de Honduras; después Gaceta Oficial de Honduras, órgano oficial del gobierno de la República de Honduras, en febrero de 1862, para continuar con el título de Gaceta de Honduras en 1864; Gaceta Oficial y El Nacional de 1874 a 1875; y La Gaceta simplemente desde 1876 a la fecha.
La imprenta establecida en Tegucigalpa fue trasladada a Comayagua en 1931, estando bajo la dirección del señor Eulogio García. En 1836 el establecimiento pasó a ser dirigido por don José María Sánchez quien estuvo a su frente hasta el año de 1855. Durante este tiempo esta imprenta adquirió nueva maquinaria y materiales, manifestando ya aunque algo rudimentario, algún progreso en el arte tipográfico. Desde esa fecha la imprenta sucesivamente fue dirigida hasta 1862 por los señores: Gregorio Donaire hondureño; Manuel Leuri cubano y Olayo Amador , hondureño, en 1874 por el señor don León Mejía, hondureño, y en 1878 por don Adolfo Pierre, cubano. Durante el año 1879 fue traído por el gobierno el impresor español señor don Ramiro Fernández Robles, a quien se le confió la dirección de la imprenta. Bajo la dirección del señor Fernández Robles se marca el verdadero progreso tipográfico, pues mediante sus gestiones, el establecimiento fue dotado de máquinas, tipos y útiles conforme los adelantos modernos de aquella época. Fue además el señor Fernández Robles quien dio principio a la formación de tipógrafos hondureños, habiendo sido el maestro de casi todos los que posteriormente han dirigido la Imprenta Nacional.
En 1892 pasó la dirección a manos del señor don Guillermo Rieger, alemán quien le dio notable impulso. En 1894 fue nombrado director el señor don Rafael Maradiaga, hondureño, quien introdujo los más modernos métodos del arte y bajo cuya hábiles manos la Imprenta Nacional de Honduras culminó como una de las más notables de Centroamérica. Durante ese tiempo fue construido el edificio actual en que se ha establecido el plantel.
En el año de 1900 la empresa fue puesta bajo la dirección de don Manuel M. Calderón quien la fomentó con un considerable pedido de tipo de materiales de imprenta, atendiendo su preferencia el taller de encuadernación, que desde entonces ha cobrado considerable importancia.
Por segunda vez volvió a la dirección en abril de 1903 don Rafael Maradiaga, quien la desempeñó hasta abril de 1905, siendo sustituido por don Ramón Landa, quien, mientras ejerció aquellas funciones, renovó en gran parte el material del establecimiento, haciendo venir a la vez nuevas máquinas de encuadernación.
En abril de 1907 llegó de nuevo a la dirección del establecimiento don Manuel M. Calderón, dedicándole todas sus actividades y energías.
En el año de 1911 se encargó de la dirección de la imprenta nacional don Froylán Turcios, a quien sucedió por todo el término de la administración Bertrand, don Ramón Landa.
En la administración del general López Gutiérrez desempeñó tal cargo don Rosendo M. Ferrari, y en la provisional del general Tosta y constitucional de doctor Paz Barahona don Costantino S. Ramos. Actualmente la desempeña el señor don Manuel E. Sosa obrero inteligente, honrado y laborioso, de cuya actuación deben esperarse benéficos resultados.
No está de más añadir que el primer reglamento interior de la imprenta fue emitido por la Asamblea Nacional del Estado el 6 de enero de 1833; la primera ley sobre libertad de imprenta el l0 de mayo de 1831.
Para la adquisición de los datos anteriores he aprovechado algunos proporcionados en 1907 por el señor don Gonzalo Guardiola, director que fue del Archivo Nacional, expurgados y rectificados minuciosamente.
Los demás los he obtenido directamente del Archivo Nacional y en archivo particular.
Tegucigalpa, mayo de 1929.
Augusto C. Coello
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