DPTO. FREANCISCO MORAZAN

MUNICIPIO DE TEGUCIGALPA

Tegucigalpa fue fundada por los colonizadores españoles en un fresco paraje en el centro de Honduras, rodeada de montañas. El patrono de la ciudad fue el Arcángel San Miguel, su vigilante y protector.

En 1536, Tegucigalpa estaba sumamente poblada de pech, tolupanes y tawahkas. Todos indígenas aguerridos, llamados xicaques, fueron la base de las grandes encomiendas, que tipificaron el surgimiento de las enormes haciendas ganaderas, así como de la explotación de las minas del sector.

En la actualidad existe un sin número de escritos que hablan del potencial minero que encontraron los primeros pobladores en aquella época. Hoy en día, de esta fuente de riqueza colonial, sólo queda la historia plasmada en excavaciones, que desaparecieron con el paso de los años y la inclemencia del tiempo.

El poblado se presume según documentos históricos fue fundado el 29 de septiembre de 1578 por los hombres venidos de ultramar en el lugar conocido como Teguzgalpa y al que llamaron Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa, la historia alude a los yacimientos de plata que se descubrieron en los alrededores.

Cuenta la historia que los españoles tenían ansias de hallar riquezas y se encontraron en efecto con una ciudad rica en diferentes factores en el momento del hallazgo, ellos la conocieron como “Teguycegalpa”; el territorio localizado estaba escondido justo debajo del cerro de “El Picacho” donde se asentaron aquellos hombres que olvidaron levantar el acta de fundación de la ciudad”.

Teatro Manuel Bonilla

Por lo que fue hasta en 1977 que se declaró el 29 de septiembre de 1578 como fecha de fundación de la ciudad y desde esa fecha cada año los tegucigalpenses celebran con júbilo el aniversario de ciudad capital.

Sin embargo, en escritos publicados en 1795 se establece que con motivo de la demarcación de los límites jurisdiccionales de la Villa de Tegucigalpa, que se habían traído a la vista los autos del Real de Minas, cuyo nombre conservó hasta 1962, el real título de Villa de San Miguel y Heredia a las minas de Tegucigalpa. El nombre de Heredia se conservó a lo largo del tiempo, en recuerdo del presidente Fernández de Heredia.

En el año de 1579 San Miguel de Tegucigalpa fue elevada al rango de Alcaldía Mayor con una jurisdicción señalada por Cédula Real de 1580. Una cédula del monarca español del 18 de junio de 1762 dio al poblado el título de Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia.

El 11 de diciembre de 1821 ésta obtendría el título de ciudad y el presidente Marco Aurelio Soto la convertiría oficialmente el 30 de octubre de 1880, en capital de la República.

Para esas fechas el Poder Legislativo, consideró que era preciso nombrar la capital del Estado de Honduras para dar a las autoridades el establecimiento o espacio necesario para realizar sus ocupaciones.

Fue así como desde el 8 al 15 de agosto de 1856 la capital fue trasladada a Tegucigalpa, las oficinas y personal de las instituciones y poderes se reubicaron en el departamento de Francisco Morazán en el municipio del Distrito Central, según lo establece el decreto de traslado de gobierno y siendo presidente el doctor Marco Aurelio Soto. Los argumentos de la Constituyente. En el decreto número 11 del 30 de octubre de 1880, publicado en el Diario Oficial La Gaceta de ese año, determina que Tegucigalpa reunía una serie de condiciones que ameritaban el cambio de la sede del Poder Ejecutivo.

Entre esas ventajas también figura el funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia, la Caja Real, la Universidad Nacional y los centros económicos más importantes que generaban el desarrollo nacional.

“Considerando que además de las circunstancias de salubridad y moral pública, Tegucigalpa ha de ser en el estado la población más grande en riqueza, relaciones, número de habitantes y recursos necesarios a las autoridades y a los particulares”, cita el decreto.

Existen muchas versiones que establecen que la capital fue trasladada a Tegucigalpa porque el Dr. Marco Aurelio Soto, se casó con una mujer de Tegucigalpa, misma que fue despreciada por la alta sociedad de Comayagua, y que ante tal desprecio, el Dr. Soto tomó la decisión de trasladar la sede de la capital a Tegucigalpa.

Sin embargo la historia del traslado de la capital tiene más que ver con los intereses personales del presidente Soto, quien al tener una participación accionaria importante en la Rosario Mining Company, de San Juancito, prefería a Tegucigalpa como sede de la capital por su proximidad a la sede de la minera.

Tegucigalpa desde sus tiempos de fundación fue un poblado minero y a partir de 1898 conformó con Comayagüela una misma ciudad. Hoy día no es raro que se le conozca como “Teguz” y unida con Comayagüela constituyen el Distrito Central. Tegucigalpa declarada capital de Honduras

Decreto 11

Considerando:

Que la cuidad de Tegucigalpa reúne las condiciones y elementos necesarios de población y riqueza, para la residencia del gobierno y de la Corte Suprema de Justicia y reunión del Congreso, que en ellas se encuentra el almacén principal de guerra, la Casa de la Moneda y la Imprenta Nacional, lo mismo que las oficinas centrales de renta, telegráfica y de correos, por tanto,

DECRETA:

Artículo Único.

Se declara la ciudad de Tegucigalpa, por ahora, capital de la República.

Dado en el Salón de Sesiones, en Tegucigalpa, a 30 de octubre de 1880. Al Poder Ejecutivo.

Manuel Gamero, Presidente.

Luis Bográn, Secretario.

Jerónimo Zelaya, Secretario.

POR TANTO: Ejecútese.

Tegucigalpa, noviembre 2 de 1880

Marco A. Soto.

Tegucigalpa, M.D.C.

De Comayagua a Tegucigalpa

DECRETA:

Artículo 1. Se traslada el gobierno de esta capital a la ciudad de de Tegucigalpa y su salida tendrá lugar del 8 al 15 de mes entrante.

Artículo 2. El tiempo de su traslado, será el que fuese bastante para llenar los objetos expresados.

Artículo 3. En consecuencia con el administrador General de Correos, cada tres días hará salir con propio de esta capital a la referida cuidad de Tegucigalpa, la correspondencia que hubiese.

Artículo 4. El ministro de Relaciones es encargado del cumplimiento de este decreto.

Dado en Comayagua en casa de gobierno el 19 de julio de 1856

Una ciudad con un nombre incierto

Muchas han sido las discrepancias en cuanto al verdadero significado de y origen de la palabra Tegucigalpa, puesto que no se conoce a ciencia cierta cuál es el verdadero significado del nombre que hoy recubre a la capital de Honduras.

Hay quienes aseguran que se refiere a una palabra náhuatl (lengua hablada por indios mexicanos) que significa “Montaña de Plata”, otros aseguran que significa “Lugar donde se encuentran los hombres”, “piedras de colores”, “Montaña de dinero” o “En la casa de piedras amarillas” entre otras.

Sin embargo, para historiadores mexicanos, la palabra Tegucigalpa tiene sus orígenes en la civilización azteca, y significaría “La región de los cerros de los venerables ancianos”.

Mientras que para el escritor hondureño, Jesús Aguilar Paz, el significado de “Cerro de Plata” que se le ha otorgado a la actual capital, debe ser considerado como una creación de la ignorancia.

Lo cierto es que son muchas las apreciaciones que se tienen en cuanto al significado del nombre de la capital de Honduras, sin embargo, sea cual sea, los capitalinos están seguros de que se trata de una ciudad que en estilo, espacio y forma conlleva una serie de tesoros, debido a la historia que encierra en sus calle empedradas y en los antiguos edificios que aún perduran.

El patrono de la ciudad fue el Arcángel San Miguel, su vigilante y protector.

Escudo de Armas de la Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa de Heredia

El escudo de forma oval, donde aparecen varios cerros de plata con una especie de puntas y árboles de color simple, que representan la riqueza mineral, la prosperidad y la vida obrera.

El fondo azul representa el cielo y la concordia, y sobre los cerros de plata aparece San Miguel Arcángel, vestido de color de gules y de oro, sostiene en su mano derecha una balanza y en su izquierda un escudo oval, todo de oro y significa que es el santo patrón de la Villa, que simboliza la paz, protección y justicia, entereza y magnanimidad de los sentimientos cristianos dentro de los cánones de la religión católica. Alrededor del Arcángel San Miguel se encuentra un anillo de tres cajas de color de gules.

oro y gules, adornado con rosas del último de dichos metales, este anillo simboliza los lazos inquebrantables que unen esta villa con la madre patria, estas son algunas características del escudo. Ya poblada la Villa de San Miguel, su cabildo era posiblemente de bahareque, su techo de tejas y maderas de la comarca circunvecina, no tenía campana para invitar a las sesiones a los justicias, a los consejos y regímenes y a las reuniones entre autoridades edilicias y sectores de la población que iniciaba su desarrollo, fue entonces cuando el 25 de septiembre varios personajes adinerados de esa época acordaron en contribuir para comprar una nueva campana, con algunas arrobas de peso y que fue fundida en la villa de San Miguel y fue ubicada en frente de la plaza principal.

Cristo del Picacho

Entre las reglas para utilizar la campana se estableció que se tocaría cuando hubieran elecciones en horas hábiles tanto de la noche como de la mañana, en la víspera del año nuevo y las nueve de ese mismo día por la noche un repique doble y al siguiente día lo mismo.

Se indicó que la campana no se utilizaría para otra celebración o evento en el que no estaba establecido, a menos que fuese una orden de ayuntamiento de la Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa.

Comayagüela, ciudad gemela de Tegucigalpa

La estructura etimológica de la palabra que la voz Comayagüela es derivada de Comayagua, y que como diminutivo significa “Comayagua la pequeña”.

No se sabe la época de fundación de Comayagüela, probablemente haya coexistido con el de Minas de Tegucigalpa.

Sus primeros pobladores fueron indígenas como lo prueban los tipos raciales que existen en su territorio y varios de nombres geográficos tales como Guacerique, Cucuterique, Sipile, Mayangle, Guaralalao, Toncontín, cuya forma propia y primitiva es Tocotín, voz que sirve para designar una antigua danza mexicana.

La procedencia exacta de estos primitivos pobladores se desconoce, pero algunos historiadores presumen que eran de las montañas agrestes de Lejamaní, pueblo indígena de aquel entonces, ubicado en el departamento de Comayagua.

Mientras algunos pobladores de La Cuesta, al norte de Tegucigalpa, señalan que fue de Jano, Olancho de donde vinieron sus antepasados. Durante su trayecto la población se dividió, una parte se dirigió a Lejamaní y la otra se marchó a La Cuesta.

Se cree que los indígenas que formaron Comayagüela, vinieron a este lugar en los primeros años de la conquista, o sea a mediados del siglo XVI. El cosmógrafo de Velasco, en la obra inspirada en documentos oficiales y publicada en 1575, llama a esta ciudad “Comayagua de los indios”.

Monumento a la paz, en el cerro Juan A. Laínez

Los ciudadanos de Comayagüela apoyaron el movimiento de independencia

Trece días después de proclamada en Guatemala la independencia, la noticia llegó a Tegucigalpa. El 28 de septiembre los habitantes y los altos funcionarios celebraron la independencia.

A pesar del entusiasmo mostrado por el pueblo de Comayagüela, el gobierno de la provincia, con sede en Comayagua, ordenó al ayuntamiento de Tegucigalpa no prestara obediencia a ninguna autoridad, militar, eclesiástica, ni civil de aquella metrópoli.

El ayuntamiento les contestó con dignidad y firmeza, manifestando que su conducta sería obedecer de ambas autoridades, lo concerniente a sus respectivas atribuciones.

El gobernador Tinoco quedó contrariado al recibir el oficio anterior y dispuso reunir el mayor número de elementos para someter a los disidentes de Tegucigalpa.

Todo el pueblo acudió a defender a sus autoridades y en pocos días se presentaron más de mil hombres, organizándose en varias compañías, nombrando ellos mismos a los oficiales, entre los tenientes salió nombrado, Francisco Morazán, quien ya era predestinado para ser el genio, el héroe legendario y el mártir de nuestra emancipación política.

TEGUCIGALPA cuenta con un sin número de lugares vistosos y que durante el paso de la historia muchos de ellos se han perdido y sólo viven en la memoria de quienes afortunadamente vivieron esos bellos tiempos en que la población era escasa, se respiraba un aire puro y el clima era formidable.

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