ENTRE BOTAS Y LAZOS: INVESTIGACIONES EN ANTIGUOS
DESTACAMENTOS MILITARES EN GUATEMALA
José Suasnavar,
Renaldo Acevedo,
Ronaldo Sánchez,
y Leonel Paiz
FUNDACIÓN DE ANTROPOLOGÍA FORENSE DE GUATEMALA
"...mi primo vio a mi esposo en el destacamento, estaba
amarrado y muy golpeado. El
compadre de mi marido me llegó a decir 'ya no lo busque', a
él mismo le había tocado
matarlo. 'Los soldados del destacamento llevaron a dos
hombres y nos llamaron a los
patrulleros'. A él le dijeron que matara a uno de los
prisioneros, resultó que era su
compadre. Me dijo: 'me mandaron a matar con cuchillo, tu
esposo me habló todavía,
hermano (...) déme uno solo, yo ya sufrí bastante'. Y yo le
eché uno de una vez, y no allí
me agarraron los soldados, ya mero me matan de una vez, me
dieron patadas y culatazos
(...) tu mero padre por eso lo mataste de una vez, me
dijeron ".
Testimonio Tunaja, Zacualpa 02/2001.
La Fundación de Antropología Forense de Guatemala, ha
conducido investigaciones
periciales en 8 antiguos destacamentos militares en
diferentes partes del país, cuyo objetivo
ha sido determinar la existencia de cementerios
clandestinos, ya que las denuncias de
familiares de desaparecidos señalan estos centros como el
último lugar en el que vieron con
vida a sus parientes, hechos que suceden principalmente
entre los años de 1980 a 1984.
Nuestra intención en esta ponencia es presentar los
resultados de estos trabajos, para lo cuál
esbozaremos la situación en la que vivía Guatemala en esos
años, los movimientos sociales,
la propuesta insurgente, y las acciones de la respuesta
contrainsurgente que se desplegaba
desde un plan operativo efectuado por la cúpula militar, y
como se ejecutaba desde esos
destacamentos. Sin tratar de llegar a los orígenes de las
formaciones guerrilleras, trataremos
brevemente de observar como estas se desarrollaban en el
período de tiempo que nos
interesa.
Desde 1954 la historia política ha sido la combinación de
inestabilidad social y represión
En la ultima parte de la década de los 70 se desarrolló un
importante movimiento social,
carácter contestatario, que reclamaba mejores condiciones de
vida para los trabajadores de
campo y la ciudad, así como por la implantación de la
propuesta insurgente en varias
regiones del país, entre diferentes sectores de la sociedad
guatemalteca. (Figueroa: 1996)
Los golpes de estado militares de entonces, que se inscriben
en esa necesidad de
readecuación institucional en la lucha contrainsurgente, son
justificados por el ejército
afirmando que debido al peligro que podía hacer caer el
país, el ejército se veía obligado a
asumir el control del gobierno con la tarea de rescatar la
dignidad nacional y la fe del
pueblo en sus instituciones. Según el discurso del coronel
Terraza Pinot en 1987.
Las agrupaciones insurgentes
La Nueva Organización Revolucionaria de Combate (NORC), como
tal, penetró desde
México al departamento de Quiche, comenzando su trabajo en
la selva del Ixcán, paráS
posteriormente extender su influencia en la zona montañosa
del mismo departamento V.
empezar a expandirse a Huehuetenenago y hacia el altiplano
central. El NORC
posteriormente se convirtió en EGP, que realizó un relevante
trabajo organizativo en la
capital y posteriormente en la costa sur del país.
(DHI/F,/97;GM/F, 3/98) El EGP estuvo
detrás de lo que ha sido la organización campesina más
grande del País, el CÜC, y con su
acción el EGP desencadenó el alzamiento campesino indígena
más importante de la historia
contemporánea de Guatemala. (Figueroa, 1999: 144)
Las PAR se implantaron a fines de los años 70 en el Peten,
convirtiéndose en una
organización con influencia notable en el movimiento de
masas en la ciudad de Guatemala,
A principios de los ochenta, ampliaron su trabajo
organizativo de carácter insurgente con la
apertura del frente guerrillero Tecún Umán en Chimaltenango,
con lo cual coincidieron o
colindaron en zonas de operación guerrillera con el frente
Augusto Cesar Sandino del EGP
y el Javier Tambriz de la Organización del Pueblo en Anuas
ORPA.
La ORPA surgió del llamado -Regional del Occidente- de las
FAR y empezó a expandirse
hacia el altiplano central (Solóla) y hacia el suroccidente
(San Marcos) y con el tiempo
constituyó el frente Javier Tambriz que se movilizó y
efectuó acciones insurgentes a lo
largo de la parte central de la sierra Madre, llegando a
operar en Quetzaltenango, Solóla,
Chimaltenango, Sacatepequez, y en la Costa sur.
En el caso del PGT su influencia se concentró en ciudad de
Guatemala, en ciertas regiones
de la costa sur, Chimaltenango, Quetzaltenango y Alta
Verapaz. En 1982, en un intento de
superar su rezago en materia militar, implantó un precario
frente guerrillero, el Manuel
Andrade Roca, en la zona limítrofe entre Alta Verapaz e
Izabal. El ejercito detectó la
presencia del frente aún antes de que empezara a operar e
inició una campaña de terror a
través de masacres, ejecuciones extrajudiciales
individuales, desapariciones forzadas que
finalmente aniquiló las posibilidades de desarrollo
guerrillero. (Figueroa 1999: 145)
La estrategia Contrainsurgente.
En el gobierno de Lucas García (1978-82), la estrategia
contrainsurgente se concentra
eliminar el movimiento social tanto urbano como rural, el
cual había crecido sensiblemente
durante los años previos, asi como combatir a la guerrilla.
Posteriormente, EfraÍn Ríos
Montt (1982-83) le dio continuidad a la estrategia de tierra
arrasada, destruyendo cientos de
aldeas, principalmente en el altiplano, y provocando un
desplazamiento masivo de la
población civil que habitaba las áreas de conflicto.
En abril de 1982, el entonces Estado Mayor especial del
Ejército, presentó a los ministros
de estado El Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo. Este
se promulgó como una
estrategia de largo plazo; se planteaba reestructurar el
Estado en función de la lucha
contrainsurgente, integrando con un mismo fin, sectores
políticos, económicos y populares
en lo que se conoció como "Nuevos Elementos
Doctrinarios de la Estrategia Antiterrorista"
(ÍGE 1989: 12 Guatemala: Seguridad y Desarrollo Mimeo,
Guatemala).Su planificación se
presentó en cinco fases:
1 Victoria 82 u operación ceniza "Campaña de
pacificación" de tierra arrasada dirigida por
los coroneles Lobos, Cáceres y Gramajo
2 Firmeza 83
3 Reencuentro institucional 84
4 Estabilidad Nacional 85
5 Avance 86
La estrategia contrainsurgente diseñada tenía como fin el
control y protección de la
comunidad en contra de la amenaza insurgente y el desarrollo
social, ya que se consideró
que la injusticia y la desigualdad eran las causas del apoyo
a la insurgencia por parte de la.
población. La primera parte del plan fue la acción punitiva
contra las aldeas campesino-
indígenas, lo que derivó en masacres sucesivas, seguido de
la dislocación y reagrupamiento
táctico de los sobrevivientes, y, por último, la aplicación
del esquema de desarrollo.
En 1982 el Ejército reorganizó su estructura, a fín de
mantener el control que había ganado
en el Altiplano por medio de su violencia indiscriminada a
principios de 1980. De esta
manera y de acuerdo a las fronteras departamentales, el país
fue redividido en veintidós
zonas militares, de nueve que existían antes, colocándose
una base grande en cada
departamento. Pese a que este movimiento amplió la presencia
militar permanente en el
medio rural, el Ejército no tenía suficientes recursos o
personal para penetrar en gran parte
del interior del país, especialmente en las remotas áreas
montañosas. Crucial para esta tarea
fue la creación de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC)
en el Altiplano. (J.C.
Cambranes 1992:25).
Estas servirían para consolidar su control sobre la población,
buscando contrarrestar la influencia de la insurgencia y
reducir las causas que generaban
malestar entre la población, organizando los denominados
polos de desarrollo.
A finales de 1982 ya habían 300,000 patrulleros, en 1983
500,000 y a finales de 1984
1,300,000 patrulleros, lo que resulto en mas del 10 % del
total de la población. (Shimer
1999:54)
Los comisionados militares tenían a su cargo la organización
de las patrullas, quienes a su
vez eran adiestrados en los destacamentos militares.
Previo a la llegada del destacamento como tal, partiendo
desde sus bases el ejército había
efectuado ofensivas, en las cuales se les dio muerte a
varias personas. Muchos de esos
hechos fueron públicos, amparados bajo la excusa de la
búsqueda de subversivos, lo cual
provocó un clima de miedo y angustia. Básicamente la función
del destacamento era una
avanzada del ejercito como tal, con el fin de mantener bajo
control a la población, y por
supuesto reduciendo las áreas de influencia de los grupos
insurgentes.
Los lugares donde hemos realizado investigaciones son: El
Chai en Dolores Peten, Belén
en Santo Domingo SuchÍtepequez, San Andrés Sajcabaja, Chupol
en Chichi castenango,
Zacualpa, Cotzal todos estos del departamento del Quiche,
además de San José Poaquil y
Choatalum en San Martín Jílotepeque, estos de Chimaltenango-
De los 8 destacamentos investigados. San Andrés Sajcabaja,
Chupol y Zacualpa presentan
ocupaciones militares en las iglesias y las casas parroquiales.
La tropa militar tomo las
iglesias de la misma manera que los conquistadores españoles
ocuparon los templos
preshispánicos lo que a la larga tiene un transfondo
ideológico. Los otros destacamentos se
situaron en las inmediaciones de las poblaciones. En el
altiplano estos se localizan sobre
cerros, desde donde se puede tener control y dominio sobre
las tierras menos elevadas,
además que serían más defensivos. En todos los casos
simplemente ocuparon el lugar
aunque estos fueran terrenos privados, lo que privo del uso
del mismo dueño, además de los
vecinos directos al destacamento por el mismo temor que se
les había infündido.
El Chai se ubica a unos 60 Km. al sur de la cabecera
departamental del Peten, justo en la
ruta que comunica a este departamento con el resto del país,
en un paso geográfico natural.
Hasta 1979, en la parte sur del poblado existió una garita
de la Policía Militar Ambulante,
la cual fue quemada por la guerrilla, entonces se instalo el
destacamento militar en el lugar,
cuyo puesto de mando era turnado con el destacamento del Rio
San Juan, a escasos 10 km
al sur. La presencia de ambos destacamentos en el lugar,
refieren a la existencia de más de
un comando de efectivos para cada lugar, según los pobladores,
enfrentamientos directos
no se reportan en el Chai, pero si en San Juan.
Si bien su área de acción era principalmente el control
sobre la carretera, también eran,
continuas las incursiones que realizaban en la montaña, se
han investigado los hechos
ocurridos en las cooperativas Las Flores y la Amistad en los
que los militares dan muerte 2
y 4 personas respectivamente. Sin embargo a pesar de estas
muertes se ha pensado que se
procedía más a la captura con listados previamente
efectuados, asi como por la
identificación que en algún momento hacía alguien con el
rostro cubierto.
Hasta la fecha en el Chai es de donde mayor número de
osamentas se han rescatado dentro
de un destacamento, alcanzando un mínimo de 47 personas, en
por lo menos 26 hechos
diferentes- En 1985 el destacamento se cambio de sede,
siempre dentro del Chai, lugar
donde funciona hasta la fecha.
Belén Santo Domingo Suchitepequez.
Esta región que se conforma por importantes zonas de cultivo
para la agroexportación, la
población residente no cubre los requerimientos de las
empresas agroexportadoras, lo que
hace necesario mantener a una considerable población
flotante, proveniente del altiplano,
bajo un estricto control, pero conservando algunos espacios
de negociación con el fin de
mantener el funcionamiento mínimo de la producción (D1IDH:
1996).
Esta situación en la que la producción agroexportadora tiene
una importancia de primer
orden, impediría realizar ofensivas militares abiertas y
extendidas en la Costa Sur, así comó
en otras regiones con características similares. En este caso pesaría más el costo
económico de sus efectos, que los costos políticos y
sociales, lo que no fue un impedimento
para que se cometieran también numerosos crímenes.
Habrá que recordar que en febrero y marzo de 1980 el CUC
organizo una huelga que
paralizo actividades en 14 ingenios azucareros y en 70
fincas, por lo que en 1981 lo
finqueros de la región se reunieron en la Finca Morelia,
provocando que 3 días después se
instalara el destacamento militar, en un espacio de la misma
finca.
La persecución fue dirigida a todas aquellas personas que
tenían reuniones o quienes er
líderes religiosos o miembros de una organización
comunitaria, se operaba en conjunto con
los comisionados militares, y se contaba con sendas listas
de personas que siempre eran
buscadas entre los pasajeros de camionetas e inclusive
ingresando a cada casa de la
comunidad.
En las excavaciones se recuperaron 18 osamentas, de las
cuales una fue de sexo femenino
El destacamento es desmantelado en 1983, por las presiones
de los pobladores, así como el
hecho que los soldados estaban acabando con el ganado de la
finca.
La cabecera de este municipio se encuentra en un pequeño
valle en la cierra de Chuacús,
los militares le dieron un valor estratégico particular, ya
que el municipio comunica
Altiplano central con el norte del departamento del Quiche,
donde el enfrentamiento
propiamente se caracterizo por su intensidad. Además se
trataba de una zona de paso para
los correos insurgentes. En 1981, los militares ocuparon la
iglesia y casa parroquial, para
instalar el destacamento.
Las acciones de comisionados militares y patrulleros de
autodefensa civil, tiene mayor relevancia en este
sector. Puesto que son ellos los
principales responsables de la desaparición de los vecinos
del lugar. El 5 de marzo de
1982, en la comunidad de Mixcolaja, guerrilleros
pertenecientes al EGP dan muerte a un
grupo de 8 ladinos. 5 días después el ejercito mata en
Chinanton muy cercana a la anterior
comunidad a por lo menos 28 indígenas del lugar.
Dentro del destacamento se recuperaron los restos de 26
personas en 9 fosas, que nos dan el
mismo numero de eventos, y el lugar fae desalojado en 1984.
Al igual que en San Andrés Sajcabaja, la zona era
considerada como un corredor natural
por donde podrían pasar los grupos insurgentes. Las
incursiones que el ejercito realiza en las comunidades de Zacualpa si son
muchas. La FAPG ha trabajado en 14 comunidades do.
este municipio de donde se han rescatado a mas de 150
osamentas, estas masacres casi
siempre se dieron en conjunto con los patrulleros de auto
defensa civil.
Al interior del destacamento llegaban todas aquellas
personas que se les sindico de tener
una participación de colaboración o de información con los
insurgentes. Del interior del
destacamento se recuperaron un total de 40 osamentas, 36 de
ellas rescatadas de un pozo de
agua, en donde se pudieron observar 3 eventos diferentes, es
decir al darle muerte a un
grupo y tirarlos en el pozo, el mismo solo era rellenado
parcialmente, para luego tener otro
evento similar.
Chupol
Chupo, se ubica a la altura del Km 110 de la ruta
interamerícana. En las excavaciones
realizadas en los limites del mismo lo único que se encontró
fueron algunos chasis de
bicicletas y hasta el de una moto. Esta región previo al
destacamento fue una en las que
mayor concientización se había hecho principalmente por
parte del EGP, los pobladores
ante la llegada de los militares ya de forma permanente en
el lugar optan por huir a las
montañas. A escasos 100 al sur de donde se encuentra la
iglesia se encontraron 3 pozos
cavados como trampas para que cayeran en él los soldados,
estos son descubiertos, por lo
que empieza una persecución más directa contra los pobladores.
En el lugar donde se
hallaron estas trampas siempre ha existido un puesto de
registró que actualmente es la PNC
pero en su momento fue el ejercito, quienes bajaban de las
camionetas a todas las personas,
registrando según listados y por la identificación que algún
encapuchado realizaba. Se ha
considerado que estos pozos fueron aprovechados por los
miembros del ejercito para
enterrar algunas de las personas atrapadas. En total se
localizaron 17 osamentas dentro de
estos pozos, varios de ellos con características muy
citadinas. A incursiones provenientes
desde este destacamento se denuncian las masacres de
Chucalibal, Chuguexa IA, Chuguexa
IIB, Pujujil y Churuneles, que se han investigado en el
último año, y que suman más de 120
personas. En 1984, el destacamento cambia de lugar dentro
del mismo Chupol, en donde a
la fecha pese a las solicitudes de desalojo aún permanece.
San Juan Cotzal
Este es él único destacamento que hemos trabajado en el área
Ixil, aquí se reporta un ataque
insurgente en contra del destacamento, lo que provoca que al
siguiente día se diera las
masacres de Jauventau, Chachil, Mutzil, Asich, Ojo de Agua y
San Felipe. Estas masacres se dan cuando los hombres son citados al
destacamento y en ese momento soldados
provenientes de Cunen hacen efectivas las masacres. Pese a intensas excavaciones
únicamente se recuperaron los restos de dos osamentas, con
la particularidad que ambas
fueron mujeres. Un sobreviviente de la estancia en el
destacamento y fundador de las CPR,
nos relata que él fue capturado en Cotzal, luego de 9 días,
es trasladado a Santa Cruz donde
permanece por 2 meses, luego al ser trasladado a algún lugar
de la costa pacifico al estar
cerca de Patulul, los soldados lo dan por muerto por lo que
lo arrojan a un barranco. Este
tipo de movimientos nos explica que las osamentas
recuperadas no siempre pueden
pertenecer a personas del lugar y que posiblemente más de
las personas capturadas también
fueron trasladadas y por eso no encontramos sus restos.
Desde 1980 la presencia militar en la zona fue muy
constante; sus miembros venían desde
Chimaltenango, así como de San Martín Jilotepeque, en la
búsqueda de colaboradores o
efectivos de los frentes guerrilleros, que operaban en la
zona, realizando decenas de
capturas y varias masacres, la FAFG, ha investigado 9 casos
en los alrededores de esta
zona, de donde se han rescatado más de 70 osamentas.
El destacamento fue instalado hasta en 1982 retirándose del
lugar en 1992.
Cuando el ejército se instaló definitivamente en la aldea,
una de sus actividades antes de la
amnistía fue la de hacer incursiones en la montaña para
capturar a las personas que se
escondían, y después de ella para apresar a los que no se
habían entregado.
Las personas que estuvieron detenidas dentro del
destacamento y lograron salir, dan cuenta
que todos los días salía una columna de soldados para la
montaña y cuando regresaban
llevaban entre 10 y 15 campesinos que habían capturado,
estos eran torturados y
posteriormente asesinados. Las capturas no eran
exclusivamente en la montaña, sino
también en la carretera; después de la amnistía también
capturaban selectivamente a las
personas que se habían entregado y que vivían en la colonia
recién formada.
En el trabajo de campo hecho en el lugar, se encontraron 2
fosas, una con restos óseos
quemados y la otra con 23 osamentas, dentro de un solo pozo,
la cual pertenece a un solo
hecho, lo cual varía de los anteriores casos en los que se
presentan diferentes eventos.
Investigación documental efectuada recientemente nos ha
comprobado que las personas
enterradas en este pozo, proceden de la aldea El Rosario,
bastante distante de Choatalum;
pero los familiares siempre tuvieron la idea que sus
parientes habían sido conducidos al
destacamento de San José Poaquil.
San José Poaquil, Chimaltenango
En San José Poaquil el destacamento se instala en 1981 y se
retira hasta 1997
después de la firma de la Paz. Sin embargo, la violencia fue
más fuerte durante los año;
1981 a 1984.
Desde este lugar los militares incursionan a las comunidades
aledañas, capturan a
algunos hombres y los llevan al destacamento, pero también
dan muerte a varios de ellos en
sus mismas comunidades. Al momento se han investigado los
casos de Paxcabalche y
Paley. Han sido denunciados 2 casos más.
En diferentes fechas enviaron citaciones a varias personas
de diversas comunidades para
que se presentaran en la municipalidad de Poaquil. El
alcalde en funciones (colaborador
estrecho del ejército, según testimonios), les informaba que
los citaban en el Destacamento
por lo que se dirigieron a ese lugar, sin que después se
supiera de ellos; de igual forma
ocurría con los que capturaban en los días de plaza
aparentemente sin razón alguna.
Durante las excavaciones en el lugar se rescataron los
restos de un mínimo de 26 personas;
en 9 fosas, 5 de las cuales se encontraron saqueadas. La
mayor de las mismas corresponde
a un evento en el que quedaron enterradas 21 personas.
Algunas de estas osamentas
presentaron mordaza en la boca y los ojos vendados.
-
<==<=3/--í<^.t^^^tC)Att5,
En la mayoría de los casos los detenidos fueron acusados de
guerrilleros o d
colaboradores que tenían información sobre la guerrilla,
algunos de ellos sabían que existía
la posibilidad de no regresar, por lo que se despedían de
sus esposas y demás familiares,
quienes actualmente están un poco más tranquilos. No así en
las veces en las que la
despedida no pudo realizarse.
Dentro de los destacamentos los secuestrados fueron
sometidos a crueles torturas, aparte de
los testimonios de los sobrevivientes, esos hechos se
evidencian al encontrar pozos de
castigo. En Zacualpa los curas del lugar aún conservan
intacto el lugar llamado el rastro, en
donde están los grilletes en las columnas del techo y las
paredes manchadas de sangre. Enlos casos de El Chai y San Andrés SajcabaJa, se
ha determinado que las persona
secuestradas fueron golpeadas fracturando estemóni)
costillas y que permanecieron algún
tiempo bajo el poder de sus secuestradores, ya que las
fracturas comenzaban a sanar y el
tejido óseo comenzaba su proceso de regeneración o
soldadura. Sin embargo esto se detuvo
al ser asesinado dentro del período de su cautiverio.
Se encontró un total de sesenta fosas. En los casos de
Belén, el Chai y San Andrés
Sajcabaja, las fosas fueron cavadas, siguiendo un eje,
teniendo lugares específicos para el
enterramiento en los márgenes del destacamento. Algunas
fosas fueron individuales, y otras
colectivas. También hay fosas que solo contienen partes de
las osamentas, lo cual puede
deberse a que los implicados trataron de eliminar evidencias
que en el futuro los pudiese
implicar.
Algunas fosas fueron lo suficientemente grandes para que los
muertos cupieran en toda si
extensión, otras no, por lo que aparecen con las piernas
elevadas, o flexionados al igual que
el cuello. Las osamentas nunca fueron depositadas, sino
tiradas desde la superficie, esto se
demuestra por sus posiciones caprichosas y desordenadas.
En total hemos encontrado 200 osamentas dentro de los ocho
destacamentos, de ellas en
ocho casos no se pudo determinar el sexo, debido a que solo
se encontraron partes de las
mismas, 10 son femeninas y las restantes son masculinas. Es
de mencionar que la gran
mayoría de las personas fallecidas están entre el rango de
15 a 41 años de edad, sin
embargo en términos generales podemos decir que 154 personas
son adultas, 14
adolescentes y 3 niños, en 3 casos no se puedo establecer su
edad. Es evidente hacia donde
están dirigidas las acciones para contener el apoyo hacia la
guerrilla. Pero también
demuestra el descontrol o el exceso que existió en este
proceso al asesinar inclusive a niños.
Dentro de las causas de muerte que se han podido establecer
en el análisis de los restos
óseos, se han encontrado heridas contundentes en 92
osamentas, la mayoría de los golpes se
dan en el cráneo, tórax o politraumatismo que sin atención
médica pudieron provocar la
muerte. En cuanto a las heridas cortantes, ocurren en 12
individuos, las cuales en su
mayoría son machetazos en el cráneo o bien en las
extremidades superiores, lo que sugiere
una intención de defensa, aunque también son visibles en
otros lugares, tales como el cuello
cuando fueron degollados o bien en tórax si fueron
apuñalados. En los destacamentos estas
causas de muerte son las mayoritarias, probablemente por ser
un procedimiento silencioso.
En cuanto a muertes causadas por proyectil de armas de
fuego, estas se dan en 34 personas.
siendo las áreas afectadas cráneo y tórax. Solamente en
Belén se tuvo evidencia que se les
disparo en el interior de la fosa, la lógica sugiere que las
personas que murieron de esta
forma fueron colocadas a la orilla de la misma, antes de ser
ejecutadas para luego caer
dentro de la fosa.
En los lugares investigados los pueblos son casi abandonados
resultando en migraciones
principalmente a la costa o las cabeceras departamentales,
en donde se sentía más
seguridad,
Con la reseña hecha al principio de cómo operaban los grupos
insurgentes, los lugares de
los destacamentos tienen en ello su explicación en última
instancia, lo cual no quiere decir
que cada uno de los capturados haya sido un militante o un
combatiente. Si bien las
capturas tuvieron un carácter selectivo en sus rasgos, las
necesidades urgentes del acopio de
la información para la contrainsurgencia, de la eliminación
de adversarios y de infundir
terror en la población, motivaron en muchas ocasiones que
personas e incluso
colectividades, sufrieran la acción represiva sin que
estuvieran directa o indirectamente
vinculados con la causa insurgente. Cabe agregar una razón
más: El ejército ejerció el
terror contra la población civil que suponía era la base
social de la insurgencia, para dejar a
ésta última aislada de sus fuentes de aprovisionamiento y
reclutamiento
Veinte años después de estos hechos, el dolor sigue presente
en algunos sobrevivientes; sin
embargo citaré el testimonio de un prisionero de un
destacamento militar, actualmente
amenazado, el cual está cargado de esperanza que intenta
romper con los lazos que sujetan
el miedo, la angustia y el silencio: "cuando sucedió la
violencia, yo era joven tenia mis
hijos pequeños, cuando estuve en el destacamento me hicieron
de todo, me patearon, me
ahogaban entre toneles, pase varias noches en un pozo junto
con otras personas, toda la
noche pasábamos parados no había espacio para estar de otra
forma y nos tiraban agua,
en ese entonces yo tenia miedo, pero a veces deseaba morirme
(...) ahora que estoy grande,
mis hijos también, ya no tengo miedo, ahora que ustedes
están aquí, quisiera que
estuvieran los que hicieron eso, y yo gritarles en la cara
lo que entonces no grite, no
importa que me maten, ahora no tengo miedo, porque nos
hicieron mucho daño, mataron
muchos inocentes".
Este y otros relatos de supervivientes envían un mensaje a
todos:
El deseo de las comunidades que se divulgue lo que les
sucedió, que con ello se rinda
tributo a los desaparecidos, a esas víctimas anónimas que
ingresaron prisioneras a un
destacamento y sus cuerpos jamás aparecieron, a los que
sobrevivieron y luchan contra la
indiferencia de que son objetos por parte de los entes
urbanos y de sus propios vecinos.