Las propiedades del medio influirán decisivamente en las características de las ondas. Así, la velocidad de una onda dependerá de la rapidez con la que cada partícula del medio sea capaz de transmitir la perturbación a su compañera. Los medios más rígidos dan lugar a velocidades mayores que los más flexibles. Lo mismo sucede con los medios más densos respecto de los menos densos.
Por ejemplo, las ondas sonoras se desplazan con una rapidez de 330m/s a 350m/s en el aire (según la temperatura) y unas cuatro veces más aprisa en el agua. Cualquiera que sea el medio, existe una relación entre la longitud de onda, la rapidez y la frecuencia de la onda.
Rapidez de la onda = frecuencia x longitud de onda
En forma de ecuación:
u = fl