Cierto es que no ha sido la mejor actriz de la historia, pero su sola presencia servía para llenar la pantalla de elegancia, sofisticación y buen gusto. Sus formas y modos de aparecer ante el público la llevaron a ser descrita por Hichcock como la elegancia sexual.
Su colaboración se saldó con una tercera película, la colorista y aristocrática Atrapa a un ladrón To Catch a Thief de 1955, en la que hay una escena que resume perfectamente la esencia de las frias heroinas hichcockianas: su personaje nos lo presenta en las primeras escenas como una muchacha impasible, fría, con un aire clásico, muy hermosa y muy glacial pero cuando se queda a solas con Cary Grant ¿qué es lo primero que hace?...hunde sus labios en los del hombre.
La película se rodó integramente en la costa azul francesa, lugar que poco después la vería convertirse en princesa y en cuyas carreteras encontraría una trágica muerte el 15 de septiembre de 1982.
Su carrera fue corta y poco después de casarse abandonó el cine, dejando a Hitchcock sin su musa. Incluso rechazó el papel de protagonista de Marnie cuyos derechos había comprado el director inglés para que ella fuera la protagonista. Al parecer ella estaba dispuesta a aceptar el papel y a Rainiero también le parecía bien, pero contó con el rechazo de su pueblo, que no quería ver a su princesa interpretando el papel de una frígida cleptómana. Ahora le tocaba vivir su particular cuento de hadas...