Tal vez
nunca como ahora en la historia de la Iglesia son actuales aquellas palabras
de Cristo: "La cosecha es abundante y los obreros son pocos" (Lc 10,
2).
El
Movimiento Eclesial “Apóstoles de la Palabra” representa una respuesta
más al anhelo de Cristo de que aumenten los “obreros del Evangelio”.
Su
objetivo principal consiste en fomentar en los jóvenes el
deseo de dedicar un año de vida a la evangelización como
“servicio a la Iglesia”.
En
este tiempo tienen la oportunidad de profundizar su fe, estudiar más
atentamente su vocación, si todavía no han llegado a
una decisión, y realizar un apostolado directo libre de cualquier
atadura. Bajo la guía de personas más experimentadas, pueden
realizar un cierto camino de vida espiritual y apostólica, y así
regresar a su lugar de origen con más preparación y entusiasmo.
Al
terminar el compromiso de un año, cada uno, de acuerdo con los dirigentes
del Movimiento, pueden renovar el compromiso por otro período, hasta
que quiera.
Quiénes son
Son
hombres y mujeres que han experimentado la eficacia de la Palabra de Dios
en su vida y que sienten una gran necesidad de comunicarla a los demás
sin medir las dificultades y los sacrificios que esta misión exige
Su
apostolado es de frontera: van a buscar hasta su casa y en las zonas
más abandonadas a los que todavía no han sido evangelizados
para llevarles la Palabra de Dios.
Actualmente,
teniendo en cuenta el problema de las sectas, una de las actividades más
importantes consiste en la promoción
y defensa de la fe.
Organización
El
Movimiento Eclesial “Apóstoles de la Palabra” está estructurado
en tres secciones:
Sección Laical
Es
la más grande y se compone de tres ramas: la de los varones,
la de las mujeres y la de los matrimonios.
Cada
una cuenta con una coordinación propia. Un director con su consejo
coordina las tres ramas.
Sección Femenina de
Vida Consagrada
Son
muchachas que piensan consagrar toda su vida al servicio de la Iglesia
, siguiendo el espíritu y los métodos del Movimiento. Después
de un año de formación especial, hacen la promesa de pobreza,
castidad y obediencia.
Sección Clerical
Abarca
sacerdotes, diáconos transitorios y permanentes, seminaristas y
aspirantes al diaconado. Se incardinan a una diócesis y apoyan las
actividades del Movimiento. Actualmente, esta sección se está
transformando en Sociedad de Vida Apostólica.
Para
poder pasar a la Sección de Vida Consagrada o a la Sección
Clerical, primero hay que dedicar un año de servicio en la Sección
Laical.
Apostolado
Los
Apóstoles de la Palabra evangelizan haciendo un uso
abundante de la Biblia. Van donde se les manda, y trabajan según
el estilo del Movimiento y de acuerdo con los señores obispos y
sacerdotes que los soliciten.
Al
inicio, su actividad se dirige especialmente a los adultos, para que éstos
a su vez colaboren a la transformación del ambiente. Su principal
objetivo consiste en formar verdaderas comunidades cristianas, que vivan
según las exigencias del Evangelio. Mediante un anuncio fuerte y
claro de la Palabra de Dios se mira a renovar las comunidades desde adentro:
se destierra el vicio y se construye una sociedad fundada en la solidaridad,
la justicia y el amor.
Muchas
veces se ha experimentado la eficacia de la Palabra de Dios, que libera
al hombre de todo lo que lo esclaviza y degrada, dando como fruto un profundo
cambio en la sociedad.
Una
vez que existan distintas comunidades cristianas, su preocupación
principal consiste en la formación de los guías de
dichas comunidades, mediante reuniones periódicas en centros catequísticos
a nivel parroquial o zonal.
Los
mejores entre los catequistas son invitados a participar en una escuela
ministerial o instituto teológico con miras a la recepción
de los ministerios del lectorado, acolitado o al diaconado permanente.
Formación
Para
la admisión al Movimiento, lo que importa es que haya un
verdadero deseo de conversión, buena voluntad y capacidad de trabajar
en equipo. Si se dan estas condiciones, seguramente Dios realiza maravillas
en el candidato que poco a poco se va transformando en un “testigo de Cristo”.
El
método de formación consiste en alternar la actividad
apostólica, bajo la guía de personas más experimentadas,
con la reflexión y el estudio.
Cada
dos meses hay por lo menos una semana de estudio. En este período,
todos los equipos se reúnen para una evaluación de las experiencias,
un estudio sistemático de la Palabra de Dios y materias afines,
y un encuentro más profundo con Dios.
Después
del primer año de promesa, dedicado completamente al apostolado,
se puede seguir estudiando las materias profanas hasta conseguir los títulos
correspondientes: primaria, secundaria, preparatoria y universidad.