GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA.
(CUBA, 1814-1873)
AL PARTIR
¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.
¡Voy a partir..! La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo,
las velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.
¡Adiós, patria feliz, edén querido!
doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!
¡Adiós..! ¡Ya cruje la turgente vela...
el ancla se alza... el buque, estremecido,
las olas corta y silencioso vuela!
MI MAL.
En vano ansiosa tu amistad procura
adivinar el mal que me atormenta;
en vano, amigo, conmovida intenta
revelarlo mi voz a tu ternura.
Puede explicarse el ansia, la locura
con que el amor sus fuegos alimenta...
Puede el dolor, la saña más violenta,
exhalar por el labio su amargura...
Mas de decir mi malestar profundo,
no halla mi voz, mi pensamiento medio,
y al indagar su origen me confundo.
Pero es un mal terrible, sin remedio,
que hace odiosa la vida, odioso el mundo,
que seca el corazón... ¡en fin, es tedio!
La Palestra de Euterpe.