Más que investigar problemas particulares de contenido e intentar asignar causas específicas, la Teoría General de Sistemas se interesa en las preguntas relacionadas con la estructura, proceso, conducta, interacción, función y lo análogo.
Los objetivos originales de la Teoría General de Sistemas son los siguientes:
Impulsar el desarrollo de una terminología general que permita describir las características, funciones y comportamientos del sistema en general
Desarrollar un conjunto de leyes aplicables a todos estos comportamientos
Promover la unidad de las ciencias y obtener la uniformidad del lenguaje cientítico
Según Bertanlanffy la teoría no debe entenderse en su sentido matemático, mejor aún, el distingue tres aspectos fundamentales:
La ontología de sistemas: Se preocupa de problemas tales como el distinguir un sistema real de un sistema conceptual.
Los sistemas reales son por ejemplo: Galaxias, perros, células y átomos
Los sistemas conceptuales son: La lógica, las matemáticas, la música y en general toda la construcción simbólica
La epistemología de sistemas: Marca la diferencia entre que la Física sea el lenguaje único de la ciencia y la reflexión para explicar la realidad de las cosas (que es lo que busca la TGS).
La filosofía de valores de sistemas: Se preocupa de la relación entre los seres humanos y el mundo, ya que la imagen del ser humno será diferente si se entiende al mundo de una forma abstracta y científica.
Podemos considerar a la Teoría General de Sistemas como una ciencia de la globalidad, en donde las ciencias rigurosas y exactas como la ingeniería y la organización pueden convivir con las ciencias humanas como las ciencias políticas y morales, la sociología, la psicología o las que por su juventud han sido integradas casi desde su nacimiento, como la informática, la inteligencia artificial y la ecología.