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Geografía TradicionalAntonio Christofoletti*Aunque teniendo raíces históricas a lo largo de los siglos, fue solamente en el s. XIX que la Geografía comenzó a usufructuar del estatus de conocimiento organizado, penetrando en las universidades. Las primeras cátedras de Geografía fueron creadas en Alemania en 1870, y posteriormente en Francia. Organizada y estructurada en función de las obras de Alexander von Humboldt y de Karl Ritter, poco a poco la Geografía fue difundiéndose a los demás países. Las contribuciones y las ideas presentadas por los geógrafos alemanes y franceses tuvieron gran influencia en el desarrollo de esta ciencia en la primera mitad del s. XX. Si en Alemania los trabajos más significativos son los de Alfred Hettner; en Francia los trabajos básicos son los de Paul Vidal de La Blache. Tratar la definición de la Geografía es asunto delicado. En 1925 Alfred Hettner consideraba como objeto fundamental al estudio de la diferenciación regional de la superficie terrestre. Esta definición fue acatada y elaborada de modo minucioso por Hatshorne en 1939, en su obra The Nature of Geography. Otra definición se refería al análisis de las influencias e interacciones entre el hombre y el medio, que se expresó de modo claro en la proposición de Albert Demangeon en 1942: "es el estudio de los grupos humanos en su relación con el medio geográfico". Muy mencionada es la definición elaborada por Emmanuel de Martonne, en su obra Traité de Géographie Physique, cuya primera edición surgió en 1909 y la última en 1951. De Martonne ponderó que la "Geografía moderna encara la distribución en la superficie del globo de los fenómenos físicos, biológicos y humanos, las causas de esta distribución y las relaciones locales de estos fenómenos". Existió acuerdo en que la superficie terrestre era el dominio específico del trabajo geográfico, aunque esas definiciones en la práctica de la investigación geográfica estaban plagadas de contradicciones dicotómicas. Entre ellas, dos merecen ser destacadas en esta oportunidad. La primera dicotomía estaba relacionada con la Geografía Física y la Geografía Humana. Representando los conjuntos medio geográfico y actividades humanas, la Geografía Física se destinaba al estudio del cuadro natural, mientras que la Geografía Humana se preocupaba con la distribución de los aspectos originados por las actividades humanas. En virtud del aparato metodológico más eficiente de las ciencias físicas y de la espléndida concatenación teórica elaborada por William Morris Davis, la Geografía Física rápidamente ganó la imagen de ser la parte científicamente mejor consolidada y ejecutada. Prácticamente, no había más necesidad de preocupaciones metodológicas y conceptuales a sus propósitos. Desprovista del aparato teórico y explicativo para las actividades humanas, así como por la imprecisión de los procedimientos metodológicos, la Geografía Humana siempre se debatía en procurar justificación a su parcela científica y en establecer su definición y finalidad como ciencia. A esta dicotomía se unía el conflicto conceptual de ser la Geografía una "ciencia única" o un conjunto de ciencias. Los debates relativos a esta temática son continuos y siempre reabiertos, sin llegar a una conclusión definitiva. Del artículo de Vidal de La Blache (1913) al de Henry Baulig (1948), para ejemplificar, estos asuntos son relevantes. La segunda dicotomía se refiere a la Geografía General y a la Geografía Regional. Objetivando estudiar la distribución de los fenómenos en la superficie de la Tierra, la Geografía General analizaba cada categoría de fenómenos de una forma autónoma. Esta focalización resultó en la geografía sistemática o tópica y en la subdivisión de la Geografía (Geomorfología, Hidrología, Climatología, Biogeografía, Geografía de la Población, de la Energía, Urbana, Industrial, de la Circulación y otras). Mientras tanto, se debe recordar que el designativo general no se refería al concepto de la metodología científica de procurar generalizaciones o leyes, sino que se basaba en el principio de la "unidad terrestre" (La Blache, 1896) y en la "escala planetaria" (Cholley, 1951). Tomaba en consideración el hecho de comparar constantemente determinado fenómeno en un lugar con "los fenómenos análogos que pueden presentarse en otros puntos del globo, ... a fin de mostrar como es que sus particularidades se explican por los principios generales de evolución" (De Martonne, 1954, p. 18). Teniendo en vista las concepciones davisianas, De Martonne ejemplificó con el caso de la morfología litoral. En esa circunstancia, se poseía un modelo de evolución de las formas litorales y a él se comparaban las características de los casos cuya especificidad propiciaba clasificar conforme a las etapas de evolución o de acuerdo con los tipos de influencias externas (costas de emersión, costas de inmersión; costas atlánticas, costas pacíficas, etc.) La Geografía Regional intentaba estudiar las unidades componentes de la diversidad de la superficie terrestre. En cada lugar, área o región la combinación y la interacción de las diversas categorías de fenómenos se reflejaban en la elaboración de un paisaje distinto que se originaba de una forma objetiva y concreta. El estudio de las regiones y de las áreas favoreció la expansión de la perspectiva regional o corológica, que tuvo como base las clásicas monografías de la escuela francesa. Preocupados en comprender las características regionales, el geógrafo desarrolló la habilidad descriptiva, ejerciendo la caracterización ya establecida por La Blache en 1913. Enfrentándose a cada caso, la explicación se basaba en el descifrar la evolución histórica y establecer la secuencia de las fases que terminan en las características del área o región considerada. Es también, tomando en cuenta la condición de que el globo es un organismo coherente, con sus partes funcionando de forma integradora, que se admite que muchas unidades espaciales ejecutaban una "función" en términos del conjunto. (...) En la perspectiva corológica, la región es la unidad globalizada en la cual hay interpenetración de todos los aspectos, los físicos y los humanos. Al estudiar la región, el geógrafo podía comprender la totalidad. Esta totalidad, resultante de la pluralidad de las cosas, señalaba la influencia relativamente inconsciente que la visión de la filosofía de Hegel tuvo sobre el trabajo geográfico. Esta noción de pluralidad de fenómenos está en la base del concepto de Landschaft y de paisaje y creaba la posibilidad de considerar las regiones como entidades objetivas, independientes del observador, siendo "objetos concretos" del análisis geográfico (Hatshorne, 1939). Una cuestión paralela incidía sobre el proceso metodológico. Analizando y comprendiendo el conjunto interrelacionado de los aspectos existentes en una región, se consideraba que cada categoría de fenómeno, en particular, era el objeto de determinada ciencia (Sociología, Economía, Demografía, Botánica, Hidrología y otras). Todas estas ciencias ejecutaban el análisis sobre los asuntos particulares. La Geografía, considerando la totalidad, correspondía al trabajo de síntesis, reuniendo y coordinando todas las informaciones a fin de lograr la visión global y totalizadora de la región. La vocación sintética se transformó en la responsable por la unidad de la Geografía, haciendo que la "Geografía tenga por objeto el conocimiento de las relaciones que condicionan, en determinado momento, la vida y las relaciones de los grupos humanos. Estas relaciones ponen en juego elementos y acciones de esencia múltiple, tan diferentes como la presencia de granito o la de una frontera" (Pierre George, 1961). En virtud de esta concepción amplia, todos los eventos de la superficie terrestre acaban perteneciendo al ámbito geográfico. La importancia asumida por la síntesis es tan grande que Jacque Iine Beaujeau Garnier (1971) observa que "el método geográfico analiza una porción del espacio concreto, esto es, investigar todas las formas de relaciones y de combinaciones que pueden existir entre la totalidad de los elementos presentes. Esto es la geografía global....". Además de reflejarse en el método, la síntesis geográfica es plenamente atendida en los estudios regionales, permitiendo a André Allix afirmar que "el estudio regional está en el corazón de nuestros trabajos. Ningún geógrafo es digno de este título si no se dedica a los esfuerzos por definir sintéticamente las regiones... El estudio regional es la expresión más completa del método geográfico". Como consecuencia del campo tan extenso y de la perspectiva sintética, resulta que "los geógrafos llegan a creer que su forma de trabajo es única y exclusiva, y que la Geografía no es una ciencia como otras" (Reynaud, 1974). De allí las afirmaciones constantes para señalar que la Geografía estaba caracterizada por poseer métodos propios y distintos de las demás ciencias. La Geografía es una ciencia singular. * En: Perspectivas da Geografía, SP, 1982.- |
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