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TURISMO ANDINO 

Julio, 2004

Tras los pasos de la loca "Luz Caraballo"

S i l v a n a  S t e a

Según testimonios publicados por Jesús María Espinoza Marín, Luz Caraballo podría ser una mujer a quien apodaban "Lesmichimío", de Timotes, mientras en Chachopo aseguran que María Blasa Ramírez es quien más se acerca a sus características. 

Paulino Durán, investigador de la Universidad de los Andes, al conversar con Aracelis Ramírez, de Chachopo, encuentra posibilidad de estudio en un personaje del caserío La Venta, llamado Conchita Araujo.


En noviembre de 1931, Andrés Eloy Blanco estuvo en Timotes. No de paseo: Gómez le dio la ciudad por cárcel. En esa visita forzada, no pudiendo evitar su vena poética, quiso conocer a los personajes característicos de la zona. Es así como, probablemente, se encuentra con tres de ellos: María Blasa Ramírez, Concha Araujo y la misteriosa "Lesmichimío". La pregunta cuya respuesta genera controversia entre Timotes y Chachopo es: ¿Cuál de ellas inspiró al poeta para la creación de la tan famosa "Loca Luz Caraballo"?
CAMINA QUE TE CAMINA LA LOCA BLASA
En su visita a Chachopo, con el patrocinio de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, el equipo de investigación integrado por Saúl Vera, Elizabeth Salas ("Muñequín") y Paulino Durán (Teatro Experimental Mérida), contacta con Rafael Alarcón, hombre estudioso y preocupado por las raíces de su pueblo. Alarcón tiene un trabajo muy interesante donde, según dice, comprueba que María Blasa Ramírez es la verdadera Luz Caraballo. Según él, Andrés Eloy Blanco y la "Loca Blasa" están unidos desde su nacimiento hasta su muerte. Nacen el mismo año, 1896. Coinciden en Timotes, donde se conocen, por los años ´30. Ambos se inmortalizan con el poema y mueren el mismo año, 1955. Para Rafael Alarcón no hay dudas: Blasa es Luz Caraballo y el destino los unió, al poeta y a la loca, "para que marchen juntos, como casados, por la historia".
Rafael nos lleva a la casa donde murió la "loca Blasa". La casa de Aracelis Ramírez.
Doña Aracelis tiene 90 años. Guardando cama, enferma, pero muy lúcida y conversadora, recuerda bien a María Blasa.
"Duró siete días, no más -cuenta-. Venía enferma de Trujillo. No se le conocía familia... Cuando no estaba muy mal de la cabeza me echaba los cuentos - recuerda Aracelis-. Decía que cuando muchacha, vivía con una señora que llamaban Petra, la que la crió. Vivían por allá, donde llaman El Cacho. Petra la mandaba a ver de las vacas. Y cuando ella acordó, se fue poniendo y poniendo loca."
María Blasa Ramírez era morena, gorda de cabellos negros, usaba vestido largo y era buena moza, según los decires de Guadalupe Maldonado, aunque "arbolaria" (escandalosa). Y caminaba de Timotes a Chachopo, de Chachopo a Mucutujote, a Cruz Chiquita a Apartaderos...
"Sí, caminaba mucho", dice Aracelis. "De la prefectura le pusieron grillos para que no anduviera tanto. Pero Blasa se fue, poco a poco, con los grillos, hasta llegar al puente que lleva al llano. Cerca de un pozo azul y profundo, tomó una piedra y golpeó mil veces las cadenas durante todo el día hasta que logró quitárselos y lanzarlos al agua. Probablemente, en su desesperación por quitárselos, golpearía también la carne, y así, con el trajín de caminar, parrafraseando al poeta "se le fueron poniendo feos los deditos de los pies". La "Loca Blasa" muere en casa de Doña Aracelis un 11 de noviembre de 1955, a las once de la mañana.
No tuvo hijos ni marido. No cortaba flores, cosechaba papas. Entonces, si el poeta se inspiró en ella, ¿por qué inventarle estos atributos?"

A CONCHA LE GUSTABAN LAS FLORES
Paulino Durán estimula hábilmente la memoria de Doña Aracelis, en busca de un recuerdo que le ayude a aclarar el panorama. Y es cuando surge otro personaje.
"¡Ah, sí!", recuerda la anciana llena de emoción. "Aquí hubo una loquita que se llamaba... Concha Araujo. ¡Dígame que, eso sí me acuerdo! Estaba yo pequeña. A Concha le amarraban las manos para que no arrancara flores de los jardines, por las cuales sentía una pasión muy grande.Pero ella se daba de mañas, se sentaba donde estaba la mata y la iba tanteando, tanteando hasta que la arrancaba."
Así iba Concha Araujo, por las calles de la aldea, con ramilletes de lirios y hortensias (¿o quizás "corderitos de enero y violeticas de mayo?).
LESMICHIMÍO: LESMES ES MIO
El equipo de investigación dio con la señora Alcira Maldonado, gran apasionada del tema, gracias a los niños de Chachopo. A la señora Alcira le gusta la poesía. Ella integra el Movimiento Poético "Caminos de Neblina" y conserva una vasta bibliografía sobre Andrés Eloy. 
-Según Espinoza Martín -afirma - en Timotes el poeta conoce a Lesmichimío. Su nombre proviene de la frase: "Lesmes es mío". Lesmes era el marido a quien la recluta se llevó. Al parecer, eso la enloquece de tal manera que la condena a vagar gritando: "¡Lesmichimío!", como queriendo que le regresen el marido y los hijos que "se fueron detrás de un hombre a caballo".
Si fue Blasa, "Lesmichimío" o, quizás, Concha Araujo la inspiradora (tal vez tres en una sola), es difícil de establecer. El pueblo y su tradición oral lo esconden. Hoy, Luz Caraballo, tan chachopera y timotera como cualquiera de ellas, nos deja sus pistas.

 



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