¡MISTERIO!
Cardenal
José María Caro R.
Santiago
(1924)
He
aquí la exclamación que brota de mis labios al considerar la Masonería y su
obra, y al pronunciar esa palabra no le doy el sentido dogmático de “verdad
revelada por Dios que está sobre la fuerzas de nuestra razón”, , sino el de
vulgar de secreto más o menos inexplicable, sobre todo para el que no piensa
mucho.
El
Apóstol San Pablo, en su carta segunda a los Tesalonicenses, habla el
anticristo, “el cual SE OPONDRÁ Y ALAZARÁ CONTRA TODO LO QUE SE DICE DIOS O SE
ADORA, hasta llegar a poner un asiento en el templo de Dios, dando a entender
que es Dios… El hecho es que ya se está obrando el MISTERIO DE INIQUIDAD” (2
Tes., II, 4. Sigs.).
Ese
inicuo, dice San Pablo, “que VENDRÁ CON EL PODER DE SATANÁS, con toda suerte de
milagros, de señales, y de prodigios falsos y CON TODA SEDUCCIÓN INICUA para
aquéllos que se perderán por no haber recibido y amado la verdad a sin de
salvarse. Por eso Dios les enviará (o permitirá que les venga) el ARTIFICIO DEL
ERROR, CON QUE CREAN EN LA MENTIRA, de modo que se condenarán todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la maldad” (2 Tes., II, 4).
En
el Apocalipsis nos pinta San Juan aquella mujer LLENA DE NOMBRES DE BLASFEMIA y
rodeada de toda riqueza, QUE TENÍA ESCRITO EN SU FRENTE: MISTERIO, la gran Babilonia, MADRE DE LAS
FORNICACIONES Y ABOMINACIONES DE LA TIERRA Y EBRIA CON LA SANGRE DE LOS SANTOS
Y MÁRTIRES DE JESUCRISTO. Todo ese misterio de la bestia, y de la mujer sentada
sobre ella, y de los reyes sus auxiliares, tienen un solo consejo y PONEN A
DISPOSICIÓN DE LA BESTIA, DE SATANÁS, SU VIRTUD Y PODER, PARA PELEAR CON EL
CORDERO JESUCRISTO. Él los vencerá, porque es el Rey de los reyes y señor de
los que dominan” (Apoc., C., 17).
¿No
es verdad que todo eso hace pensar en la sociedad enemiga de Cristo, que lleva
en su frente el MISTERIO, en su fin, en su doctrina y en sus obras, porque de
todo hace un secreto jurado? ¿No es verdad que su boca está llena de
blasfemias? ¿Y que su móvil es el odio a Jesucristo y la guerra a Dios mismo?
¡Misterio!
El
espiritismo, ocultismo, teosofismo, le suministran los milagros o prodigios
falsos con que embauca a los incautos y curiosos.
¿Cómo
es que esta asociación pudo prender en medio de una sociedad cristiana? ¿Cómo
es que después que los Gobiernos y pueblos han visto sus frutos, la han dejado
existir, la han ayudado y enaltecido? ¿Cómo es que hay tantos católicos que a
pesar de las prohibiciones de la iglesia se han dejado tomar por sus
redes? ¿Cómo es que hay tantos masones
que, conociendo haber sido atraídos mediante un engaño, y otro engaño
continúan, sin embargo, dejándose engañar?
Una sola respuesta puedo dar a todas estas interrogantes: ¡MISTERIO! Y lo que es más triste ¡MISTERIO DE INIQUIDAD!