El celo que me consume por
la casa de Dios, que es su iglesia, me
ha obligado a escribir esta enseñanza.
Fue este mismo celo el que obligó al Señor Jesús a hacer un azote
de cuerdas y echar a
los mercaderes fuera
del templo en Jerusalén [Juan 2: 13 -17].
En enseñanzas
anteriores hemos hablado sobre la costumbre de ciertas iglesias y ministerios de estarse envolviendo
en actividades financieras de las cuales no se agrada Dios. Son métodos y formas que la iglesia ha ido
imitando del sistema del mundo. La lista
de este tipo de actividades es bastante extensa. Esta
práctica ha estado llevando a algunos sectores del pueblo
de Dios a convertirse en lugares de mercadeo. Repito lo que he dicho
tantas veces: Los únicos medios que Dios aprueba para el sostenimiento económico de su iglesia y sus
ministerios son los diezmos y las
ofrendas. Al no estarse cumpliendo con esto a
cabalidad, entonces la
iglesia [hablando en términos generales], ha recurrido a otros medios.
Hubo un tiempo en mi vida,
que directa o indirectamente, participé
de todo ese quehacer en la iglesia. Por eso te puedo hablar con
conocimiento. Lo que yo viví se queda
corto con lo que estamos viendo hoy día. Le he pedido perdón al Señor por todo lo que
hice, quizá por ignorancia. Por otro
lado le he dado gracias porque ahora
puedo alertar al pueblo de Dios señalando tales cosas. No con ánimo de crítica, sino con la
esperanza de que esas situaciones no se
vean mas en medio de la iglesia.
Gracias le doy al Señor que
tuvo misericordia de mí, como la ha
estado teniendo de tantos otros en su iglesia, y nos ha ido sacando de toda esa forma de obrar. Hoy debo hablarte de una de las
actividades financieras mas abominables que estamos
viendo en medio de ciertos sectores de la iglesia. Me estoy refiriendo a los llamados juegos de
azar. Por años el llamado
sector evangélico [al menos aquí en Puerto Rico], rechazó la costumbre
de gran parte de otro sector [el católico romano] que practica tales
actividades como bingos y rifas. Cosas que también pertenecen al sistema del
mundo y en las que desgraciadamente muchos hijos de Dios participan.
Algo sucedió que usó el
Espíritu de Dios para acabar de alertarme y mostrarme que había llegado
el momento de compartir lo que
hace tiempo él me había mostrado. Pude ver por una estación de televisión
cristiana a un muy reconocido pastor de aquí de Puerto Rico dándole promoción a
un sorteo de un automóvil ultimo modelo.
Esta actividad era para allegar fondos para su emisora de
televisión. Decía este pastor que todo
era legal. Que el sorteo se llevaría a
cabo delante de un notario.
No estaba preparada para
escuchar lo que este pastor dijo para
justificar lo que estaba
haciendo. Dio como ejemplo la
elección de Matías como substituto de Judas entre los doce apóstoles del
Maestro. Así mas o
menos dijo este pastor:
"Sé que hay unos cuantos legalistas
por ahí diciendo que estamos mal.
La Biblia dice que echaron suertes
y salió Matías.
Esto es bíblico. Así que no tiene
nada de malo el que estemos rifando
un automóvil."
Lo mas probable es que este
pastor me considere parte de los legalistas que
mencionó, pero no puedo callar.
Es por eso que me
urge recordarle al pueblo de
Dios lo que la
Biblia enseña sobre el
tema del echar las
suertes.
¿Te estás preguntando el
significado del título de esta enseñanza? Es una palabra hebrea que tiene que ver con lo que hemos de estar
compartiendo. Pongamos atención a
lo que el Espíritu de Dios quiere
decirnos. . .
Echar Las
Suertes
La palabra hebrea
"goral" es el término normalmente
usado por el de "lot" que en el original significa:
piedrecita. En algunos pueblos de la
antigüedad [incluyendo a Israel], cuando
tenían que tomar una decisión en la que había serias dudas al respecto, se
usaban unas piedrecitas las cuales eran echadas en una vasija. En
dichas piedrecitas se
había escrito el asunto a decidir, o el nombre de la
persona a escoger cualquiera fuera el caso.
Las piedrecitas se meneaban en la vasija y sacaban una o mas dependiendo
de la decisión que debían tomar. Los
israelitas en particular tenían
por costumbre invocar a Jehová para pedir su dirección antes de escoger la
piedrecita. La voluntad expresada por
Dios en esta forma nunca era
cuestionada. Este método de
escoger o decidir era lo que se conocía
por echar las suertes, o las "lots".
Las referencias en cuanto a la
práctica de esta costumbre entre
los israelitas abundan. Se han
encontrado pruebas en los descubrimientos
arqueológicos de las regiones
bíblicas. En algunos diccionarios
bíblicos se pueden ver
ilustraciones al respecto. Pero sobre
todo en las versiones de la Biblia traducidas
directamente del hebreo al inglés encontramos que se usa el término
"cast lots" o sea, echar piedrecitas, o suertes. Es por eso que entendemos que "lot"
o "goral" vino a ser un sinónimo de suerte. Aun en los diccionarios seculares, [no
bíblicos], aparece entre los significados de “lot”, el “echar suertes”.
En las Escrituras la palabra
suerte tiene un significado muy diferente al que quizá conocemos. Significa: heredad, parte, porción. Ya
veremos mas adelante
la diferencia. La suerte se
echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella [Pr.16:33]. Esta palabra confirma lo que creían los
israelitas. Al final de cuentas, el
resultado al echar las suertes dependía
de la voluntad
de Dios.
Estaremos citando algunas
porciones bíblicas en las que se menciona
la costumbre del echar las suertes.
Algunos estudiosos de las Escrituras han dicho que la Biblia no muestra
exactamente que se usara el método de las piedrecitas en la práctica de esta costumbre entre los
Israelitas. Se ha dicho que también se
utilizaban unos palitos. Es posible que en ciertas ocasiones se usaran otros instrumentos.
Tomemos por ejemplo el caso de Jonás
en la embarcación que le llevaba a Tarsis. Se nos narra que echaron suertes para
saber de quien
había venido el mal del viento de tormenta [Jonás 1:7]. No tenemos idea de que instrumentos fueron usados para echar las
suertes. Nos es algo difícil pensar que
tuvieran piedrecitas en aquel barco. Lo
que sí es importante notar es que al igual que en otros relatos bíblicos la
traducción del hebreo al inglés dice: "cast lots" o sea, echar suertes. Esto nos confirma una vez mas que ya sea se
usaran piedrecitas u otros instrumentos el término "lot" vino a ser
un sinónimo de suerte.
Fue por el método de echar
las suertes o "lots" que Jehová Dios le ordenó a Moisés repartir la
tierra de Canaán a los hijos de Israel. Pero
la tierra fue repartida por suerte; y por los nombres de las tribus de sus
padres heredarán. Conforme a la suerte
será repartida su heredad entre el grande y el pequeño.
[Números 26: 55-56].
¿Como dijimos que es el
significado de suerte en la Escritura?
Heredad, porción, parte. A cada
tribu una parte, una porción de la tierra. Esa era su suerte, su heredad, lo
que heredaron del padre Abraham [Gn.12:1-7]. Pienso que aquí sí pudieran haberse usado
piedrecitas para echar las suertes de los Israelitas, dado el caso del lugar
donde se encontraban.
Es interesante notar que el término "lot" tiene
otros significados además de
suerte. También quiere decir: una
cantidad de algo; asignar, destinar, y repartir.
Significa también una extensión de terreno, un solar. Se ha generalizado el uso del término
"lote" en el idioma español
para describir cada uno de estos significados.
He podido ver que aun estas
otras acepciones del término
"lot" pueden aplicarse a la repartición de la tierra de Canaán.
También fue por suertes que
Dios ordenó que los hijos de Aarón fueran distribuidos en grupos y se les
repartiera los turnos en el oficio sacerdotal [1 Cr. 24: 1-5]. Con los músicos y los
cantores que David apartó para el ministerio en la casa de Jehová no fue
diferente [1 Cr.25: 1-8]. De la misma
manera se distribuyeron las puertas de
la casa de Dios a los porteros [1 Crónicas 26: 1, 12, 13].
Hay otra palabra en la
Biblia que también tiene el significado de suerte. Esta es Pur. La encontramos en el libro de
Ester. Proviene del idioma
asirio y también significa: piedrecita.
La llamada festividad del
Purim establecida por la reina Ester
y por Mardoqueo, toma su nombre
de esta palabra. Esta fiesta conmemora
la salvación providencial de los judíos de la matanza premeditada por Amán
enemigo de ellos [Ester 9:20 -32 ].
Y había echado Pur, que
quiere decir suerte, para consumirlos y acabar con ellos [v.24]. Aquí podemos ver una ocasión en que alguien
que no pertenecía al pueblo de Dios echó suertes. No buscó la dirección de Jehová Dios y como
consecuencia Dios mismo trastornó los planes de Amán. Usando de instrumento a
Ester salvó a su pueblo de la destrucción.
Una vez mas de Jehová fue la decisión.
Los cuatro evangelios nos
narran el cumplimiento de la palabra en el Salmo 22: 18: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre
mi ropa echaron suertes. Esto se
cumplió en la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Es esta otra ocasión en que aparece alguien
que no era del pueblo de Dios echando
suertes sin una aparente voluntad de Dios envuelta. Lo que los soldados romanos
no sabían era que precisamente estaban siendo usados como instrumentos para que
la voluntad de Dios se cumpliera.
No puedo dejar de mencionar,
ya que he sido muy bendecida por medio de esta palabra, la ocasión en que
echando las suertes, salió culpable Jonatán de haber desobedecido la orden del
rey Saúl su padre de no ingerir alimentos.
Jonatán no se había enterado de la orden, así que probó de la miel que
encontró en el bosque, la cual al probarla le aclaró los ojos [1 Samuel 14:
26,27; 38 - 45]. Por pedido del pueblo, Saúl no mató a su hijo ya
que esa había sido la sentencia para el que desobedeciera la orden. Se nos dice que el pueblo desfallecía de
hambre [v.28]. La miel corría pero el
pueblo no se atrevía a tomarla por temor
a la orden de Saúl. Esto tiene una gran enseñanza para nosotros. En esa misma condición está una buena parte
del pueblo de Dios. La miel, que es tipo
de la palabra de Dios [Ez 3:3],
corre, hay abundancia de ella, pero hay
quienes no se atreven tocarla. Tal como
mencionamos en la enseñanza "La
Cueva de Adulam", el rey Saúl representa al orden del hombre en el pueblo
de Dios. Es el orden carnal y mundano el
que tiene a muchos de los hijos de Dios pasando
hambre. Hay mucha desnutrición espiritual en la iglesia. Les está faltando la comida que a vida eterna
permanece. En el verso 29 leemos lo
dicho por Jonatán: Mi padre ha
turbado el país. Ved ahora como han sido aclarados mis ojos,
por haber gustado un poco de esta miel.
Quiero que sepas que esta declaración aun está vigente. "Saúl" aun turba al pueblo
de Dios. Lo tiene confundido. Hay pueblo que no sabe que si se atreven
a probar la Miel de la palabra viva de
Dios, al hacerlo se le aclararán sus ojos espirituales. ¡Al probar la
Miel habremos de contemplar al Cristo revelado por el Espíritu de Dios en su
palabra! ¡Hemos de contemplar su
gloria! ¡Aleluya!
¡Esa es nuestra suerte,
es nuestra porción, es nuestra herencia. La que nuestro Padre
Celestial nos ha dejado! ¡Es la vida en
Cristo! ¡Es la vida en la tierra
prometida! ¡La vida en el reino de Dios
que estamos disfrutando desde ahora aquí en la tierra! Todos aquellos que estamos probando y gustando de la dulzura de la
"miel" de la palabra revelada
de Dios tenemos sentencia
de muerte sobre nosotros. Nos
querrá "matar" "Saúl".
Pero lo que el orden carnal y mundano no sabe es que ya hemos muerto a
lo que él representa. ¡Ahora vivimos, nos movemos y somos por esa Miel
que hemos probado y gustado!
En el primer capítulo del
libro de los Hechos se nos narra el episodio de la elección de Matías como
substituto de Judas Iscariote. Está bien
claro aquí la descripción del proceso que acostumbraban practicar
los Israelitas al
echar las suertes. Del verso 23 al 26 se nos dice que señalaron
a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a
Matías. Y orando, dijeron: Tu Señor, que
conoces los corazones de todos, muestra cual de estos has escogido... Y les echaron
suertes, y la suerte cayó sobre Matías;
y fue contado con los once apóstoles.
Es esta la última ocasión en
que encontramos en la Biblia la mención del echar suertes. Lo mas probable es
que el Israel natural continuara con la costumbre. Pero los apóstoles del Señor y la iglesia neo
- testamentaria ya no
practicaron mas esta
costumbre. ¿La razón? La venida del Espíritu Santo sobre ellos
[Hechos cap.2]. Fue la impartición del
Espíritu lo que les capacitó y nos continúa capacitando para tener el
discernimiento que viene de Dios para saber reconocer su voluntad
en toda circunstancia para
con nosotros sus
hijos. ¡Amén!
El Echar Las
Suertes - La Contraparte
Contraparte quiere decir la
parte opuesta de algo. También semejanza y ó
copia o imitación. Como siempre ha sucedido, y continuará sucediendo
hasta que en el cumplimiento de los tiempos le llegue su hora, hay quien ha querido trastornar la voluntad
de Dios imitando su obra. Tiene sus seguidores y servidores que
son sus instrumentos. Nos referimos
al diablo, llamado Satanás. Pero les resistía Elimas, el mago [pues así
se traduce su nombre], procurando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno
del Espíritu Santo, fijando en el los ojos, dijo: ¡Oh lleno de todo engaño y de
toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia!
¿No cesarás de trastornar
los caminos rectos del Señor?
[Hechos 13: 6-12].
Ese es el trabajo del diablo y a nosotros los
hijos de Dios nos corresponde
resistirle. La Biblia nos señala
que solo estando sometidos a Dios
podremos hacerlo. Y ciertamente
el huirá de nosotros [Stg. 4:7].
El diablo tiene sus formas
de echar las suertes. Una de ellas
es usando piedras.
En todas las épocas se han usado piedras para hacer hechicerías. Para
muchos, algunos tipos de piedras son símbolo de suerte. Ejemplo de esto son los "cuarzos."
Pienso que quizá esto pueda tener su
origen en lo que dijimos anteriormente
sobre el término "lot" o piedrecita, que vino a ser un sinónimo de suerte.
Hay los que adoran ciertas piedras. Muy
pobre imitación la que el diablo hace de nosotros los hijos del Dios viviente que adoramos no
una piedra en lo natural sino aquel a
quien el profeta Isaías llamó la Piedra
de donde fuimos cortados [Isaías 51:1], a Jesucristo
el Señor.
El diablo tiene engañado a
muchos, aun dentro de la iglesia, con su forma de obrar. Algunos de sus
servidores tienen espíritu de
adivinación, contraparte o copia
este del don del Espíritu de Dios
de la palabra de conocimiento, o de
ciencia [1 Co.12:8]. Estos son
los que se llaman psíquicos o mentalistas,
que dicen pueden decir la "suerte" de las personas, ya sea
buena o mala, esto es, lo que
dicen ellos les espera en el futuro o lo que tienen señalado por el llamado
destino.
También están los que echan las suertes con las
barajas, y con caracoles. Y los que no
solo echan las suertes
"leyendo" la mente sino
también las manos y
los ojos. Hay algunos que aunque no tengan espíritu de
adivinación andan por ahí "echando las suertes", engañando y
aprovechándose de la ingenuidad de muchos para
robarles su dinero. Todos ellos
en una forma u otra sirven al
diablo. Estos son embajadores en estos
tiempos de la llamada "Nueva Era" contraparte diabólica también de la
obra de Dios que viene engañando a muchos
con su aparente obrar humanitario y moralista. Ellos se han inventado nuevos nombres para
llamarse a si mismos. Pero no nos engañan. Son los mismos brujos que hemos oído hablar y
que se conocen desde la antigüedad.
Tratan de imitar lo que la Biblia
nos enseña es el
concepto de suerte para Dios.
Hay una frase que es muy común en el sistema del mundo, al menos aquí en
Puerto Rico. Esta es: "A Dios que
reparta suerte". Esto se dice
generalmente cuando se está en espera de que suceda algo. ¿No es esta otra pobre imitación de la
antigua creencia del pueblo de Israel?
Déjame decirte que una de
las cosas que el Señor me ha mostrado en
cuanto a esto, es que nosotros
sus hijos no
debemos desearnos
"suerte" los unos a los otros,
sino bendición. Esto, para no
caer en el concepto del término "suerte" que se conoce en el
mundo.
Lo de desear suerte es una
práctica bien común aún entre algunos
en el pueblo de Dios. Hubo un tiempo
que yo lo hacía, antes que Dios me
enseñara que no se agradaba de ello.
Acuérdate que nosotros no
dependemos de la llamada suerte sino de la gracia y la bendición de Dios. El es el que suple y determina todo
en nuestras vidas. ¡Amén!
En el
libro de los Hechos encontramos a una mujer con espíritu de adivinación
que siguiendo a Pablo y a los que iban con él, daba voces,
diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días mas
desagradando a Pablo, este se volvió y
dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora [Hch. 16: 16-18]. Esto es algo mas que hace el espíritu de
adivinación, puede decir
cosas que sean ciertas para tratar de engañar aun a los hijos de Dios
como lo fue en este caso. Pero para eso nos es necesario tener [como lo tenía
Pablo] el discernimiento de espíritus [1 Co.12:10], para saber reconocer quien
es el que ha hablado, si ha hablado
Dios, el diablo o es palabra
concebida por la mente del hombre.
Todo este envolvimiento diabólico nos viene de las religiones paganas
[que adoran muchos dioses], cuya dirección viene del mismo diablo.
En Isaías 65:11-12, podemos ver a Jehová Dios reprender
a su pueblo que le había dejado a El para servirle mesa a la Fortuna y
ofrecer libaciones al Destino. ¿Que significa esto? Fortuna era Gad el dios babilónico de la fortuna, que es otro nombre
para suerte. Era el planeta Júpiter, que corresponde a Baal o Bel. Baal quiere decir: "Señor" y era un
ídolo de los fenicios, cuyo culto fue introducido entre los hebreos,
particularmente en Samaria, junto con el de Astarte [Jueces 6: 25-32].
El plural Baales significa imágenes o estatuas de Baal
[Jueces 2:11]. Los árabes, en especial
los egipcios, llamaban a este dios
"La Buena Fortuna Mayor ."
Al planeta Venus, que correspondía a la diosa Meni le llamaban "La
Buena Fortuna Menor". Esta diosa era el Destino. Se creía que esta diosa señalaba el número
de los sucesos de la vida de los hombres.
Hay ediciones de la Biblia en inglés que traducen Destino como "number" o sea,
número. En la traducción del
original hebreo al inglés dice
"fate" que se traduce como fortuna o destino.
Los que practicaban estos
cultos paganos, diabólicos, servían mesas
a sus ídolos con variedad de
comidas. Esto aun se practica, muy en
especial entre los cultos que vienen de África, como el Vudú y la llamada
Santería. Además hacían libaciones. Esto es, vino que derramaban al
presentar sus ofrendas o votos. Lo mezclaban en ocasiones con miel, pero
cuando eran votos terribles que
ofrecían a sus
ídolos lo mezclaban
con sangre [Salmo 16: 4]
Para los Israelitas, la libación consistía en una
pequeña cantidad de vino parte del cual era derramado en el sacrificio u
holocausto, y la otra parte era para ser ofrecida a los sacerdotes [Exodo29:40;
Levítico 23:18 ].
Jehová Dios le dice a su
pueblo que por hacer todas estas
cosas: os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al
degolladero, por cuanto llamé, y no
respondisteis, hablé y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis
ojos, y escogisteis lo que me desagrada [Isaías 65:12 ].
¡En cuantas ocasiones Dios
le advirtió a su pueblo sobre el no practicar las costumbres paganas! Esto es solo un ejemplo:
¡No sea hallado en ti quien
haga pasar a su hijo o su hija por el fuego ni quien practique adivinación, ni
agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni
encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación a Jehová cualquiera que
hace estas cosas, y por estas abominaciones
Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de tí. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.
Porque estas naciones que vas a heredar,
a agoreros y a
adivinos oyen: mas a ti no te ha permitido
esto Jehová tu Dios" [Dt.18:10-14].
Pero el pueblo desobedecía y
lo continúa haciendo. Quizá alguien
pueda decir: Pero nosotros la iglesia no
somos el pueblo del Antiguo Testamento.
Esa palabra no puede ser para nosotros.
Quizá puedan decir que el pueblo de Dios de este tiempo no está haciendo las mismas cosas que hemos
descrito por la palabra. Pero aun hay
llamado pueblo de Dios postrándose ante imágenes de ídolos. Y
están los que también consultan a los muertos. Y otros hay que se "entretienen"
frente a sus televisores viendo y escuchando a
los astrólogos, servidores del
diablo, sus instrumentos en el "echar las suertes". Adoradores
de las estrellas,
de la creación de Dios y no del Creador.
El Señor le dice a los que
le dan oído a los llamados astrólogos:
Te has fatigado en tus
muchos consejos. ¡Comparezcan ahora y te
defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los
que cuentan los meses,
para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará,
no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa
para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten [Isaías 47:12-14 ].
Déjame recordarte que todo lo que sucedió con el
Israel natural sucedió para nuestro ejemplo,
para que no codiciemos cosas malas como ellos codiciaron. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo,
y están escritas para amonestarnos a
nosotros [1Co.10 -16].
Nosotros somos parte del Israel de Dios [Ga. 6:16]. Porque de ambos pueblos hizo el uno [Efesios
2:14].
También en el Nuevo
Testamento Dios nos habla de los que habiendo conocido a Dios, han cambiado
la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador. [Ro.1:21-31]. Esto
es precisamente lo que hacían los idólatras que describimos anteriormente. Adorando la creación, en especial a las
estrellas como Venus y
Júpiter, los dioses de la suerte que llamaban ellos.
El apóstol Pablo nos
advierte en 1ra. De Corintios 10:7 que no seamos idólatras, como algunos de
ellos, según está escrito: Se sentó el
pueblo a comer, y a beber, y se levantó a jugar. . .
Los Juegos de
Azar
La forma mas común que el
diablo usa para echar las suertes es lo que se conoce como los juegos de
azar. Azar quiere decir que se da o sale por casualidad. Así es como obra el diablo, pues el único que
sabe el fin de todas las cosas es Dios,
que ciertamente no obra por casualidad.
Cada vez que alguien participa de alguno de estos juegos le esta “poniendo
la mesa” a los dioses paganos de la Fortuna y el Destino. Esto significa que se les está dando reconocimiento. Cuando
ponen su confianza en el número que han jugado lo están haciendo
en la diosa Meni o en Venus el dios Destino, la Buena Fortuna Menor, de quien se dice determina el número de las sucesos de los hombres según mencionamos.
Son variadas las formas que
el diablo se ha inventado en su sistema
del mundo donde él es príncipe, para engañar a las personas haciéndoles creer
que necesitan envolverse en tales
cosas. Están los casinos de juego con sus ruletas, dados,
barajas, y máquinas traga monedas.
Y también están los tan
conocidos programas de juegos por la televisión. ¿Y que de los
negocios de apuestas algunos de ellos disfrazados de deportes como lo son las carreras de caballos y de perros, y las
peleas de gallos? Actividades estas en
que también desgraciadamente hijos de Dios participan. No faltan los bingos, las rifas, las
llamadas picas, y los sorteos de lotto y la lotería que toman su nombre
precisamente del término “lot.”
Aquí en Puerto Rico tenemos
la llamada “bolita”, juego que el gobierno considera ilegal porque no es
auspiciado por ellos. ¿Como podríamos
llamar a los juegos que el gobierno auspicia que lleva al pueblo, aun a parte
del pueblo de Dios, a corromperse en este vicio que es promovido por la
idolatría?
Todos estos juegos y otros mas son practicados con
el propósito de como se dice: “probar la
suerte o fortuna”. Para obtener premios,
principalmente en dinero. “Para ver si
salgo de pobre.” “Para ver si
tengo la buena suerte de pegarme” Estas
son expresiones bien comunes en Puerto Rico.
Déjame contarte como me sacó
el Señor de esta idolatría. Ya había yo
tenido el encuentro real con Jesucristo y su obra de limpieza en mi vida
había comenzado. [Aún continúa]
Un día estaba yo comprando unos billetes [boletos] de
lotería. Ya los había pagado cuando vino
aquella palabra a mi corazón tan fuertemente que quedé como petrificada:
“Te ganarás el pan con el
sudor de tu frente.” Así me habló Dios
en aquel momento. Recuerdo que devolví
los billetes. La persona que me los
había vendido quiso darme otros billetes porque creyó que no me habían gustado
los números. Pero no era así. Era este el final de mi envolvimiento
con el “juego”. Pedí que me devolvieran el dinero y nunca mas he vuelto a “ponerle mesa” a la
Fortuna y al
Destino. ¡Gracias Señor!
Esto me ha mostrado el
Señor: El querer obtener dinero por otros medios que no sea el fruto de nuestro
trabajo [a menos que sea por una herencia, regalo o alguna inversión
correcta de nuestro dinero], no es de su agrado. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor
al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron
traspasados de muchos dolores [1
Timoteo 6: 9-10].
Ya no es solo que haya
pueblo de Dios, individualmente hablando, que esté envuelto en esta
idolatría. Es que esto ha entrado a la
Iglesia como tal. El afán desmesurado
por obtener riquezas ha llevado a ciertas personas y a ciertos sectores de la
iglesia del Señor a querer justificar por las Escrituras la desobediencia
a Dios en la que viven. Este es el caso
del pastor del que hice referencia al principio. He sabido de otro pastor que dice que jugar a
la lotería no está mal porque eso es como hacer una inversión. Hace un tiempo vi también por la televisión comercial a un pastor decir
que estaba orando para que una joven de su iglesia que estaba participando en
un programa de juegos en dicha emisora se ganara el gran premio porque esta le
había prometido el diezmo de la cantidad del dinero que se ganara. Recuerdo otra
ocasión que escuché un radio maratón de cierta iglesia en
el que tenían una ruleta para jugar como parte de las actividades. Algo increíble. ¿No?
Convirtiéndose al mundo es lo que
hacen. Conviértanse ellos a tí, y tú
no te conviertas a ellos [Jer.15:19].
Reconozco que estos ejemplos
son quizá la excepción en medio del pueblo de Dios. Esto no deja
de preocuparnos, ya
que te estoy hablando
principalmente de pastores que se supone sean los guías para el resto de las
ovejas. El desconocimiento de la voluntad
de Dios expresada por su palabra es
algo que vemos en ciertos sectores de la iglesia. Es por eso que existe tanta ignorancia y
vemos al pueblo envolviéndose
en tales cosas
como las que
hemos mencionado en
esta enseñanza.
Te mencioné que esos dioses
de la suerte que adoraban los antiguos y
que aún muchos adoran, eran dioses babilónicos. Babilonia fue la sede de mucha de la idolatría. Sabemos que lo que Babilonia significa es
confusión. Para nosotros
la iglesia del Señor, Babilonia representa el
sistema religioso que se ha
apartado de Dios para hacer su propia cosa.
El mismo diablo, aliado a la mente carnal del hombre rige el sistema
babilónico desde el orden del mundo. Orden que como hemos visto y
sabemos, le ha sido permitido
entrar a la iglesia por aquellos que dirigen esta bajo su propia mente
carnal y no bajo la dirección de la mente de Cristo. Babilonia es todo aquello en lo que está
envuelto el pueblo de Dios que lo tiene confundido. Es el orden carnal, mundano
y diabólico que desgraciadamente está mezclado
con el orden de Dios en su iglesia. De
toda esta confusión nos manda a salir
el Señor.
Y la mujer que has visto es
la gran ciudad [Babilonia] que reina sobre los reyes de la tierra. Y oí otra voz que decía: Salid de ella
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de
sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha
acordado de sus maldades. Porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra: pues por tus hechicerías
fueron engañadas todas las naciones [ Ap. 17:18;18: 4 – 5 y
23b ].
* * *
Pido al Señor que esta
palabra que he compartido sirva de alerta
a todo aquel que la lea. Sé que hay pueblo de Dios que no querrá
recibirla. A ellos les pido que vayan
delante del Señor a pedir dirección y revelación. Por su Espíritu él les mostrará que es tiempo
de recapacitar y dejar de hacer las cosas
de las cuales El no se agrada. Son tiempos bien difíciles los que nos está
tocando vivir. Y si no estamos
preparados siendo llenos de la Palabra viva de Dios, no
podremos enfrentarnos a lo que
estamos viviendo ni menos a lo que nos
espera. Corremos el peligro de ser
llevados cautivos por todo viento de falsa doctrina y de costumbres traídas del mundo que se han infiltrado en la
iglesia del Dios vivo.
¡Estemos como atalayas! ¡Velando y orando en todo
tiempo!
¡Nos ayude Dios en este propósito!
¡Amén!
Nidia Nadina Seda
a 20 de junio de 1997