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Balún Canán

Rosario Castellanos

Balún Canán

Francisco Versace

fmbroadcast01@hotmail.com


Balún Canán, novela escrita en prosa, consta de tres partes. La primera y la tercera parte están conformadas por veinticuatro capítulos, la tercera está compuesta de veintitrés; todos los capítulos son de variada extensión. La primera y la tercera son relatos que llevan la narración en primera persona, el “yo”; son relatos contados por una niña de siete años llenos de ingenuidad y de la lógica infantil, son descripciones de lo que sucede a su alrededor; el tiempo que utiliza ese “yo” es el presente. La segunda parte es un relato llevado por un narrador a la manera tradicional, omnisciente; es una narración en tiempo pretérito, narración llevada a cabo con la lógica interna de la realidad; presenta diálogos y monólogos (pensamientos de los personajes adultos de la novela).

El orden de las partes, la estructura derivada de la narración en primera y tercera persona, desconcierta al principio por esa ruptura de estilo, sin embargo, al final de la lectura se comprende que la segunda parte no puede ser contada por la niña de siete años (la narradora en la primera y tercera parte), pues ésta consta de episodios que suceden a su alrededor que la niña no puede o no quiere ver (como los conflictos raciales y sociales, los amores prohibidos, los suicidios, etc.). Las narraciones en primera y tercera persona son una perspectiva distinta de los mismos hechos.

El relato de la niña es llevado conforme a la lógica e ingenuidad infantiles, mira, como ella lo afirma (1), lo que está a su nivel. La narración de la niña muestra, como Ernesto lo manifiesta (2), que los niños poseen una visión astuta, que son sabedores de muchas más cosas de lo que aparentan, que descubren los secretos vergonzosos y las debilidades ridículas de los mayores; la niña observa lo que sucede a su alrededor con una mirada crítica.

A pesar de lo anterior, diversos críticos, como John S. Burshwood (3), cuestionan la verosimilitud de la narración, afirmando que una niña de siete años no puede expresarse de la manera en como se hacen las narraciones en la primera y última parte de Balún Canán.

Balún Canán retrata los conflictos raciales y sociales derivados de las reformas legislativas hechas durante el cardenismo (reparto de tierras, apertura de escuelas rurales, salarios mínimos e igualdad ante la ley). El drama rural e indigenista en la novela se desarrolla en Comitán (región chiapaneca); los dos actores, los dos rivales, de este drama son los blancos y los indígenas.

Blancos. Son lo que mandan y poseen, son los que tienen servidumbre y tierras. Subestiman los conocimientos y la sabiduría de “los indios”, los desprecian, los maldicen y los ridiculizan; para los blancos “los indios” no son iguales a ellos, por eso les hablan de “vos”. Los blancos comparan a los indígenas con las bestias, incluso cuando hacen falta los animales de trabajo, sustituyen a éstos por indígenas; en el mejor de los casos los comparan con niños. Se oponen a las medidas impuestas por el gobierno a favor de los indígenas; cuando las cumplen, lo hacen de manera tramposa.

De acuerdo con la tradición indígena (4), son los “hombres de oro”, “su corazón es como el hueso del zapote, reseco y duro”. La responsabilidad del hombre de oro es cuidar y amparar al pobre (al indígena) por cuanto de ellos recibe.

Indígenas. Conservan las tradiciones y el conocimiento de sus antecesores; tienen líderes dentro de su legión, se reúnen los jefes para deliberar y decidir el futuro de su comunidad; tienen conocimientos del mundo natural y del mundo sobrenatural; conservan su lengua natal. Son sometidos a las injusticias y al maltrato de los dueños de la tierra, los blancos, ellos les arrebataron lo que habían atesorado por siglos: la tierra y la palabra.



Papel que juega el hijo legítimo, el ilegítimo y la hija en la novela.

Hijo legítimo:

El hijo, el varón es “el mejor”, la atención de los padres se centra en él, se le da lo que pide y se le cumplen sus caprichos. Cuando es mayor el hijo varón puede dedicarse a lo que desee, puede estudiar una carrera o puede irse al extranjero. Es responsabilidad de él conservar el linaje, el apellido, la familia; tiene derecho a la herencia de sus padres, la maneja según su criterio (conserva el legado o lo despilfarra). Es alabado constantemente por sus padres y por los conocidos de sus padres. Un pequeño triunfo del hijo es motivo de fiesta. Son los hijos legales, producto de del matrimonio. El hijo primogénito está dentro de este grupo, sin embargo, siendo el primer hijo varón, tiene más derechos dentro de la familia, incluso recibe la mayor parte de la herencia.

Hijo ilegítimo (hijo bastardo):

Es el hijo que nace fuera del matrimonio. Para su padre, “hijos como ésos... no significan nada (5) ”, no son reconocidos, le son indiferentes al progenitor, por lo mismo no tienen derecho a recibir herencia. La familia del padre, al tener conocimiento de la existencia del hijo bastardo, se avergüenza de éste, es despreciable y repugnante. La religión también los rechaza y humilla “por ser producto de malos pensamientos”

Hija:

La hija no tiene identidad, el ejemplo más claro de esto se puede observar en que la niña no lleva nombre en la novela. Es despreciada y abandonada por sus padres ya que toda su atención se fija en el varón. Se siente solitaria y desplazada por su hermano a pesar de ser la hija mayor. No pueden aspirar a una carrera, ellas solo pueden ser “dueñas del hogar”.



Notas:

1) Cfr. Castellanos, Rosario. Balún Canán. FCE. México, 1995. p. 9.

2) Ibidem, p. 93.

3) Cfr. Brushwood, John S., México en su novela. Una nación en busca de su identidad, FCE, México, 1987, p. p. 65 - 70

4) Castellanos, Rosario. Op. cit. p. 29 - 31

5) Ibidem, p. 81

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