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Semana Santa en Ayacucho

Según los entendidos, en el mundo solo hay dos lugares donde se mantienen los rituales antiguos de la Semana Santa y donde se siente y se percibe un especial fervor religioso: Sevilla en España y Ayacucho en el Perú. La dramatización colectiva que realiza todo el pueblo ayacuchano durante semana y media, entremezclada con los elementos propios de su realidad andina y mestiza, sincretismo mágico religioso, ha alcanzado fama en el Perú y en el extranjero.

Extracto de canción: Semana Santa

Todos los integrantes de la sociedad ayacuchana, en todos sus niveles sociales, participan de algun modo en los diversos eventos que conforman esta singular y colorida festividad religiosa y pagana. Desde la autoridades locales y, ahora último nacionales, pasando por los Mayordomos de las ocho principales procesiones de la ciudad; profesionales y comerciantes; ciudadanos hombres y mujeres integrantes de las diferentes cofradías y hermandades de cargadores; Coros y Tunas; adultos, jóvenes y niños, preparando las bellísimas alfombras en los barrios por donde pasarán las imágenes; pintorescas vivanderas y humildes campesinos venidos de los poblados cercanos a la urbe, quienes, tal vez, exteriorizan con mayor conmoción su fé y piedad cristiana. Los cánticos quechuas en las iglesias como en San Francisco de Asís o Santa Ana, transmiten honduras profundas del espíritu cristiano que conmueven intensamente a los presentes.

La estratificación social se hace evidente en dos festividades importantes. Por un lado, las clases acomodadas de la ciudad han hecho "suya" la celebración del día Viernes Santo o del Santo Sepulcro, en ella, la población humilde participa sólo en calidad de "observador". En contraposición, el pueblo, participa multitudinariamente en la preparación, organización y festejos de lo que es la festividad mayor: el Domingo de Pascua de Resurrección. Sin embargo, el día cúspide en cuanto a identificación religiosa y donde toda la sociedad ayacuchana se muestra unificada y compacta, es el día Miércoles Santo, cuando se realiza la procesión del Encuentro en la Plaza Mayor. La imagen de Jesús de Nazareno, con su atuendo morado cargando su cruz, es la de mayor valor religioso para todos los ayacuchanos, por algo se le considera el Patrono de la ciudad y su sola visión conmueve intensamente a los lugareños.

Cada noche es diferente y es parecida a la vez, el marco nocturno del cielo estrellado es acompañado de aromas a incienzo, fogatas, fuegos artificiales y el fondo musical de marchas de procesión, cánticos tristísimos en quechua y castellano; pero, en todo ello, hay un aroma de fondo que sólo se da en estos días y en este lugar: es el producido por las vivanderas (vendedoras de comida) que preparan el famoso "chorrizo ayacuchano", y que consiste en carne molida de chancho combinada con especies, previamente macerado con vinagre y ají colorado, la cual se fríe y se sirve con papas y ensalada de cebolla, lechuga y betarraga. Además es característico de estas noches, el "ponche" a base de leche, canela, maní o ajonjolí y pisco o aguardiente para quien lo prefiera; mazamorra de llipta (maíz y leche) y diversos dulces y pastelillos.

Cada año, resulta más complicado para las autoridades locales atender con comodidad a los miles de turistas que llegan ansiosos de contagiarse del espíritu religioso y festivo de la población huamanguina. El año pasado, 1998, visitaron nuestra ciudad más de 20,000 turistas nacionales y extranjeros. Ello, a su vez, constituye una de las mayores fuentes de ingreso para la ciudad y para la alicaída economía del poblador ayacuchano.

Veamos a continuación una descripción de lo que acontece cada día de la Semana Santa en Huamanga.

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Viernes de Dolores

Los actos religiosos, litúrgicos y colectivos se inician, este año, el día viernes 26 de marzo, al que se le denomina Viernes de Dolores y se desarrolla en el antiguo Barrio de la Magdalena. El día anterior, jueves, se visten a las imágenes y las andas del Señor de la Agonía y de la Virgen Dolorosa, en el Templo del mismo barrio. El trabajo es amenizado por una banda de músicos y se sirve almuerzo a los participantes. Por la noche hay quema de chamizo (retama seca) y ninatoros (toros de fuego) que es un adorno en forma de cabeza de toro manipulado por un varón que lanza fuegos artificiales a su paso. El día viernes, a las ocho de la noche, sale la procesión que recorre las principales calles del Barrio de la Magadalena. En el camino de retorno, se produce el cambio de Mayordomo (persona elegida para organizar la festividad, por lo general deben ser ciudadanos notables con cierta solvencia económica), en donde el nuevo recibirá un guión de plata para acompañar la procesión.

En esta procesión participan hasta cuatro andas: la Virgen Dolorosa, el Señor de la Agonía, la Verónica y San Juan. Durante la misma y como muestra del ingenio festivo del pueblo, los concurrentes llevan agujas o espinas largas para pincharse mutuamente como una forma de "ayudar al Señor en su dolor". También con agujas e hilos algunos cosen, disimuladamente, los vestidos de unas personas con otras generando confusas e hilarantes situaciones entre los asistentes.

Sábado de Pasión

Este día llegan desde la provincia de La Mar (ceja de Selva) gran cantidad de palmas de color amarillo y verde, las cuales son distribuídas gratuitamente en la prefectura o vendidas en el mercado local. En la noche, de la Iglesia de Pampa San Agustín, sale la procesión del Señor de la Parra, llamado así debido a que el Señor lleva en la mano un racimo de uvas.

Domingo de Ramos

Por la mañana, se realiza en las Iglesias la bendición de las palmas y luego la Santa Misa. En las primeras horas de la tarde, ingresan por la parte sur de la ciudad tropeles de mulas, asnos y llamas (alrededor de 300 animales), vistosamente enjaezadas con cintas multicolores y provistas de esquilas y campanillas al cuello, cargando gran cantidad de Chamizo (retama seca). Adelante va el Mayordomo principal, distinguido con la cinta blanquirroja cruzando el pecho, montado en un brioso caballo, elegantemente vestido a la usanza huamanguina. Cabalga portando el Estandarte del Señor de Pascua de la Resurrección, bandera e insignia. Acompañan, igualmente, un pelotón de jinetes, hombres y mujeres, sobre sus caballos debidamente enjaezados y vestidos a la usanza huamanguina; además del señor Prefecto, Subprefecto, arrieros y campesinos de las comunidades aledañas tocando sus Waqrapukus (cornetas de cuernos de toro) y lanzando cohetes, anunciando la llegada. La delegación da una vuelta por la Plaza Mayor y luego deposita la carga de retama en el patio de la Municipalidad, donde permanecerá hasta la madrugada del Domingo de Resurreción donde será quemada en el perímetro de la Plaza.

Una hora después, se realiza la escenificación de la entrada triunfal de Jesús y sus apóstoles a Jerusalén. Desde el Monasterio de Santa Teresa (Convento de Monjas de clausura) sale una escultura del Señor de Ramos montado en un pollino blanco, acompañado por doce fieles con vestuario judío. Atrás viene otro pollino similar, cargando canastas de frutas. Acompañan al Señor las principales autoridades de la ciudad portando palmas y estandartes. Recorren varias cuadras en línea recta y luego ingresan a la Plaza Mayor, dirigiéndose a la catedral, donde la escultura será desmontada e introducida al templo. Durante su recorrido, los acompañantes entonan cánticos y vivas, batiendo las palmas.

Lunes Santo ó Señor del Huerto

Es una procesión que sale a las siete de la noche del Templo de la Buena Muerte y se dirige a la Plaza Mayor, dando una vuelta entera. El anda es adornada con choclos, piñas y frutas; también se colocan ramas de olivo y gran cantidad de cirios. La procesión simboliza la Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos; en ésta no hay cohetes, ya que se trata de recordar un acto de dolor.

Martes Santo ó Señor de la Sentencia

A cargo de los miembros del Poder Judicial. Sale de la Iglesia de la Amargura, se conmemora la captura y sentencia de Cristo por los judíos. La imagen tiene las manos atadas y con signos de haber sido torturado. Encabezan esta procesión los Mayordomos (integrantes del Poder Judicial). En su recorrido, se detiene en catorce estaciones para rezar el Vía Crucis, entonando cánticos sacros en quechua y castellano.

Miércoles Santo ó Procesión del Encuentro

Esta es la procesión que suscita mayor emotividad en la población ayacuchana. La imagen del Cristo Nazareno y de la Virgen Dolorosa, por separado, salen del Templo del Convento de Santa Clara (descrito por Ricardo Palma en su relato de "La Monja Alférez"). Cada uno, en su propia anda y separados una o dos cuadras, seguidos de cientos de fieles compungidos. Días antes, las monjas de clausura preparan y visten a la imagen del Nazareno, que es venerada a lo largo del año. Cuenta la tradición, que las monjas le cortan el cabello y la barba que le ha crecido al Nazareno. Desde horas de la tarde, los vecinos e instituciones de la ciudad elaboran las más vistosas y bellas alfombras de flores y aserrín de colores, en una especie de competencia estética, ofrecidas al paso del Nazareno.

Las dos imágenes recorren las calles que separan el Convento de Santa Clara y la Plaza Mayor (parque Sucre). También participan, en andas más pequeñas, San Juan y la Verónica. Como a las ocho de la noche ingresan a la Plaza

las andas de la Virgen Dolorosa, San Juan y la Verónica; finalmente ingresa el imponente Nazareno con gran acompañamiento. El Coro de Caballeros de Semana Santa, integrado por las mejores voces de la ciudad, acompaña todo el recorrido de la procesión, entonando canciones sacras en cada esquina.

En el perímetro de la Plaza, el anda de la Verónica avanza con rapidez y da el encuentro al Nazareno; ambas andas se aproximan y se inclinan para que la mujer "limpie" la sangre y el sudor del Señor, quedando las huellas impregnadas en el paño utilizado. Luego, la Verónica da el encuentro a San Juan para informarle que estuvo con Jesús; después, ambos, van en busca de la Virgen para comunicarle la triste nueva, mostrándole el paño con que secara el rostro de Jesús. En seguida los tres se dirigen en busca del Nazareno, produciéndose idas y venidas de las imágenes. Finalmente, el desenlace y momento cumbre se desarrolla en la esquina de la Municipalidad con la antigua Escuela de Bellas Artes. La Virgen encuentra a su hijo, y se inclina tres veces, rememorando el camino al calvario. Las imágenes "conversan" un largo rato, en un marco de expectativa general, ningún ayacuchano se ha quedado en sus casas, la población ha copado toda la Plaza y especta con emoción. En ese espacio de tiempo, los sacerdotes que acompañan, ofrecen incienso a nombre del pueblo, con cánticos que entonan los feligreses, dando un ambiente muy espiritual. Luego, las andas abandonan lentamente la Plaza Mayor retornando al Templo de Santa Clara.

Jueves Santo

Entre las cinco y seis de la mañana se celebran misas, se arreglan iglesias y hay procesión interna en los templos del Santísimo. Los devotos hacen hervir en un brasero la cazoleta con un conjunto de hierbas aromáticas, luego se conagran los santos óleos; en este día el Obispo de Huamanga hace el lavado a doce menesterosos.

La población y los visitantes acuden a los templos que están adornados con panes, uvas, espigas y corderos de imaginería. Asimismo, en la Plaza Mayor se vende comida típica y gran cantidad de gente acude en grupos familiares a degustar de esos platos. Es un día sin procesiones; éstas son reemplazadas por el recorrido de iglesias, que, en Huamanga, por la cercanía de unas y otras se hace muy agradablemente.

Viernes Santo o Santo Sepulcro

Como ya lo dijimos ésta es una procesión organizada por la gente de mayor ingreso económico de la ciudad, los "notables". Los sectores sociales populares participan solo como observadores, pero igualmente exteriorizan su fé religiosa.

La urna con el Señor yacente, así como la Virgen Dolorosa, están acompañadas por devotos vestidos de negro. Todos los participantes llevan cirios y la luz del alumbrado público, por donde pasar  el sepulcro, son apagadas. Bandas, música militar y coros acompañan el cortejo.

Sábado de Gloria

En este día, a las nueve de la mañana repican las campanas de los treinta y tres templos anunciando la resurrección y gloria de Jesús. En la Catedral y las Parroquias se bendice el nuevo fuego, el cirio pascual y las misas de vigilia. Las personas pasean por las calles en caballos de paso y se trasladan dos toros a la ciudad para regalarlos al Asilo de Ancianos y la Cárcel. Este traslado se hace festivamente, en forma similar a lo que ocurre en Pamplona (España), desde las faldas del cerro Acuchimay hasta la Plaza Mayor.

En el cerro Acuchimay, entre los barrios de Carmenqa y San Juan, se realiza una feria que reúne gran cantidad de gente. Antiguamente un primer grupo de feriantes ganaderos venía de la provincia de Andahuaylas, iniciando su trayecto días antes en Desaguadero (Puno), otros incluso provenían desde Bolivia; otro grupo de feriantes provenía de la región de Cangallo.

Durante este día se arreglan las andas para la procesión del Domingo de Resurrección en la Catedral, con la participación de gran cantidad de adornistas y ayudantes. Hay bandas de música en el atrio de la Catedral y se invita en este lugar almuerzo a los asistentes, que se dedican a bailar y tomar licor.

Domingo o Pascua de Resurrección

En la noche del sábado van llegando a la Plaza Mayor y calles aledañas campesinos feriantes, turistas y pobladores. En el lugar hay bandas de música, conjuntos tradicionales de guitarras, mandolinas, quenas, violines y arpas, la gente baila, toma licor y canta a lo largo de la noche, esperando la procesión que saldrá hacia las cinco de la mañana.

La inmensa procesión, que culmina el ciclo celebratorio de la Semana Santa, es de gran participación popular con quema de chamizo, castillos y cohetes. El anda, de vólumen y peso muy grande, sale de la Catedral antes de que salga la luz del sol, la oscura madrugada es iluminada por los fuegos artificiales. Debajo de la inmensa "nave" hay cerca de 300 cargadores anónimos del pueblo, que sin mayor organización se turnan con la masa de gente deseosa de llevar en sus hombros al Cristo Resucitado. Así, da una vuelta alrededor de la Plaza y cuando amanece y la luz del día ilumina la ciudad la procesión ya está culminando su recorrido y reingresando a la Catedral.

En la tarde, se realizan carreras de caballos de hombres y mujeres, especialmente de éstas últimas a quienes en el pueblo llaman "amazonas", que por lo general son campesinas que provienen de la región de Cangallo, lugar donde se refugiaron los últimos "almagristas" dando origen a una descendencia peculiar, los bravos jinetes "morochucos", campesinos con marcados rasgos españoles, de ojos claros, azules, barbados y rubios.