ALTO A LA MINERA
SAN XAVIER
Mediante contratos ilegales obtuvo terrenos y logró
permisos para su proyecto
Minera San Xavier despojó de tierras a habitantes de
Cerro de San Pedro
Cerró caminos vecinales que durante 400 años fueron
utilizados por pobladores de la zona
CARLOS MONTEMAYOR/ III Y ULTIMA PARTE
Decíamos
en la entrega de ayer que los estudios realizados
por la Minera San Xavier para valorar el riesgo de
contaminación al acuífero del valle de San Luis y
para cuantificar realmente el empleo directo de
millones de metros cúbicos de agua y su pérdida por
evaporación han sido insuficientes y tendenciosos,
pues han ocultado la información que podría ser más
significativa. Explicábamos, igualmente, que cientos
de hectáreas quedarían incapacitadas para cualquier
actividad productiva, pues los efectos en las
tierras serán severos, irreversibles y permanentes.
Sin contar con los permisos necesarios, Minera San
Xavier ha empezado a denudar el terreno donde
pretende ubicar las piletas, patios de lixiviación y
planta de beneficio, tareas que corresponden a la
primera etapa del proyecto o preparación del sitio,
que ya representan un daño irreversible a la flora y
fauna del lugar, pues se arrasaron casi 100
hectáreas de flora con especies protegidas y en
peligro de extinción. Esto trajo, por consecuencia,
la migración de la fauna y la desaparición de
algunas especies endémicas. A esto habrá que agregar
después la pérdida de miles de empleos provenientes
de las actividades agrícolas y ganaderas de las
zonas aledañas que comenzarán a verse afectadas por
el proyecto minero.
La Minera San
Xavier no ha podido demostrar aún que su proyecto
sea legal y menos que sea técnicamente viable. El
proyecto afecta, como ya hemos dicho, el bienestar y
salud de los habitantes del valle de San Luis por
las condiciones de deterioro del acuífero de ese
sitio, que podría verse inutilizado muy pronto por
la sobrexplotación y contaminación. Pero la Minera
San Xavier ha iniciado su expansión territorial por
cauces ilegales, a pesar de que enfrenta una tenaz
resistencia de los pobladores del Cerro de San
Pedro.
Presión al presidente municipal
Se ha presionado recientemente al presidente
municipal, Oscar Loredo Loredo, para que se otorgue
a la empresa el permiso de operación y construcción.
Esa medida apresurada viola un amparo concedido por
el juez segundo de distrito interpuesto por los
ejidatarios contra las autoridades municipales para
evitar la afectación de sus tierras. Ahora el
presidente municipal y parte del cabildo enfrentan
una demanda por desacato, pues el trámite para el
permiso municipal le fue suspendido a la empresa en
sesión de cabildo, el día 16 de marzo de 2004, hasta
que cumpliera con las condicionantes 10 y 12 de la
autorización emitida por el Instituto Nacional de
Ecología (INE), el 26 de febrero de 1999. Pero,
sobre todo, se le exigió restituir el acceso de los
caminos vecinales, de los que sin autorización se
posesionó, como explicaré más adelante.
La condicionante 10 exige "obtener de manera
previa a la ejecución del proyecto los permisos,
licencias, autorizaciones y concesiones que sean
requisito para su correcta realización". Pues
bien, la Secretaría de la Defensa Nacional no ha
autorizado a Minera San Xavier el uso de 25
toneladas de explosivos diarios durante ocho
años en el área del tajo, pues tal cantidad
representaría un riesgo para la integridad de las
construcciones y la vida de los pobladores de Cerro
de San Pedro, situado a tan sólo 50 metros del tajo.
Debe tomarse en cuenta, además, que el terreno sobre
el que se asienta la mayor parte del poblado
presenta minados subterráneos efectuados a lo largo
de 300 años.
La condicionante 12 establece que de forma previa al
inicio de los trabajos para la preparación del sitio
y de cualquier actividad del proyecto, deben
realizarse "las gestiones necesarias para la
reubicación de los pobladores de las comunidades de
Cerro San Pedro y La Zapatilla, así como de aquellos
otros que pudieran verse afectados por el proyecto y
así lo requieran". Para ello, debían contar "con
todas las anuencias y permisos necesarios de
ciudadanos, gobiernos municipales, estatales y
federales conforme a la legislación aplicable".
Minera San Xavier, mediante el oficio de fecha 6 de
febrero de 2004 enviado al biólogo Ricardo Juárez
Palacios, director general de Impacto y Riesgo
Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, desconoció algunos de los
compromisos adquiridos con el INE, alegando que esta
autoridad únicamente debía ceñirse a aspectos
ambientales, por lo que subestimó el cumplimiento de
la condicionante por referirse a aspectos sociales.
En forma sorpresiva, a partir de tal argumento
insostenible, el biólogo Ricardo Juárez Palacios
mandó un oficio a Minera San Xavier para comunicarle
que no tenía objeción a que la empresa
iniciara los trabajos de preparación del sitio. En
ningún momento dijo que "autorizaba", decisión que
no está dentro de sus facultades, sino del
municipio. Sin embargo, Minera San Xavier utilizó
este documento para sorprender a las autoridades
locales e iniciar los trabajos de preparación.
Para ello ha procedido a comprar terrenos
municipales y fincas abandonadas en la cabecera
municipal de Cerro de San Pedro, mediante contratos
al margen de la ley o por medio de la firma de un
contrato de arrendamiento de tierras del ejido con
falsos ejidatarios, el cual fue anulado por
resolutivos tanto del Tribunal Agrario como del
segundo tribunal colegiado del noveno circuito. Es
decir, la Minera San Xavier cometió un fraude con
los tres niveles de gobierno, que otorgaron los
respectivos permisos para el proyecto minero sobre
la base de una posesión de tierras que estaba
viciada.
Con este falso contrato, Minera San Xavier tomó
posesión de las tierras y realizó trabajos sobre
inmuebles antiguos con autorización del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, además de
trabajos de reubicación de flora protegida que causó
la destrucción y muerte, por el descuido con que se
procedió, de cientos de cactáceas en peligro de
extinción, representando todo ello una pérdida
irreparable al ecosistema.
Además, cerró caminos vecinales que durante 400 años
fueron utilizados por los pobladores de las
comunidades de La Zapatilla, Cuesta de Campa,
Portezuelo y Cerro de San Pedro, sin haber tramitado
y obtenido los permisos necesarios. También invadió
terrenos propiedad de la nación, pertenecientes a la
antigua vía del ferrocarril Potosí-Rioverde, ramal
San Pedro. Instaló, igualmente, una cerca ciclónica
de varios kilómetros de longitud que envuelve el
poblado por el lado norte, oriente y poniente,
impidiendo el paso a pobladores, visitantes y
ejidatarios a áreas que en verdad siguen siendo
municipales.
Un caso peculiar es el que atañe al ejido de Palma
de la Cruz. Los ejidatarios arrendaron 136 hectáreas
a Minera San Xavier para uso de talleres, pero no
les informaron que las emplearían como un tiradero
de material sulfuroso que no será lixiviable.
Acerca del permiso de uso de suelo, la empresa
declara que el ejido arrendado pertenece a Cerro de
San Pedro, cuando pertenece al municipio de Soledad
de Graciano Sánchez. Esta confusión intencional
tiene el propósito de evitar permisos de
construcción, operación y uso de suelo, ya que está
considerada como zona de preservación de flora y
fauna; al declararlo parte de Cerro de San Pedro,
justifican que el terreno tenga "vocación" minera.
Un regidor de Cerro de San Pedro expuso ante el juez
segundo de distrito en San Luis Potosí que en una
sesión de cabildo, celebrada la tarde del 7 de
agosto de este año, el presidente municipal intentó
pasar por encima del juicio de amparo 564/2004, con
el propósito de autorizar las tareas de operación de
la Minera San Xavier. El regidor entregó al juzgado
una grabación de audio de la sesión con su
transcripción estenográfica. En ella el presidente
municipal se declara presionado por el presidente
Vicente Fox y el gobernador del estado. Tal presión
no tuvo los resultados esperados. ¿Qué sigue ahora?
La compañía ha intentado generar un escenario
artificial de conflicto, manipulando a supuestos
trabajadores de la empresa provenientes de otros
estados de la República para llevar a cabo actos de
provocación y violencia en la presidencia municipal.
El futuro de Cerro de San Pedro y de los habitantes
del valle de San Luis no es un caso aislado en el
México actual. Procesos semejantes, conflictos
similares, despojos y desaparición inminente de
comunidades y poblados están teniendo lugar en otras
zonas de Guerrero y Oaxaca, también por la expansión
de trasnacionales mineras. Como ocurre con Cerro de
San Pedro, las voces de esas comunidades aún no
llegan con nitidez a los oídos del México de hoy.
Pero debemos escuchar esas voces, porque así
defenderemos lo poco que nos está quedando para el
México de mañana.
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