GUINEA
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El Parque Nacional de Monte Alen Gorilas, ranas de tres kilogramos de peso, una naturaleza exuberante y un clima tropical son los ingredientes que exhibe el Parque Nacional de Monte Alen, de Guinea Ecuatorial, como elementos representativos de la biodiversidad de esta zona de África. La Agencia Española de Cooperación Internacional participa en un proyecto para atraer visitantes a la zona y fomentar el ecoturismo. |
Las
actuaciones en el Parque Nacional de Monte Alen se encuadran dentro del
proyecto regional ECOFACT (Ecosistemas Forestales de Africa Central),
financiado por la Unión Europea desde el año 1992 y cuyo objetivo
principal es la conservación de las zonas y de las especies
representativas de la biodiversidad de esta zona de África. Las
actividades se vienen desarrollando en áreas protegidas de la República
Centroafricana, Camerún, Guinea Ecuatorial, Santo Tomé y Príncipe, Gabón,
República del Congo y República Democrática del Congo.
Desde el año 1998 la
AECI viene participando en la financiación del proyecto en Guinea
Ecuatorial. Mientras la UE financia la Asistencia Técnica, la Cooperación
Española se hace cargo de los gastos de funcionamiento del Parque; el 31
de diciembre de 2000 la aportación de la AECI se habrá elevado a
86.551.250 pts. Este compromiso de participación por parte de la
Cooperación Española se ha plasmado en la última Comisión Mixta
Hispano-Guineana que tuvo lugar en la ciudad de Malabo el pasado 26 de
octubre de 1999. El Parque Nacional de
Monte Alen se encuentra ubicado en la región continental de Guinea
Ecuatorial, a unos 70 km de Bata, en la cadena montañosa de Niefang.
Caracterizado por su accidentada topografía y un clima tropical húmedo
en el que la temperatura media oscila entre los 19 y los 21 grados centígrados,
tiene una precipitación media anual de entre 2.000 y 3.000 mm, diferenciándose
claramente dos estaciones lluviosas y dos secas. La creación del Parque
tuvo su reconocimiento oficial por parte del Gobierno ecuato-guineano en
agosto de 1997, cuando se aprobó el reconocimiento de Parque Nacional con
una extensión de 80.000 Hectáreas. Actualmente se ha conse- |
guido una
ampliación de 70.000 Hectáreas más por su parte sur, llegando sus límites a
Monte Mitra y al Estuario del Muni.
La construcción de un hotel
dentro del Parque, respetando toda la normativa medioambiental, ha servido para
atraer visitantes a la zona e ir fomentando el ecoturismo en un paraje en el que
éste es la única iniciativa. El hotel es autosuficiente, y está previsto que
los beneficios que genere se inviertan en obras de carácter social. Además de
las instalaciones puramente hoteleras se construyeron oficinas, locales
destinados a talleres, escuelas, viviendas para los trabajadores, un centro de
interpretación, etc. La formación del personal ha
sido un aspecto muy cuidado dentro del proyecto: los guardas fueron reclutados
entre los cazadores de la zona, debido a su mejor conocimiento del entorno, los
animales, sus costumbres y formas de caza, y fueron formados de acuerdo a las
necesidades del parque. Además de los ecoguardias, el resto del personal se
formó en centros especializados fuera del Parque y con el apoyo técnico de
expertos en el propio Parque. Una vez puesto en marcha, el
proyecto da trabajo a 70 personas altamente sensibilizadas respecto a su labor,
lo que significa que al menos 70 familias se benefician de forma directa en un
lugar en el que no existen otras alternativas laborales. Indirectamente, el
parque genera otros puestos de trabajo a consecuencia de su funcionamiento, como
es el caso de los guías y porteadores que acompañan a los investigadores y a
los visitantes.
Un Guardia del parque
sirve |
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Estos investigadores llevan a cabo diversos programas financiados conjuntamente por distintos organismos, entre los que figura la AECI. Cabe destacar un inventario de la diversidad vegetal y otro de la diversidad animal, además de un estudio sobre el censo y la distribución de los primates. Siempre que los estudios sean de interés para el Parque éste proporcionará el apoyo logístico y el personal necesario dentro de sus posibilidades. La tercera fase del proyecto ECOFAC abordará la financiación de un estudio sobre la posible habituación de gorilas a la presencia humana, con vistas al turismo, y seguirá colaborando con otras instituciones en los programas de investigación que se realicen en el país, como el de las tortugas marinas o el de las ballenas. Hasta el momento se ha respetado el área protegida del Parque impidiendo la explotación forestal y la caza con arma de fuego, que prácticamente ha desaparecido, aunque se sigue cazando con trampa, lo que no supone un grave peligro. En realidad, el peligro de todo el país viene del enorme incremento que está teniendo la extracción de la madera: en 1999 la cifra se elevó a 800.000 m3, según datos facilitadas por las propias empresas forestales, lo que supone una enorme presión sobre un territorio de las dimensiones de Guinea Ecuatorial. Si continúa la deforestación los Parques Nacionales quedarían como los únicos lugares en donde encontrar caza, y un incremento del número de cazadores dificultaría la protección de estos espacios naturales. |
La estrategia de incrementar la cooperación en los sectores productivos se perfila como un elemento capaz de consolidar la presencia española a la vez que propicia un desarrollo social autónomo que permita a los sectores involucrados valerse por sí mismos en el futuro. | El
cacao, una fuente de empleo y riqueza La
situación que atravesaba el sector agrícola del cacao en el año 1993,
con la caída de los precios internacionales, y el envejecimiento de las
plantaciones, llevaron a la Cooperación Española y a la Unión Europea a
aunar sus esfuerzos, apoyándose en algunas empresas privadas, para
impulsar un proyecto de replante como eje sobre el que giraría el
desarrollo agrícola de la isla de Bioko.
El sector agrícola del
cacao representa un factor clave en la economía de Guinea Ecuatorial. El
gran número de familias cuyo trabajo está vinculado a este cultivo le
confiere un protagonismo de profundas connotaciones sociales, por lo que
se hacía necesario buscar fórmulas de mantenimiento que impidieran su
desaparición y, de paso, adoptar unas medidas que lo hicieran rentable
tanto para los pequeños agricultores y sus familias como para los
parcelistas y para las empresas participantes en el proyecto, animándoles
a mejorar el campo en el que desarrollan sus actividades y a invertir en
un futuro. En la historia del
desarrollo del cacao en la isla de Bioko pueden distinguirse cuatro fases:
la inicial, con la introducción de las primeras semillas en 1850,concluye
en 1920, cuando llegó a considerarse un cultivo implantado al alcanzar
una producción de 5.000 toneladas/año. Desde esta fecha, y hasta 1968,
se extiende la fase de desarrollo, en la que se llegan a producir 38.000
toneladas. La fase de retroceso abarca desde 1968 hasta 1993, período en
el que se produjeron 2.000 Tm/año. Y es en este año de 1993 cuando se
inicia la cuarta fase en la que se desarrolla el proyecto, que ha
conseguido incrementar la producción hasta volver a alcanzar de nuevo la
cifra de las 5.000 Tm/año. |
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Plantaciones rejuvenecidas Los objetivos del proyecto, que se ha desarrollado en dos fases, eran conseguir el rejuvenecimiento de las plantaciones de cacao y aumentar la capacidad operativa de los agricultores, empresarios y exportadores. Esto supondría, a medio plazo, y una vez que los árboles hubieran alcanzado la madurez productiva, mejorar la renta percibida por los agricultores y aumentar los ingresos por exportación para Guinea Ecuatorial. Si bien la financiación corre a cargo de la Cooperación Española y de la Unión Europea, la participación de las empresas privadas a la hora de establecer, mantener y ampliar los canales de comercialización y distribución para situar los productos finales en otros mercados ha sido imprescindible, logrando su propia potenciación como elemento básico de una política que pretende un desarrollo sostenido y autónomo a largo plazo. El resultado ha sido una extensión de 2.000 hectáreas nuevas de cacao replantadas y reforestadas (2.200.000 árboles de cacao y 200.000 árboles de sombra, necesarios para proteger las plantas jóvenes), y una participación de 85 operadores, entre empresas y pequeños agricultores, decididos a potenciar el sector. Paralelamente, uno de los resultados más importantes del proyecto es que ha permitido poner a punto una metodología técnica y económica de replantación de cacaotales ajustada a las condiciones locales. Hoy, los primeros replantes ya se encuentran en fase productiva, lo que, además de demostrar la viabilidad del proyecto, consolida una fuente de riqueza a largo plazo en la Isla de Bioko, si consideramos que la vida productiva de este árbol está en torno a los 40 años. |
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