LA SALITRERA

No hay nadie que pueda pararlos, los defensores hace rato que huyeron y ahora ellos son los duchos de la situación ... En eso suena el claxon del Jeep, ¡Pinches virus! Tengo una gripe tumbacaballos y ahí están John y Larry esperándome para ir a otra Cueva.

Esta vez vamos a la Cueva de la Salitrera. Me trepo al Jeep con todos mis tiliches más una provisión de Contact X, me acomodo entre todo el equipo y me duermo. ¡Jesús!, alcanzo a escuchar en lo peor de la fiebre, son los gringos que necesitan que les diga donde está la desviación.

Una vez encontrado el camino que es pura terracería, comenzamos a meternos entre los cerros y cada que veíamos a alguien, le preguntábamos por la cueva y así llegamos al lugar. Ya en el rancho la Salitrera un señor muy amable nos indicó el lugar exacto de la cueva y allá vamos. Los que ya nos empiezan a conocer sabrán que con la pura indicación no pudimos encontrar la cueva.

Ahí andábamos revisando cada miserable agujero de un enorme acantilado. Hasta que regresó nuestro amigo (se me hace que nos vio cara de zonzos) - No señor, es por acá - y si, ahí estaba la entrada, y bien grande... no sé como no la vimos (por zonzos). Bueno, yo estoy disculpado porque traía gripa.

Preparamos el equipo y nos metimos a la cueva, bastante impresionante por cierto. Pues el techo es alto, además bajamos por unos troncos que hablan puesto hace mucho tiempo a juzgar por los crujidos de la madera.

Recorrimos toda la cueva y al final encontramos una formación con forma de campana, muy original. Al momento de salir me dio otro ataque de fiebre. Allá iban Larry y John bien adelante de mi y yo no los podía alcanzar. Sentía las piernas de chicle y sudaba frío.

Pero claro, salí. Tenia la idea de, saliendo, irme al campamento a dormir, pero muy cerca de la salida encontramos un pollo de zopilote y habla que tomarle fotos, así que me subí a la cornisa donde estaba el pequeño y me acerqué lo más que pude y click click.

Después de eso, ahora si, armé mi tienda de campaña y ¡cuas! a dormir, creo que ni cené.

Allá por quién sabe que horas de la noche llegaron nuestros amigos del CEO (Cuerpo de Exploradores de Occidente) para unirse a la exploración.

Al día siguiente comenzamos a hacer las cosas en serio y a hacer el levantamiento topográfico de la cueva, tomar fotos y revisar cada huequito buscando algún pasaje y, sí, lo encontramos pero estaba bien difícil llegarle pues era casi un agujero abierto en el techo y esta vez tuvimos que dejarlo por la paz. Y eso fue todo ... ¡Ah! y me alivié de la gripa.

LA SUBIDA AL ENTRESUELO

Después de cinco meses regresamos a La Salitrera. Esta vez éramos cuatro: John. Susy. Nacho y yo. El plan era intentar llegar a alguno de los agujeros del techo. El primer día nomás nos dedicamos a turistear. Por cierto que hubo oportunidad de tomarle algunas fotos a un vampiro, el cual nos permitió tomarle acercamientos y fotos por todos lados (ha de ser porque ya era cadáver).

Al siguiente día volvimos ya más serios y dispuestos a iniciar la escalada y si, sí la hicimos. Poniendo cuerdas, la escalera de cable y otros cachivaches, logramos subir a un balcón, como a unos 5mts de altura y de ahí seguir por una pared inclinada otro poco, y la cueva no seguía. Pero quedaba una pequeña posibilidad detrás de una pared.

¿Y ora que hacemos? está dificilísimo pasar por ahí. Y si, sí estaba difícil.El problema era que la pared aunque - no era muy alta - (unos tres mts cuando mucho) estaba volada, y la altura sobre el piso de la cueva era de unos 10mt y además era lisa lisa como nadadora alemana, y bueno... no me gusta presumir, pero me la eché. Una vez pasada la pared llegaba uno a otra pared inclinada y, al final un túnel vertical algo estrecho que al final se vuelve demasiado estrecho, así que aquello midió solo unos 10 metros y fue todo. Quedan por revisar otros dos agujeros como éste.

por Jesús Moreno N.

MAIL TO L. ROJAS

SUMARIO