LA Histoplasmosis
Por Mario Guerrero González
Todo comenzó un domingo, 20 de noviembre, 1988. Habíamos quedado en reunirnos a las 8:00 AM. Junto a una gasolinera que está por la fuente Minerva. Yo llegué a las 8:20 AM y ya estaban la mayoría de los compañeros que ese domingo iríamos a una Cueva, que nos habían dicho que se encuentra junto a una ranchería llamada La Peña, municipio de Ahualulco. Salimos en dos camionetas pick-up, pues éramos 17 personas las que nos reunimos, 14 miembros de CEO y tres de. ZOTZ y enfilamos rumbo a Ahualulco. Al llegar al crucero del Carmen, doblamos para una brecha hacia La Peña, a donde llegamos después de media hora. Estando ahí buscamos al señor que nos había dicho que sabía donde se encuentra la Cueva.
UNA VISITA CORTA
Nos dirigimos hacia la Cueva. Esta se encontraba en medio de una labor de maíz. La entrada era como un hoyo en el suelo y procedimos a entrar a la misma, primero un grupo para ver si era accesible para que pudieran entrar algunos niños que llevábamos. La Cueva era bastante accesible y entramos todos. Se trataba de una Cueva muy chica de aproximadamente 40 metros de fondo y muy angosta, con un respiradero a la mitad de su largura. El lugar era habitado por una colonia muy poco numerosa de murciélagos. Estaba seca en algunas partes y húmeda en otras. Hasta la mitad había buena ventilación, pero al fondo no existía nada de movimiento de aire. Después de llegar al fondo, algunos se tomaron fotografías de la Cueva o de los murciélagos. La mayoría del grupo nos salimos a la media hora de haber entrado. Los demás tardaron aproximadamente una hora en salir. Recogimos nuestras mochilas y nos dirigimos cerca de un cerro para comer a la sombra de los árboles. Después de comer, no dirigimos a las camionetas para regresar a Guadalajara.
¿EL DENGUE O QUÉ?
La verdadera experiencia de esta salida comenzó 11 días después, el primero de diciembre cuando todos comenzamos a sentirnos mal con síntomas que iban desde dolor de cabeza hasta fiebre muy alta. Pero no nos dimos cuenta de lo que se trataba si no hasta una semana después, cuando uno de los compañeros me llamó para avisarme que estaba enfermo: que le hablan tomado una radiografía y que le diagnosticaron histoplasmosis.
Inmediatamente me comuniqué con los demás para preguntarles si ellos se sentían mal. Mi sorpresa fue grande pues todos ellos estaban enfermos desde hacía una semana, o sea que todos empezamos el mismo día. A algunos les habían diagnosticado padecimientos diferentes, como bronquitis, neumonía, bronconeumonía y ¡hasta el dengue! Entonces hablé con el compañero que me había dicho que le habían diagnosticado histoplasmosis. Después de decirle que todos estábamos enfermos, me dijo que el doctor que lo atendía estaba dispuesto a tomarnos radiografías a todos para ver si se trataba’ de lo mismo. Nos reunimos ese mismo día en la noche en la clínica Nº 89 del IMSS, donde nos recibió el subdirector de la misma, el cual nos tomó radiografías a todos, con el resultado ya imaginable de histoplasmosis.
CONEJOS DE INDIA
Al otro día nos consiguió citas con neumonólogos del centro Médico del IMSS, donde nos empezaron a examinar en grupos de tres personas diariamente. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que no estaban preparados para atender esa enfermedad, por las contradicciones entre los neumonólogos, infectólogos, laboratoristas, etc. A todos nos decían o indicaban que reposáramos, que no podíamos hacer ejercicio, ni trabajar menos fumar. Nos hicieron exámenes de sangre, de excremento, de orina, de expectoración, etc., y todos los resultados supuestamente fueron normales.
Jamás nos dieron medicamento alguno, solo se concretaban a preguntarnos que si nos sentíamos bien y a decirnos que con el tiempo nos curaríamos solos, que el cuerpo estaba creando anticuerpos contra el hongo.
Entonces comprendimos que estaban estudiando con nosotros y decidimos ya no ir con ellos. Dejamos pasar tiempo y después de 60 días de haber entrado en la Cueva, todos nos sentíamos bien y con ganas de volver a entrar a otra Cueva.
CONSEJOS
Lo que podríamos recomendar para los que quieran entrar a una Cueva es que no se quiten la mascarilla ni para tomarse fotos y que se la pongan desde mucho antes de llegar a la entrada de la Cueva así como sacudirse la ropa después de salir de la Cueva con la mascarilla puesta. (El editor invita a los lectores enviarle información sobre medicinas para curar la histoplasmosis, prácticas para su prevención y sistemas para detectar el hongo en cuevas.)
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