Nada que hacer para el Domingo 8 de enero, ni campamento ni nada, así que alguien sugirió ¿”porqué no vamos a la Cueva del Chapuzón?” ¿”Otra vez?” Pero esta vez si le llegamos al final, ¡Juar, juar! Sí como no ¿Porqué no? Solo hay que ir con la idea fija de meternos, donde sea y como sea.

Y ahí estábamos, John, Susy, Martha y yo, dispuestos a meternos donde fuera y como fuera Bueno, solo John y yo — el resto se quedaría como grupo de apoyo.

Al llegar a la pequeña cascada y comenzar a disponer las cuerdas para bajar, empezamos a notar lo que sería el nuevo obstáculo que la cueva nos ponía: Había millones ¡parecían trillones! de pequeñas moscas streblidas, parásitos hematofagos de los Murciélagos! El aire de la Cueva estaba lleno de ellas y se metían a la nariz y los ojos. Pensaba que cuando menos no nos picarían; supuse que sólo se alimentaban de sangre de murciélago (estoy feo pero nunca pensé que me iban a confundir con un murciélago) afortunadamente los piquetes no eras muy fuertes y eran bastante soportables, así que bajamos al primer pozo. Aquí, francamente, yo ya me quería rajar. Ya me había comido el equivalente a un kilo de carne de moscas y el pozo al que estábamos llegando estaba lleno de guano liquido, pero, pues ya estaba mas fácil seguir bajando que volver a subir. Además, allí estaba esa vocecita interior que le dice al espeleólogo - síguele guey -. Después de chapotear en el pozo pasamos por un pequeño pasaje y llegamos al punto en el que nos habíamos quedado en aquel lejano cuarto intento Aquel el guano era más sólido y solo nos llegaba a los tobillos (¡Qué padre!) El único problema, real, ya nada mas eran las moscas.

Conforme íbamos avanzando íbamos haciendo el levantamiento topográfico...¡Nadie iba a regresar a medir aquello!

Hasta que John encontró la huella de un animal, y bien grande (gulp) Tenia que haber otra salida, ningún animal hubiera pasado por donde nosotros lo hicimos, y sí, mas adelante se sentía aire fresco y había mucho menos moscas, yo ya traía una bola de ellas en la garganta - y creo que en momentos pensé que era un chicle — y por fin llegamos a la otra salida, que era la entrada cerca de la cascada por la que hablamos intentado pasar en el sexto intento en el que por estar lleno de agua solo recorrimos diez metros.

Así que lo logramos, ¡carajo! y ahora podemos mostrarles un mapa completo de la Cueva del chapuzón

Aunque la Cueva del Chapuzón ya estaba explorada, faltaba topografiar correctamente un pequeño túnel (El Balcón) que se encontraba en la entrada del tiro, como siete metros arriba del suelo

En un principio aquello iba a ser una tarea bastante aburrida que no iba a merecer que me sentara a escribir, pero al final del túnel, nos encontramos con una de esas maravillas del mundo animal capaces de provocar admiración hasta en el más tapado de los humanos.

Frente a nosotros, a unos tres metros cuando mucho, se encontraba una colonia de murciélagos. Esto no tendría nada de especial al fin y al cabo son murciélagos, precisamente lo que espera encontrar uno en una cueva. Lo especial en esta ocasión fue el ambiente de este encuentro. Primero, los murciélagos no estaban hacia arriba de nosotros como siempre su cede, sino a la altura de nuestros ojos. Segundo, no había necesidad de usar las lámparas y molestarlos ya que la colonia recibía iluminación natural desde la boca del tiro y con efecto de contraluz por demás artístico y tercero, estos murciélagos no parecían tememos o por lo menos no demasiado, así es que a pesar de nuestra presencia seguían realizando sus actividades normales. Ahí estuvimos durante bastante tiempo aprendiendo de ellos algunas de sus costumbres, como el hecho de que en una colonia existen varios grupos, en este caso cuatro de ellos, y alrededor de los grupos, individuos solitarios, los cuales intentan ingresar a estos grupos pero son rechazados. Ya para partir se capturaron dos de estos individuos y se comprobó que eran machos. Por si fuera poco, este lugar de observación es comodísimo y puede uno pasarse todo el día contemplando el espectáculo; una gran función y solo para nosotros.