Semana Santa, temporada de vacaciones, y siguiendo la “milenaria” tradición, nos fuimos al mar John, Susy, dos amigos, Rick, Aexandra y un servidor, pero como ZOTZ incurables, decidimos ir a una playa con cuevas en los alrededores. Así es que el lugar elegido fue Platanitos en Nayarit donde según informes había dos cuevas, y pues con el obligado equipo playero, cheves y traje de baño, empacamos el equipo de espeleología.

Y allá vamos. La primera parada fue en La Cueva de La Tigra en Zacualpan, no muy lejos de la costa. Una señora y su hija muy amablemente nos llevaron hasta la entrada. Las seguimos, sobrecargados con cuerdas y equipo vertical, preparados para “un tiro de 20 metros” y sudando como puercos.

El tiro resultó de 2 metros, y muy fácil de bajar. La Cueva era pequeña, bastante caliente y húmeda y contenía mucho guano. Nada que valiera la pena: unos 120 metros de tortura.

Después de ahí, y llenos de lodo y guano pues a bañarnos al mar. La otra cueva ya ni la pelamos. Pusimos miles de pretextos para no ir, así que pasamos cuatro maravillosos días acampando en la playa.

Los ZOTZ también tenemos derecho a vacaciones.