EL TESORO

DEL GALAJE

por el Senhõr

Dõn Clãudiõ Chilõmer dõ Brãsil

El Galaje está después de Tecomán, Colima, recorriendo una hora en una carre-tera de terracería. Acampamos en un her-moso lugar, a la orilla del Río Coahuayana. Fue uno de los campamentos más conforta-bles en que he estado. Excelente clima, un río para bañarnos, pocos insectos... si no considera-mos insectos un pa-nal de abe-jas africa-nas que nunca de-jamos de escuchar.

SIN PRACTICAS

El descenso al Pozo Sin Aire fue mi primera experiencia en bajar un pozo con rapel. Muy en contra la opinión y reglas de seguridad de John Pint (o el "Senhor João Pinto", como suelo llamarlo, traduciendo al "brasileiro"). Según el Senhor João, uno debe hacer prácticas de ascenso y descen-so antes de meterse a algún lugar, pero como él nunca me vio hacerlas, o no se acordaba de haberme visto, andaba de renegón. Después de muchos argumentos en contra y a favor se decidió que ese sería mi primer pozo.

VAJILLAS Y MAS

Iniciamos la caminata hacia el pozo guiados por Polo, el hijo del dueño, Don Apolinar Juárez, quien nos explicó que en el pasado ese lugar fue hogar de los indios, debido a su peculiar localización, en la cima de un cerro, con una vista muy bonita del valle, en una planicie en descenso escalonado. Según nos platicó Polo, este lugar fue visitado anteriormente por algunos investi-gadores que sacaron de las inmediaciones vajillas y otros objetos de barro, así que esperamos con ansiedad encontrar la misma clase de objetos en el fondo del pozo, o tal vez algunas puntas de flechas. Tesoros, tal vez, pero de eso ya se habló mucho y nunca se encontró nada, así que me daría por feliz con alguna olla de barro de los antiguos moradores del lugar.

BAJANDO EL POZO

El primero a bajar fue Juan Blake. Un descenso rápido de aproximadamente 17 metros hasta una repisa y de ahí se podía bajar otros 5 metros. En seguida bajo Suzy Pint, que en este campamento recibí el peculiar apodo de "Cascarita", pero mejor no les explico por qué. En seguida bajé yo, y debo admitir que no se compara la emo-ción de bajar un pozo con un simple entre-namiento. Bajar un pozo es enfrentar lo desconocido, lo misterioso, es "mover el punto de encaje" como diría Carlos Casta-ñeda. Me encontré con Juan Blake, el cual estaba convencido que excavando en la parte mas profunda del pozo encontraría su anhelado tesoro. Todo lo que encontró fueron piedras y trozos de barro. ¡Le deseo mejor suerte para la próxima vez!

BIOXIDO DE CARBONO

Cuando bajó el Senhor João, Juan decidió bajar otro tramo de aproximadamente 10 metros. A los cinco metros, su lámpara de carburo se apagó y empezó a sentirse muy cansado. Le pasamos un encendedor BIC, el cual no se pudo prender a los cinco metros hacia abajo de donde estábamos. Bióxido de carbono. Afortunadamente no había bajado mucho y teníamos cierto margen de seguridad para poder hacer algunos experimentos.

Juan sólo pudo prender el encendedor cuando estaba un metro abajo de noso-tros. La flama se veía distante del encendedor como 3 o 4 centímetros. A medida que subía Juan, la flama se acercaba al encendedor, al bajar la flama se distanciaba del encendedor. Nos pareció impresionante ver que por un espacio de medio metro era suficiente para que ya no se pudiera prender el encendedor, y por tanto no poder respirar oxígeno. Juan nos explicó que no sintió nada extraño al principio, solo que mas cansado y con dificultad para respirar. El mismo decidió que va llevar un encendedor siempre que entre a una cueva, como medida de seguridad.

TORTURA CHINA

El Senhor João fue el primero en salir. Armado con todos los dispositivos inventados y por inventar para permitir un ascenso cómodo y rápido, lo hizo fácilmente. En seguida Suzy, que a pesar de su Croll, Jumar y no sé cuántos cachivaches mas, los cuales aparentemente todavía no se acostumbraba a usar, tardó una eternidad en subir*. Juan y yo ya teníamos cierta ur-gencia en subir y la lentitud de Suzy nos pareció tortura china. Lo mas extraño fue que yo solo contaba con un Croll y un mísero Prusik, y subí en la mitad de tiempo. Cerca de ahí encontró João Pint otra pequeña cueva, con formaciones muy bonitas y muchos restos de ollas de barro

TORPEZAS DE BLAKE

De vuelta al campamento tuvimos que aguantar otra de las torpezas de Juan Blake. Acercó su contaminante camioneta para poder amarrar una de las extremidades de su hamaca, cuando ahí había suficientes árboles para colgarla (detalle: Juan es chilango). No contento con eso, porque rascaba el suelo con las nalgas cuando acostado en su hamaca, empezó a excavar debajo de la misma, llenándonos de polvo (apenas nos habíamos bañado en el río), resultando en un hoyo de mas de medio metro de profundidad por 1.5 metro de ancho, lo que fue su marca y herencia al lugar y a los moradores de ahí que gentilmente nos abrigaron.

* (Nota - Lo que no sabe este brasileiro es que subí con la parte de arriba del arnés improvisada por mí misma... y lo hice demasiado flojo.- Susy Pint)

PASAR A SUMARIO

SUBTERRANEO WEBMASTER:  Luis Rojas    ZOTZ WEBMASTER:  Chris Lloyd    COORDINATOR:  John J. Pint    ASISTENTE:  Susy Ibarra de Pint     ARTE: Jesús Moreno    TRANSLATORS:  Susy Pint, José Luis Zavala, Nani Ibarra, Claudio Chilomer, Luis Rojas    U.S. MAILING ADDRESS: ZOTZ, PMB 5-100,  1605-B Pacific Rim Ct, San Diego, CA 92154-7517   DIRECCIÓN EN MÉXICO: Zotz, Apdo 5-100, López Cotilla 1880, CP 44149, Guadalajara, Jalisco, México.    TELS: (C. Lloyd)  (52-3) 151-0119   COPYRIGHT: 2000 by  Grupo Espeleológico ZOTZ. (Zotz = murciélago en maya / bat in Mayan)