El downsizing es un tipo de reorganización o reestructuración de las organizaciones a través de la cual se lleva a cabo la mejora en los sistemas de trabajo, el rediseño de la organización en todos sus niveles y la adecuación del número de empleados para mantener competitivas a las organizaciones.
El término tiene dos interpretaciones. En el sentido estricto, significa reducción de la fuerza de trabajo. En el sentido amplio, expresa un conjunto más diverso de estrategias como el rightsizing y el rethinking, y no necesariamente una reducción laboral, ya que por lo general ésta, como estrategia aislada, es ineficaz e inclusive perjudicial.El downsizing se emplea hasta volverse común tanto a los sectores públicos como a los privados. A pesar de que las presiones económicas, fiscales y políticas son la causa inmediata por la cual se decide llevar a cabo el downsizing, el hecho es que los cambios tan rápidos en el ambiente gubernamental y de negocios son la razón de fondo por la que se realizan estas medidas.
Se debe ser cuidadoso en la ejecución de medidas de downsizing, pues son decisiones que afectan profundamente la vida y la productividad de los individuos, sobre todo cuando se lleva a cabo una disminución en la fuerza laboral. Las medidas de downsizing son clasificadas en dos enfoques: el reactivo y el estratégico o proactivo.
En el primer enfoque, las personas que toman las decisiones adoptan una actitud de reacción ante las fuerzas del cambio. Cuando esto sucede, por lo general le sigue una serie de consecuencias predecibles, atravesando por periodos de crisis, reducción laboral sin un diagnóstico previo y un ambiente de trabajo trastornado. Los daños son costosos, y tienen implicaciones negativas severas en la eficiencia organizacional.
El enfoque estratégico o proactivo evita
la secuencia reactiva. Aunque los cambios a corto plazo en el enfoque reactivo
son menos bruscos, en el proactivo se producen resultados y efectos más
rápidamente. El downsizing estratégico es más complejo,
ya que involucra un criterio múltiple para la toma de decisiones
en la selección y configuración de las estrategias a seguir
e implica un replanteamiento (rethinking).
Para adoptar medidas de downsizing estratégico,
se sugieren los siguientes preceptos:
– El uso de un marco sistemático de trabajo
y una metodología, más que un enfoque no estructurado en
el desarrollo de medidas de downsizing.
– Determinar si el downsizing va a dirigirse
hacia los procesos o a verificar si se está alcanzando de manera
adecuada los objetivos esenciales de la organización (en este caso,
puede efectuarse un cambio en la misión, en los procesos de trabajo,
o un cambio en el número de trabajadores)
– Revisar las condiciones en las que se va a
llevar a cabo el downsizing, así como las herramientas que se emplearán
para realizarlo.
– Desarrollar un plan de administración
del cambio con una visión clara –especialmente de la visión
futura de la empresa y de la identidad organizacional– y los pasos específicos
para llevarlo a cabo.
– Definir un plan para mantener y mejorar el
desempeño organizacional durante y después del downsizing.
– Considerar cómo el proceso de planeación
del downsizing involucrará a los empleados, los sindicatos y los
clientes (o en su caso a los ciudadanos, en planes en el sector público).
– Generar escenarios alternativos basados en
una gama de supuestos distintos sobre variables clave e impredecibles,
considerando los costos y desarrollar un plan a implementar según
las estrategias elegidas.
– Identificar la gente que será afectada.
¿Se requiere despedir personal o mejor capacitarlo de nuevo? ¿Qué
se puede rescatar? ¿Cuáles son los requerimientos del nuevo
personal?
El downsizing puede ayudarse de otras herramientas, ya sea de diagnóstico, de personal, de reestructura de la organización o algunas otras de las ya mencionadas. Aunque el downsizing puede ser un arma de doble filo: se busca la eficiencia de la organización ante cambios rápidos cualquiera que sea su magnitud, pero se debe ser cauteloso en el proceso de implantación pues podría generar situaciones más perjudiciales que benéficas.
Entre las ventajas del Downsizing se puede mencionar una disminución de costos al reducir algunos departamentos que integraban la empresa y que ya no son necesarios, y, combinado con el outsourcing, da como resultado organizaciones más flexibles y ligeras.