UN INFORME ESPECIAL
DEL C.I.O.V.I.
¿Abducciones por
“extraterrestres”?
“el pueblo quiere saber de qué se trata” (25 de mayo de 1810)
La difusión prepara el
terreno
En el Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados (C.I.O.V.I.) hemos
sido renuentes a considerar públicamente este tema, convencidos como hemos
estado, de que su difusión traería aparejado el surgimiento de “casos de
abducción” en Uruguay que –de otra manera—no se habrían dado.
Los
hechos nos dan la razón. Uruguay bien puede considerarse un país con cero
abducción. Una vez investigamos un caso –disímil a todo lo que se conoce sobre
abducciones—de alguien que declaró haber sido llevado en un aparato a visitar
otro planeta, y contaba haber visto una espectacular ciudad, etc. El
individuo se despertó durmiendo en la arena de una playa. No costó mucho
corroborar la información de que se trataba de una persona dada al
alcoholismo.
En
general, una persona alcohólica o adicta a drogas ilegales, no constituye un
testigo confiable, y cualquier cosa que diga, los investigadores nos vemos
obligados a tomarlas con pinzas. Este criterio es básico y elemental.
Por otro lado, la televisión y el cine (baste mencionar “The UFO
Incident” –El Incidente OVNI-- de 1975 sobre el caso de Betty y
Barney Hill; “Close Encounters of the Third Kind” --“Encuentros Cercanos
del Tercer Tipo” –de 1977; “Fire in the Sky” –Fuego en el Cielo-- de
1993, sobre la supuesta abducción de Travis Walton “The X Files” –Los Archivos
X-- de 1993 y “Taken”—Llevados-- de 2002) , los libros,
y la Internet, han hecho que el mundo no tenga fronteras culturales, y que por
tanto, cualquier persona pueda tener al menos una vaga idea acerca de que hay
quienes, en otros países, denuncian haber sido abducidos por
“alienígenas”. Y también llegan a enterarse de que hay un grupo de una
docena de personas, que en Estados Unidos –por ejemplo—se dedica al tema.
De esa casi docena, cuatro de ellas han publicado libros, y algunas –caso del
artista plástico neoyorkino Budd Hopkins, del escritor novelista Whitley
Strieber, y del historiador David Jacobs —más de un libro.
En Estados Unidos el tema abducciones que surge en la década de 1960, se
acrecienta en la década de 1970 (cuando el fenómeno OVNI está en marcado
descenso) y se intensifica en la década de 1980, para empezar a decrecer en la
década de 1990, y comenzar el Siglo XXI casi olvidado. Hoy un libro de Budd
Hopkins se vende apenas por 1 dólar 99.
Como ya es habitual, respecto de OVNIs y asuntos afines o que se le acoplan sin
necesariamente tener nada que ver, éste de las abducciones también tiene su
origen en Estados Unidos, y no es por casualidad.
Múltiples presentaciones académicas, una investigación en el Congreso Federal,
y otros trabajos, ponencias y libros, refieren que varias agencias
gubernamentales norteamericanas han experimentado con técnicas de control
mental, directas y a distancia, con implantes electrónicos, con manipulación de
la mente para borrar memorias o instalar “memorias pantalla” (sustitutos
deliberados de la auténtica memoria de hechos realmente acontecidos), dar
órdenes post-hipnóticas, hacer escuchar voces que resuenan directamente en el
cerebro, y tener alucinaciones. No es extraño entonces, que un efímero
porcentaje de individuos pueda haber sufrido alguna experiencia sin duda
traumática, que su cerebro trata de acomodar con una historia de
“extraterrestres”, o al que se le ha instilado deliberadamente esa versión,
para ocultar la otra real: experimentadores humanos. (Ver: “Secrecy and Accountability in U.S.
Intelligence” por Steven Aftergood, perteneciente a la Federation of
American Scientists; “Hypnosis come of Age” por G.H. Estabrooks, PhD, en
Science Digest, Abril de 1971; “Government Research into ESP and Mind
Control” por Thomas Porter, 1995; “Bad trip to Edgewood – US Army drug
testing, television documentary archive – 1950-1992”, Lidell Hart Centre
for Military Archives, del King’s College de la Universidad de Londres; “The
Frank Olson Legacy”, por la familia de F. Olson, 2002; “Padilla
case opens old questions on CIA ‘Truth Serums’” por Jeff Stein, CQ National
Security Editor, febrero 2007; los trabajos de Trijtano Armone, Walter
Bowart, John Rappoport, C.Wheeler y F. Springmeier, publicados por ISI-CNV,
Instituto Internacional de Programadores Neolingüistas NLP; “Bluebird –
Deliberate Creation of Multiple Personalities by Psychiatrists” por el Dr.
Colin A. Ross; el clásico “The Search for the Manchurian Candidate: The CIA
and Mind Control” por John D. Marks; y “The Controllers” por Martin
Cannon.)
No es
por casualidad también, que más de un abducido comience por recordar a un
helicóptero, el cual, andado en su relato bajo hipnosis, termina por
transformarse en un platillo volador. O que haya individuos que se consideran
abducidos, que hayan visto junto a “extraterrestres” a seres humanos, o que
recuerden la presencia de ciertos “doctores”, o haber sentido el ruido de
oleaje y el olor a mar.
El mundo no es inocente, y seríamos tontamente crédulos si no exploramos,
indagamos y conocemos que todas esas cosas se han estado haciendo, son reales,
y tienen sus víctimas.
También es posible, que el mismo sistema por el cual se hacen esas
experimentaciones aborrecibles, sea el que cuente con individuos dispuestos a
hipnotizar a las víctimas y a implantarles en la supuesta “regresión
hipnótica”, los detalles que dan como resultado una hermosa historia de
abducción por “extraterrestres”, que suele coincidir con muchas otras
anteriores, y otras que vendrán luego, argumento –dicho sea de paso—usado para
validarlas entre sí.
Y el mismo sistema hace posible la aparición de libros, y de
pseudo-documentales, todo para reforzar la idea que se quiere imponer –una vez
más—en las grandes masas: que hay extraterrestres en medio nuestro.
Además de las víctimas directas y verdaderas de auténticos episodios de
secuestro realizados por seres humanos con fines de experimentación y posterior
posible utilización, hay una gran cantidad de personas sugestionables, dadas a
fantasear, lectoras de ocultismo, historias de fantasmas, etc. que tienen
mentalidades proclives a aceptar como cierto este tipo de fantásticas historias.
Los que los psicólogos conocen como “personalidades con tendencia a la
fantasía”.
Éstas integran un segundo grupo de “abducidos”, que nunca lo fueron más que en
sus mentes, pero que están convencidos por si mismos, y se verán reforzados
luego en su convicción por lo que va a surgir después que son sometidos a
“regresión hipnótica” por alguno de esos “investigadores” abduccionistas.
Estos seudo-investigadores, que explotan comercialmente el tema, o en el
mejor de los casos, le hacen el juego deliberada o inconscientemente a los
verdaderos secuestradores, extraen de sus sujetos lo que ellos desean extraer:
esas fantásticas y hasta aterradoras historias de abducciones por
“extraterrestres”.
Se ha llegado a tal punto que, según la historia relatada por una abducida
(porque preferentemente son mujeres) o abducido, puede saberse quién fue la
persona que realizó la regresión hipnótica. O sea que, en definitiva, los
relatos se corresponden con el hipnotizador, y no con la persona hipnotizada.
Pero para crear el ambiente socio-cultural propicio a fin de que afloren
personas que lleguen a creer que pudieron haber sido secuestradas por
“extraterrestres”, el terreno se abona difundiendo lo que Budd Hopkins llamó
“experiencias indicadoras”. Se dice entonces que si alguien pasó por
alguna de estas experiencias, muy probablemente, ha sido abducida/o por
alienígenas, y en ese caso, --claro está—se recomienda ver a Hopkins o a algún
otro de los hipnotizadores, para que le extraigan la historia que los
“extraterrestres” han querido borrar de su mente.
Esas experiencias indicadoras son:
1)
Despertarse
paralizado, con una sensación de que en el dormitorio hay una persona o
presencia o alguna otra cosa extraña.
En realidad, se trata de un
fenómeno totalmente conocido, que le ocurre a muchísimas personas en algún
momento de su vida. Se le llama “parálisis del sueño”. Entre las personas que
estudió esta situación en profundidad, se encuentra la Dra. Susan Blackmore,
Psicóloga perteneciente a la Universidad del Oeste de Inglaterra, autora de
varios libros, y poseedora de un impresionante currículo profesional.
Al respecto ella comenta, como fruto de sus investigaciones: “En el sur de
Asia, aproximadamente la cuarta parte de las personas tiene parálisis del
sueño, y de ellas, el 87 por ciento tiene la sensación de que alguien está
presente, pero esa presencia es interpretada de maneras diferentes en
diferentes culturas”
Así por ejemplo, personas que habitan en las selvas del sur de Asia hablan del
“Fantasma Gris”. El “Viejo Abrazo” es lo que se les aparece a personas que
viven en Newfoundland, Canadá, que lo ven como un perro que trata de
estrangular a sus victimas.
En la parálisis del sueño, la persona intenta gritar, moverse, pero no puede lo
uno ni lo otro. Todo pasa después de unos momentos, al despertar.
2) Sentir que se ha estado verdaderamente volando por el aire aunque no se
sabe por qué o cómo .
Muchas personas sueñan con que vuelan, y ven una
ciudad desde arriba, y luego aterrizan. Los sueños son muy vívidos y en
colores, pero no tienen nada de anormal, después de todo. Aquí los que
funcionan, son los lóbulos temporales, ubicados en el cerebro, hacia atrás, a
cada lado de la cabeza.
Sobre el particular la Dra. Blackmore explica:
“....todas las personas
tienen gran actividad funcionando en esta parte del cerebro, que puede inducir
experiencias de flotar, volar, experiencias místicas.”
En algunas personas ocurren sucesos que clínicamente
reciben el nombre de “ataques a los lóbulos temporales”, especialmente en
ciertos epilépticos: La Dra.Blackmore dice:
“Individuos
artísticamente creativos son especialmente susceptibles a ataques a los lóbulos
temporales. Ciertos ataque pueden ser comunes y normalmente son muy tenues,
ocurren sin advertencia previa y son muy difíciles de estudiar.”
La propia Dra.
Blackmore se sometió a una experiencia realizada por el profesor Michael
Persinger, de la Laurentian University en Ontario, Canadá, quien con el uso de
un casco, estimulaba mediante electrodos los lóbulos temporales, provocando
alucinaciones.
Si una persona queda repentinamente sometida en forma
natural a corrientes electromagnéticas en la atmósfera, especialmente cerca de
fallas geológicas, antes de ocurrir un terremoto, o ante la presencia de plasma
iónico, la base física de su cerebro puede verse afectada de tal manera de
tener intensas alucinaciones. Sus lóbulos temporales son afectados.
3)
Experimentar
un lapso de una hora o más, en el cual se ha estado aparentemente perdido, pero
no se puede recordar por qué, o dónde se ha estado.
En primer lugar, cabe una advertencia general a la
cual ya nos referimos previamente. Es difícil evaluar el testimonio de personas
alcohólicas o drogadictas. Y en ambos casos, alguien puede haberse quedado
dormido durante un considerable lapso, y no recordar luego qué es lo que le
pasó.
No todos los casos de pretendidas “abducciones por
extraterrestres” implican el factor del tiempo faltante (“missing time”, como
se le conoce en inglés), y es posible que en los casos de secuestros por
humanos, efectivamente haya un tiempo –el del secuestro—que la persona
conscientemente no puede recordar, pues ha sido hipnotizada o puesta bajo un
estado en el cual ha perdido su control, para quedar bajo la manipulación de
sus secuestradores.
Por otro lado, hay un tipo de
epilepsia, llamada Mal Menor, que lleva técnicamente el nombre de “ausencia”.
Sobre el particular,
recomendamos la lectura del trabajo científico titulado “Epilepsia Miocólonica
Juvenil: una comparación entre niños y adultos” por los Dres. Marcelo Devilat y
Patricio Jalil.
Se trata de un tipo especial de epilepsia, que afecta
generalmente a la niñez (¿cuántos “abducidos por extraterrestres” ubican su
primer episodio en la temprana niñez, y cuántos dicen que no sólo ellos sino
otros familiares también tuvieron la misma experiencia?) y que se vincula a
factores genéticos y hereditarios.
“MedlinePlus, Enciclopedia Médica en Español” que se
puede consultar por Internet define a este trastorno como:
“una alteración temporal de
la función cerebral, ocasionada por una actividad eléctrica anormal en el
cerebro y caracterizada por una pérdida abrupta de poca duración en la
actividad consciente ("ausencia") u otro cambio anormal en el
comportamiento.”
Por si todo esto
no fuese suficiente, hay otro aspecto importante, relacionado con el trastorno
de identidad disociativo al cual nos referimos más adelante, dentro del que
también se dan cuadros de amnesia disociativa. Esto puede explicar
perfectamente el tiempo faltante.
4) Ver luces o
globos de luz insólitos en una pieza, sin saber qué los causa o de dónde
proceden.
No sólo la alucinación por
estimulación natural de los lóbulos temporales puede causar “ver luces”.
El C.I.O.V.I. investigó el
caso de una anciana que relataba que ella tenía por costumbre acostarse y
quedarse viendo televisión. Cuando apagaba la luz de su habitación, en la
oscuridad comenzaba a ver luces.
Simplemente, se trataba de la
post-imagen de la pantalla del receptor de TV, grabada en la retina de su
vista.
Basta hacer un simple experimento para verificar esto. En una pieza
oscura, se enciende una lámpara y se la observa por varios minutos. Luego se
apaga la luz. La misma se seguirá viendo en medio de la oscuridad, en varios
lugares de la habitación. Y si se cierran los párpados pero se mantienen los
ojos abiertos, seguirá estando allí, y si se mueven los ojos hacia arriba y
abajo o hacia los costados, la imagen se repetirá y moverá.
De modo que ver luces no
tiene nada de especial.
Pero además, hay un fenómeno,
el del rayo globular, popularmente conocido como “centella” –que es una
descarga eléctrica generalmente tenue, pero que puede culminar
violentamente— que puede entrar en una habitación, recorrer varios
lugares de la misma, e irse tal cual como entró. En ese caso, se observa una
esfera brillante de luz, de unos centímetros de diámetro, que efectivamente es
real, pero que no tiene nada que ver con “extraterrestres”.
5) Encontrar curiosas
cicatrices en el cuerpo y no recordar uno ni nadie, cómo o donde se las hizo.
Este es un aspecto
interesante, y la primera pregunta que surge es: ¿Quién dictamina que unas
cicatrices son “curiosas”, el que las tiene, o el abduccionista que las
interpreta?
Porque lesiones y cicatrices
de accidentes casi imperceptibles, de las que no tenemos memoria o no nos
acordamos, o nos pasaron desapercibidas porque no nos provocaron dolor, casi
todas las personas tenemos.
Suponer que detrás de esas
lesiones hay experimentadores “extraterrestres” con nuestros cuerpos, parece en
el mejor de los casos, una grosera distorsión interpretativa.
Pero sí puede haber ciertos
tipos de lesiones, causadas por experimentadores muy terrestres, los que previamente,
mediante el uso de algún tipo de droga, han dormido adecuadamente al sujeto al
cual van a someter a ciertas tropelías clínicas. Esto es necesario tenerlo en
cuenta.
Los abducidos del Dr. Mack
El Dr. John E. Mack,
fue un destacado médico, profesor de Psiquiatría del Hospital Cambridge,
perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en
Massachussets. Sorprendió a la comunidad de sus colegas cuando de pronto,
decidió prestar atención al tema abducciones.
Mack culminó parte de su
actividad, en la cual sometió a regresión hipnótica a 80 personas, cuando
escribió su libro “Abduction - human encounters with aliens”,
(“Abducción – encuentros humanos con alienígenas”), una obra de 464 páginas que
le publicó Ballantine Books, de Nueva York, en 1994.
Allí no aparecen los 80
abducidos con sus respectivos relatos, sino sólo 13, que cabe suponer, eran los
mejores, los más destacados y típicos.
De los 13, el Dr. Mack sólo
sometió a uno de ellos a una batería completa de tests psicológicos. Esto
sorprende por lo incorrecto del procedimiento. Todos los sujetos a su estudio
deberían haber sido sometidos a pruebas psicológicas para perfilar sus
personalidades, y determinar posibles problemas, traumas de la niñez,
etc. Tal vez por no haberlo hecho, el Dr. Mack sostiene que se trata de
personas normales.
Pero una lectura de los 13
“abducidos por alienígenas” muestra otra cosa. Desde el místico “Ed” que
se dedicó a la meditación y el estudio de la filosofía oriental (nada que
objetar), pasando por Sheila, que una vez se tomó 20 tabletas juntas de
aspirina, buscando suicidarse, y que luego le hizo caso a su novio quien
mientras estaba enrolado en el Ejército, le dijo que saliera con otros hombres,
y ella lo hizo con fruición, pero siente miedo de estar sola en una pieza.
Está “Scott” que cree tener
una doble personalidad: humana y alienígena, temores nocturnos, mal carácter y
dificultad para concentrarse. Y una chica llamada “Jerry”, que toleró que
su esposo practicara sexo oral con sus hijos, y que bebía cuando tenía que
tener sexo. También está “Catherine”, que fue sexualmente violada en la niñez
por el mejor amigo de la familia. Y “Joe” que experimentó con LSD, y cree
también tener dos identidades: extraterrestre y humana.
“Sara” una mujer
especialmente dada a los misterios y los libros de fantasmas, y que dice hablar
con un ET llamado “Mengus”. “Paul” quien denunció una “abducción” después de
haber fumado marihuana, y que también afirma tener una doble personalidad. Está
“Eva” que cuando va a la cama tiene muchas ganas de encontrarse con
extraterrestres, y que recuerda vidas pasadas.
“Dave” que también recuerda
vidas pasadas, que tiene presagios de que “van a venir esta noche” y que
algunas veces fuma marihuana. “Peter”, es otro que dice tener una doble
identidad humano-alienígena. Un individuo que comenzó a beber y fumar marihuana
a temprana edad.
“Carlos” es alguien que
sospecha que sus problemas de salud se deben a sondas e implantes en su cuerpo,
y “Arthur” que se encuentra con alienígenas que usan malas palabras el mejor
estilo callejero de Nueva York.
Francamente, en varios de
estos selectos casos presentados por el Dr. Mack, se encuentran elementos
típicos que lindan con la esquizofrenia.
La Alianza Nacional sobre
Enfermedades Mentales (cuya sigla en inglés es NAMI) informa en su página Web
que:
“La esquizofrenia es un
trastorno cerebral serio que afecta a aproximadamente 2.2 millones de adultos
en Estados Unidos, el equivalente a casi el 1.1 por ciento de la población
mayor de 18 años. Por lo general, las primeras señales de la esquizofrenia
surgen en la adolescencia o entre los 20 y 30 años de edad.”
En la misma página, la NAMI
delinea algunos de los síntomas que acompañan a este serio trastorno de la
personalidad:
“Los delirios hacen que los
pacientes crean que otras personas les están leyendo la mente o están
conspirando en su contra; también creen que alguien los está vigilando y
amenazando en secreto o que ellos mismos pueden controlar la mente de los
demás. Las alucinaciones hacen que la persona oiga o vea cosas que no están
presentes o no existen.”
El otro aspecto Psicológico
que aparece recurrentemente en esta muestra del Dr. Mack, es el del trastorno
de identidad disociativo, o sea de múltiple personalidad.
En Cuadernos de Medicina
Forense, de España, los Dres. L. Fombellida Velasco y J.A. Sánchez Moro,
escriben al respecto:
“El fenómeno disociativo
trata, como un mecanismo defensivo parecido a la represión, de mantener
determinada información lejos de la conciencia, almacenándose la información
disociada de un modo directo, no transformado y recuperándose (al contrario de
lo que ocurre en la represión con los sueños) de la misma forma; comprende un
periodo de tiempo, y se desencadena como defensa después de algún episodio psicotraumático.
Amnesia disociativa, fuga
disociativa, trastorno de identidad disociativo y trastorno de
despersonalización representan los principales trastornos de esta
psicopatología, cuyo conocimiento se debe en gran parte a los estudios
experimentales sobre la hipnosis.
Parece necesario destacar que
junto con esta patología, va asociado el fenómeno de amnesia, por lo cual no ha
de sorprender que las mismas personas que sufren de trastorno de identidad
disociativo, no recuerden horas de sus vidas.
No obstante, de algunos de
los relatos estudiados por el Dr. Mack, surgen elementos muy terrestres y
humanos, involucrados en los secuestros, lo que lleva a pensar que
efectivamente algunos de los abducidos pueden haber sido objeto de deplorables
experimentos en hospitales, instalaciones militares, etc.
Por su parte, el Dr. John
Mack aclaraba en su libro:
“informo las experiencias de
los abducidos como me las dijeron y no presumiendo que
todo lo que ellos dicen es literalmente verdad”, y
agrega más adelante: “no estoy suponiendo la realidad física de la experiencia
de la persona”.
Finalmente, el Dr. Mack
admitía “la ausencia de verificación física suficientemente
robusta como para satisfacer los requisitos
científicos de prueba”
En definitiva, y que esto quede
bien claro, no existe absolutamente ninguna evidencia
física válida del punto de vista científico, que
pruebe que han ocurrido abducciones “por extraterrestres”, como algunos quieren
hacernos creer.
El más reciente trabajo sobre el tema
Siempre procurando estar
adecuadamente informados, para por nuestra parte, poder informar al público en
general, que tiene derecho a saber correctamente sobre todas estas cosas, hemos
leído el más reciente trabajo sobre el tema.
Se trata del libro titulado “Abducted:
how people come to believe they were kidnapped by aliens” (“Abducidos: cómo
la gente llega a creer que ha sido secuestrada por alienígenas”), de 179
páginas, publicado en 2005 por Harvard University Press, escrito por la Dra.
Susan Clancy, becaria de estudios de post-doctorado en Psicología, en la
Universidad de Harvard.
Precisamente, el libro en
realidad fue su tesis, y tomó el tema de las abducciones porque le resultó
atractivo, y quiso explorarlo a fondo, usando todos los recursos que la ciencia
provee.
Poniendo un aviso en diarios,
en un mes, Clancy obtuvo más de 50 personas que la llamaron diciendo que creían
haber sido abducidas por extraterrestres. Y ahí comenzó su trabajo.
Para la psicóloga, los
abducidos y abducidas son gente que quiere creer que lo fueron. Ella dice
por ejemplo:
“Cuando la gente está
eligiendo entre las posibles explicaciones para sus síntomas y experiencias
anómalas, especialmente las emocionalmente poderosas, confía no en los
principios abstractos de parsimonia o probabilidad, sino en lo que “parece
encajar” o “se siente adecuado” o “tiene sentido emocionalmente”.
En un análisis más
pormenorizado de estas personas, la Dra.Clancy expresa:
“Pero cuando hay tantas
explicaciones a disposición –desde exceso de carbohidratos a rechazo paterno,
desde insuficiente yoga Bikram a demasiado Prozac-- ¿por qué escoger
abducciones por alienígenas? Lo que hace insólitos a los abducidos no es la
percibida extrañeza de sus experiencias, o su deseo de tener una explicación,
sino la específica explicación que ellos eligen. ¿Por qué algunas
personas llegan a creer que sus experiencias de parálisis del sueño, o sus
urgencias nocturnas por realizar largos viajes, o las extrañas marcas en sus
cuerpos están causadas por extraterrestres?
La respuesta es que sus
síntomas, sentimientos, y experiencias son coherentes con lo que ellos ya
saben --o “saben”—acerca de la abducción por alienígenas. En Estados
Unidos actualmente, pocas personas no están al tanto de cómo lucen los
alienígenas y qué es lo que supuestamente le hacen a los seres humanos que
ellos secuestran. Desde la década de 1960 ha habido historias ampliamente
publicitadas sobre abducciones por alienígenas.”
Buscando internarse en el
tema, y saber lo que los abduccionistas y abducidos tenían para decir y contar,
la Dra. Clancy asistió a un congreso anual organizado por la Mutual UFO Network
(MUFON). Allí –entre otros- escuchó disertar a Budd Hopkins, y estuvo
ante cientos de entusiastas de los extraterrestres.
Finalmente, ella pasó a
ocupar el podio, miró a aquella gente, y la enfrentó a una visión de realismo y
sensatez. Pero se convenció, que aquellas personas, eran impermeables a sus
palabras, y al entendimiento racional básico que como seres inteligentes debían
hacerse.
Relata la Dra.Clancy:
“Señalé que no importa cuán
sinceros o sanos fuesen todos ellos, y a pesar de cuán intensas fueran sus
experiencias, tales informes están sujetos a error. Nuestras percepciones son
imperfectas. La memoria ¡es reconstructiva!, ¡La hipnosis hace cosas raras! Cuando
terminé hubo una larga pausa.......Bueno, esta no era una multitud de
estudiantes graduados en ciencia. Como la mayoría de las personas en el mundo,
no han sido entrenados en la aplicación de un pensamiento lógico, razonado y
riguroso, y estándares adecuados de evidencia. Ellos no comprenden
la frase “el peso de la prueba” – lo cual significa que cualquiera que hace una
declaración extraordinaria, tiene que probarlo, y no esperar que otros lo
desaprueben. Yo, por otra parte, había emergido de mi dolorosamente
costosa educación con un conjunto de tarjetas mnemotécnicas que dicen: ‘Cuando
se enfrente con hipótesis que compiten, elija la más simple’, y ‘Busque
información independiente’, y ‘La coincidencia no es significativa’, y
‘afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria’.”
“Pero yendo más al punto,
esta amable gente no estaba interesada en la verdad, por lo menos no en el tipo
de verdad que se encuentra con los métodos científicos. Los abducidos por
alienígenas tienen fe. Ellos creen lo que creen, no debido a ninguna evidencia
objetiva, sino a pesar de ella. Ellos no cuestionaron sus experiencias. Ellos
trataban de confirmarlas.”
Pensamos que la Dra. Clancy
describe con mucho realismo y precisión al tipo de personas que finalmente,
gustan de haber sido abducidas. Es evidente que el factor fe, es un elemento
condicionante y a la vez fundamental para explicar la conducta de estas
personas.
El aporte de la Dra. Clancy,
es complementario a todo lo anteriormente considerado, pero es parcial, pues no
toma para nada en cuenta las experimentaciones con seres humanos realizadas por
otros seres humanos, un factor que –desde nuestro punto de vista—jamás puede
obviarse, y que permite afirmar que efectivamente han ocurrido abducciones,
pero no por extraterrestres.
Con un dejo de ironía y una
cierto tono de pronóstico, la Dra.Clancy culmina su libro con esta frase:
“Ser abducido por alienígenas
puede ser un bautismo en una nueva religión de nuestra era tecnológica.”
Constatamos lamentablemente,
que han surgido múltiples formas de esta “nueva religión de nuestra era
tecnológica”, que no necesita de abducidos, pero que se basa en creer en la
existencia de seres superiores, llamados “hermanos del cosmos”, que se
comunican telepáticamente con algunos/as elegidos/as, a los que se alude
generalmente como “contactados”.
Sus mensajes no contienen
nada absolutamente original, distinto, novedoso. Ningún anuncio de algo
importante que vaya a ocurrir posteriormente, ninguna fórmula matemática
que signifique un avance respecto de la teoría de la relatividad o de la
mecánica cuántica. Menos aún, el proporcionar conocimientos del Cosmos que no
poseamos los seres humanos por nuestros propios progresos
científico-tecnológicos.
Estos nuevos “contactados” no
difieren en nada de los legendarios George Adamski, Orfeo Angelucci, Daniel
Fry, George Van Tassel, Truman Bethurum y otros, que en la década de 1950
hicieron sus grandes negocios dando conferencias, vendiendo libros, y
reuniéndose anualmente en Giant Rock, California, donde cobraban desde las
entradas al “espectáculo”, hasta las conexiones eléctricas para los grabadores
que entonces se usaban.
C.I.O.V.I. – Setiembre de 2007