Caso: Carlos Alejo Rodríguez
Revisión y autocrítica, respecto del caso del 5 de Mayo de 1958 del que fuera protagonista el piloto aviador e instructor paracaidista Carlos Alejo Rodríguez. El caso debió haberse archivado bajo la clasificación "datos insuficientes" o "investigación inconclusa", pero nunca como "OVNI".
El contexto histórico
El C.I.O.V.I. se había fundado apenas 6 días antes. Era una institución bisoña, que no había tenido siquiera la experiencia de entrevistar a un testigo, ni de investigar afinadamente un caso.
En medio de esas circunstancias, surge el caso de Carlos Alejo Rodríguez. El Centro se entera por las publicaciones efectuadas por los diarios "La Mañana"y "El Diario", un matutino y un vespertino editados por la misma empresa.
Inmediatamente el Centro entró en actividad, procurando dar con el testigo, a quien entrevistó en su domicilio, llenándose la correspondiente Ficha de Observación, o sea el formulario básico de interrogatorio que el Centro había elaborado.
Posteriormente, el Sr.Rodríguez fue citado a una sesión del Consejo Directivo, a fin de recabar más información y precisar detalles de su caso.
Al despedir al Sr.Rodríguez luego de esta reunión, el Centro quedó en que le iba a entrevistar nuevamente, en tanto pasaba a estudiar los detalles del caso.
Entre tanto, Carlos Alejo Rodríguez, que siempre había pilotado una avioneta biplano cuyo fuselaje estaba constituído por una serie de varillas revestidas de tela, acababa de adquirir una avioneta de metal, monoplano, que finalmente iba a cumplir uno de sus sueños: poseer un aparato aéreo de esas características.
El día del primer vuelo con la nueva avioneta, Rodríguez tomó velocidad para decolar, y en lugar de ascender, el aparato se clavó en tierra, muriendo Rodríguez instantáneamente. Se salvó su perrito que le acompañaba, el que saltó por la ventanilla del avión.
El caso
A la hora 15:30 del 5 de Mayo de 1958, Carlos Alejo Rodríguez había decolado de Maldonado, y se encontraba sobrevalando la costa Este del país, pasando casi frente a la Base Aeronaval "Capitán Curbelo", perteneciente a la Armada uruguaya, cuando a las 15:40 divisa hacia su izquierda y sobre el Océano Atlántico, un objeto metálico,cuyo brillo le llama la atencion.
Describe a este objeto expresando que tenía la forma de "un trompo musical", es decir, como un óvalo con dos protuberancias, una superior y una inferior, ambas en el centro. Rodríguez se acerca con su avioneta al aparato que permanece en el mismo lugar cielo, donde se balanceó dos veces, a una distancia estimada por el piloto en 2.000 metros, y comienza a sentir un intenso calor que le obliga a quitarse su campera y a abrir la ventanilla de su aeronave.
La idea de Rodríguez, era enfilar su avioneta, una Piper Cub, para estrellarla contra el objeto, y él lanzarse en paracaídas, cuando constata que no le lleva consigo.
Entre tanto, el fenómeno observado partió raudo mar afuera.
Al aterrizar en Melilla, en el Aeródromo civil "Ángel S. Adami", Carlos Alejo Rodríguez reportó su observación al Inspector de la Dirección de Aeronáutica Civl, el Sr. Piacenza.
La repercusión internacional
El C.I.O.V.I. estaba impactado por el relato tan vívido del testigo, por las cualidades del mismo (en décadas de vuelo jamás había visto nada semejante) y por su repentino fallecimiento, que trabó la prosecución de la investigación.
En medio de tales circunstancias, el Centro dio como válido el caso, y lo calificó como correspondiente a un Objeto Volador No Identificado.
Luego de ello, el Centro procedió a comunicar el caso internacionalmente, y éste fue recogido por "The UFO Reporter", la publicación periódica del N.I.C.A.P. de Washington, que presidía el Mayor (Retirado) de la Infantería de Marina estadounidense Donald E. Keyhoe.
El caso fue recibido de parabienes, pues se destacaban la forma del fenómeno observado, el efecto de calor al aproximarse –que por entonces se daba como una característica propia de los OVNI—y el hecho de que el testigo era tan luego un avezado piloto aviador e instructor paracaidista.
A partir de la versión de N.I.C.A.P. el caso fue reproducido innúmeras veces en otras publicaciones y libros.
La necesaria autocrítica
El C.I.O.V.I. podría dejar así las cosas, para que quedaran de esa manera para la historia. Pero un deber moral ineludible, implica hacerse una autocrítica.
Esta autocrítica procede por cuanto el caso no debió haberse dado por concluído hasta tanto no haberse satisfecho otros aspectos de la investigación que fueron totalmente dejados de lado en el momento.
Una investigación completa hubiese determinado disponer de un informe de tráfico aéreo para el día y hora indicados.
La disponibilidad de tráfico aéreo hubiese podido determinar si acaso Carlos Alejo Rodríguez confundió los destellos provocados por el reflejo del Sol en la superficie metálica de un avión, con lo que él interpretó como algo extraño.
Asimismo, si algún avión estaba en el área, hubiese sido importante constatarlo para verificar si desde eso otro aparato alguien había avistado algo extraño.
En segundo lugar, debió haberse recabado de la Base Aeronaval "Capitán Curbelo", y especialmente del personal de guardia de dicha Base, información acerca de si se había visto la avioneta del Sr. Rodríguez y alguna otra cosa en el cielo, en la fecha y hora indicadas.
Y finalmente, habría que haber entrevistado al Inspector Sr. Piacenza, para verificar si –como cabe suponer —efectivamente-- Carlos Alejo Rodríguez había hecho la denuncia de su observacion ante esa autoridad, cómo aparecía registrada esa denuncia, y qué evaluación del caso podía hacer el Inspector Piacenza.
Estos pasos necesarios para completar la investigacion, nunca se dieron, y por tanto la conclusión fue apresurada.
La inexperiencia en la materia, cobró su precio.
El caso por lo tanto, tiene que estar calificado como "datos insuficientes", o quizás, como "investigación inconclusa", pero no como correspondiente a la observación de un Objeto Volador No Identificado.
Lic. Milton W. Hourcade
Montevideo, abril 7 de 2008.
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