El
origen del mito.
Un aporte para la reflexión,
por el Lic. Milton W. Hourcade
____________________________________________________________
Como digo en mi libro "Elementos
de Ovnilogía", antes que un relato, antes que una "denuncia de
Ovni", --el “UFO report” al que solía referirse Hynek-- lo que tenemos
delante nuestro es un ser humano que ha visto algo. Ahora, ese ser humano, no
es alguien sacado de una caja de cristal, incólume e impoluto. Ese ser humano
está inmerso en una sociedad y cultura que le moldean e influyen, de modo que
--de acuerdo a mi experiencia en la investigación de campo-- puedo afirmar que
la inmensa mayoría de los testigos son personas honestas, que describen con
exactitud lo que observaron, pero que interpretan su observación
según pautas que les han sido instiladas a través de los de
elementos mediáticos (TV, diarios, radio, conferencias, libros, revistas,
películas, internet).
Hynek llegó a escribir, --con
un candor digno de mejor causa-- que curiosamente la gente no reportaba
elefantes volando, sino que sus informes eran comparables y consistentemente
reiteraban en términos generales las mismas formas y comportamiento de lo
avistado. Por supuesto que tenía que
ser así y no de otra manera.
Crear pequeñas histerias
colectivas, especialmente en EE.UU., con un público muy susceptible, maleable y
crédulo, es lo más facil del mundo. El antecedente del falso problema con
envases de Pepsi ocurrido hace pocos años, es un buen ejemplo de ello. Claro,
la "locura" duró poco, porque la compañía inmediatamente puso sus
recursos para tirar abajo versiones infundadas y en ese caso, malintencionadas.
Pero ¿qué hubiera pasado si nadie hubiese hecho nada?, pues probablemente la
empresa habría enfrentado serios problemas económicos por una baja sustancial
en sus ventas debido a esas falsas noticias.
A partir de un
"caso" --que era falso-- empezaron a haber otras denuncias de gente
que también decía encontrar elementos extraños dentro de la bebida.
La campaña mediática sobre
los OVNIS y la HET para "infundir o introducir
insensiblemente en el ánimo, una doctrina, un afecto, etc.",
(segunda acepción de la palabra "instilar" según el
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia) fue tremenda. Desde el inicio, fue el factor clave para
hacer que millones de personas en todo el mundo empezaran a mirar el cielo, y a
falta de explicaciones sobre una serie de fenómenos naturales y cosas
artificiales que se podían ver, comenzara a encajar sus observaciones según
los "patrones" que se le proveían generosamente como elementos
interpretativos.
Así por ejemplo, la visión de
un astro cerca del horizonte, con descomposición de la luz por refracción y con
aparentes movimientos erráticos creados por la atmósfera, daban un estupendo
"caso OVNI". Se trataba sin duda de un objeto "más grande
que las estrellas o planetas"...(sic), visto a baja altura, que tenía luz
propia, que cambiaba de colores, y que de momentos permanecía quieto y de
pronto se trasladaba hacia uno u otro lado, o subía un poquito y luego volvía a
su lugar de origen para quedarse otro rato quieto". Además el
"fenómeno fue observado por múltiples testigos, todos los cuales son
ampliamente conocidos como personas de bien en su ciudad". ¿Qué
tal?. Suena familiar, ¿verdad?.
¡Pobre el Ufólogo que luego
de investigar y estudiar el caso, salía a decir que lo que habían visto era
nada más que Venus, o Sirio, bajo tales y cuales condiciones!.
En cambio, triunfaban los “charlatanes de feria”, los
inescrupulosos que han vivido del tema y lo han comercializado, quienes tomaban ese "caso" al cual
de pronto también "investigaban", esto es, iban a grabarle a la gente
lo que ésta declaraba sugiriéndole ciertas respuestas, y luego con fotos del
lugar, de la gente e ilustraciones que reproducían el "caso",
cobraban suculentas entradas para dar conferencias, en las cuales se referían
al "comportamiento anómalo", una "característica repetida"
del objeto avistado. Hablaban de los cambios de colores y las "maniobras
inteligentes" para demostrar la "alta tecnología de los
extraterrestres".
Pero también estaban los
investigadores "serios", aún científicos, que sin reparos
reproducían el "caso", (tomado de algún órgano irresponsable como la
"Flying Saucer Review", que a su vez lo sacaba de algún recorte de
prensa) y lo incorporaban a sus libros, como si todo ello tuviese alguna
validez. Y las copias y reproducciones de informes erróneos, ha sido uno de los
campos más fértiles de que se nutrió la Ufología. Creo que en ese
sentido, el error de describir al F-51 “Mustang” del Capitán Mantell, como "avión a reacción",
lo repitieron como loros muchos que se han reputado de "serios",
simplemente por no averiguar en lo más mínimo en forma directa los detalles del
caso, sino simplemente copiar de otros libros, o revistas, que daban semejante
versión.
Entonces, el meollo de la
cosa, estaría en demostrar --con diversos ejemplos y a lo largo del tiempo--
por un lado cómo los Ufólogos y/o las instituciones ufológicas, se esmeraron en
difundir ideas de forma, tamaño, características, comportamiento, etc. para que
el público absorbiera esa información. Cómo se usaron ciertos elementos, por
ejemplo "los objetos fueron captados por radar" (lo que
--superficialmente-- indicaría de que se trataba efectivamente de algo material
que estaba allí) para dar más valor a los casos, o el falso argumento de que
"nadie experimentaría un artefacto en territorio extranjero" --para
descartar la hipótesis terrestre sobre el origen de ciertas cosas vistas por la
gente.
A propósito de las
captaciones radáricas, si los Ovnis fuesen la expresión concreta de una
tecnología superior, la misma estaría atrasada, pues ¡los limitados seres
humanos hemos inventado la tecnología “stealth”!...
Hay un punto histórico en el
tiempo y en la geografía donde todo comenzó, y se puede apreciar cual fue la
gradación en la que se fueron añadiendo nuevos factores al tema, y cómo todo
termina casi abruptamente, cuando ya no hay más necesidad de mantener el mito,
pero cómo a su vez, quienes han vivido del mito, necesitan mantenerlo vivo, y
cómo, ciertos organismos oficiales creados ante la presunción de algo raro en
los cielos, ahora tienen que de alguna manera justificar su existencia para
continuar siendo, so pena de que les pase como al de Chile, que recibió la
orden de ser cerrado.
Documentación de la voluntad
de instilar tal idea, está en mi libro “OVNIS: La Agenda Secreta”, que
espera el coraje de algún editor con agallas para publicarlo.(*)
Keyhoe es el primer individuo
excelentemente utilizado con ese propósito. Luego vendrán la NICAP y la APRO, y
más adelante otras organizaciones en Estados Unidos y en otras partes del
mundo. Curiosamente me encontré con un par de situaciones en que individuos
civiles puestos a investigadores de ovnis, tenían sus lazos con policía o con
fuerzas armadas. Un caso en Perú, el otro en Brasil. Estoy hablando de los años 1960.
No me cabe duda que se hacen
"documentales" sobre el tema a pedido y paladar de inteligencia, así como que el surgimiento de ciertas
películas, se debe a la adjudicación de fondos para producirlas, no procedentes
de los medios artísticos, precisamente.
Hay elementos suficientes
para demostrar que la "idea OVNI", y la asociación o ecuación
"plato volador" = "nave extraterrestre", estuvo desde el
principio y se explotó al máximo. Al punto de que sus propios inventores,
lamentaron haberla gestado (Panel Robertson).
Pero ya no pudieron parar la máquina, ésta había adquirido vida propia y
los superó.
La punta de la madeja que
revela cómo se cocinó todo por la inteligencia del entonces Ejército del Aire
de los Estados Unidos, está simplemente en el libro de Keyhoe "Platos
Voladores de Otros Mundos", Populibros La Prensa, México, 1955,
320 páginas.
En primer lugar, ¿de dónde se
obtiene la idea de extraños objetos?, pues.....hay que agarrarse fuerte: de la
Biblia.
El Director del Servicio de
Inteligencia de la Fuerza Aérea, Mayor General John A.Samford va a dar
una conferencia de prensa, para referirse por primera vez, a los OVNIs.
Relata Keyhoe que estuvo en
dicha conferencia de Prensa en el Pentágono: "Tras mencionar los
informes sobre extraños objetos vistos desde los tiempos bíblicos, Samford
dejó la conferencia abierta a todas las preguntas que se le quisieran
dirigir" (pág. 101)
Más adelante, cuando para
finalizar le preguntaron a Samford qué era lo que pensaban los militares,
responde --y creo que hay que sopesar muy bien sus palabras-- "Creo que lo más
probable es que se trate de fenómenos asociados con intereses intelectuales y
científicos que estamos en vías de conocer mejor, pero que en ellos no hay nada
relacionado con materiales, vehículos o proyectiles dirigidos contra los
Estados Unidos." (pág.106)
En la página 126 de su libro,
Keyhoe cuenta la emoción que sintió cuando Albert Chop (Oficial de Información
Pública de la USAF) le entregó un grupo de informes de observaciones no
explicadas, y aún le dijo:
"Más adelante vendrán mayores informes del Servicio de Inteligencia”
Y, muy importante, el propio
Keyhoe en la pág. 127 se pregunta a
si mismo y reflexiona:
"¿Por qué el Servicio de
Inteligencia me los había proporcionado (los informes) a mí
particularmente? Chop debe haber
contado con permiso del director para dármelos; nadie se atrevía a entregar
esos documentos contrariando los deseos del general Samford. Sin embargo, cualquiera podría ver que
creaban interpretaciones del todo opuestas a las conclusiones de la conferencia
de prensa."
Ya
está la bi-polaridad planteada, por un lado el SI y por otro el NO, todo
saliendo de la misma fuente. Keyhoe estaba en lo cierto, pero
justamente, en eso consiste --por ejemplo-- un trabajo de inteligencia. La
creación de la controversia, el manejar desde un mismo puesto central puntos de
vista encontrados. Es parte del operativo.
Y Keyhoe iba a servir a los propósitos del mismo de manera estupenda.
Era --sin duda-- el hombre para la tarea.
Lo eligieron bien. Tanto, que ni él mismo --quizás-- sabía cuál era el
verdadero papel que le estaban haciendo jugar.
Keyhoe se transformó desde entonces en el
adalid apasionado de la idea de las naves extraterrestres. El mero título del
libro ya lo decía todo. Lo que para
nosotros era una hipótesis de trabajo --entre tantas otras-- para Keyhoe era un
axioma.
Pero..¿de
dónde había surgido la idea de que realmente había "naves
extraterrestres" visitando nuestro planeta? Y aquí me encontré con la perla que en mi primera lectura del
libro, a mis 18 años, no me llamara la
atención.
El libro de Keyhoe estaba basado en un material que la
Oficina de Prensa de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, a cargo de Albert
M. Chop, entregó a Keyhoe. Una lista de
casos por entonces no explicados satisfactoriamente, y...la idea básica que Keyhoe abrazó por sí mismo, o que se comprometió --como parte de su función-- a
llevar adelante y a hacer progresar, convenciendo a cuantos pudiera.
Esa
idea básica, partió de la Fuerza Aérea, y de un hombre en particular. Y para
eso, voy a transcribir la parte sustancial del libro que se refiere a
ella. Escenario: la Oficina de Prensa
de la Fuerza Aérea. Personajes: Al Chop y Keyhoe. Y el relato en la página 289
dice así:
"Abriendo un
cajón de su escritorio, extrajo un sobre.
Al abrirlo, vi varias hojas escritas a máquina.
--Este documento
--dijo recalcando bien las palabras-- ha sido autorizado para su
publicación... con una condición. Cuando termines de leerlo, te diré cuál es.
Me
entregó los papeles y leí el título:
EL
PLANETA TIERRA, ANFITRION DE LA VIDA EXTRATERRESTRE
Miré a Al y luego leí
el principio. Los párrafos principales
repetían una declaración formulada por varios hombres de ciencia: en un futuro
distante, cuando la Tierra se enfríe o nuestro Sol se expanda, la única
posibilidad que tiene el hombre de sobrevivir, será escapar a otro planeta. Esta situación, proseguía el documento,
puede acontecer en cualquier planeta habitado.
Una línea pareció
saltar de la página a mis ojos: "Suponiendo que seres superinteligentes de
otro Sistema Solar, busquen un planeta propicio para establecer en él un
segundo hogar, ¿por qué habrían de excluir la Tierra?
Asombrado, volví los ojos a Chop:
--Esto es dinamita. ¿Quieres decir que
la Fuerza Aérea desea que este documento sea dado a publicidad?
--No es una declaración oficial--dijo
enseguida.
--¿Entonces, qué es?
--La opinión de una persona; de un
señor de nombre W.C. Odell.
--¿El
coronel Odell, del Servicio de Inteligencia?
--Bueno...
sí. Pero su relación con la Fuerza Aérea no puede utilizarse en ningún
sentido."
Me quedó muy claro entonces de qué manera le plantearon las cosas a
Keyhoe, y el trabajo de convencimiento y de provocación de entusiasmo, como
para que él se lanzara a cumplir el papel que otros habían decidido que era el
candidato ideal para llevarlo a cabo: ser el estupendo difusor para el gran público,
de los "platillos extraterrestres".
Era evidente además, que una idea así sólo podría
proceder de círculos de inteligencia, y no sólo la de la Fuerza Aérea. Si acaso necesitaba una corroboración más
acerca de este "juego" en que hicieron "entrar" a Keyhoe,
me bastó con dar vuelta la página. En
la 290 hay un jugoso diálogo, que protagonizan Al Chop y Keyhoe, y que éste
comienza de esta manera:
"--¿Quieres que muestre esto
a la revista True, verdad?
Sí o a cualquier otra
revista donde escribas. Pero recalca
que el rango de Odell, en la Fuerza Aérea, no debe mencionarse.
--Mira, Al; tengo que
saber qué hay en el fondo. ¿Quiere la Fuerza Aérea que se la considere como una
de las respuestas posibles?
Al sacudió negativamente la cabeza.
--Ya te dije que es la
idea personal. Su publicación fue
aprobada por la Sección de Seguridad. Es cuanto sé.
Puso el documento en un sobre, junto con los
casos de febrero cuya publicación había sido autorizada.
--Muéstraselas a tus
editores y comunícame sus reacciones en cuanto puedas."
Pasando
raya: ¿qué se saca en limpio de todo esto?
1) Hay un interés deliberado y oficial de la Fuerza
Aérea en difundir lo más que se pueda este tipo de ideas, sustentadas por una
lista de casos.
2) No es una cuestión meramente personal, (una idea
del Coronel Odell). Eso lo evidencia el hecho de que "su publicación fue
aprobada por la Sección Seguridad".
Se midió o calculó el impacto que eso podría tener, y se lanzó para verificarlo
en la realidad.
3) Keyhoe iba a servir de mensajero y propagador de la
idea.
¿Qué sucedió cuando Keyhoe fue con el documento a la
revista True? El mismo lo cuenta así, en las páginas 298 y
299:
"A la mañana siguiente, llevé
el documento de Odell a la revista True.
Ken Purdy estaba fuera de la ciudad, así que se lo mostré a John DuBarry.
---Es una idea
asombrosa,---dijo.---Pero me atemoriza la forma en que han autorizado su
publicación. De no ser por el grado de Odell, se nos acusaría de publicar una
historia alarmista, escrita por un autor chiflado. Francamente no entiendo la situación. ¿Qué pasa en la Fuerza
Aérea?"
La reacción de uno de los directores de True no sólo es totalmente lógica, su
mismo asombro y su pregunta final ponen de relieve de manera transparente, lo
que he venido sosteniendo respecto al manejo del tema por Inteligencia.
Para que toda la trama funcione bien, la idea de que hay objetos
voladores no identificados que muy posiblemente proceden de otro sistema solar,
hay que trabajarla en forma bipolar. Es
decir, los mismos organismos de inteligencia que generan la idea de naves
extraterrestres, serán los que se encargarán de entablar la batalla también
pública, con otros individuos que serán utilizados --al igual que Keyhoe-- para
sostener lo contrario.
Pero la puerta siempre hay que dejarla entreabierta,
la duda siempre tiene que quedar pendiente, si no, el asunto se finiquita, y no
sirve a los propósitos para lo que todo ha sido creado y planificado.
Estas
cosas las leímos los ufólogos de
entonces, y se nos pasaron por alto. Un poco tal vez por el entusiasmo que el
propio libro provocaba. Después de todo ese era el propósito de haberlo
publicado. Pero por otro lado, (y estas transcripciones lo ponen claramente de
manifiesto) porque cuando se lee un libro, se lee en el orden en que
está, página tras página. Y estas cosas están esparcidas en distintos lugares
de la obra. De modo que hay que ir rastreándolas y unirlas todas para que
cobren sentido, y entonces ¡vaya si lo
cobran!
Lo mismo pasa con el
excelente libro de Edward J. Ruppelt, “The Report on Unidentified Flying
Objects”. Está escrito de esa
manera. Entonces los datos que importan, se pierden en medio de otros temas,
relatos de casos, etc.
A manera de colofón, cabe agregar que sobre la
misma base de los casos dados a Keyhoe para que escribiera su libro, se hizo una película documental llamada en español "El Enigma
del Aire", y en inglés simplemente "UFO", de 1956.
Virginia, EE.UU, Abril de
2004.