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Revista Bajo los Hielos N° 11

(Julio de 2003)

ODIN, RÓMULO, INDRA Y LAS TRIADAS INDOEUROPEAS

Georges Laffly *

El siglo que dejamos conoció a grandes descubridores de enigmas. Agatha Christie para los crímenes, Freud para secretos más íntimos. A esos espíritus romanescos (*), debemos sin embargo preferir a Georges Dumézil, que trabajaba sobre un terreno más sólido, no elaboraba falsas claves, pese a lo dicho por ciertos envidiosos, y mostraba una sutileza superior. A sus trabajos concernientes a la estructura social de los pueblos indoeuropeos no le faltaron contradictores violentos. En respuesta, afinaba sus pruebas. De ahí, tantos de sus libros reconsiderados hasta el fin de sus días. Tratábase de mostrar el juego de las tres funciones: Soberanía mágica y jurídica, función guerrera, y, en fin todo lo que dice relación con la producción y la fecundidad. Esta ideología se reencuentra desde Islandia hasta la India, pasando por Roma y Persia. No encontrándose ni en China ni donde los Árabes.

Mitos y Dioses de la Escandinavia antigua es una recopilación de diecinueve estudios recogidos por F. X. Dillmann, gran conocedor del dominio nórdico. Le debemos entre otras, una traducción del Edda (Gallimard, 1991). Algunos de sus ensayos han sido retomados en otros volúmenes, Tarpeia o Del mito a la novela, pero retocados.

Tarpeia es esa joven Vestal que, en la primera guerra de Roma, es corrompida por el oro de los Sabinos. Les entrega el Capitolio. Rómulo desciende del Palatino con sus guerreros, pero es rechazado. Los Romanos huyen. Su rey invoca a Júpiter, y el combate cambia de alma, como decía Víctor Hugo. Los Romanos son vencedores. Esto puede resumirse así: el oro (la tercera función) es vencido por la magia del soberano (la primera función). Y los guerreros de Roma se alían a los ricos Sabinos. A este episodio legendario responde un mito nórdico. En Escandinavia, en la primera de las guerras, que opuso los Ases (Dioses de primera y segunda función) a los Vanes (Dioses de la producción y de la riqueza), vemos la bruja Gullveig (su nombre significa: ebriedad por el oro) capturada y vencida por las lanzas de Odín y de los suyos. Victoria del mago y del guerrero, como en Roma. Pero la fortuna es cambiante: un día el castillo de los Ases es tomado por los Vanes. Luego Odín decide de la victoria de su campo tirando su lanza en el ejército adverso, y la potencia mágica gana otra vez. Para terminar, la paz viene con la alianza de todos los Dioses, Ases y Vanes.

El Mahabharata conoce un episodio análogo. Los gemelos Nasatya, "médicos de lso Dioses" (pertenecen pues a la tercera función), tratan de corromper la esposa del viejo asceta Cyavana: la rejuvenecen (la corrupción fracasa). Para agradecérselos, el asceta les ofrece el soma al cual tienen derecho. El Dios guerrero Indra blande el rayo para impedir semejante usurpación, pero, finalmente, hacen las paces, y los gemelos son admitidos al rango de Dioses. Misma conclusión, entonces, que en Escandinavia, y en Roma.

Otro estudio, el ahogado y el ahorcado. Dumézil cita dos sagas, un relato legendario donde la muerte por ahogamiento es seguida en un prójimo, por la muerte por ahorcamiento o ascenso hacia los Dioses. Los muertos ahogados están todos ligados con la tercera función; los ahorcados con la primera. El rey Hundigus, por ejemplo, que cae en un tonel de cerveza, es descendiente del Dios Vane Freyr, mientras que su amigo Hadingus que se cuelga aprendiendo la triste noticia es un protegido de Odín. No olvidarse que ese Dios pasa por haberse colgado a sí mismo a una lanza durante nueve días - y es a ese suplicio que debemos las runas. Dumézil nota que los muertos de la primera función son incinerados, y vivirán en un mundo supraterrestre (el Valhalla); los de la tercera función son inhumados, retornan a la Tierra que enriquecen. No falta el paralelo con la latinidad. Rómulo es divinidazo a su muerte -deviene Quirino - y conoce una apoteosis. El gemelo sacrílego, Remo, queda en el silo que quiso traspasar, y que marcaba los deslindes de la ciudad, como se sabe. Misma simetría con Castor y Pollux cuya madre común es Leda. El primero, hijo mortal de Tindaro, el otro, hijo de Zeus, solo acogido en el Olimpo.

Los Hindúes conocen los gemelos Ashvin, quienes, en una de sus aventuras, devienen el uno, palafrenero, y el otro, bollero. Ocuparse de los caballos se acerca a los guerreros. Es el caso de Nakula, mientras que su hermano Sahadeva se aparenta a los brahamanes (la leche juega un rol en el culto), es reputado piadoso y sabio. Se le dice hijo del Cielo; no se lo dice de su hermano.

Otro ensayo notable está consagrado a Heimdall, dios primordial, pero no supremo. Creó la raza humana en sus diferentes roles: un esclavo, un cultivador, Karl, un guerrero, Jarl. De Jarl nacerá un rey, que, solo dispone de la potencia mágica. Es la diferencia de los Escandinavos y de los Germanos, que no tienen casta de sacerdotes, de brahmanes o druidas. La primera función es ejercida por el rey solo. Esta diferencia con los otros pueblos indoeuropeos muestra bien que la estructura de las tres funciones no está calcada con la realidad, sino que constituye un esquema que ha evolucionado según los lugares y el tiempo, como lo muestra también el hecho de que lo que se traduce como historia en Roma permanece mito en otro lado. Nótese también que el rol de la magia en los Escandinavos revela la influencia del chamanismo siberiano o finés (cf. El Kalevala).

Citaré todavía un ensayo, el que trata de Vidar, el Dios silencioso. Aparece poco, pero su rol será capital en el fin de los tiempos, cuando ocurrirá el Crepúsculo de los Dioses (Ragnarök). Entonces Loki y sus criaturas, el lobo Fenrir, la serpiente de Midgard y Hell, se abalanzarán contra los Dioses y aparecerán como los vencedores. Al final, el lobo Fenrir deberá abrir su hocico gigantesco, su mandíbula superior alcanzando el cielo. Está a punto de engullir al mundo, cuando surge Vidar. Un pie sobre la mandíbula inferior del lobo, su brazo tendido hacia la superior, destruirá ese hocico monstruoso. Gracias a él, un nuevo mundo vivirá. Su Dios supremo será un hijo de Odín, Blader, el ser más bello y más sabio, del cual nuestro tiempo se privó por la perfidia de Loki. Entonces, gracias a Balder, la justicia reinará sobre la Tierra.

Existe una analogía entre Vidar y Vishnú. El día en que, según los Hindúes, Bali logró conquistar al Mundo y a expulsar a Indra, Vishnú se presentó bajo la forma de un enano, y le pidió al venecdor adquirir el espacio que podría cubrir en tres pasos. Bali aceptó. Pero Vishnú en esos tres pasos recorrió la Tierra, al aire superior y el Cielo, y así, Indra recobró su posesión del Mundo. Gracias a Vishnú, a Vidar, no estamos abandonados a los monstruos o a la Nada. No hay entonces ninguna desesperación en ese Crepúsculo de los Dioses que imaginaban los nórdicos. Pues, significa por el contrario la espera de un mundo mejor. Solo se trata de un mal momento que es preciso sobrellevar antes de ese Edén futuro.

No damos aquí sino una idea bien incompleta de la riqueza de esa obra y del pensamiento de G. Dumézil. Esos análisis pueden parecer a primera vista un juego de ecuaciones donde se agregan a las desconocidas identificables algunos parámetros que varían de un mito a otro, pero no modifican lo esencial. En el hecho, nos encontramos aquí con una investigación donde el espíritu de fineza alterna con el de geometría. El saber inmenso de Georges Dumézil, su ingeniosidad de espíritu, su genio, para mejor decir, han roturado un terreno hasta ahora desconocido. Su obra ha ampliado nuestro sentido histórico, iluminando los lejanos orígenes de nuestra civilización. Gracias a ella, henos aquí emparentados con pueblos y poemas que, antes, parecían no tener nada que decirnos; y vemos con un nuevo ojo Roma y la Grecia que creíamos conocer. Resultado considerable que aun medimos mal.

 

*: Una traducción más adecuada sería "novelescos". (BLH)

*: Agradecemos a Christian Talarico la traducción de este texto y el permiso para ser incluido en el presente número de BLH. Ese texto figuró inicialmente en "La brújula del espíritu pagano", revista mimeografiada, año 2003.

  ©Georges Laffly

© Christian Talarico, por la traducción.

URL de esta páginahttps://www.angelfire.com/zine/BLH/11odin.html

 

Otros textos sobre Dumézil en BAJO LOS HIELOS:

 

*Reseña a EL DESTINO DEL GUERRERO de GEORGES DUMÉZIL (Sergio Fritz Roa)

* Bibliografía de DUMÉZIL (Timaukel)

 

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