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DAR Y RECIBIR

DAR Y RECIBIR


Patanjali ha hecho lo imposible.

Ha hecho una descripción lo más exacta

posible de cada paso, cada integración,

cada chakra y su funcionamiento,

y cómo trascenderlo hasta llegar al sahasrar,

y ha indicado algo más allá.

En cada chakra, en cada rueda de energía sucede,

sucede una integración....

Por ejemplo, el centro de la garganta

es el centro del recibir y del dar.

Cuando un niño nace,

recibe desde en centro de la garganta.

Al principio, la vida entra en él por el centro

de la garganta, chupa el aire, respira después

chupa leche de su madre.

El niño funciona desde el centro de la garganta,

pero es un funcionamiento a medias

y el niño lo olvida pronto.

Sólo recibe, aún no puede dar.

Su amor es pasivo.

Y si estás pidiendo amor, entonces

permaneces juvenil, permaneces infantil.

A menos que madures,

que puedas dar amor, no habrás crecido.

Todos piden amor, demandan amor

y casi nadie lo da.

Ésa es la miseria de todo el mundo,

y todo aquel que demanda,

piensa que está dando.

Cree que está dando.

He visto miles de personas:

todos con hambre de amor, con sed de amor,

pero nadie trata de darlo, de ningún modo.

Y todos creen que están dando

pero no, están recibiendo.

Una vez que das, naturalmente recibes,

Nunca sucedió de otro modo.

En el momento que das,

el amor se precipita en ti.

No tiene nada que ver con los

individuos o la gente.

Tiene que ver con la energía cósmica de Dios.

El centro de la garganta

es el encuentro del recibir y el dar.

Recibes por él das desde él.

Cuando Jesús dice que tienes que

ser un niño nuevamente,

quiere decir que tienes que volver al centro de la garganta,

pero con una nueva energía para dar.

Todas las personas creativas son dadoras.

Pueden cantar una canción para ti,

o danzar, o escribir un poema o pintar un cuadro

o contarte una historia.

El centro de la garganta es usado

nuevamente por ellos, como un centro para dar.

El encuentro del dar y el recibir sucede en la garganta.

La capacidad de recibir y de dar

es una de las mayores integraciones.

Hay personas que sólo son capaces de recibir.

Permanecerán miserables,

porque nunca te vuelves rico por recibir.

Te vuelves rico dando.

De hecho posees sólo aquello que puedes dar.

Si no puedes darlo, simplemente

crees que lo posees. No lo posees, no eres el amo.

Si no puedes dar tu dinero,

entonces no eres su amo.

Entonces el dinero es el amo.

Si puedes darlo, entonces por cierto que el amo eres tú.

Esto parecerá una paradoja,

pero déjame repetirlo: posees sólo aquello que das.

En el momento en que das,

en ese mismo momento te has vuelto un poseedor,

te has enriquecido.

El dar te enriquece.

Las personas avaras son las personas

más miserable y pobres del mundo,

más pobres que los pobres.

No pueden dar, están atascados.

Siguen atesorando.

Su tesoro se vuelve una carga para su ser,

no los libera.

De hecho, si tú tienes algo, serás más libre.

Pero mira los avaros.

Tienen mucho pero están cargados,

no son libres.

Hasta los mendigos son más libres que ellos.

¿Qué les ha pasado?

Han usado su centro de la garganta

sólo para recibir.

No sólo eso, no han usado su centro

de la garganta para dar,

ni siquiera se han movido del segundo centro

freudiano, el anal.

Estas personas son siempre constipadas,

acumuladoras, avaras, siempre sufren de constipación.

Recuerda que no estoy diciendo

que todas las personas que tienen constipación

sean avaras, puede haber otras razones,

pero por cierto que los avaros son constipados.

He oído acerca de dos "bhikkus" budistas.

Uno de ellos era un miserable y un acumulador,

y juntaba dinero y lo guardaba.

El otro solía reirse de esta actitud tontal.

Cualquier cosa que encontraba, la usaba,

nunca acumulaba.

Una noche llegaron a un río. Era el atardecer,

el sol estaba cayendo y era peligroso permanecer allí.

Tenían que ir a la otra orilla, allí había un pueblo.

Este lado era simplemente desierto.

El acumulador dijo:

"Ahora, no tienes ningún dinero,

entonces no podemos pagarle al botero.

¿Qué dices ahora de esto?

Estás en contra de la acumulación.

Ahora, si yo no tuviese algún dinero , moriríamos ambos.

¿Ves cómo es?.

El hombre que creía en el renunciamiento

se rió pero no dijo nada.

Entonces el acumulador pagó y ambos cruzaron el río;

llegaron a la otra orilla.

El acumulador dijo otra vez "Recuerda ahora,

la próxima vez no comiences a discutir conmigo.

¿Ves? El dinero ayuda.

Sin dinero habríamos muerto.

Era peligroso pasar la noche en la otra orilla,

con animales salvajes".

El otro "bhikku" se rió y dijo:

"Pero cruzamos el río porque pudiste renunciar.

No es por tu acumulación que hemos sobrevivido .

Si hubieses insistido en acumularlo,

no hubieses pagado al botero, y habríamos muerto.

Hemos sobrevivido porque pudiste renunciar,

pudiste dejarlo, pudiste darlo...."

Aún debe continuar la discusión.

Pero recuerda, no estoy en contra del dinero.

Estoy a favor de él, pero úsalo.

Poséelo, sé su dueño;

pero serás su dueño sólo en el momento

en que te vuelvas capaz de darlo.

Esta nueva síntesis sucede en el centro de la garganta.

Puedes aceptar y puedes dar.

Hay personas que pueden cambiar

de un extremo al otro.

Primero eran incapaces de dar,

sólo podían recibir; después cambiaron,

se fueron al otro extremo:

ahora pueden dar pero no pueden recibir.

También eso es un desequilibrio.

Un hombre real es capaz de aceptar

los regalos y de darlos.

En la India, encontrarás muchos sannyasins,

muchos así llamados Mahatmas,

que no tocan el dinero.

Si les das algo, retrocederán como

si hubieses sacado una víbora o algo venenoso.

Al retroceder,

muestran que se han movido al otro extremo:

ahora se han vuelto incapaces de recibir.

Nuevamente su centro de la garganta

está funcionando a medias.

Un centro nunca funciona realmente

si no funciona a pleno,

si la rueda no se mueve a toda marcha,

y sigue moviéndose y creando campos de energía.


Yoga: El Alfa y el Omega, Vol. 9
Del libro de Opuestos Complementarios
Osho

 

 

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