Le estoy pidiendo su voto para la Unión Frenteamplista.

¿Qué le parecen estas cinco razones?

Creo que se abrió en el país un período de intensa lucha política. Esto parece evidente pero también puede ser momento de repensar mucho de lo que hasta ahora nos ha parecido obvio.

Esta intensidad está dada, entre otras cosas, por la articulación entro los desafíos a continuar dando la batalla por los derechos humanos, la educación, etc. y la lucha estrictamente electoral. Esta relación conpleja entre los distintos desafíos que están planteados para una fuerza política como la nuestra, hace importante que nos ubiquemos en que lugar de los desafìos está planteado hoy el eje de nuestra acción. Hoy es importante elegir entre distintas propuestas políticas. Y el campo de disputa hoy es el electoral.

Se trata entonces de comparar racionalmente trayectorias y líneas políticas que remiten a temas que se han debatido y se debaten: tesitura ante los desaparecidos, propuestas y actitudes ante la cuestión militar y la depuración de las fuerzas armadas, la cuestión de la memoria colectiva, las salidas posibles para el Uruguay de hoy y el papel de la izquierda en el gobierno, las alianzas sociales y políticas, nuestra política en el campo cultural, etc.

Todo eso se dirime eligiendo el 25 de abril. Entre las distintas opciones dentro de la izquierda te estoy convidando para que apoyes con tu voto a la Unión Frenteamplista.

Las elecciones del 25 de abril serán una especie de primera vuelta general entre los partidos.

Imaginemos que un hipotético votante de izquierda de las elecciones pasadas que cree que en el FA-EP la "suerte está echada" de acuerdo a lo que vienen revelando las encuestas y que Tabaré Vázquez triunfa fácilmente.

De ahí, ese compañero hipotético deduce, erróneamente, que su voto no es necesario dentro del FA-EP y decide incidir en la interna de otro partido.

Si una conducta así se generaliza estaríamos favoreciendo a los partidos tradicionales, ya que aumentarían el total de su votación.

Y este es el primer indicador que la gente recibirá al día siguiente de las mal llamadas "internas": cuál es el partido más poderoso electoralmente. Y eso tendrá incidencia en cómo queda colocado cada partido para las elecciones de octubre en que se eligen diputados, senadores y presidente (primera vuelta).

Coincidiendo con otras fuerzas del FA consideramos que este compañero, que ha integrado el Plenario Nacional del FA como personalidad independiente, debe ser miembro de la Convención Nacional que surja de éstas elecciones.

Como fundador del FA y como uno de los dirigentes que pasó un largo período preso como militar constitucionalista y como hombre de izquierda, Licandro tiene un enorme prestigio moral dentro de la izquierda uruguaya.

Ha impulsado, desde la Comisión Especial de Defensa del FA, una preocupación por el estudio y una línea política en lo referido a la cuestión militar que nosotros hemos compartido plenamente y constituye uno de los capítulos importantes de la línea de acción política del FA.

En función de su significación en ese plano, tiene, desde su creación, la responsabilidad de presidir nada menos que el Tribunal de Conducta Política del FA, organismo clave en la actualidad y en cualquier perspectiva de gobierno de la izquierda.

En tanto figura emblemática, cuyo campo de valoración está en el respeto por una trayectoria personal y moral más que en la medición de una gestión política, el Gral. Licandro sólo puede estar en el primer lugar de una lista.

Un gobierno que ponga fin a la destrucción de la familia trabajadora, al crecimiento de la desocupación, la pobreza y la marginalidad y eche las bases de otro Uruguay impulsando el desarrollo económico y social de nuestro país con sentido de justicia, democracia y dignidad nacional.

Mejorar el instrumento político y lograr la conquista del gobierno, son dos caras de la misma medalla.

La izquierda precisa reconstruir su clima de debate y sobre todo de movilización para alcanzar el gobierno y gobernar.

Debemos prepararnos para ganar y no defraudar al pueblo cuando alcancemos el gobierno.

Creemos que es fundamental para desarrollar su capacidad de contacto con la sociedad, en los lugares de trabajo, en los barrios o en los lugares de estudio.

En ese sentido fue importante la experiencia del FA en el año 1997 de desarrollar actividades de la Mesa Política en el Interior y dar inicio a toda la actividad de elaboración programática con una relación estrecha con las organizaciones sociales.

Al mismo tiempo hay que generar cambios en los ámbitos donde se adoptan las decisiones para que la mitad del país frenteamplista (el vive y milita en el interior) este adecuadamente representado.

Hace ya bastante tiempo que el FA dejó de ser un fenómeno exclusivamente montevideano y ya en 1994 y seguramente en esta elección, el aporte electoral del interior tiene una gran importancia.

Si el FA no produce una apertura amplia de los espacios de decisión democrática y de descentralización territorial no estará en condiciones de elaborar adecuadamente las políticas sectoriales y regionales que la totalidad del país - y no sólo Montevideo- reclaman.

Las listas de la Unión Frentamplista están integradas, entre otros por dos dirigentes del interior, los compañeros diputados Julio Matos y Darío Pérez, de los departamentos de Florida y Maldonado respectivamente y el Movimiento "Crece desde el pie" del departamento de Canelones.