El candidato del Encuentro Progresista/Frente Amplio Tabaré Vázquez resultó ganador también en la lucha con el resto de los postulantes, con el 25,6 por ciento del total de votos emitidos (1,248.832) en todo el país. El colorado Jorge Batlle alcanzó el 20,9 por ciento, Luis Hierro el 16,6, Luis Alberto Lacalle el 14.2, Juan Andrés Ramírez 9,5, Danilo Astori el 5,5, Alberto Volonté el 3,2, Alvaro Ramos el 2,3 y Rafael Michelini el 1,2 por ciento del total. Los colorados Víctor Vaillant, Federico Bouza y César Cabrera sumaron el 0,37 por ciento del total nacional.

En Montevideo, la izquierda afianzó su supremacía sobre los demás partidos. La votación del EP/FA representó el 44,7 por ciento del total, mientras que el apoyo colorado representó el 36,6 por ciento, el de los blancos 16,9 y el del Nuevo Espacio el 1,45 por ciento. Yendo a los números, el encuentrista Vázquez y el quincista Batlle tuvieron más votos que todo el Partido Nacional en la capital.

El otro hecho trascendente a nivel de la votación de la izquierda es el segundo lugar en Canelones con un 29.2% y 43.415 votos en un hecho histórico, superando al Partido Nacional por más de dos mil votos.

En cuanto a los índices de concurrencia Soriano fue el departamento que registró el mayor porcentaje (57,54 por ciento) de todo el país. Paysandú fue el lugar del país con el número más bajo de votantes (42,81por ciento). En Montevideo el porcentaje llegó a 53,46 y en Canelones a 51,59 por ciento.

Muchos son los dirigentes políticos que, a la luz del resultado de las internas partidarias del domingo, deberán replantearse su futuro.

Y eso ocurre en todas las tiendas, ya que hubo muchos dirigentes que apostaron todas sus cartas a los candidatos que finalmente resultaron derrotados. Pueden citarse muchos casos, pero hay algunos que por su trascendencia merecen una mención especial.

El presidente Julio María Sanguinetti aparece, junto a su "delfin" Luis Hierro, como el principal derrotado en la interna colorada.

No sólo porque el senador perdió la postulación presidencial ante su colega Jorge Batlle, sino también porque luego de haber proclamado durante siete meses que sería el único candidato presidencial del oficialismo, Hierro debe ahora afrontar una aplastante derrota electoral y un inesperado (por lo bajo) número de sufragios a su favor. Ni el "mesiánico" regreso de su padre político Enrique Tarigo, blandiendo críticas a la izquierda y acusaciones directas contra Batlle, pudo evitar el fracaso.

Por otro lado, desde el 27 de setiembre de 1998, día en que se conoció que Hierro sería el postulante forista en la interna colorada, el diputado Washington Abdala fue uno de sus principales voceros. Autodefinido como "un soldado del Foro Batllista", Abdala fue de los más críticos hacia el líder quincista Jorge Batlle, llegando incluso a definirlo como un "eterno perdedor" debido a sus cuatro fallidos antecedentes electorales. El triunfo de Batlle plantea muchas incertidumbres para el verborrágico legislador oficialista. En la misma situación se encuentran muchos de sus compañeros o aliados de sector. La lista es larga: Alberto Scavarelli, Wilson Sanabria, Ronald Pais, el cruzadista Pablo Millor, el pegepista Yamandú Fau...

En otros sectores, los precandidatos Federico Bouza y Víctor Vaillant deberán definir su propio perfil en la interna a la sombra de Jorge Batlle.

En el Partido Nacional, y a pesar de que todas las previsiones anunciaban un claro triunfo del postulante herrerista, el resultado de la elección interna dejó muy mal parados a muchos representantes nacionalistas que basaron su campaña en una prédica constante contra Luis Alberto Lacalle.

Para ellos el resultado electoral del pasado domingo fue un duro traspié. Tal vez los ejemplos más significativos sean los precandidatos Juan Andrés Ramírez, Alberto Volonté y Alvaro Ramos. Pero también hubo casos de dirigentes que hicieron fuertes apuestas que terminaron en fracaso. Alem García, Ana Lía Piñeyrúa, Walter Santoro, Jorge Gandini son ejemplos de ello.

Ninguna de las convenciones partidarias que se integrarán a partir de la votación interna del domingo tendrá que elegir al candidato presidencial de su partido, y sólo deberá proclamar a su compañero de fórmula.

Según la nueva Constitución, se cumplieron en los siete lemas que se presentaron a la elección los requisitos para que el presidenciable surgiera en forma directa de las urnas. En seis de los siete el ganador alcanzó más del 50 por ciento de los votos mientras que en el restante (el Partido Nacional) no alcanzó la mayoría absoluta, aunque logró holgadamente más de diez puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo.