Material exclusivo del Centro de Formacion en Tecnicas de Evaluacion Psicologica

 Indicadores traumáticos en el test del árbol

 En el tema que hoy hemos pensado compartiremos una reflexión sobre indicadores en el test del árbol de situaciones traumáticas vividas por una persona tanto niño como adolescente y adultos en algún momento de su historia.

 En primer lugar corresponde definir en sus términos esenciales el concepto de trauma, ya que es el que vamos a relacionar con un test específico el test del árbol.

 Luego indicadores específicos en el test del árbol

 Comencemos.

 Una situación se convierte en trauma  cuando en alguna medida ese suceso afecta la calidad de vida psíquica, emocional y o social de un individuo. Todo suceso traumático es un verdadero choque emocional que altera en sus primeros tiempos  la economía psíquica del sujeto.

 Ahora bien no todos los incidentes, sucesos, son susceptibles de generar un trauma, antes bien es importante aclarar que cada persona en función de condiciones psicosomáticas, (genéticas, históricas, de personalidad…) puede experimentar como trauma sucesos que para otra no lo son.

 Cabe significar también que no siempre el efecto del trauma se puede observar inmediatamente al momento de producirse.

Si bien el concepto de trauma ha evolucionado en el ultimo siglo desprendiéndose el concepto de “estrés postraumático” y una posible “personalidad postraumática “como efectos psíquicos de sucesos traumáticos dentro de los 3 primeros meses de producido por ej. Un accidente o situación traumática. De ello dentro de la práctica psicodiagnostica forense se deriva la evaluación de daño psíquico que pudo haber quedado como efecto de que la persona haya padecido un hecho traumático.

 Es cierto también que un suceso traumático puede no detectarse o presentar una sintomatología evidente en los primeros momentos, resurgiendo años mas tarde ante un estimulo o suceso que a lo mejor no es tan significativo.

 Freud hablaba de que había una escena B (la actual) que por alguna razón resignificaba una escena A (pretérita a lo mejor de los primeros años infantiles) aunque viéndola con alguna objetividad no lográramos encontrar la conexión y menos aun entender como   es que este hecho actual pueda resultar tan traumático al individuo.

 Por otro lado han evolucionado también  los sucesos que se incluían originariamente como generadores de traumas, otrora eran las catástrofes naturales, situaciones de guerra, etc.…hoy en día mas allá de que estos siga lamentablemente  presentes  se han sumado otros, tales como el confirmar que se padece una enfermedad terminal, propia o de un ser querido (SIDA, CANCER Y OTRAS) , se ha sumado el incremento de los accidentes viales de estadística diaria, Los que se dedican al ámbito de las pericias psicológicas-forenses son testigos de las secuelas importantes que un accidente deja sobre todo cuando quedan traumas en el nivel orgánico y funcional tanto en la vida de la victima como las de su familia que a veces lleva un largo tiempo para que la persona pueda recuperar su calidad de vida perdida otras sobre todo cuando se pierden seres queridos dejan una secuela casi imborrable. La desocupación laboral de larga data también produce un efecto traumático (hay personas que perdieron su empleo y no han podido luego reasentarse establemente al mercado laboral o lo han hecho en trabajos o profesiones que no están relacionados con su experiencia directa, etc.…

 Por supuesto no todos los sucesos por mas graves que nos parezcan se convierten en traumas depende de la fortaleza del Yo , de la estructura de personalidad y el desarrollo logrado.

 Es central el concepto de vulnerabilidad psíquica y  este explica que frente a un mismo hecho reaccionamos en manera diferente y a momentos diferentes.

Los sucesos que se convierten en traumáticos ocasionan una ruptura en el estado de adaptación normal a un medio hasta ese momento “normal”(es decir con ciertas estabilidades e idiosincrasias conocidas)  para pasar a producir una nueva situación que afecta a nivel psíquico a las personas y las obliga a reformular su estrategia de adaptación a una nuevo medio, o a nuevas condiciones en el.

Cuando estas estrategias no son eficaces o producen una serie de alteraciones, de trastornos, hablamos de trastorno traumático, y comúnmente se habla de estrés postraumático.

Ahora bien pasando ya al registro posible de traumas vistos en el tratamiento del dibujo de un árbol, es importante también conceptualizar que evalúa específicamente el  Test del árbol.

 Como todos los test comparte con el resto (Test de la casa, persona, familia, MIPS, MMPI) el brindar alguna información más o menos general, y más o menos especifica sobre las características de la personalidad del evaluado. Pero lo que tiene de singular es que permite explorar la estructura pulsional del individuo.

Vale aclarar que cuando hablamos de estructura pulsional nos referimos al estado del Ello (aspectos instintuales, estado de necesidades biológicas primarias como el afecto, la estabilidad y seguridad, el control de los componentes agresivos y de impulsos ), así La visión del árbol graficado con su riqueza mayor o menor de elementos constitutivos, la forma del trazo, las características graficas y espaciales con las que es tratada cada parte o contenido del árbol (ramas, raíces, tronco , copa etc.) nos da cuenta de si el Yo cuenta con un adecuado equilibrio entre sus pulsiones y la realidad externa que muchas veces puede frustrarlo en dicha realización o satisfacción.

Prefiero hablar de exploración y no de diagnostico de la estructura pulsional, porque ningún test en si mismo es suficiente para determinar un aspecto psicológico o psicopatológico sino es relacionado e identificado en otros test. Pero si lo comentado seria su misión evaluativo específica.

Como antecedente histórico, la visión de pensar que el Test del árbol podría reflejar o dejar plasmado en su estructura restos de algún episodio o suceso traumático histórico se la debemos al Dr Wittgenstein (neurólogo) contemporáneo a la época de K. Koch que fue el que conceptualizo allá por el año 1920 la idea de conocer la personalidad a través del dibujo de los árboles. La consigna original que hoy ya no se utiliza era “dibuje un árbol frutal” hoy utilizamos “dibuje un árbol”

 Explorando el dibujo de un árbol muchas veces podemos observar que algunos presentan en su estructura accidentes tales como los siguientes:

·        Ramas cortadas en alguna parte de su tronco

·        Nudos

·        Deformidades, quiebres de línea y torsión o desvió del curso natural del árbol.

A estos accidentes Wittgenstein los relaciono con posibles acontecimientos traumáticos en la vida del individuo.

A diferencia de los traumas que hemos mencionado al inicio de este material, estos traumas no siempre tienen un peso traumático en si mismo, pero no obstante es vivido como tal por la persona porque en alguna medida afecta su equilibrio y estabilidad psicológica.

Así un niño que pasa alguna exposición social, ej en una acto escolar olvida la parte que le corresponde dar, quedando expuesto a la vista del publico (incluyendo su familia, maestros compañeros…) puede resultar traumático y ya no querer luego participar en otra obra escolar, o bien pudo hacer seguido sin problema pero al llegar a la adultez ante un examen final se inhibe y olvida lo que había estudiado. Es decir ese trauma estuvo como dormido en su psiquismo, pero ya sabemos que el inconciente esta allí y no olvida nada, además de que por su naturaleza es atemporal.

 Así cuando vemos un indicador de trauma en el tronco de un árbol no necesariamente a veces (otras si) la persona puede recordar el suceso.

Tampoco implica que si o si todo suceso traumático queda fijado en el tronco del árbol, y esto no significa que no haya existido.

En mi experiencia personal desde hace ya más de 20 años en que me contacte con este índice lo he puesto en práctica una y otra vez y siempre me he sorprendido con los resultados.

 Pero lo más valioso de este recurso es que al recuperar el recuerdo de alguna manera la persona recobra un sentimiento, un afecto que había quedado como dormido en el recuerdo. Y eso creo que tiene un valor invaluable como profesionales, si con nuestro trabajo podemos contribuir a recuperar para sanar emociones negativas que están allí escondidas.

En muchos casos se produce en el sujeto al que le preguntamos si en tal época de su vida tuvo algún suceso traumático una abreacción tan fuerte que uno tiene la misma sensación que experimentamos cuando luego de una gran tormenta viene una calma aliviadora porque limpio y modifico la atmósfera en alguna medida.

 Recuerdo el caso de una colega que vino a supervisar un caso de una adolescente de 16 años, al ver su test del árbol reaparé en varios nudos y cortes en el tronco, siendo dos los destacados.  Al aplicar el índice de Wittgenstein [1] me dieron dos edades una a los 9 y otra a los 11, le pedí a mi colega que indagara en su paciente si recordaba algún suceso en esos años, cuando volvimos a contactarnos respecto a este material, me comento que al decírselo a su paciente ella se puso a llorar y le contó que había tenido dos intentos de violaciones y que nunca se o había contado a nadie y por ello temía salir sola en horarios de la siesta (que era donde se había producido el suceso), tiempo después ella pudo contárselo a su madre y le comento el gran alivio que sentía por ello.

A veces recuperar un recuerdo suele tener mas peso que revelar o conocer algún aspecto puntual de la personalidad.

En otros casos la persona puede no recordar algo puntualmente, tal fue el caso de una persona de 22 años, que al preguntársele si algo le había pasado a los 4 años, dijo que no recordaba. Se le pidió que le preguntara a sus padres. Su madre le dijo que a esa edad lo habían operado de la Garganta y que para el fue bastante difícil. Cuando la persona recupero ese recuerdo pudo recordar también con gran nitidez el suceso que en alguna medida fue traumático para el.

Como reflexión no todos los sucesos traumáticos se convierten traumas, lo que si es seguro que un trauma tiene carácter de tal, porque en alguna medida al momento de producirse una parte de la emoción negativa (temor, vergüenza, dolor…) quedo como encapsulada porque había superado el umbral de tolerancia del Yo para su tramitación y elaboración, por eso generalmente en un gran porcentaje sucede durante la primer y segunda infancia.

Esperamos que este material les haya sido de utilidad.

A aquel colega, profesionales afines o persona que se interese por aplicar este índice de Wittgensein puede solicitar por mail la metodología de aplicación del mismo. La misma es gratuita sin costo alguno.

 Hasta la próxima.

Lic. Marcela C. Alvarez

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