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“Reflexiones sobre la firma y el texto.”
Mucho se ha escrito y dicho en Grafología sobre la firma y el texto, y mucho se dirá pues resulta fascinante ver como este componente tan pequeño (mas allá de su tamaño) representa en si mismo una síntesis biográfica de la vida de su autor,
Hoy en nuestro material compartiremos con ustedes una reflexión más.
Pensar en una relación entre ambas es pensar en una relación subyacente e implícita por lo tanto inconciente entre el Yo real y el Yo ideal.
El Yo real simbolizaría el texto el yo ideal lo tramitaría la firma.
El Yo real implica todas las actividades, roles, formas de interacción, estilo cognitivo (modo de percibir y pensar e interpretar la realidad), el hacer actual del yo, sus recursos defensas y herramientas para relacionarse con el mundo.
El Yo ideal es más complejo de definir por cuanto encierra todo lo que ambicionaríamos en la vida, aquellas cosas que creemos nos completan (sea conocimientos, vínculos, proyectos), tiene mucho de perfección, de plenitud imaginaria, su complejidad radica en que en que no solo concentra todo nuestra aspiración actual y futura, sino en que sus raíces aquello de lo que se nutre y condiciona, es con el yo ideal infantil[1].
Lo interesante a destacar es cuanta similitud y cuanta diferencia se produce entre ellos.
Podemos pensar que de las relaciones entre el texto y la firma surgirá un producto nuevo, el nivel de autoestima, esto es, como se siente el sujeto respecto a si mismo, sus logros, sus ideales o expectativas, su autoconcepto (como se piensa a si mismo ) esto es en que se siente mas seguro en que no, en cuales aspectos de su vida (afectivos, sociales, actividades) experimenta mas satisfacción, contradicción, ambivalencia o conflicto .
La autoestima aunque a veces lo creamos no depende tanto del nivel de realización personal logrado (aunque siempre es importante) sino mas bien de la distancia que se establece entre ese nivel de realización y el nivel de aspiración.
Muchas veces la persona aun teniendo importantes logros en su vida aun así no se siente satisfecha. Y esto es así en parte porque ese Yo ideal de la infancia muy atravesado por la importancia de las relaciones primarias (madre, padre…) nunca se abandona del todo, en su forma madura luego pasa a formar parte de otra instancia psíquica el ideal del Yo que en términos simples es como esa medida o vara con la que cada persona mide y evalúa su propio Yo. Este último ya incluye parámetros de la cultura y sociedad que rodea el sujeto más allá de su familia.
Hay un estar bien y hacer lo que es correcto, pensado desde lo que la familia espera de uno y lo que uno espera de si, y un estar bien y en lo correcto desde lo que la sociedad espera o directamente exige de nosotros. Es por ello entonces que no siempre logros y éxito son sinónimo de realización y felicidad, sino satisfacen este otro tipo de expectativas muchas veces muy inconcientes para el sujeto.
Estas diferencias pueden muy bien ser reveladas o al menos enunciadas por la relación texto y firma.
Por ello no es confiable realizar observaciones e interpretaciones sobre un texto (siempre espontáneo nunca copiado ni dictado) sino contamos también con la firma del escritor y viceversa analizar solo una firma sin el texto de su autor.
Esta distancia es tanto mayor cuanto más elevados sean los ideales que se haya fijado el sujeto (muchas veces presionado por su historia) en su proyecto vital.
Cuanta mayor sea la distancia entre el nivel de realización y el nivel de aspiración, mayor será el nivel de pensamientos depresivos y autodescalificativos y/o culpógenos, sentimientos de fracaso del sujeto en cuestión.
Otro punto que se deriva de una buena autoestima es el nivel de actividad y pro- actividad que la persona tiene, esta aparece inversamente correlacionada con la distancia entre el Yo Real y el Yo Ideal.
A mayor distancia entre el Yo Real y el Yo Ideal, el sujeto aparecerá menos motivado para la actividad.
El tener metas demasiado elevadas (por Ej., firma de dimensiones exageradas respecto al texto) no invita a la actividad, ya que cualquier cosa que se consiga por medio de una actividad humana normal, queda muy por debajo de los objetivos e ideales que se ha propuesto el sujeto perfeccionista.
En todo caso puede haber expansión, pero en lo más íntimo siempre existe en el sujeto un dejo de insatisfacción.
Como toda actitud extrema, para satisfacer tanta ambición o ideal seguramente el sujeto deberá postergar, resignar muchas cosas de su vida (Ej. dedicación a su pareja, familia, Hobbies, según la edad del sujeto, si fuera un adolescente se le dificultaría armar su proyecto de vida).
Las personas que gozan de autoestima elevada son las que muestran un mayor nivel de congruencia entre el Yo Real y el Yo Ideal.
Siguiendo por el camino trazado, nuestra hipótesis va en el sentido de que el nivel de autoestima estará inversamente relacionado con la diferencia entre el Yo Real y el Yo Ideal.
Así a mayor diferencia entre el Yo Real (texto)y el Yo Ideal (firma), menor será el nivel de autoestima. Por supuesto cada diferencia grafológica hallada tendrá un valor particular y asociado a esa escritura en especial.
Otros efectos consecuentes el mayor nivel de discordancia entre el Yo Real y el Yo Ideal es la presencia en mayor o menor intensidad de síntomas depresivos; es decir, probablemente esa persona en su interior experimentara desánimo, tristeza e insatisfacción aunque no siempre lo muestre a los demás.
Así también sumamos un incremento en el nivel de ansiedad del sujeto que aparecerá inversamente correlacionado con su orientación a la actividad. A más ansiedad menor calidad en la actividad que la persona realiza.
Así el nivel de autoestima es un indicador muy confiable mas allá de la técnica o método con el que lo evaluemos (en este caso tomamos la relación firma /texto) del nivel de satisfacción y salud psicológica del sujeto.
Como han señalado numerosos estudios, la autoestima de una persona depende en cierta medida al menos en un principio de nuestro crecimiento y desarrollo, de la aceptación incondicional [2]que le proporcionan personas significativas en su vida (léase padres y luego figuras significativas de su entorno), y depende también del reconocimiento "merecido"[3] que le dispensan personas asimismo significativas.
Nuestra sociedad actual valoriza en demasía el éxito, los grandes logros, el tener grandes aspiraciones en una competencia y perfeccionamiento que no tiene nunca un límite. Mucha exigencia. Por ej. en lo profesional cada vez se exige mas y mas especialización, esta carrera permanente que nunca tiene un punto de llegada repercute mucho en la calidad de vida, se descuida las propias necesidades, la vida familiar, el tiempo para el ocio (que es necesario e indicador de salud). Esto se ve mucho en ámbitos laborales.
Volvemos nuevamente al mismo punto de reflexión del inicio de este material, La autoestima no depende tanto del nivel de realización logrado como de la distancia que se establece entre el nivel de realización y el nivel de aspiración. Y esta distancia es tanto mayor cuanto más elevados sean los ideales que se hayan fijado en su proyecto vital.
Hipótesis para pensar: ¿Se podría suponer asimismo que es el nivel de realización el que de hecho eleva la autoestima de una persona?.
Lo que está claro es que lo que verdaderamente influye en la autoestima es la distancia real que el sujeto vivencia entre la realización personal y los ideales personales.
De ahí que, cuanta mayor distancia exista entre los dos, mayor será el nivel de pensamientos depresivos y despectivos del sujeto en cuestión. Esto se ve muy presente en las firmas con autotachados (mas o menos vehementes o ennegrecimientos por superposición de trazos o letras)
Resumiendo como hemos visto, la autoestima depende en gran medida de la
diferencia entre el Yo Real y el Yo Ideal, pero a su vez, un bajo nivel de
autoestima va unido a pensamientos depresivos. Todo sucede como si el sujeto
emitiese juicios despectivos y negativos sobre el Yo Real, tomando como
criterios de evaluación valores de Yo Ideal y social en sentido amplio.
El centro de gravedad de los criterios de evaluación, que debiera de estar en una posición equidistante entre el Yo Real y el Yo Ideal, se traslada peligrosamente a la órbita del Yo Ideal.
Se da, en consecuencia, una depreciación del Yo Real y una sobrevaloración del Yo Ideal.
El pensamiento depresivo, a su vez, revierte en el nivel de sociabilidad y extraversión del sujeto. La persona que sufre por esta exigencia del ideal, puede tomar el camino del aislamiento, huye de las relaciones humanas en las que podría verse expuesto.
Bueno esto ha sido una reflexión mas que hemos querido compartir tratando como siempre hemos hecho de integrar y crear un dialogo abierto y permanente entre la Psicología y la Grafología que tanto tienen para aportarnos en el conocimiento de nosotros mismos que siempre redundara en una mejor calidad de vida.
Hasta el próximo material.
Lic. Marcela C. Álvarez
Lic. Eduardo R. Maggio
[1] Donde la forma de mirar el mundo para el niño no era sino a través de los ojos de sus padres, particularmente al inicio de su madre.
[2] Esto es valoración pero con respeto de la individualidad del sujeto
[3] Esto es ser valorado por meritos reales, cuando le decimos a un niño, que lindo esto que hiciste seria bueno que fuera real, los niños valoran mas la sinceridad que la mentira, que una mama le diga que esta lindo o bien algo cuando no lo esta, afecta en alguna medida la autopercepcion que a futuro el niño forme de si. Ídem cuando no se reconocen los meritos reales, teniéndolos.
PALABRAS CLAVE DESDE LO PSICOLOGICO ASOCIADAS: REALIZACION PERSONAL, AUTOESTIMA, DEPRESION. ACTIVIDAD, ANSIEDAD SALUD.
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