Los Traumas y el Test del Árbol.

Uno de los aspectos que evalúa el Test del Árbol es ver si existen evidencias de traumas y carencias infantiles en la vida psíquica del sujeto. Sin embargo es importante aclarar que la ausencia de estos signos no implica ausencia de traumas.

 Cabe destacar que estos contenidos pueden convivir con el resto de la personalidad normal sin entrar en conflicto con su parte sana.

 Comencemos entonces con el análisis global de este protocolo.

 Vemos que su tamaño es muy grande, ocupa casi el 80 por ciento de la página. No hay proporción en la relación esperable tronco copa. Predomina la copa.

El follaje es en arcos, las ramas son monolineales y dispersas y trazando la simetría interna del árbol predomina más las ramas a izquierda que a derecha.

 El tronco es semicurvo y de base ancha. Presenta pastos en ángulos y desiguales.

 El trazo es entero de buena tensión y coloración.

 Con lo observado podemos decir que se trata de una personalidad con buena adaptabilidad al entorno (esto lo vemos en el tronco y estilo de follaje) pero que necesita ocupar un lugar de importancia frente al otro (Esto lo vemos en el tamaño y en el estilo de las  ramas). 

 A nivel interpersonal se trata de una persona inmadura en el manejo de sus vínculos, muy sensible y con necesidad de apoyo (esto lo vemos en el estilo de la base del tronco). Presenta tensiones en su vida cotidiana (estilo de pastos). El equilibrio psicosomático es adecuado. (Estilo de trazo y presión del dibujo)

Análisis de los indicadores traumáticos.

Respecto a los indicadores traumáticos presenta un nudo doble  en el centro del tronco, es interesante la forma particular en que se presenta, ya que es un nudo dentro de otro, con extremos angulosos. Que el árbol presente un nudo se asocia a un suceso traumático vivido en este caso alrededor de los 7 años. Esta edad se obtiene a través de un índice que consiste en considerar la edad del sujeto en relación al lugar en donde se graficó el nudo. Este índice se llama índice de Wittgenstein.

 El segundo componente es la presencia de un nido vacío y un pajarito con comida en la boca, caben aquí dos hipótesis; En términos generales nos indica sentimientos de carencias afectivas que generan dependencia emocional hacia el entorno, pero por otra parte el pajarito puede verse como una figura materna proveedora pero significativamente el nido está vacío.

 Esto podría interpretarse como algún conflicto no solo con las necesidades de dependencia y de afecto sino también con aspectos ligados a la maternidad y a la femineidad que habría que chequear con el resto de la batería y con la entrevista.