[alias El Spooky]
Para la (poca) gente que ha seguido mi sección dedico estas líneas.*
Seguramente se han de preguntar ¿este chavo siempre titula sus textos con algo relacionado al cine y también siempre termina hablando de cualquier cosa excepto ¡cine!, ¿qué le pasa? ¿está loco? ¿es una clave para espías?, o quizá no sabe nada de cine y únicamente utiliza la palabra para llamar la atención de los lectores y posteriormente los embauca tratando temas efímeros de cualquier cosa menos cinematografía. Si alguien pensó en la tercera posibilidad, déjenme decirles que ¡están el lo correcto! No se crean, lo que pasa es que en alguna época intenté hacer una sección seria y decente de crítica sobre cine y me enfrenté a dos cosas: a nadie le gustaba lo que decía y por otro lado a quien le interesa leer sobre términos filmográficos o la opinión ultrasubjetiva de una persona sobre una película que bien puede parecer buena a un grupo social o regular a otro. En fin, las críticas, reseñas y opiniones de los estrenos del cine son tan personales que deberían ser observados como una mera perspectiva o punto de vista propio, no público y menos aún difundidos de forma masiva.
Es por esto que mejor escribo acerca de lo que ocurre alrededor del sagrado ritual de ir a ver una película pues lo considero algo que nos puede ocurrir a todos, algo que envuelve a un mayor conjunto de personas, además de que en muchas ocasiones es más gracioso o divertido que la reseña de lo que uno ve en la pantalla. Lo dejo a criterio de los lectores (if any) que elijan entre una u otra manera de escribir, por lo pronto ahí les va: un RECETARIO DE ESTRENOS 1997.
1) Tome un comic (no muy caro, para ahorrar) sobre algún superhéroe dark que aún se lea con frecuencia.
2) Escriba un argumento tonto y sin chiste, solo para crear una sensación de que tiene textura consistente.
3) Agregue un actor de renombre de la vieja guardia (esto le permitirá tener buqué de añejamiento y renombre). También añada un actor joven (para la frescura) de una minoría racial (lo que le permitirá abarcar un mayor público).
4) Vacíe todos, absolutamente TODOS los efectos digitales que existan hasta hoy para obtener una masa fluorescente multicolor agradable a la juventud.
5) Mezcle todo hasta obtener una masa homogénea y sírvalo bien frío como platillo principal. Utilice tazas, vasos y platos de diferentes tamaños, colores y estilos.
6) Acompáñelo con la música más estridente (de moda) sin importar que combine con el ambiente.
Su platillo se venderá bien entre los jóvenes de 13 a 17 años, quedarán encantados con el efecto multicolor y trepidante que producirá en ellos.
En personas mayores de 20 años provocará náusea, estrés y muy probablemente los haga abandonar el lugar.
*Originalmente este artículo iba a ser publicado en el semanario El Mayor, pero nuestro audaz equipo editorial logró extraerlo de los archivos secretos del autor.