LA ARENA Y LA ROCA



de Teresita Perez



Se cuenta de una señora
que una mansión heredó
y para adornarla toda
sus jardines diseñó.
Le dio los planos perfectos
al experto jardinero.
La obra necesitaba
su labor el año entero.

Se fue de viaje soñando
en los járdines y fuente
mientras su alma gozaba
los paisajes de su mente.
Al regreso hizo inspección.
Todo fue hecho a la medida,
pero encontró que la fuente
no se edificó en la esquina.

"¿En el medio del jardín?
¿Por qué me traes disgusto
edificando mi casa
toda para tu gusto?"

"Señora, ¿Cómo que toda?
Sólo fallé en la fuente.
Aquí es que se ve mejor.
La prefiere así la gente."

"Si te atreviste a cambiar
lo que a ti no te gustaba,
lo hubieras cambiado todo
si también no te agradaba.
Las rosas, palmas y pinos
las pusiste por allí
porque coincidió mi gusto
con lo que te gusta a ti.
Por eso es que aquí todo
se ha hecho a tu voluntad.
Lo sé al cambiar lo poco
que no te gustó en verdad."

Así también dice Dios
que el que en lo poco ofende
se hace culpable de todo,
pero nadie lo comprende.
¿En lo que coincidimos
es que obedezco a Dios,
cuando en la realidad
sólo me complazco yo?
Son las cositas pequeñas
exigentes de Su Ley
las que determinan quien
en mi corazón es rey.

Como la arena del mar
Abraham hijos tendría;
y también la Ciudad Santa,
como la arena del mar,
impíos la rodearían.

"La arena," es decir "gente,"
al jardinero gustó.
Se doblegó a la influencia
y por eso es que falló.

Quiero reflejar a Dios.
De Él estoy enamorada.
En lo mucho y en lo poco
deseo ser transformada.
Y soy como los Bereanos
que a San Pablo lo probaban
leyendo las Escrituras
a ver si verdad hablaba.
Pablo mismo exaltó
que a él no le creían
hasta que las Escrituras
comprobaban lo que oían.

Y yo he roto las reliquias
de muchas generaciones
que heredé como del cielo
y eran sólo opiniones.
Al obispo y al ministro
los escucho, mas con celo.
Examino todo bien,
después retengo lo bueno.

No confío en otras mentes,
ni en títulos, ni en doctorados,
que quizás guió otro espíritu
que no es el que Dios ha dado.
Yo no edifico en la arena,
pues la gente se equivoca.
Mi doctrina es solo Cristo.
Mi fundación es la Roca.


Referencias Bíblicas de las declaraciones de estos versos:

Abraham hijos tendría Génesis 32:12)
Al obispo y al ministro (Gálatas 1:8)
comprobaban lo que oían (Hechos 17:10-11)
después retengo lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21)
impíos la rodearían (Apocalipsis 20:7- 9
los escucho, mas con celo (1 Tes. 2:4 y Deut. 13:1-5)
que quizás guió otro espíritu (1 Juan 4:1)
que no es el que Dios ha dado (Isaías 8:20)
se hace culpable de todo (Santiago 2:1-12)
y eran sólo opiniones (Hechos 5:29)

También:


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