UN MANTO DE BABILONIA




de Teresita Perez

Un manto de Babilonia
Acán codició y tomó.
Y debajo de su tienda
en secreto lo escondió.
Era el primer pecado
en la tierra prometida.
Y el primer pecado siempre
se castiga enseguida.

Fue así con Adán y Eva.
La insignificante fruta
demuestra que Dios exige
una obediencia absoluta.
La pareja del Edén
presto perdió el paraíso.
Este proceder en Uza
se repitió sin aviso.
La nueva era empezaba.
El arca se había entregado.
Uza el primer pecador
y el castigo fue aplicado.

Todo fue para mi ejemplo
cuando el pacto era promesa
y la sangre derramada
fue de carneros y ovejas.
Pero no cambió el Señor
su proceder, si me fijo
que el mismo método usó
después que murió Su Hijo.

En el Nuevo Testamento
se encuentra esta misma acción.
Ananías y Safira
pagaron su revelión.
Esto hace aún mayor
mi obligación. Razonad
que la cruz no cambió a Dios.
Confirmó Su Voluntad.

Acán junto a su familia,
sus animales, su tienda,
fue apedreado y quemado
sufriendo la muerte eterna.
Acán es ejemplo mio;
su familia, mi familia;
sus ovejas los extraños
que veo dia tras dia.
Objetos inanimados
que tenía por posesiones
representan a las obras
que creo usando mis dones.
La tienda de mis talentos
tiene poder de arrastrar,
aún después de mi muerte,
hacia el bien o hacia el mal.

Mis obras, palabras, arte,
resultado de mis dones
puede influenciar que hombres
se degraden por millones,
si exalto los apetitos
y pasiones pasajeras
que hacen doler los hogares
y hunden familias enteras.
Yo soy quien es responsable
de expresar paz y nobleza
y a mi familia y a extraños
tratar con delicadesa.
Yo puedo causar la ruina
de mis hijos, mis amigos,
extraños que van y vienen
y que olvido en un suspiro.
Y por no haber sido fiel
yo soy culpable por ellos
al no dejar un ejemplo
que los encamine al cielo.

Por eso murió Acán
y todo lo que alcanzaba,
porque a la hora final
serían a él igual
por el mal que influenciaba.

Si yo que no estaba allí
aprecio el gran dolor
de ver que almas se pierden...
como llorará el Señor.

Yo tuve una experiencia
do me vi en lugar de Dios
con Acán que me acusaba
porque perdonaba yo.

Mi niño se portó mal.
Recibió nalgadas duras.
Pasó el tiempo y su hermano
hizo iguales travesuras.
Procedí a conversarle
para razonar con él,
que cómo se había atrevido
hacer lo mismo que aquél.
Pero gritos entre llanto
me cambiaron la atención
hacia el que había sufrido
en la primera ocasión.

"Tienes que darle a él."
Me acusaba su mirada.
"Eso hiciste conmigo."
Entrecortado hablaba.
"No es justo; éso no es justo."
Se estremecía gritando.
Me partía el corazón.
La verdad estaba hablando.

"Si es justo, porque lo amo.
lo deseo perdonar,
mas fuiste tú el primero
que se atrevió a desafiar.
Yo no te quize pegar.
Fuiste ejemplo para él.
Yo no podía ignorar
tu error en no obedecer."

Me dirigí a su hermano.
Con firmeza reclamé,
"No te importó la lección
de ejemplo que te enseñé.
Tu hermano habla verdad,
pero escojo perdonarte,
mas si repites el acto
el castigo va a alcanzarte.
Aunque te amo y no quiero
con dureza proceder,
considera que a tu hermano
le pegué y lo amo a él."

Y así como a mis hijos
los castigo o los perdono
mi determinado plan
es corregirlos a todos.
Si doy oportunidades
no es que ha cesado el castigo;
éste ya vendrá; lo mismo9
el Señor hará conmigo.

Y en escala diminuta,
o sea, en forma imperfecta,
el amor hacia mis hijos
me habla verdades eternas.

Y es amor lo que me mueve
a escribir tanto de Dios.
Quizás alguno se salve
si lo alcanzo con mi voz,
amonestando a que cierre
sus ojos y sus oidos
a la actual degradación
del cine, televisión,
y vergonzosos vestidos.

Aquel que quiera ser salvo
y habitar en las alturas,
esfuércese en no mirar
ni escuchar cosas impuras;
y por medio de sus dones
refleje para Dios gloria,
en vez de dejarle al mundo
un manto de Babilonia.


Referencias Bíblicas de las declaraciones de estos versos:

como llorará el Señor. (Jeremías 10:18-21)
Confirmó Su Voluntad. (Santiago 1:17)
el Señor hará conmigo. (Judas 5-7)
esfuércese en no mirar (1 Corintios 9:27)
este ya vendrá; lo mismo (2 Pedro 2:4-7, 9)
hunden familias enteras. (Romanos 2:32)
ni escuchar cosas impuras; (Isaías 33:15-16)
pagaron su revelión. (Hechos 5:1-11)
pasiones pasajeras (Isaías 3:9)
Pero no cambió el Señor (Malaquías 3:6)
refleje para Dios gloria, (1 Corintios 10:31)
sufriendo la muerte eterna. (Josué 7:24-26)
Todo fue para mi ejemplo (1 Corintios 10:6)




Copyright 1992, 2020 © Teresita Perez




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