NADA SUCEDE EN VANO
de Teresita Perez
El hombre que el bien anhela
con el espíritu alegre
sale, y no ve la fiebre
del mal que presto lo espera.
Surge una injusta fiera.
Predomina cual dragón.
Todos pierden la razón.
Hay insultos y atentados,
mas el humilde vejado
perdona de corazón.
¿De qué sirvió tal crueldad?
Los caracteres probó
y cada actor demostró
como es en realidad.
Más tarde, en la soledad,
lejos del rudo momento,
cae el telón por un tiempo,
y tienen que razonar
lo que son, al enfrentar
al ser que reina por dentro.
Luego de nuevo la afrenta
se repite de algún modo.
Unos caen en el lodo;
otros renuevan su senda.
El objetivo es que aprenda
el hombre a desarrollar
su carácter, que al final
es lo único que queda.
Aprende, pues, de la prueba,
a ti mismo a dominar.
Nada sucede en vano.
Deja que madure el mal.
Dios designó su final,
pero al fiel lo ha salvado.
Por eso cuando a tu lado
alguien te clava una espina
puede que ésta lleve encima
una cosecha de rosas
si la herida dolorosa
salva a muchos de la ruina.
Copyright © 1986, 2020 Teresita Perez
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