Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Literatura>cuentos>Los Amigos.          Autor: Fernando Soriano Cortes  

Si prefiere bajar los cuentos pulsa aquí : Download              

Relatos de campo.

"Sorpresas".

"Matrimonio".
"Amar a una desconocida".
"De a dos ahora...".
"Nueva vida"

         "Mi llegada".

  Apenas llego al campo siento este cambio de clima, como es posible que sienta tanto frío y eso que ya estamos terminando el invierno. Es que aquí en Talca, en realidad estoy en Cauquenes, pero es lo mismo, el clima ha estado muy malo dice la señora Teresa, y no es para menos, se siente en realidad.

Lo bueno es que me recibieron muy bien y me siento a gusto con la calidez de la familia Encina a acepción de la desagradable Fernanda, una muchacha bastante bonita pero muy orgullosa, yo sé que no lo hace de mala, en el fondo es una buena niña, pues apenas tiene veinte años.

En fin, yo vengo a negociar la exportación de los productos que se dan en esta hacienda y nada más, el resto no tiene nada que ver conmigo. Mi trabajo es lo primero, aunque mi novia me halla engañado, me engañó sí, y no lo puedo soportar, íbamos a casarnos en diciembre próximo y lo arruinó todo, creo que el campo me hará bien para reflexionar y distraerme un poco, olvidarme de lo sucedido, Elvira –mi novia – hizo intentos por disculparse y retractarse de sus hechos, pero yo no le creí, ya no más, es la segunda vez que me hace lo mismo y no estoy para quedar de tonto con ninguna mujer. Yo sé que soy un poco débil, buena gente diría yo, pero no inguenuo.

Esta noche Don José –el patrón – y yo trabajamos y estudiamos bien la propuesta y a él le parece bastante buena, pues es mucho el dinero que se gana en esto y por supuesto yo también ganaré y como ahora se acercan las vacaciones tengo pensado irme de viaje a la Serena, pasear por Iquique, volver a Viña del mar, Coquimbo, aunque tenga que hacerlo solo, no importa.

Después del tratado, nos relajamos un poco y me ofrece un whisky, y se hace muy agradable, pues la noche está especialmente fría y hay una luna llena muy grande, que se asoma por las ventanas.

- Y bien Don Arturo –me dice -. ¿Le ha gustado el campo?, tal vez la vida sea muy distinta que se ve allá en Antofagasta.

- Bueno, la verdad es qe sí. Para serle más franco, me gusta mucho aquí también, me relaja, no hay nada más bello que estar en contacto con la naturaleza misma, palpar la vida silvestre, los animales, las flores, el campo, la tierra, su aire, todo es reconfortante. Nos limpia los pulmones.

Me tienen una habitación muy bonita y muy bien adornada, me encanta –hay doy un suspiro – creo que pasaré mis vacaciones aquí también para aprovechar, quedarse en el campo me hará bien.

Me acuesto en aquella cama desconocida, y aunque no se parecía a la mía es confortable de todas maneras.

En la mañana me levanto temprano, para desayunar y aquí se madruga y hay tantas cosas para entretenerse, para descubrir que no hay tiempo que perder quedandose uno en la cama.

El matrimonio Encina ya se sientan a la mesa y me esperaban para comenzar.

Un sin fin de manjares me tientan para comer y no sé por dónde empezar. Cuando ya se ha iniciado una agradable conversación de mañana y el desayuno va en la segunda taza, la otra hija de don José y la señora Teresa, nos acompaña, al contrario de la otra, es muy blanca y rosada, muy linda también, no se parece en nada a la Fernanda –la antisocial que vive aquí – Delia es más amistosa y simpática, es mayor que Fernanda y me es muy agradable.

- ¿Cómo durmió Arturo? –me pregunta Delia.

- Muy bien –contesto -. Ni extrañé mi cama –mi mamá dice que uno siempre tiene que decir eso para que la gente no se sienta mal -. Pasé buena noche a acepción del frío no más.

Entonces ella rió.

- Me imaginé que diría eso Arturo, los nortinos nunca se aclimatan, ¿dé qué parte del norte dijo que venía?.

- Yo nací en Antofagasta y he vivido toda mi vida en la perla del norte –sonreí y esta niña me cae muy bien nada más, pues aún no termino de olvidar a Elvira, bueno ya pasará.

Fernanda tiene la costumbre de cabalgar muy seguido en su campo y con Delia la vemos desde adentro de la casa.

- A mi hermana siempre le han gustado los caballos –me cuenta Delia -. Es una traviesa, detesta los extraños –me mira y sonrío.

- ¿Y a ti? –le pregunto y tiene muy bonitos ojos, almendrados.

- A mi sí, siempre me ha gustado conocer gente nueva, en este campo se ven las mismas personas. A propósito, ¿viene con nosotros a la fiesta?.

- ¿Fiesta? –¿hacen fiestas aquí? Me pregunto.

- Sí, es para elegir a la reina de la feria de arte manual. Es un evento que se realiza en estas fechas todos los años.

Me invitó con una sonrisa y eso me gustó, yo diría que fue una agradable sugerencia, vamos a ver que tal será bailar un par de cuecas.

Luego ella sigue.

- No crea que todo es aburrido, mi hermano Agustín llega hoy de Santiago y va a animar todo con música moderna.

Eso me parece más entretenido aún.

- Además la Fernanda es una de las candidatas –agrega -. Y tenemos que apoyarla.

Ya me lo imaginaba, pues esa mujer tiene todas las dotes de ser una reina, pero de sueños, pues es hermosa, la más bella que se halla visto.

Me emociona bastante la idea, y los días se pasan volando, esta noche es todo un alboroto, preparando el vestido que Fernanda usará en la coronación, la señora Teresa está como loca con los preparativos.

Yo estoy listo y las espero en la puerta, vamos todos en el auto de Don José que maneja Luis, el chofer.

Como se han demorado y apenas divizo por la puerta una diosa que trae un vestido negro como su cabellera, ajustado a su interminable cuerpo lleno de curvas y direcciones en círculo. No puedo dejar de mirarla, se ve sinceramente... no sé ya que decirle lo hermosa que es. Camina hasta el auto muy segura de sí misma y con aires de diva, sintiéndose ya una reina. Antes de subirse me lanza una sonrisa a medias y me dice:

- ¿Qué pasa, por qué me mira tanto?, ¿Tengo algo malo? –levanta una ceja con la pregunta y lo hace en un tono un tanto pesado.

Me sonreí y es imposible que ella se vea mal.

- No, no de ninguna manera, estas preciosa –le contesto.

- Gracias.

Llegamos a campo abierto y estaba todo muy lindo, adornado, en realidad era una pérgola en dónde hay cosas para comer y degustaciones al montón.

Las demás candidatas son comunes, no se comparan con Fernanda y ahora Delia sigue caminando a mi lado, esta mujer blanca como la luna, en ojos claros y cabellos rubios, Fernanda en canela y tostada como la madera, es como el fuego.

Nos acomodamos en los primeros asientos y las mujeres se presentaban en fila frente a nosotros, con traje de baño, hay un jurado más adelante, gente de ahí mismo supongo.

No sé- quiero dar un suspiro – me impresiona tanto aquella endemoniada mujer, es tan hermosa que me asusta, nos es que menos precie a Delia- que ya me está llamando la atención cariñosamente con sus ojos – es que son tan diferentes, pero Fernanda es maravillosa y eso que la conozco desde un par de días y casi no he hablado con ella, será por eso.

Delia mirando al frente me habla.

- Estás impresionado Arturo – y me ha quitado el usted y la miro -. No me extraña, pues a todos les pasa lo mismo cuando la ven, lástima que la Fernanda sea de otro hombre y todos los que la desean se quedaran mirando –ahora me ve y estoy muy callado.

- ¿Yo? , No sé que hablas –dije al rato después de oírla.

- Ya sé que es linda –y eso le salió con un poco de envidia natural y sin maldad -. Todos los hombres, incluso los que son casados, la codician aunque sea casi una niña, ha recibido muchas propuestas de matrimonio.

- ¿Y? , No está enamorada.

- No, no quiere a nadie, lo que pasa es que mi papá la comprometió con Tomás Cárdenas, es un hacendado un poco mayor, pasa de treinta y mis padres arreglaron ese matrimonio.

Me quedé pensando un instante, por qué hacían eso si era absurdo a estas alturas del milenio.

- Eso ya no se usa, está retrogado –opiné.

Delia se encoge de hombros conformandose.

- Cosas de mi padre –sonríe y luego piensa o recuerda algo brevemente -. Ahora que hago memoria, creo que tenía un romance medio clandestino con un muchacho que trabaja en la hacienda de al lado, no sé bien , creo que se llama Pedro.

- Será un adolescente...

- De la edad de la Fernanda.

Ahí queda nuestra conversación y luego sigue el desfile con traje de noche, ella sin duda se destaca no sé por qué me gusta admirar tanto a esta mujer.

De vuelta venimos felices, pues la ganadora ha sido Fernanda como ya se podía predecir, es la mejor y sentados en el auto no dejo de verla un instante, por supuesto ese tal Tomás también apareció y nos acompaña de regreso.

Como no terminó tarde, alcanzamos a celebrar en la casa con un par de tragos. Fernanda se ve radiante, se merecía de todas maneras el cetro y así lo siente ella también.

A pesar de que es como una niña parece toda una mujer. Ya no voy a mirarla más o pensaran que estoy interesado en ella y eso no es cierto aunque parezca lo contrario, aún no termino de amar a Elvira y no tengo corazón para otra mujer en mi vida, tal vez nunca más vuelva a enamorarme.

Ir a:

  "Sorpresas" - "Matrimonio" - "Amar a una desconocida" - "De a dos ahora..." - "Nueva vida"


Volver Anterior

Volver principal

 

Volver a Literatura

Volver a la Principal

 

@rte

Independiente