Manuel
F. Medina
El
objeto y el sujeto
del deseo:
La
"prosa de intensidades" como estrategia narrativa en Los nombres
del aire
de
Alberto Ruy Sánchez
Los
nombres del aire (1987), que le mereciera a Alberto Ruy Sánchez el
prestigioso premio Xavier Villaurrutia, resalta al compararla con la
producción narrativa mexicana contemporánea por su singularidad
en el empleo de estrategias narrativas basadas en juegos
lingüísticos alejados de los neologismos y de la
incorporación de lenguaje coloquial. La novela se destaca por la presentación de un tema
rara vez tratado en la literatura mexicana, la cultura árabe, uno de los
cimientos de la formación de la presente cultura mexicana debido a la
influencia que los árabes ejercieron sobre España durante los
casi ocho siglos de su presencia.1 La obra,
que ha visto múltiples reimpresiones y traducciones, ha
recibidocomentarios halagadores de parte de la crítica.2
Los reseñistas invariablemente notan en la novela dos aspectos
sobresalientes: el empleo del lenguaje lírico y el empleo del deseo como
tema recurrente (Fernández, López Baralt, Sarduy, Trejo Fuentes,
Urroz Kanán).3 Estos comentarios no sorprenden porque Ruy Sánchez ha
declarado que precisamente éste constituyó su objetivo principal
al redactar la novela:
“Expresar el mundo del deseo fue mi primera inquietud”
(Fernández 18). Jennie
Ostrosky nota la influencia de la filosofía y cosmogonía
árabe en la estructura de la obra y la relaciona con lo que denomina
“las laberínticas arquitecturas del deseo.” Los emitidos de la crítica
resumen el cometido poético de Los nombres del aire, y
propongo que el deseo que se cita al referirse a la novela posee niveles
múltiples y complejos que se pueden entender al analizar las estrategias
narrativas empleadas no simplemente para destacar la importancia del deseo como
fuerza motriz de los personajes, sino también dentro de la estructura
narrativa misma.
En Reading for the Plot, Peter
Brooks propone que leemos una novela como una serie de secuencias procurando
alcanzar una coherencia final o un entendimiento total de la misma: “We
read the incidents as ‘promises and annunciations’ of final
coherence, that metaphor that maybe reached through the series of metonymies:
across the bulk of the as yet unread middlepages, the end calls to the
beginning, transforms and enhances it” (93-94). Brooks se refiere a este afán de entender la
novela a través de la asociación de una serie de incidentes o
episodios como el deseo narrativo.
Se asume que el escritor se adhiere a convenciones de elaboración
de textos narrativos que le resultan comunes a él y al lector: una
estructura que siga cierto esquema, el desarrollo de una trama, la resolución
de conflictos levantados en la novela.
Los nombres del aire subvierte estas convenciones en un
afán de crear una nueva u original manera de contar y presentar una
historia. El alcanzar la
coherencia final al terminar la obra con lleva el adaptarse a las pautas de
lectura impuestas por la novela y que difieren de las narrativas tradicionales.4Alberto Ruy Sánchez ha denominado
este manera innovadora de narrar: “Prosa de intensidades,” y la ha definido como una
combinación de “una novela y un poema extenso; es decir, casi como
una composición musical que no sólo la conforman temas de
contenido, sino también ritmos o musicalidad de las palabras,
sensualidad que posee reverberaciones, reiteraciones y finalmente, una
conclusión, que para mí es mi disolución” (Trejo
23). Se refiere a un cometido de
crear una obra que empleando magistralmente el lenguaje exprese los
sentimientos del autor, que despierte las emociones de los lectores y que esta
experiencia totalizante dure desde que el lector abra la primera página
del libro y se extienda hasta que culmine su lectura. La coherencia final o el entendimiento de la obra
según Ruy Sánchez conlleva una experiencia sensorial total.5
Los
nombres del aire pone en práctica la teoría propuesta por el
narrador como lo observa Severo Sarduy que explica la futilidad de entender la
novela interpretando sus signos de una manera convencional y asevera que la
novela exige que se aprenda a leer o que se la lea de una manera a la que no
estamos acostumbrados: “Ya que si los signos —los de tinta y los
otros — emigran continuamente en el relato, se desplazan de un soporte a
otro donde se entregan a un diferente sentido y a una nueva
constelación, siempre lo hacen a partir de un alfabeto real, de una heráldica
precisa, cuya semiología no sólo es realizable sino que
está repertiorada. Lo extraordinario no está en los sistemas de
signos, sino en la luz que arroja su emigración. . . El libro se va convirtiendo, mientras
lo desciframos — no sólo con el conocimiento, sino también
con la piel, en la invención táctil en una heráldica del
desplazamiento. Es decir, en otro
modo, el de la fulguración, seguramente más idónea, de
aprender a leer. (35-36)
Los
nombres del aire se destaca tanto por la historia que cuenta como por la manera en
qué se la presenta y a través del texto se procura crear un
ámbito que envuelva al lector e invite a compenetrar el mundo creado por
el narrador. Al intentar describir
el argumento de la novela, Tulio Demicheli encuentra una trama muy simple:
“La historia que el autor relata es muy sencilla. Fatma vive aislada del mundo, permanece
horas y horas tras la celosía de su ventana mirando al mar, nunca sale,
todos en Mogador se preguntan cuáles son las causas de su tristeza.
Urden historias. Imaginan leyendas.”
En el Kirkus
Review, se procura resumir la trama y el crítico, alcanza la
misma conclusión que Demicheli al describir el argumento de la novela:
“In this world, where light, wind, and mist take on the carnality of
bodies while physical sexuality often dissolves into metaphor, a young girl
named Fatma becomes the center of attention: she is caught in a languorous yet
desperate dream of forbidden desire; the people of Mogador interpret her revery
and strange gaze to suit their own fantasies”. Losreseñistas, como sucede en la mayoría de la
crítica dedicada a la novela, enfatizan los tres elementos
sobresalientes de la obra: Fatma, Mogador y el deseo proyectado en Fatma por
los habitantes de Mogador.
A pesar de la aparente sencillez que
parece surgir como la primera impresión de los críticos notamos
que resumir la trama de Los nombres del aire no
representa una labor fácil.
Yo la describiría como la historia de Fatma que mira a
través de su ventana, mientras el pueblo inventa o vive fantasías
a través de ella. La
dificultad para describir el argumento de la novela probablemente radique en
que la historia que se narra y el espacio narrativo que secrea para contarlo se
entrelazan estrechamente y resulta imposible hablar del uno sin mencionaral
otro.
Indiscutiblemente,
la obra también versa en la presentación del espacio narrativo,
Mogador, ciudad inventada como recopilación de las múltiples
ciudades y pueblos árabes que Ruy Sánchez visitara durante su
estadía de ocho años en Europa desde donde se desplazara
aMarruecos (Ruy Sánchez ARS De cuerpo entero 25-50,
Fernández 18).
El narrador intenta
familiarizar a un lector ajeno al mundo que pinta empleandoestrategias
similares a las de cronistas que redactan textos a fin de relacionar el espacio
nuevoque descubren con lugares conocidos por sus destinatarios.6
El récit se sirve de focalizadores queconocen
extensamente la cultura que intentan reproducir y plasmar en papel. El narrador entiende el mundo
árabe, y nos lo explica para que lo entendamos como se nota en su
descripción de una ceremonia religiosa o tradición del
mediodía en que se presentan los ritos de tres religiones
diferentes:
A lo lejos,
sobre cada minarete, se gritaban hacia la Meca cada vez que la nube morada
hacía su aparición, las oraciones del mediodía seguidas
por las frases del Corán que describen a Mahoma venciendo, a caballo y
espada, a todos losdemonios en forma de nube. Otra religión de Mogador hacía sonar la flor
metálica de sus campanarios de una forma especial que llamaban
“ángelus” y quesupuestamente tenía la virtud de
disipar a los demonios. Otra secta
se pone a romper piedras cuando llega la bruma rojiza. (66-67)
La
descripciones se acompañan de explicaciones detalladas de los diferentes
rituales y la lógica con que se les justifica. Al lector, se lo invita a relacionar su mundo y espacio con
el que se describe en las páginas de la novela y que se asume
desconoce. La narración se
aprovecha de la técnica de comparar y contrastar el mundo ajeno al
lector y de captar con exactitud o precisión los momentos y eventos que
pinta a fin de crear en el lector una imagen que le resulte accesible afin de
entender este espacio que le resulta poco familiar. Se carece de comentarios editoriales y las narraciones de
los ritos religiosos se presentan con una naturaleza cotidiana propia de los
eventos que se describen. El
lector debe compenetrarse en este mundo y aceptar y entender lascircunstancias
propias del mundo creado en la novela y observar las actividades diarias de esa
cultura .
Los nombres del aire se ha
diseñado con una exactitud matemática a fin de que sus
componentes colaboren a la presentación de una obra de alto contenido
estético en que ningún elemento sobre y cuya presencia se
justifique como cimiento en la construcción de una pieza armada con
propósitos específicos.7 La estructura de la novela nos entrega
un texto dividido en dos partes. Esta división se puede entender al
analizar detalles contenidos en la novela misma.La primera subdividida en nueve
capítulos se pueden interpretar como las nueve cartas arregladas en
forma de espiral que Fatma escoge para que Aisha, su abuela interprete su
futuro y que representan los nueve pasos del viaje interno que debe emprender
Fatma a fin de encontrar lo que busca(14-18). “La segunda parte consta de cuatro capítulos
que señalan los cuatro puntos cardinalesde la narración:
«Fatma: la ventana,» «Amjrus: los peces»;
«Mohamed: la red»; y «Kadiya: el aire» contenidos more
geométrico en la lectura de Aisha y en un viejo proverbio de Mogador:
“Donde el deseo todo habita, el aire es a la ventana lo que a la red a
los peces”. En la
sección final, cada capítulo lleva el nombre de un personaje
importante en la búsqueda del deseo de Fatma.
Luce López Baralt,
estudiosa de la cultura árabe, expone que el espacio narrativo creado en
la novela refleja temas recurrentes de la literatura y filosofía
islámica y cita como ejemplo específico el trazado
geométrico de la novela al jugar con espacios concéntricos que se
repiten en numerosas ocasiones en el texto: “Parecería que estas
concentridades de la novela se comienzan a multiplicar profusamente como si se
reflejaran especularmente ad infinitum” (59). Explica que el diseño de
Mogador refleja el arreglo de las barajas que aparecen al inicio de la novela
cuando la abuela de Fatma le lee la suerte y cita este elemento como un ejemplo
de la replica de una estructura arabesca que sirve como modelo para estructurar
la novela:
“Alberto
Ruy Sánchez es un verdadero virtuoso de la estructura textual al
añadir aún otra asociación a su arebesco de
alcázares metafóricos y de barajas: el dibujo concéntrico
que forman a estas últimas corresponde perfectamente a la traza misma de
la ciudad de Mogador. La calle del
Caracol da giros y lleva de las murallas a la plaza central donde se encuentran
los baños públicos.
La calle del Caracol tiene una fuente en cada uno de sus giros, por los
que el agua corre hasta los baños . . . en el centro de la ciudad.” (59-60)
Los nombres
de personajes, de la ciudad, los espacios en que se desenvuelven y la
estructura de la ciudad y del textos obedecen a un diseño cuidadosamente
preconcebido por Ruy Sánchez, quien emplea espacios concéntricos
propio de la filosofía arabesca para diseñar el armazón
estructural de su obra.
En Los nombres del aire se intenta
crear una nueva manera de narrar basada en el manejodel lenguaje. Se procura reproducir el deseo
narrativo y físico, empresa difícil, en las páginas dela
novela. El cometido del narrador
evoca los postulados de los surrealistas:
[T]he
conviction that unvoiced desire common to the artist and to his audience has the
capacity to inspire a language adapted to its undistorted expression. On this hypothesis rests one of the
surrealist articles of faith.
Surrealists agree in believing that an artist must find for himself a
pathway to desire. However,
closebehind, the reader or spectator travels that path also, eager to enjoy the
samediscoveries and fully equipped to respond to them. (Matthews 176)
La novela
emplea la figura retórica más frecuentemente usada por los
surrealistas, la metáfora irracional a fin de creer el efecto sensorial y creativo
lingüístico. Cito dos
ejemplos: “La gran celosía
de madera que enmarcaba la ventana de Fatma recortaba los rayos del sol en
formasgeométricas que semejaban estrellas” (18). El texto exige explicación o
análisis propio de textos líricos que proveen su mensaje o crean
sentimientos en el lector por medio del empleo magistral del lenguaje por parte
de su autor. Al leer detenidamente
el verso “La gran celosía de madera recortaba los rayos del sol en
formas geométricas que semejaban estrellas”, observamos que efectivamente
se trata de una descripción lírica.
El narrador observa cómo los rayos del sol se posan sobre la
ventana de Fatma y en vez de simplemente describirlo de esta manera le imponeun
toque poético y crea una imagen irracional. La novela se encuentra llenas de frases escritas usando una
técnica similar: “Casi podía ser vista la sequedad del
aire. Aquella tarde . . . el
otoño se anunciaba en el viento.
Sus impulsos invisibles, largos y secos, metiéndose como
serpientes furiosas entre los arrecifes, arrancaban de esas piedras carcomidas
el sonido de una desgarradura”(19). En esta cita el aire posee elementos propios de
objetos tangibles porque “puede ser vista su sequedad.” Se personifica al otoño que
“anuncia” el viento y aparece como un ser lleno de emociones con
“impulsos”. Las
piedras, también personificadas, emiten el “sonido de una desgarradura.” El lenguaje lírico sirve
para crear y provocar emociones intensas. La novela empieza con una descripción del
amanecer y atardecer marinos que Fatma mira desde su ventana, pero el narrador
lo presenta de una manera muy lírica: “Ella miraba fijamente la
línea que el cielo y el mar comparten durante el día, la orilla
que pierden cuando llega la noche a unir en secretotodas las telas. Ya en la obscuridad,
era una línea de estrellas la que sus ojos fijaban, una línea clara
reflejada a lo lejos sobre el
agua” (13). El
párrafo exige el análisis del lenguaje simbólicoque se usa
para componerlo y hay que interpretarlo a fin de entender lo que el narrador
pretende mostrar.
En ocasiones, las narraciones
se asemejan a descripciones de pinturas o exponen el deseo del narrador de
pintar un cuadro a través de las palabras: “Sus dedos suben y
bajan todas las espirales de su cuerpo coincidiendo a cada momento con los
otros dedos que la recorren pordentro.
Ambos se reconocen a través de la piel como dos puntas de
alfileres encendidos que recorren las dos superficies de una tela y donde se
encuentran queman. Los dedos del
aire que tomaba en su ventana le daban a sus manos los poderes para encender su
cuerpo” (43). El efecto de
aletargamiento o Slowing down de la acción sirve para
recoger y reproducir instantes que si no se enfocaran con detenimiento
carecerían del efecto intenso del que se les pretende investir.8Leamos la descripción de una
escena en que se describe a Fatma observando a los pescadores lavar sus redes y
notemos como se intenta reproducir por medio de la narración un breve
instante y se logra por medio del aletargamiento y el concentrase en los
múltiples detalles del momento que se reproduce: “Fatma los
veía hundir las manos en las piedras y levantar suavemente, unas telas
finas y estiradas que , bajo el sol y desde su ventana, parecían
salpicadas de puntos brillantes.
En las manos de los niños esas telas explotaban en silencio. Una nube luminosa los ocultaba
completamente un solo instante, y se desvanecía mientras ellos
manoteaban tratando de apresar lo que ya ni podían ver”
(20-21). El narrador
enfatiza cada aspecto de lo que observa y cuenta a fin de que el lector note
cada detalle del cuadro que describe.
El efecto se produce al alentar la acción y concentrar nuestra
atención en cada moviemiento de las manos que juegancon las redes
colocadas sobre las piedras. El
aletargamiento de la acción la desfamiliariza de un evento común
y este proceso hace que nos concentremos en él durante nuestra
lectura. El lenguaje se emplea a
fin de provocar emociones intensas en el lector, las mismas que se suceden incansablemente
y jamás se permite que el lector se recupere de una para proveerle la
siguiente.
Leer Los
nombres del aire nos conmueve desde principio a fin por medio de una experiencia que
involucra extensamente nuestras emociones y nos invita a participar activamente
a fin deinterpretar y entender no la historia sino las imágenes creadas
por medio del magistral empleodel lenguaje lírico expuesto como
narración. Isaac Broid
expone que todos los libros de Ruy Sánchez provocan efectos similares:
“Los textos de Alberto son sueños. Son sueños que desean. Desean otros sueños y
desean al lector, o espectador, siempre con la saliva aflorando, los labios humedecidos
en constante movimiento”.
La
novela pinta con sutileza el deseo sexual que despierta Fatma en todos los
personajes de la novela. Fatma
representa el objeto de la mirada de los moradores de Mogador y provoca una
amplia gama de emociones e incita una serie de rumores. Desde su ventana ella observa laciudad
que la vigila y aunque ninguna habitante de la ciudad la ha tocado con las
manos, los ojosde muchos de ellos la han palpado completamente. Cada persona posee una teoría
del objeto dela mirada de Fatma y de la razón de su espera paciente en
la ventana: “Todos en Mogadorquerían saber su secreto, y se
habían puesto a tratar de descubrirlo como quien quiere obtener
laconfesión de un mudo interpretando sus silencios” (21). Severo
Sarduy afirma que la indiferencia de Fatma provoca el deseo incontrolable de
los que la contemplan y la desean, pero cuyas miradas intensas ella absorbe,
pero rara vez corresponde: “En Fatma se posan todos los deseos, ella los
recibe como una pura transparencia: los ve pasar a través de su cuerpo y
a veces vibra con ellos, pero jamás los detiene” (35).
En el Hamman, baño
público reservado exclusivamente a las mujeres en la mañana y a los
hombres en la tarde, Fatma sirve de sujeto que desea tanto como objeto
deseado. López Baralt
afirma que el uso del Hamman como lugar donde se desarrollan los deseos
más profundos y violentos de la novela representa un acierto en el
diseño de la trama empleando una estructura concéntrica. El Hamman sirve como centro de la
novela y de Mogador: “La novela repite esta estructura de espirales
concéntricas al anudar, estructuralmente hablando, su punto de mayor intensidad
justamente es este centro narrativo del Hamman donde culminan los deseos
más violentos de los personajes” (60). En este espacio, todas las relaciones que se suscitan caben dentro
de triángulos de deseo.
Amjrus, el repugnante pescador que desea a Fatma, pensando en ella se
masturba con dos pescados y exige, por medio de un chantaje, que Mohamed, que también
desea a Fatma sea el objeto de sus deseos sexuales(95, 107). Fatma desea a
Kadiya que ejerciendo su oficio de prostituta, se acuesta con Amjrus, que desea
a Fatma. De todos estos juegos de
posesión, obsesión y deseo sexual, la relación o el
encuentro breve pero intenso que ocurre entre Fatma y Kadiya se perfila como el
más interesante: “Fatma vio la espalda y loshombros de Kadiya
antes de descubrir o ser descubierta porsus labios gruesos: antes de sentir,
titubeante el llamado inaplazable de su boca. Quiso bajar los ojos, y no pudo. Quiso cerrarlos, pero era demasiado tarde, ya la
tenía grabada por dentro” (76). Fatma se obsesiona con Kadiya y se dedica a crear
fantasías y a revivir el momento: “Fatma se veía hecha mil
astillas atraídas hacia la boca sonriente y afilada de Kadiya, y la
aguda comisura de sus propios labios conservaba, imantada, todos los restos de
los labios de Kadiya hechos también invisibles limaduras”
(49). El deseo que provoca Fatma
en Kadiya evoca la teoría de la búsqueda del otro de Jacques
Lacan. Explica que
tenemos una “necesidad” de encontrar el “otro” que nos
hace falta a fin de volver a ser el “uno”que éramos durante
el estado imaginario en el que un niño se cree una entidad indivisible
que la componen su madre y él.
Estamos destinados o condenados aperennemente tratar de llenar este
vacío y a nunca satisfacer nuestro deseo o necesidad de retornar al
estado imaginario. (Lacan 1-7, 292-324).
Fatma busca a Kadiya en su afán deencontrar su otro o lo perdido,
pero no tiene éxito en su empresa: “No pudo saber porque Kadiya escapaba
de ella” (81). Su deseo de
reencontrarse con Kadiya no puede ser satisfecho y está condenada a
vivir con la obsesión de desearla, pero jamás llenar el
vacío provocado por el placer breve, pero perecedero de su único
encuentro. Este resume el deseo de
Mohamed, Amjrus y los otros hombres que desean poseer a Fatma o por lo menos
recibir su mirada o tocarla.
Todos lospersonajes de la novela parecen estar sentenciados a no
satisfacer sus deseos. La novela presenta este afán de buscar lo
inalcanzable como algo natural y no como una condena. El deseo se perfila como el elemento motriz de los
protagonistas y se constituye en su fuerza vital.
El deseo del lector de
enterarse del fin de la novela y de comprenderla en su todo se asemeja al de
los personajes de la novela embarcados en su búsqueda del
"Otro." La mirada desde la
ventana de Fatma y hacia la misma nos ofrece otro nivel de
interpretación al relacionarlo con la lectura del texto porque representa una metáfora de la
mirada de los lectores a la novela.9 La forma
geométrica rectangular de la ventana se asemeja a la de las
páginas de un libro. Al
dividir la narrativa en sus niveles diegéticos y examinar el componente
metaficticio innato de la narrativa de dividir el mundo en realidad y
fantasía se puede exponer que los lectores miran almundo imaginado de la
novela por medio de una ventana, tal como en la novela se observa aFatma.10
Miramos a Mogador desde afuera y
tratamos de entender el texto de la misma manera que los que desean comprender
a Fatma y encontrarle significado al sujeto de sus anhelos más íntimos. La satisfacción de esta
necesidad, el hallazgo del sujeto de la novela demanda del lector un esfuerzo
similar al de Fatma, Kadiya, Amjrus y Mohamed. Los nombres del aire esquiva el que se la
entienda completamente en una primera lectura y requiere lecturas
múltiples y la atención y dedicación del lector a fin de
entender sus diversos niveles de significado. Se rehúsa a satisfacer el deseo del lector de
entenderla en su todo. El lector
debe de colaborar en el procesode recrear el mundo pintado y de entender lo que
simplemente se sugiere en la superficie del texto escrito con un lenguaje cuyos
niveles lingüísticos demandan la interpretación y participación
activa del lector.
Los personajes de la novela
miran la vida como si leyeran la vida de los personajes y las acciones de los
protagonistas se reducen a lo que alguien menciona, recuerda, escribe o lee. Existen
a través de la memoria de los que los dictan y por ende, crean. Fatma escucha la historiade Kadiya que
se convierte en ser real, y deseable porque un contador de historias relata la historia
y Fatma la escucha y procesa o interpreta lo que lee haciendo que se convierta
en real:
Oyó la historia
con algo de espanto, y por supuesto, sin relacionarla con la mujer que
conoció en el Hamman. Le
parecía una historia como todas las que se cuentan en la plaza, tan
distante de ella como cualquier otra de las que había oído ahí.
Pero al alejarse de la plaza percibió el cosquilleo de la memoria: como
si estuviera a punto de recordar una palabra que no acababa nunca de
ponérsele en la lengua.
Algo en esa historia llamaba su atención de manera especial.
(116)
Al final
del día y del récit, Fatma ve a la gente que se retira
a descansar y los "lee" como si fueran personajes de ficción
que el lector ambivalentemente olvida y recuerda según los parámetros
de una historia inventada. Existen
porque alguien los cuenta y dejan de existir una vez que cumplen este ciclo
vital: "Pensó que los habitantes de Mogador entraban, a esa hora demorada,
en una especie, de segunda existencia similar en todo a la que adquirían
en su mente los personajes de las historias ya terminadas" (118). Los nombres del aire en un
último intento de proponer que los protagonistas viven o se crean en una
ficción dentro de una ficción sugiereque la misma Fatma cesa de
existir o se pierde en la esfera de los personajes que sólo vivencuando
se los cuentan: "Ella misma va entrando a ese silencio
mientras entra con lanoche por la puerta de su casa" (118).11 La novela termina así
proponiendo que Fatma deja deexistir con el fin de la narración.
En resumen, Los nombres
del aire triunfa en su proyecto de despertar las emociones del lector y
de hacerlo con grave intensidad sin permitirle un momento de desasosiego. Cada
frase nos invita a compenetrarnos en el mundo de Mogador y a mirar a Fatma y a
comprender con todasnuestras emociones a Mogador. La coherencia final, producto
de las secuencias de la novela, y que despiertan en el lector el deseo de
entenderla en su totalidad nos conduce a una obra que sedebe entender no en
función de la historia que se cuenta sino que invita a concentrarnos en
la manera que se presenta el mensaje.
El deseo de entender la narración se basa en nuestro afán
de participar activamente de las intensidades emocionales provocadas por lo que
leemos y la historia de Fatma y Kadiya y Mohamed y Amjrus surgen como una
excusa para la experiencias atisfactoria de leer Los nombres del aire. Al final, nuestro deseo de entender la
novela o de apreciarla en toda su magnitud, se satisface
momentáneamente, pero estamos destinados a estudiarla de nuevo a fin de
participar del goce estético que provoca. A Fatma, la coherencia final le provoca pensar en el libro
aún después de culminada su lectura “Varias veces le
habíasucedido que al leer las páginas de un libro, seguía
intrigada por la suerte de los personajes. La intriga misma o un carácter descrito, alguna
escena o imagen despertaban en ella regresos constantes de lo que había
sido dejado atrás” (117).
Este mensaje metaficticio sirve para describir la sensación que
provoca Los nombres del aire en sus lectores. La novela se resiste a una
clausura porque las técnicas narrativas del presentar el texto nos
invita a contemplarla repetidas veces como lo haríamos con una pintura
que despierte nuestras emociones porque últimamente ese representa el
propósito del narrador, el pintar por medio de la narración.
•
Obras
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Notas
1Cuentos de Mogador, una
colección de poemas y textos narrativos y la novela En loslabios del
agua (1996) del mismo Alberto Ruy Sánchez tratan el mismo tema. La
obra de IkramAntaki versa sobre la cultura y el mundo árabe y cito su
novela El secreto de Dios (1992) comoejemplo de la misma. Antaki ha publicado cuatro colecciones
de poesía, dos de ellas escritas enárabe. La colección de poesía, Las
visitantes (1989) de Myriam Moscona, especialmente laprimera
sección,”Lienzos” cabe dentro de la lista de obras que toman
como referente el mundo yla cultura árabe.
2La versión al inglés
apareció en 1992 bajo el título de Mogador, traducida por
MarkShafer y publicada por City Lights.
La edición colombiana la publicó Tercer Mundo Editores
en1994. En México, una
nueva edición editada por Alfaguara circulará a fines de 1996.
3Mi referencia bibliográfica cita
escasamente algunos de los artículos y reseñas sobre lanovela que
abordan u observan el uso del deseo como tema central. Al analizar la críticaprovocada
por Los nombres del aire
observamos que el deseo y el empleo del lenguaje líricorepresenta el
comentario regular de los estudiosos de la novela.
4Alberto Ruy Sánchez ha comentado
que los editores de novela rechazaron su manuscritocuando trató de
publicarlo porque se parecía demasiado a un poema.
5En una entrevista con Germaine
Gómez Haro, Alberto Ruy Sánchez explica que lanovela mexicana posee ejemplos anteriores de
“prosas de intensidades” y cita a novelas de los vanguardistas de
los años veinte y treinta: “Desde López Velarde hasta
algunos de
losContemporáneos como Villaurrutia con su Dama de corazones Owen con su Novela como nubey muy especialmente el menos conocido de
ellos, . . . José Martínez Sotomayor con La rueca delaire.
Fue el español Benjamín Barnés, entre otros, quien
influyó a todos ellos” (25).
El artículoexplica con más detalle los pormenores de la
teoría de esta modalidad.
Otra definición del temase puede encontrar en el prólogo
de Trama de Vientos de José Martínez Sotomayor escrito por
Ruy Sánchez.
6Veáse
el artículo de Walter D. Mignolo sobre la naturaleza de las
crónicas escritas porlos españoles durante el periodo de
conquista y colonización de América para recibir
másinformación sobre el tema. También los refiero a mi artículo sobre Gonzalo
Guerrero deEugenio Aguirre donde analizo con extensión esta
técnica narrativa propia de los cronistas.
7La novela misma forma parte de una
tetralogía armada alrededor de temas afines y queexploran el deseo y
escrito con un estilo similar al de la “prosa de intensidades”
usando loscuatro elementos naturales, aire, agua, fuego y tierra. La segunda novela de la serie En los
labiosdel agua representa la última adición a la serie. La novela que estudiamos obviamente
trata elaire. Ruy Sánchez
discute su proyecto de estas cuatro novelas en una entrevista con
JuvenalAcosta.
8Referirse al análisis de Tristram
Shandy de Laurence Sterne que hace el formalista rusoViktor Shklovsky para
más información sobre este proceso. Shklovsky explica como al aletargarla acción, el
narrador nos desfamiliariza con eventos cotidianos a fin de captar nuestra
atención yentender eventos comunes desde una nueva perspectiva.
9Le agradezco infinitamente a mi colega,
Mary Makris que me mencionó la importanciade los niveles metaficticios
en el desarrollo de la novela y su juego entre lo visual y lo narrado.Incorporo
esta idea gracias a su generosa observación y lectura de una
versión original de estemanuscrito.
10Empleo la definición del
término "metaficción" como se lo ha venido discutiendo
en losúltimos treinta años y particularmente me refiero al
proceso de asegurarse que el lector note ladiferencia entre la realidad de su
mundo y la invención del mundo creado en el texto que estudia.Para
más información al respecto, recomiendo el capítulo I de Metafiction:
The Theory andPractice of Self Conscious Fiction de Patricia Waugh y Partial
Magic de Robert Alter.
11El postulado de la novela nos recuerda a la propuesta de Niebla de Miguel de Unamunoen su "nívola." Augusto Pérez, protagonista principal, en discusiones metafísicas con Miguel deUnamuno, personaje de la novela, propone que los personajes de ficción viven eternamenteporque los lectores los re-crean cada vez que los leen. Por el contrario, los autores morirán.Veáse particularmente los capítulos del XXX al XXXII.