Manuel F. Medina

 

El objeto y el sujeto

 del deseo:

La "prosa de intensidades" como estrategia narrativa en Los nombres del aire

de Alberto Ruy Sánchez

 

Los nombres del aire (1987), que le mereciera a Alberto Ruy Sánchez el prestigioso premio Xavier Villaurrutia, resalta al compararla con la producción narrativa mexicana contemporánea por su singularidad en el empleo de estrategias narrativas basadas en juegos lingüísticos alejados de los neologismos y de la incorporación de lenguaje coloquial.  La novela se destaca por la presentación de un tema rara vez tratado en la literatura mexicana, la cultura árabe, uno de los cimientos de la formación de la presente cultura mexicana debido a la influencia que los árabes ejercieron sobre España durante los casi ocho siglos de su presencia.1 La obra, que ha visto múltiples reimpresiones y traducciones, ha recibidocomentarios halagadores de parte de la crítica.2  Los reseñistas invariablemente notan en la novela dos aspectos sobresalientes: el empleo del lenguaje lírico y el empleo del deseo como tema recurrente (Fernández, López Baralt, Sarduy, Trejo Fuentes, Urroz Kanán).3  Estos comentarios no sorprenden porque Ruy Sánchez ha declarado que precisamente éste constituyó su objetivo principal al redactar la novela:  “Expresar el mundo del deseo fue mi primera inquietud” (Fernández 18).  Jennie Ostrosky nota la influencia de la filosofía y cosmogonía árabe en la estructura de la obra y la relaciona con lo que denomina “las laberínticas arquitecturas del deseo.”  Los emitidos de la crítica resumen el cometido poético de Los nombres del aire, y propongo que el deseo que se cita al referirse a la novela posee niveles múltiples y complejos que se pueden entender al analizar las estrategias narrativas empleadas no simplemente para destacar la importancia del deseo como fuerza motriz de los personajes, sino también dentro de la estructura narrativa misma.

    En Reading for the Plot, Peter Brooks propone que leemos una novela como una serie de secuencias procurando alcanzar una coherencia final o un entendimiento total de la misma: “We read the incidents as ‘promises and annunciations’ of final coherence, that metaphor that maybe reached through the series of metonymies: across the bulk of the as yet unread middlepages, the end calls to the beginning, transforms and enhances it” (93-94).   Brooks se refiere a este afán de entender la novela a través de la asociación de una serie de incidentes o episodios como el deseo narrativo.  Se asume que el escritor se adhiere a convenciones de elaboración de textos narrativos que le resultan comunes a él y al lector: una estructura que siga cierto esquema, el desarrollo de una trama, la resolución de conflictos levantados en la novela.  Los nombres del aire subvierte estas convenciones en un afán de crear una nueva u original manera de contar y presentar una historia.  El alcanzar la coherencia final al terminar la obra con lleva el adaptarse a las pautas de lectura impuestas por la novela y que difieren de las narrativas tradicionales.4Alberto Ruy Sánchez ha denominado este manera innovadora de narrar: “Prosa de intensidades,”   y la ha definido como una combinación de “una novela y un poema extenso; es decir, casi como una composición musical que no sólo la conforman temas de contenido, sino también ritmos o musicalidad de las palabras, sensualidad que posee reverberaciones, reiteraciones y finalmente, una conclusión, que para mí es mi disolución” (Trejo 23).  Se refiere a un cometido de crear una obra que empleando magistralmente el lenguaje exprese los sentimientos del autor, que despierte las emociones de los lectores y que esta experiencia totalizante dure desde que el lector abra la primera página del libro y se extienda hasta que culmine su lectura.  La coherencia final o el entendimiento de la obra según Ruy Sánchez conlleva una experiencia sensorial total.5 

             Los nombres del aire pone en práctica la teoría propuesta por el narrador como lo observa Severo Sarduy que explica la futilidad de entender la novela interpretando sus signos de una manera convencional y asevera que la novela exige que se aprenda a leer o que se la lea de una manera a la que no estamos acostumbrados: “Ya que si los signos —los de tinta y los otros — emigran continuamente en el relato, se desplazan de un soporte a otro donde se entregan a un diferente sentido y a una nueva constelación, siempre lo hacen a partir de un alfabeto real, de una heráldica precisa, cuya semiología no sólo es realizable sino que está repertiorada. Lo extraordinario no está en los sistemas de signos, sino en la luz que arroja su emigración. . .  El libro se va convirtiendo, mientras lo desciframos — no sólo con el conocimiento, sino también con la piel, en la invención táctil en una heráldica del desplazamiento.  Es decir, en otro modo, el de la fulguración, seguramente más idónea, de aprender a leer.  (35-36)

             Los nombres del aire se destaca tanto por la historia que cuenta como por la manera en qué se la presenta y a través del texto se procura crear un ámbito que envuelva al lector e invite a compenetrar el mundo creado por el narrador.  Al intentar describir el argumento de la novela, Tulio Demicheli encuentra una trama muy simple: “La historia que el autor relata es muy sencilla.  Fatma vive aislada del mundo, permanece horas y horas tras la celosía de su ventana mirando al mar, nunca sale, todos en Mogador se preguntan cuáles son las causas de su tristeza. Urden historias.  Imaginan leyendas.”

En el Kirkus Review, se procura resumir la trama y el crítico, alcanza la misma conclusión que Demicheli al describir el argumento de la novela: “In this world, where light, wind, and mist take on the carnality of bodies while physical sexuality often dissolves into metaphor, a young girl named Fatma becomes the center of attention: she is caught in a languorous yet desperate dream of forbidden desire; the people of Mogador interpret her revery and strange gaze to suit their own fantasies”.  Losreseñistas, como sucede en la mayoría de la crítica dedicada a la novela, enfatizan los tres elementos sobresalientes de la obra: Fatma, Mogador y el deseo proyectado en Fatma por los habitantes de Mogador.

  A pesar de la aparente sencillez que parece surgir como la primera impresión de los críticos notamos que resumir la trama de Los nombres del aire no representa una labor fácil.  Yo la describiría como la historia de Fatma que mira a través de su ventana, mientras el pueblo inventa o vive fantasías a través de ella.  La dificultad para describir el argumento de la novela probablemente radique en que la historia que se narra y el espacio narrativo que secrea para contarlo se entrelazan estrechamente y resulta imposible hablar del uno sin mencionaral otro.

Indiscutiblemente, la obra también versa en la presentación del espacio narrativo, Mogador, ciudad inventada como recopilación de las múltiples ciudades y pueblos árabes que Ruy Sánchez visitara durante su estadía de ocho años en Europa desde donde se desplazara aMarruecos (Ruy Sánchez ARS De cuerpo entero 25-50, Fernández 18). 

    El narrador intenta familiarizar a un lector ajeno al mundo que pinta empleandoestrategias similares a las de cronistas que redactan textos a fin de relacionar el espacio nuevoque descubren con lugares conocidos por sus destinatarios.6  El récit se sirve de focalizadores queconocen extensamente la cultura que intentan reproducir y plasmar en papel.  El narrador entiende el mundo árabe, y nos lo explica para que lo entendamos como se nota en su descripción de una ceremonia religiosa o tradición del mediodía en que se presentan los ritos de tres religiones diferentes: 

A lo lejos, sobre cada minarete, se gritaban hacia la Meca cada vez que la nube morada hacía su aparición, las oraciones del mediodía seguidas por las frases del Corán que describen a Mahoma venciendo, a caballo y espada, a todos losdemonios en forma de nube.  Otra religión de Mogador hacía sonar la flor metálica de sus campanarios de una forma especial que llamaban “ángelus” y quesupuestamente tenía la virtud de disipar a los demonios.  Otra secta se pone a romper piedras cuando llega la bruma rojiza.  (66-67)

La descripciones se acompañan de explicaciones detalladas de los diferentes rituales y la lógica con que se les justifica.  Al lector, se lo invita a relacionar su mundo y espacio con el que se describe en las páginas de la novela y que se asume desconoce.  La narración se aprovecha de la técnica de comparar y contrastar el mundo ajeno al lector y de captar con exactitud o precisión los momentos y eventos que pinta a fin de crear en el lector una imagen que le resulte accesible afin de entender este espacio que le resulta poco familiar.  Se carece de comentarios editoriales y las narraciones de los ritos religiosos se presentan con una naturaleza cotidiana propia de los eventos que se describen.  El lector debe compenetrarse en este mundo y aceptar y entender lascircunstancias propias del mundo creado en la novela y observar las actividades diarias de esa cultura . 

    Los nombres del aire se ha diseñado con una exactitud matemática a fin de que sus componentes colaboren a la presentación de una obra de alto contenido estético en que ningún elemento sobre y cuya presencia se justifique como cimiento en la construcción de una pieza armada con propósitos específicos.7  La estructura de la novela nos entrega un texto dividido en dos partes. Esta división se puede entender al analizar detalles contenidos en la novela misma.La primera subdividida en nueve capítulos se pueden interpretar como las nueve cartas arregladas en forma de espiral que Fatma escoge para que Aisha, su abuela interprete su futuro y que representan los nueve pasos del viaje interno que debe emprender Fatma a fin de encontrar lo que busca(14-18).  “La segunda parte consta de cuatro capítulos que señalan los cuatro puntos cardinalesde la narración: «Fatma: la ventana,» «Amjrus: los peces»; «Mohamed: la red»; y «Kadiya: el aire» contenidos more geométrico en la lectura de Aisha y en un viejo proverbio de Mogador: “Donde el deseo todo habita, el aire es a la ventana lo que a la red a los peces”.   En la sección final, cada capítulo lleva el nombre de un personaje importante en la búsqueda del deseo de Fatma.

    Luce López Baralt, estudiosa de la cultura árabe, expone que el espacio narrativo creado en la novela refleja temas recurrentes de la literatura y filosofía islámica y cita como ejemplo específico el trazado geométrico de la novela al jugar con espacios concéntricos que se repiten en numerosas ocasiones en el texto: “Parecería que estas concentridades de la novela se comienzan a multiplicar profusamente como si se reflejaran especularmente ad infinitum” (59).   Explica que el diseño de Mogador refleja el arreglo de las barajas que aparecen al inicio de la novela cuando la abuela de Fatma le lee la suerte y cita este elemento como un ejemplo de la replica de una estructura arabesca que sirve como modelo para estructurar la novela:

“Alberto Ruy Sánchez es un verdadero virtuoso de la estructura textual al añadir aún otra asociación a su arebesco de alcázares metafóricos y de barajas: el dibujo concéntrico que forman a estas últimas corresponde perfectamente a la traza misma de la ciudad de Mogador.  La calle del Caracol da giros y lleva de las murallas a la plaza central donde se encuentran los baños públicos.  La calle del Caracol tiene una fuente en cada uno de sus giros, por los que el agua corre hasta los baños . . . en el centro de la ciudad.”  (59-60)

Los nombres de personajes, de la ciudad, los espacios en que se desenvuelven y la estructura de la ciudad y del textos obedecen a un diseño cuidadosamente preconcebido por Ruy Sánchez, quien emplea espacios concéntricos propio de la filosofía arabesca para diseñar el armazón estructural de su obra.

    En Los nombres del aire se intenta crear una nueva manera de narrar basada en el manejodel lenguaje.  Se procura reproducir el deseo narrativo y físico, empresa difícil, en las páginas dela novela.  El cometido del narrador evoca los postulados de los surrealistas:

[T]he conviction that unvoiced desire common to the artist and to his audience has the capacity to inspire a language adapted to its undistorted expression.  On this hypothesis rests one of the surrealist articles of faith.  Surrealists agree in believing that an artist must find for himself a pathway to desire.  However, closebehind, the reader or spectator travels that path also, eager to enjoy the samediscoveries and fully equipped to respond to them.  (Matthews 176)

La novela emplea la figura retórica más frecuentemente usada por los surrealistas, la metáfora irracional a fin de creer  el efecto sensorial y creativo lingüístico.  Cito dos ejemplos:  “La gran celosía de madera que enmarcaba la ventana de Fatma recortaba los rayos del sol en formasgeométricas que semejaban estrellas” (18).  El texto exige explicación o análisis propio de textos líricos que proveen su mensaje o crean sentimientos en el lector por medio del empleo magistral del lenguaje por parte de su autor.  Al leer detenidamente el verso “La gran celosía de madera recortaba los rayos del sol en formas geométricas que semejaban estrellas”, observamos que efectivamente se trata de una descripción  lírica.  El narrador observa cómo los rayos del sol se posan sobre la ventana de Fatma y en vez de simplemente describirlo de esta manera le imponeun toque poético y crea una imagen irracional.  La novela se encuentra llenas de frases escritas usando una técnica similar: “Casi podía ser vista la sequedad del aire.  Aquella tarde . . . el otoño se anunciaba en el viento.  Sus impulsos invisibles, largos y secos, metiéndose como serpientes furiosas entre los arrecifes, arrancaban de esas piedras carcomidas el sonido de una desgarradura”(19).   En esta cita el aire posee elementos propios de objetos tangibles porque “puede ser vista su sequedad.”  Se personifica al otoño que “anuncia” el viento y aparece como un ser lleno de emociones con “impulsos”.  Las piedras, también personificadas, emiten el “sonido de una desgarradura.”   El lenguaje lírico sirve para crear y provocar emociones intensas.   La novela empieza con una descripción del amanecer y atardecer marinos que Fatma mira desde su ventana, pero el narrador lo presenta de una manera muy lírica: “Ella miraba fijamente la línea que el cielo y el mar comparten durante el día, la orilla que pierden cuando llega la noche a unir en secretotodas las telas. Ya en la obscuridad, era una línea de estrellas la que sus ojos fijaban, una línea clara reflejada  a lo lejos sobre el agua” (13).  El párrafo exige el análisis del lenguaje simbólicoque se usa para componerlo y hay que interpretarlo a fin de entender lo que el narrador pretende mostrar. 

    En ocasiones, las narraciones se asemejan a descripciones de pinturas o exponen el deseo del narrador de pintar un cuadro a través de las palabras: “Sus dedos suben y bajan todas las espirales de su cuerpo coincidiendo a cada momento con los otros dedos que la recorren pordentro.  Ambos se reconocen a través de la piel como dos puntas de alfileres encendidos que recorren las dos superficies de una tela y donde se encuentran queman.  Los dedos del aire que tomaba en su ventana le daban a sus manos los poderes para encender su cuerpo” (43).  El efecto de aletargamiento o Slowing down de la acción sirve para recoger y reproducir instantes que si no se enfocaran con detenimiento carecerían del efecto intenso del que se les pretende investir.8Leamos la descripción de una escena en que se describe a Fatma observando a los pescadores lavar sus redes y notemos como se intenta reproducir por medio de la narración un breve instante y se logra por medio del aletargamiento y el concentrase en los múltiples detalles del momento que se reproduce: “Fatma los veía hundir las manos en las piedras y levantar suavemente, unas telas finas y estiradas que , bajo el sol y desde su ventana, parecían salpicadas de puntos brillantes.  En las manos de los niños esas telas explotaban en silencio.  Una nube luminosa los ocultaba completamente un solo instante, y se desvanecía mientras ellos manoteaban tratando de apresar lo que ya ni podían ver” (20-21).   El narrador enfatiza cada aspecto de lo que observa y cuenta a fin de que el lector note cada detalle del cuadro que describe.  El efecto se produce al alentar la acción y concentrar nuestra atención en cada moviemiento de las manos que juegancon las redes colocadas sobre las piedras.  El aletargamiento de la acción la desfamiliariza de un evento común y este proceso hace que nos concentremos en él durante nuestra lectura.  El lenguaje se emplea a fin de provocar emociones intensas en el lector, las mismas que se suceden incansablemente y jamás se permite que el lector se recupere de una para proveerle la siguiente.

Leer Los nombres del aire nos conmueve desde principio a fin por medio de una experiencia que involucra extensamente nuestras emociones y nos invita a participar activamente a fin deinterpretar y entender no la historia sino las imágenes creadas por medio del magistral empleodel lenguaje lírico expuesto como narración.  Isaac Broid expone que todos los libros de Ruy Sánchez provocan efectos similares: “Los textos de Alberto son sueños.  Son sueños que desean. Desean otros sueños y desean al lector, o espectador, siempre con la saliva aflorando, los labios humedecidos en constante movimiento”.

    La novela pinta con sutileza el deseo sexual que despierta Fatma en todos los personajes de la novela.  Fatma representa el objeto de la mirada de los moradores de Mogador y provoca una amplia gama de emociones e incita una serie de rumores.  Desde su ventana ella observa laciudad que la vigila y aunque ninguna habitante de la ciudad la ha tocado con las manos, los ojosde muchos de ellos la han palpado completamente.  Cada persona posee una teoría del objeto dela mirada de Fatma y de la razón de su espera paciente en la ventana: “Todos en Mogadorquerían saber su secreto, y se habían puesto a tratar de descubrirlo como quien quiere obtener laconfesión de un mudo interpretando sus silencios” (21). Severo Sarduy afirma que la indiferencia de Fatma provoca el deseo incontrolable de los que la contemplan y la desean, pero cuyas miradas intensas ella absorbe, pero rara vez corresponde: “En Fatma se posan todos los deseos, ella los recibe como una pura transparencia: los ve pasar a través de su cuerpo y a veces vibra con ellos, pero jamás los detiene” (35).

    En el Hamman, baño público reservado exclusivamente a las mujeres en la mañana y a los hombres en la tarde, Fatma sirve de sujeto que desea tanto como objeto deseado.  López Baralt afirma que el uso del Hamman como lugar donde se desarrollan los deseos más profundos y violentos de la novela representa un acierto en el diseño de la trama empleando una estructura concéntrica.  El Hamman sirve como centro de la novela y de Mogador: “La novela repite esta estructura de espirales concéntricas al anudar, estructuralmente hablando, su punto de mayor intensidad justamente es este centro narrativo del Hamman donde culminan los deseos más violentos de los personajes” (60).  En este espacio, todas las relaciones que se suscitan caben dentro de triángulos de deseo.  Amjrus, el repugnante pescador que desea a Fatma, pensando en ella se masturba con dos pescados y exige, por medio de un chantaje, que Mohamed, que también desea a Fatma sea el objeto de sus deseos sexuales(95, 107). Fatma desea a Kadiya que ejerciendo su oficio de prostituta, se acuesta con Amjrus, que desea a Fatma.  De todos estos juegos de posesión, obsesión y deseo sexual, la relación o el encuentro breve pero intenso que ocurre entre Fatma y Kadiya se perfila como el más interesante: “Fatma vio la espalda y loshombros de Kadiya antes de descubrir o ser descubierta porsus labios gruesos: antes de sentir, titubeante el llamado inaplazable de su boca.  Quiso bajar los ojos, y no pudo.  Quiso cerrarlos, pero era demasiado tarde, ya la tenía grabada por dentro” (76).   Fatma se obsesiona con Kadiya y se dedica a crear fantasías y a revivir el momento: “Fatma se veía hecha mil astillas atraídas hacia la boca sonriente y afilada de Kadiya, y la aguda comisura de sus propios labios conservaba, imantada, todos los restos de los labios de Kadiya hechos también invisibles limaduras” (49).  El deseo que provoca Fatma en Kadiya evoca la teoría de la búsqueda del otro de Jacques Lacan.    Explica que tenemos una “necesidad” de encontrar el “otro” que nos hace falta a fin de volver a ser el “uno”que éramos durante el estado imaginario en el que un niño se cree una entidad indivisible que la componen su madre y él.  Estamos destinados o condenados aperennemente tratar de llenar este vacío y a nunca satisfacer nuestro deseo o necesidad de retornar al estado imaginario. (Lacan 1-7, 292-324).  Fatma busca a Kadiya en su afán deencontrar su otro o lo perdido, pero no tiene éxito en su empresa: “No pudo saber porque Kadiya escapaba de ella” (81).  Su deseo de reencontrarse con Kadiya no puede ser satisfecho y está condenada a vivir con la obsesión de desearla, pero jamás llenar el vacío provocado por el placer breve, pero perecedero de su único encuentro.  Este resume el deseo de Mohamed, Amjrus y los otros hombres que desean poseer a Fatma o por lo menos recibir su mirada o tocarla.   Todos lospersonajes de la novela parecen estar sentenciados a no satisfacer sus deseos. La novela presenta este afán de buscar lo inalcanzable como algo natural y no como una condena.  El deseo se perfila como el elemento motriz de los protagonistas y se constituye en su fuerza vital.

    El deseo del lector de enterarse del fin de la novela y de comprenderla en su todo se asemeja al de los personajes de la novela embarcados en su búsqueda del "Otro."  La mirada desde la ventana de Fatma y hacia la misma nos ofrece otro nivel de interpretación al relacionarlo con la lectura del texto porque  representa una metáfora de la mirada de los lectores a la novela.9 La forma geométrica rectangular de la ventana se asemeja a la de las páginas de un libro.  Al dividir la narrativa en sus niveles diegéticos y examinar el componente metaficticio innato de la narrativa de dividir el mundo en realidad y fantasía se puede exponer que los lectores miran almundo imaginado de la novela por medio de una ventana, tal como en la novela se observa aFatma.10  Miramos a Mogador desde afuera y tratamos de entender el texto de la misma manera que los que desean comprender a Fatma y encontrarle significado al sujeto de sus anhelos más íntimos.  La satisfacción de esta necesidad, el hallazgo del sujeto de la novela demanda del lector un esfuerzo similar al de Fatma, Kadiya, Amjrus y Mohamed.  Los nombres del aire esquiva el que se la entienda completamente en una primera lectura y requiere lecturas múltiples y la atención y dedicación del lector a fin de entender sus diversos niveles de significado.  Se rehúsa a satisfacer el deseo del lector de entenderla en su todo.  El lector debe de colaborar en el procesode recrear el mundo pintado y de entender lo que simplemente se sugiere en la superficie del texto escrito con un lenguaje cuyos niveles lingüísticos demandan la interpretación y participación  activa del lector.

    Los personajes de la novela miran la vida como si leyeran la vida de los personajes y las acciones de los protagonistas se reducen a lo que alguien menciona, recuerda, escribe o lee. Existen a través de la memoria de los que los dictan y por ende, crean.  Fatma escucha la historiade Kadiya que se convierte en ser real, y deseable porque un contador de historias relata la historia y Fatma la escucha y procesa o interpreta lo que lee haciendo que se convierta en real:

Oyó la historia con algo de espanto, y por supuesto, sin relacionarla con la mujer que conoció en el Hamman.  Le parecía una historia como todas las que se cuentan en la plaza, tan distante de ella como cualquier otra de las que había oído ahí. Pero al alejarse de la plaza percibió el cosquilleo de la memoria: como si estuviera a punto de recordar una palabra que no acababa nunca de ponérsele en la lengua.  Algo en esa historia llamaba su atención de manera especial. (116)

Al final del día y del récit, Fatma ve a la gente que se retira a descansar y los "lee" como si fueran personajes de ficción que el lector ambivalentemente olvida y recuerda según los parámetros de una historia inventada.  Existen porque alguien los cuenta y dejan de existir una vez que cumplen este ciclo vital: "Pensó que los habitantes de Mogador entraban, a esa hora demorada, en una especie, de segunda existencia similar en todo a la que adquirían en su mente los personajes de las historias ya terminadas" (118).  Los nombres del aire en un último intento de proponer que los protagonistas viven o se crean en una ficción dentro de una ficción sugiereque la misma Fatma cesa de existir o se pierde en la esfera de los personajes que sólo vivencuando se los cuentan:  "Ella  misma va entrando a ese silencio mientras entra con lanoche por la puerta de su casa" (118).11  La novela termina así proponiendo que Fatma deja deexistir con el fin de la narración.

    En resumen, Los nombres del aire triunfa en su proyecto de despertar las emociones del lector y de hacerlo con grave intensidad sin permitirle un momento de desasosiego. Cada frase nos invita a compenetrarnos en el mundo de Mogador y a mirar a Fatma y a comprender con todasnuestras emociones a Mogador. La coherencia final, producto de las secuencias de la novela, y que despiertan en el lector el deseo de entenderla en su totalidad nos conduce a una obra que sedebe entender no en función de la historia que se cuenta sino que invita a concentrarnos en la manera que se presenta el mensaje.  El deseo de entender la narración se basa en nuestro afán de participar activamente de las intensidades emocionales provocadas por lo que leemos y la historia de Fatma y Kadiya y Mohamed y Amjrus surgen como una excusa para la experiencias atisfactoria de leer Los nombres del aire.  Al final, nuestro deseo de entender la novela o de apreciarla en toda su magnitud, se satisface momentáneamente, pero estamos destinados a estudiarla de nuevo a fin de participar del goce estético que provoca.  A Fatma, la coherencia final le provoca pensar en el libro aún después de culminada su lectura “Varias veces le habíasucedido que al leer las páginas de un libro, seguía intrigada por la suerte de los personajes.  La intriga misma o un carácter descrito, alguna escena o imagen despertaban en ella regresos constantes de lo que había sido dejado atrás” (117).  Este mensaje metaficticio sirve para describir la sensación que provoca Los nombres del aire en sus lectores.    La novela se resiste a una clausura porque las técnicas narrativas del presentar el texto nos invita a contemplarla repetidas veces como lo haríamos con una pintura que despierte nuestras emociones porque últimamente ese representa el propósito del narrador, el pintar por medio de la narración. •



Obras citadas

Acosta, Juvenal.  “In the City of Desire: A Conversation with Alberto Ruy Sánchez.”  PoetryFlash Feb.-mar. (1994): 1-6.

Alter, Robert.  Partial Magic: The Novel as Self-Conscious Genre.  Berkeley, Los Angeles,London: U of CA P, 1973.

Antaki, Akrin.  El secreto de Dios.  México: Joaquín Mortiz, 1992.

Broid, Isaac.  Los nombres del aire.” Breve análisis de Los nombres del aire.  Manuscritoinédito.

Brooks, Peter.  Reading for the Plot: Design and Intention in Narrative.  New York: Vintage,1984.

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Fernández Espresate, Isabel. Entrevista a Alberto Ruy Sánchez.  Punto 20 abr. 1987.  18.

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Medina, Manuel F.  “Buscando el origen del mestizaje en las crónicas: Eugenio Aguirre re-crea aGonzalo Guerrero.”  Confluencia  11.1 (1995): 148-62.

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Ruy Sánchez, Alberto.  De cuerpo entero.  México: Corunda, 1992.

---.  Los cuentos de Mogador.  Lecturas Mexicanas.  Tercera serie.  89.  México: CoNaCultA,1994.

---.  Los nombres del aire.  1987.  Quinta reimpresión.  México: Joaquín Mortiz, 1991.

---.  En los labios del agua.  México: Alfaguara, 1996.

---.  Prólogo.  Trama de vientos.  Vol. I.  De José Martínez Sotomayor.  México: Eosa, 1987.

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Shklovsky, Viktor.  Sterne’s Tristram Shandy: Stylistic Commentary.  Russian FormalistCriticism: Four Essays.   Trad. & Intro.  Lee T.  Lemon y Marion J Reis.  Lincoln: U ofNebraska P, 1965.  25-57.

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Treto, Tamiela.  “Prosa de intensidades” Reseña de Los nombres del aire.  Gaceta UNAM.  14mar. 1988.  22-24.

Unamuno, Miguel de.  Niebla. 1914.  Madrid: Alianza Editorial, 1986.

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Waugh, Patricia.  Metafiction; The Theory and Practice of Self-Conscious Fiction.  London &New York: Methuen, 1984.

 

 

Notas



1Cuentos de Mogador, una colección de poemas y textos narrativos y la novela En loslabios del agua (1996) del mismo Alberto Ruy Sánchez tratan el mismo tema. La obra de IkramAntaki versa sobre la cultura y el mundo árabe y cito su novela El secreto de Dios (1992) comoejemplo de la misma.  Antaki ha publicado cuatro colecciones de poesía, dos de ellas escritas enárabe.  La colección de poesía, Las visitantes (1989) de Myriam Moscona, especialmente laprimera sección,”Lienzos” cabe dentro de la lista de obras que toman como referente el mundo yla cultura árabe.

2La versión al inglés apareció en 1992 bajo el título de Mogador, traducida por MarkShafer y publicada por City Lights.  La edición colombiana la publicó Tercer Mundo Editores en1994.  En México, una nueva edición editada por Alfaguara circulará a fines de 1996.

3Mi referencia bibliográfica cita escasamente algunos de los artículos y reseñas sobre lanovela que abordan u observan el uso del deseo como tema central.  Al analizar la críticaprovocada por Los nombres del aire observamos que el deseo y el empleo del lenguaje líricorepresenta el comentario regular de los estudiosos de la novela.

4Alberto Ruy Sánchez ha comentado que los editores de novela rechazaron su manuscritocuando trató de publicarlo porque se parecía demasiado a un poema.

5En una entrevista con Germaine Gómez Haro, Alberto Ruy Sánchez explica que lanovela mexicana  posee ejemplos anteriores de “prosas de intensidades” y cita a novelas de los vanguardistas de los años veinte y treinta: “Desde López Velarde hasta algunos de  losContemporáneos como Villaurrutia con su Dama de corazones Owen con su Novela como nubey muy especialmente el menos conocido de ellos, . . . José Martínez Sotomayor con La rueca delaire.  Fue el español Benjamín Barnés, entre otros, quien influyó a todos ellos” (25).  El artículoexplica con más detalle los pormenores de la teoría de esta modalidad.  Otra definición del temase puede encontrar en el prólogo de Trama de Vientos de José Martínez Sotomayor escrito por Ruy Sánchez.

 

6Veáse el artículo de Walter D. Mignolo sobre la naturaleza de las crónicas escritas porlos españoles durante el periodo de conquista y colonización de América para recibir másinformación sobre el tema.  También los refiero a mi artículo sobre Gonzalo Guerrero deEugenio Aguirre donde analizo con extensión esta técnica narrativa propia de los cronistas.

7La novela misma forma parte de una tetralogía armada alrededor de temas afines y queexploran el deseo y escrito con un estilo similar al de la “prosa de intensidades” usando loscuatro elementos naturales, aire, agua, fuego y tierra.  La segunda novela de la serie En los labiosdel agua representa la última adición a la serie.  La novela que estudiamos obviamente trata elaire.  Ruy Sánchez discute su proyecto de estas cuatro novelas en una entrevista con JuvenalAcosta.

8Referirse al análisis de Tristram Shandy de Laurence Sterne que hace el formalista rusoViktor Shklovsky para más información sobre este proceso.  Shklovsky explica como al aletargarla acción, el narrador nos desfamiliariza con eventos cotidianos a fin de captar nuestra atención yentender eventos comunes desde una nueva perspectiva.

9Le agradezco infinitamente a mi colega, Mary Makris que me mencionó la importanciade los niveles metaficticios en el desarrollo de la novela y su juego entre lo visual y lo narrado.Incorporo esta idea gracias a su generosa observación y lectura de una versión original de estemanuscrito.

10Empleo la definición del término "metaficción" como se lo ha venido discutiendo en losúltimos treinta años y particularmente me refiero al proceso de asegurarse que el lector note ladiferencia entre la realidad de su mundo y la invención del mundo creado en el texto que estudia.Para más información al respecto, recomiendo el capítulo I de Metafiction: The Theory andPractice of Self Conscious Fiction de Patricia Waugh y Partial Magic de Robert Alter.

11El postulado de la novela nos recuerda a la propuesta de Niebla de Miguel de Unamunoen su "nívola."  Augusto Pérez, protagonista principal, en discusiones metafísicas con Miguel deUnamuno, personaje de la novela, propone que los personajes de ficción viven eternamenteporque los lectores los re-crean cada vez que los leen.  Por el contrario, los autores morirán.Veáse particularmente los capítulos del XXX al XXXII.