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La minina, a quien el Servicio de Salud de Valparaíso quiere ver muerta por haber tenido contacto con un murciélago enfermo, nos recibió en una sala repleta de recortes de diarios chilenos y extranjeros que tratan su situación con caracteres de escándalo internacional.
Sus bellos ojos se clavan como puñales de esmeraldas sobre los nuestros. En su mirada no hay rabia, sólo una tremenda pena, porque ayer se enteró que en uno de los operativos de represión y exterminio ordenados por el seremi de Salud de la V Región, Gastón Vivaceta, fue detenido por agentes del Estado y posteriormente torturado y asesinado su gran amor, el "Pirulo".
El retrato del cucho-mártir cuelga sobre la pared, y frente a su imagen de felino callejero, rebelde y trasnochador, cuatro gatos con los bigotes cubiertos por pasamontañas y las garras empuñadas en alto le rinden un postrer homenaje.
"Vivimos juntos tres años. Lo conocí en el techo de la casa de doña Magdalena Torres una noche de agosto... Ya lo ves, la vida es así/ Tú te vas y yo me quedo aquí/ Lloverá y ya no seré tuya/ Seré la gata bajo la lluvia/ Y maullaré por ti", ronronea "Luz". Y luego, sin poder contenerse, rompe a llorar y gruesos lagrimones gotean desde sus bigotes. Silencio.
"Adoro a Rocío Durcal. Seis de mis siete vidas le pertenecían por completo. Le voy a entregar una primicia. Hace un mes dejé de tomar la pastilla del día después y hoy espero una camada del 'Pirulo'. Si aún estoy viva, seré madre la última semana de abril", confiesa la condenada a muerte.
-¿Qué
se siente encabezar la lista de seres vivos
más perseguidos del país?
-Imagínese.
Habiendo tanto criminal suelto. Es injusto. Sólo pido que me den
una
oportunidad. Estoy dispuesta a entregarme a la justicia a cambio de que
me pongan en cuarentena. Si estoy infectada con rabia, voy a morir
durante la reclusión, pero si estoy sana, podré volver
con mi ama, doña
Amada Salinas, quien también está sufriendo por mi culpa.
Supe que fue
interrogada por el fiscal Freddy González y que le dijo que
estaba
dispuesta a ir a la cárcel antes de revelar mi escondite. Fue un
gesto
muy hermoso. La amo.
- Hay ene gente que te apoya.
- Sí.
Internet está repleto de mensajes que piden que se me perdone la
vida y
todos los diarios de América se han preocupado de mi caso.
-¿Alguien te ha decepcionado en este duro trance?
-
Mauricio Israel. Ayer se mostró hastiado de que la noticia se
repitiera
tanto. Me dio pena, porque siempre le he tenido respeto y sus
comentarios me interpretan porque rezuman compromiso con la Humanidad.
No sé qué le pasó. ¿Le cargan los gatos?
¿Se pasó al bando de los
perros? Quién sabe... ¡Rrrrrrrrrrr!.