La vida es
un deleite
Tener vida, sencillamente vivir, debemos considerarlo verdaderamente un deleite. Quien lo
dice le ha pisado los talones a la muerte muchas veces, pero Dios en su piedad infinita me
ha devuelto la vida, para que pueda valorar con mucha intensidad el privilegio de estar
viva.
Toda esa etapa de pruebas y transiciones increíbles han fortalecido mi fe y han aumentado
mi amor hacia el Cristo Poderoso y Unico que tanto nos ama.
Vivo día y noche alabando a Cristo por dentro y por fuera cada vez que tengo la
oportunidad de hacerlo. Analizo la vida y me recreo en ella y considero cada
acontecimiento que me pasa, como algo hermoso y me deleito en ello.
Me deleito en toda la inmensa gama de belleza inenarrable, que continuamente el Señor nos
provee.
No debemos hacernos los ciegos dejando de ver la preciosa obra de los Prodigios del
Todopoderoso. Que ha creado especialmente para nosotros regalos maravillosos y permanentes
que a veces por la prisa en que llevamos la vida, casi nunca vemos.
Voy a enumerar algunos: la salud física y mental, el valor de la familia, el nacimiento y
la sonrisa de un niño, el rocío de una rosa, la belleza deslumbrante de un amanecer, el
verdor de nuestras montañas, la ternura indescriptible del verdadero ¡Amor!, la
transformación mágica y misteriosa de nuestra niñez a la juventud y de la juventud a la
vejez; las tres etapas de la vida que son un conjunto armonioso de risas, emociones e
iluminación que aunque transitoria, es divina.
Debemos vivir cada día deleitándonos en un éxtasis de admiración y de satisfacción.
Viviendo el hoy plenamente, felizmente, sumando esos regalos diarios que el Creador de
todas las cosas nos da. "El sentido de la vida está en vivir cada día tal como se
presenta".
¡Qué maravillosa y bella es la vida! ¡Nuestra vida! Vivirla minuciosamente es un
verdadero Deleite.
- Gladys Alemañy - |