¡Vamos, hacia
adentro!
La vida cotidiana parece realmente insulsa comparada con las dramáticas hazañas de la
fantasía. ¡Ah, si tan sólo hubiéramos nacido en una época y un lugar más
emocionantes! Podríamos haber sido exploradores o inventores o escaladores o astronautas.
Qué mal que no hayamos tenido la oportunidad de recoger un reto heroico -algo a lo que
realmente hubiéramos podido lanzarnos con todo lo que tenemos. Qué maravilloso habría
sido, si sólo hubiéramos tenido la oportunidad.
Pero las oportunidades de correr una aventura siempre están ahí, tocando a nuestra
puerta. ¡Hablemos de retos! Si queremos montañas que escalar y nuevos territorios que
explorar, no necesitamos buscar más allá de nustros propios corazones y mentes.
¿Deseamos escalar un pico traicionero? Escojamos nuestra habilidad social más débil e
intentemos subir lentamente hasta un nivel aceptable de competencia. ¿Deseamos trazar el
mapa de una selva? Trabajemos en un inventario del Cuarto Paso o investiguemos nuestro
árbol genealógico.
Nuestra época y nuestro lugar están aquí y ahora -al igual que nuestra oportunidad de
realizar todas las exploraciones con que siempre hemos soñado. Como en todos los demás
lugares y épocas, lo único que necesitamos para ir adonde nadie ha ido jamás es arrojo
e imaginación.
El descubrimiento de uno mismo es la aventura más emocionante de todas. ¡Vamos, hacia
adentro!
- Del libro "Cómo creer en mí mismo" -
- Earnie Larsen y Carol Hegarty - |