Un simple gesto
Todo el mundo puede ser grande... porque cualquiera puede servir. No tienes que tener
un título universitario para vivir. No tienes que hacer que tu sujeto y verbo se pongan
de acuerdo para servir. Sólo necesitas un corazón lleno de gracia. Un corazón motivado
por el amor. - Martin Luther King, hijo -
Un día Mark caminaba a casa desde la escuela, cuando notó que el muchacho que iba
delante tropezó y tiró todos los libros que cargaba, junto con dos sacos de lana, un
bate de béisbol, un guante y una pequeña grabadora. Mark se arrodilló y ayudó al
muchacho a recoger todos los artículos que estaban regados. Puesto que iba por el mismo
camino, le ayudó a llevar la carga. Mientras caminaban, Mark descubrió que se llamaba
Bill; que le encantaban los juegos de video, el béisbol y la historia; que tenía muchos
problemas con las demás materias; y que hacía poco tiempo había terminado con su novia.
La casa a la que llegaron primero fue la de Bill, y este invitó a Mark a tomar un
refresco y a mirar un poco de televisión. La tarde transcurrió placenteramente, rieron y
conversaron un poco, y después Mark se fue a casa. Continuaron viéndose en la escuela, y
almorzaban juntos de vez en cuando. Luego terminaron el ciclo básico. Finalizaron en el
mismo colegio de secundaria, en el que habían tenido breves contactos a través de los
años. Entonces llegó el tan esperado último año, y tres semanas antes del grado, Bill
preguntó a Mark si podían conversar.
Bill le recordó el día en que se habían conocido, hacía algunos años.
-¿No te has preguntado por qué yo llevaba tantas cosas a casa ese día? -preguntó
Bill-. Como ves, limpié mi "locker" porque no quería dejar ese desorden a
otro. Había escondido algunas pastillas de dormir de mi madre, e iba a casa a suicidarme.
Pero después de pasar algún tiempo juntos hablando y riendo, me di cuenta de que si me
hubiera suicidado hubiera perdido esos momentos, igual que muchos que tendría en el
futuro. Como ves Mark, cuando recogiste mis libros ese día hiciste mucho más. Salvaste
mi vida.
- John W. Schlatter - |