¿Será amor o
"enamoramiento pasajero"?
El enamoramiento fugaz es un deseo instantáneo: un grupo de glándulas que llama a otro.
El amor, en cambio, es una amistad que ha echado raíces y crece día con día.
El enamoramiento fugaz se caracteriza por un sentimiento de inseguridad. Hay dudas que
inquietan, interrogantes sin respuesta, detalles menores del ser amado que preferiríamos
no examinar muy a fondo. Estamos emocionados e inquietos, pero no somos auténticamente
dichosos. Todo esto podría malograr el sueño.
El amor es la comprensión serena y la aceptación madura de las imperfecciones.
Es real. Nos fortalece. Crece más allá de nosotros para apoyar a la persona amada. Nos
alienta la presencia de esa persona por muy lejos que se halle. La distancia no separa.
Deseamos la cercanía del ser querido, pero, próximo o lejano, lo sabemos nuestro y
podemos esperar.
El enamoramiento fugaz dice: "Cásate ya. No corras el riesgo de perderlo o de
perderla".
El amor aconseja: "Ten paciencia. No te asustes. Te pertenece. Puedes hacer
planes y confiar en el futuro".
El enamoramiento tiene un factor de atracción sexual. Si somos sinceros, confesaremos que
es difícil permanecer juntos a menos que sepamos que la relación terminará en la
intimidad. El amor es la maduración de la amistad. Debemos ser amigos antes de ser
amantes.
A la ilusión pasajera le hace falta confianza. Cuando la persona se ausenta, pensamos que
nos puede engañar. A veces, incluso, deseamos vigilarla.
El amor significa confianza, plena confianza y seguridad. Nada nos amenaza. El ser
amado siente esa confianza, y eso lo hace aún más confiable.
La ilusión efímera podría impulsarnos a algo de lo que más tarde nos arrepentiríamos;
el amor, nunca.
El amor nos exalta. Nos hace erguir la frente, pensar en los altos valores. Nos
convierte en mejores personas.
- Ann Landers -
|