Tu sombra a tu mano
derecha
En el jardín del alma hay helechos y flores. Las flores crecen mejor a la luz del sol y
los helechos se desarrollan mejor en la sombra.
Allí están el helecho de la paciencia, el helecho de la benignidad y el de la
mansedumbre. El Gran Jardinero del alma se deleita en los helechos y quiere salvarlos de
la destrucción en los días muy brillantes. Por eso los pone a la sombra: la sombra
del desengaño, la sombra de las penas o la sombra de la enfermedad y el dolor. Es una
sombra bendita porque es la sombra del Todopoderoso. Aquí florecen los helechos y en los
días cubiertos de nubes el jardín se pone hermoso.
Sin sol no hay sombra. No hay noche sin día. Más arriba de las nubes los cielos están
despejados. Solamente el que ha descansado a la sombra o que ha caminado bajo las nubes
puede iluminar el sendero de los demás.
Dios está sobre las nubes, no importa cuán oscuras y deprimentes sean las nubes del
desengaño, las cargas, las angustias, el dolor, las nubes de las ansiedades
interminables. ¡Dios está sobre esas nubes y los cielos te sonreirán otra vez!
"Jehová es tu sombra a tu mano derecha."
- Autor Desconocido - |