"¿Por qué no puedo ver la película con Julia?" le preguntó Susana a su papá. "Todos mis amigos la han visto. No me va a afectar. Yo sólo quiero saber de qué se trata. Todo el mundo está hablando de ella". Susana sabía lo que sus padres pensaban sobre las películas de horror, pero ella simplemente no podía entender cuál era el problema con esas películas.Después de pensar unos minutos, su papá se subió la manga de su camisa y Susana vio la cicatriz cerca de su codo. Él señaló la cicatriz y dijo: "¿Sabes como esto sucedió?" "Fue causada hace varios años por una picada de araña venenosa". "La picada de una araña es algo pequeño, tan pequeño que yo ni siquiera le presté atención cuando sucedió. Pero después de un par de días, comenzó a inflamarse, y la piel alrededor de la picada literalmente se pudrió y se cayó. Ahora tengo esta gran cicatriz. ¿Y sabes una cosa? Yo no tengo ninguna sensación en esa área. El veneno mató los nervios alrededor de la picada".
"¿Pero qué tiene eso que ver con la película?", preguntó Susana disgustada. Su papá le dijo: "Susana tú sabes que esas películas no le agradan a Dios. Es pecado, y el pecado es como el veneno de la araña. Al principio no parece ser algo importante, pero al final deja cicatrices en tu vida, y destruye tu sensibilidad hacia las cosas de Dios. Mientras más permitas que el pecado te marque, serás menos capaz de escuchar a Dios cuando Él te hable. ¿Es eso lo que deseas?"
Lentamente, Susana movió su cabeza de un lado a otro. "No supongo que no", dijo con un suspiro. "Mejor llamo a Julia y le digo que no puedo ir".
2 Corintios 6:17