Un día cuando Ricardo y su padre estaban de tiendas, un hombre mayor se les acercó. "Perdone", le dijo el hombre. "Yo soy Carlos Pérez. Les he estado observando a ambos, y no puedo evitar el notar lo mucho que ustedes se parecen a un compañero de escuela que tuve hace años. Su nombre era Ricardo Sanchez. ¿Tienen algún parentesco con él?" "¡Ese es mi nombre y el de mi papá tambien!" dijo el niño. El es Ricardo Sanchez Jr. y yo soy Ricardo Sanchez tercero" dijo con orgullo. "Pero usted luce demasiado mayor para haber ido a la escuela con mi papá."Estoy seguro que este caballero se refiere a tu abuelo" le explicó el papá.
"Yo sabia que tenian que ser familia", dijo el señor Pérez. "Tu hijo con el pelo rojo y sus pecas, se parece mucho a como lucía el viejo Ricardo en la escuela. Ustedes dos también caminan y hablan igual que él".
Despues de que el señor Pérez se marchó, el papá sonrió a Ricardo y le dijo: "Fue un gran cumplido, el haber sido reconocido como el hijo de mi papá. Yo siempre le he admirado mucho, y supongo que he copiado sus costumbres más de lo que yo imaginaba. Me siento muy orgulloso de ser igual que mi padre."
"Sí, no cabe duda que fue algo especial. dijo Ricardo. "El señor Pérez no ha visto al abuelo en años, y sin embargo reconoció lo mucho que nos parecemos a él".
El papá se quedó pensativo y le dijo: "Hay alquien más a quien debemos parecernos. "la Biblia dice que debemos ser imitadores de Dios como hijos amados". Las personas debieran poder decir que Dios es nuestro Padre, con sólo mirar nuestras acciones y escuchar nuestras palabras".
"Pero Dios es perfecto, y El puede hacer todo tipo de milagros", le dijo el niño. "Nosotros no podemos ser exactos a El".
"Cierto", dijo el papá. "Pero con la ayuda de Dios, nosotros podemos mostrar su amor, bondad y perdón para con los demás. Nosotros también debiéramos hacer nuestro mayor esfuerzo por vivir sin pecar. Entonces de seguro algunas personas cuando nos vean en la calle dirán: "Allí va un verdadero hijo de Dios"